La planificación familiar como un derecho, la participación del hombre y la evaluación del riesgo reproductivo preconcepcional como estrategia básica ante el embarazo, fueron algunos de los tópicos abordados en el Primer Seminario Nacional sobre esta temática
Lisandra Fariñas Acosta - Foto: Maylin Guerrero Ocaña - Granma.- Capacitar a los profesionales que laboran en los servicios de planificación familiar para que incorporen a sus prácticas una nueva visión sobre las y los adolescentes, así como las más recientes evidencias en planificación familiar, es el objetivo fundamental del Primer Seminario Nacional sobre esta temática que concluye hoy en la capital.
“Se trata de desarrollar acciones que contribuyan a mejorar el acceso a las informaciones y la calidad de la atención en salud sexual y reproductiva, para disminuir las necesidades insatisfechas en anticoncepción y el embarazo no planeado”, comentó a Granma el doctor Roberto Álvarez Fumero, jefe del Departamento Materno Infantil del Ministerio de Salud Pública.
En paralelo a la cita se desarrolla además el Curso de Anticoncepción Moderna, el cual busca motivar el debate de los participantes, de manera que revisen sus actitudes y valores en relación con la sexualidad, la anticoncepción y otros aspectos de la vida sexual y reproductiva, y comprendan su influencia en la práctica profesional.
De acuerdo con el doctor Fumero, revisar la posición actual de la planificación familiar y el uso de la anticoncepción como un derecho de las personas, incluyendo la importancia de la participación del hombre en la planificación familiar; además de reflexionar sobre cómo se comporta actualmente la vida sexual de los y las adolescentes, sus vulnerabilidades y cómo incorporar a sus hábitos las distintas medidas de prevención, son otros de los propósitos de la cita.
Ambos espacios han contado con la presencia de especialistas médicos y licenciadas en enfermería, dedicados a la planificación familiar en 80 municipios del país y con la representación de todas las provincias, de instituciones de los servicios médicos de las FAR y el Minint; así como con funcionarios del Ministerio de Educación y la Federación de Mujeres Cubanas.
Están organizados por el Ministerio de Salud Pública, y forman parte del cronograma de trabajo para la implementación de las acciones dirigidas a enfrentar los elevados niveles de envejecimiento de la población, estimular la fecundidad y el nacimiento de dos o más hijos; a partir de la disminución del aborto y del riesgo de infertilidad femenina, y de garantizar la maternidad segura a la mujer en edad fértil y reducir su mortalidad. Tienen el apoyo de la cooperación del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa) y la Sociedad Cubana para el Desarrollo de la familia (Socudef).
Para el especialista, ambos encuentros “han sido una oportunidad para debatir sobre la educación sexual, las relaciones de género y sus consecuencias en la salud sexual y reproductiva de las y los adolescentes, y proponer acciones futuras que incorporen la perspectiva de género en su práctica diaria”.
“Cuál es el proyecto de vida de adolescentes y jóvenes, cómo toman las decisiones, cuál es el rol de las personas adultas (familias, educadores/as, profesionales de salud) para facilitar que ellas y ellos tomen decisiones pensadas e informadas, mejoren su autoestima y construyan proyectos de vida con más salud”, son aspectos sobre los cuales se ha intercambiado mucho, dijo.
La planificación familiar como un derecho, y la participación del hombre, la evaluación del riesgo reproductivo preconcepcional como estrategia básica ante el embarazo; y los criterios de elegibilidad para cada tipo de método anticonceptivo disponible en el país son algunas de las temáticas debatidas.
Según refiere el entrevistado, si bien Cuba muestra una elevada cobertura de anticoncepción (78 %) —de las más altas del mundo— y cuenta con la participación de los principales sectores sociales en un programa de educación integral en la sexualidad; el país no ha logrado reducir a niveles esperados el embarazo no planificado (más acentuadamente en adolescentes) y el aborto, al cual acuden como derecho las mujeres.
De ahí la necesidad de consolidar el sistema de planificación familiar desde los Consultorios del Médico de la Familia, hasta las consultas municipales de referencia. “Es importante que se conviertan en verdaderos servicios amigables a los adolescentes, donde desarrollen su actividad profesionales altamente calificados, con información actualizada y disponibilidad de al menos cinco métodos anticonceptivos seguros y modernos”.
Asimismo, el doctor Fumero explicó que la planificación familiar es una acción de salud más que desarrollan los médicos y enfermeras de la familia en las áreas, a donde deberían acudir las parejas antes del embarazo, sin ser remitidas; para que les sean identificadas las condiciones que pueden afectar la salud del binomio madre-hijo. “Mujeres y hombres entre los 15 y 49 años, independientemente de tener o no parejas, de mantener o no relaciones sexuales y de pensar o no tener hijos, deberían asistir al consultorio al menos una vez al año; para beneficiarse de las acciones de planificación familiar. Cuando exista el deseo explícito de tener hijos, entonces debería acudir al menos seis meses antes de la concepción, para hacerse un chequeo pregravídico y comenzar la suplementación con hierro y ácido fólico”, explicó.
Las acciones de planificación familiar también se desarrollan en consultas especializadas a nivel de policlínicos, y por la amplitud de su concepto, se pueden hacer, en menor grado, por otras especialidades a nivel hospitalario. En este sentido el especialista ejemplificó que “cuando una mujer en edad fértil es vista por un nefrólogo o un cardiólogo, y se le diagnostica una afección renal grave o una cardiopatía, esta debe ser informada de los riesgos para la reproducción, aunque su seguimiento posterior siempre será en el consultorio, donde se implementará un plan para modificar estos riesgos y transitoriamente se le propondrá usar un método anticonceptivo hasta tanto se atenue o elimine el riesgo”.
“Las y los adolescentes son los mayores beneficiarios de las acciones de planificación familiar, por lo que les sugerimos que acudan al consultorio para recibir información sobre sexualidad. También orientación sobre la disponibilidad de métodos anticonceptivos como el uso del condón, para hacer de esta, en el momento en que lo decidan, una experiencia placentera y responsable, sin riesgos de adquirir infecciones de transmisión sexual o embarazos no planificados”, concluyó el experto.