Jose Armando Fernández Salazar - Foto: Yaciel Peña de La Peña - Las Tunas, 31 mar (AIN) Theodor Friedrich, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), afirmó hoy en esta ciudad, que en Cuba existe voluntad política para impulsar prácticas productivas sin degradar los suelos.


El especialista fue invitado por la Universidad Vladimir Ilich, Lenin, a impartir una conferencia sobre las tendencias mundiales para la protección de la tierra, a propósito de la declaración del 2015 como Año Internacional de los Suelos.

Friedrich dijo a la prensa que la Isla extendió la experiencia de los polígonos experimentales hasta nivel municipal, mientras que la agricultura de conservación se introduce en las políticas de desarrollo agroproductivo del país.

Agregó que la FAO aprecia un interés de las instituciones gubernamentales por la sostenibilidad de la producción de alimentos, además de que existe un apoyo de los centros de investigación y las universidades.

El experto señaló que la región oriental es una de las que más necesita la aplicación de prácticas que protejan sus suelos, debido a las afectaciones por la sequía y la degradación actual de los agrosistemas de esta parte del país.

Cuba puede incrementar su producción de alimentos en un período de tiempo relativamente corto si aplica la agricultura de conservación, para lo cual cuenta con un alto potencial de recursos humanos, señaló Friedrich.

Laura Leyva, investigadora de la Universidad Vladimir Ilich Lenin, precisó a la AIN que en el oriental territorio se desarrolla un proyecto de innovación agraria local, el cual tiene el propósito de abrir este año aulas en fincas y cooperativas para demostrar de forma experimental las potencialidades de las técnicas agroecológicas.

Surgida en la década de 1970, la agricultura de conservación tiene entre sus principales planteamientos la eliminación de la labranza en los campos y la diversificación de los cultivos, con el objetivo de restituir la vida de los suelos y eliminar la degradación.

Según datos de la FAO, en el mundo se aplica esta tecnología en alrededor del 11 por ciento de la tierra dedicada a la producción y en países como Paraguay, prácticamente se ha extendido a todas las plantaciones.

Reconoce FAO condiciones para agricultura de conservación en nuestro país

Sobre la base de sólidos nexos de colaboración, la FAO y Cuba han trabajado históricamente en la materialización de valiosos proyectos para enfrentar necesidades consustanciales al ámbito productivo y agroalimentario

Pastor Batista Valdés - Granma.- La certeza de que Cuba puede integrar la relación de países que en el mundo aplican con éxito una agricultura de conservación, fue reiterada aquí por el doctor Theodor Friedrich, representante en La Habana de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Tal afirmación tuvo lugar en el contexto de una conferencia e intercambio con estudiantes, profesores y directivos de la Universidad Vladímir Ilich Lenin, campesinos, productores, investigadores y estudiosos del tema en este oriental territorio.

"Estamos hablando un mismo idioma” —subrayó en declaraciones exclusivas para Granma—, tras reconocer que en el país no solo se aprecia voluntad política sino también integración en sectores como el científico y el productivo.

"El problema fundamental —insistió— está dentro de la cabeza, en el pensamiento. Si logramos despertar más curiosidad en las personas y mayor confianza para entrar en esa agricultura, podremos avanzar más y vencer”.

Se trata, en esencia, de incorporar progresivamente un grupo de técnicas y prácticas agrarias encaminadas a mejorar, conservar y hacer un uso más eficiente de los recursos naturales, mediante el manejo adecuado del suelo (factor determinante), agua, agentes biológicos e insumos externos.

De acuerdo con estadísticas ofrecidas por el doctor Theodor Friedrich, en alrededor de 157 millones de hectáreas (11 % de la superficie cultivada en el mundo) se aplican hoy experiencias de agricultura de conservación, con fines productivos y de sostenibilidad.

Válida para todos los cultivos y con alternativas que permiten emplear desde la siembra manual y la tracción animal, hasta el uso adecuado de equipos y maquinarias, esa agricultura le concede alto valor a la sabiduría campesina bien combinada con la ciencia, alerta contra el uso nocivo de la labranza mecánica, busca reducir la erosión, degradación y contaminación, aumentar la biodiversidad e incrementar los rendimientos y volúmenes productivos, sin perjuicio para el medio ambiente.

Sobre la base de sólidos nexos de colaboración, la FAO y Cuba han trabajado históricamente en la materialización de valiosos proyectos para enfrentar necesidades consustanciales al ámbito productivo y agroalimentario, así como urgencias frente al impacto de huracanes y otros fenómenos naturales.

Cuba
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