Alejandro estudia Medicina y es el Presidente del Colegio Electoral No 1 de la circunscripción 10 del Consejo Vedado-Malecón.

María Carla O?Connor - Granma / Cubadebate.- Este domingo 19 de abril cuando a lo largo y ancho de nuestro archipiélago abrieron sus puertas los 24 646 Colegios Electorales habilitados para que los cubanos mayores de 16 años emitieran su voto para elegir a quienes los representarán en el ejercicio del poder, un joven, Manuel Alejandro Cabrera Fernández estuvo al frente de uno de estos en el municipio Plaza de la Revolución y lo hace por séptima ocasión.

Alejandro, como sus vecinos lo llaman, comenzó en estos trajines en el 2007, justo en el año en que arribó a la edad de sufragar. Hoy estudia 5to año de medicina y de vocal que fue su primera responsabilidad se convirtió en Presidente desde las últimas tres elecciones en el Colegio Electoral No 1 de la circunscripción 10 del Consejo Vedado-Malecón.

Manuel Alejandro no es el único. Los jóvenes cubanos acudieron a esta nueva cita con la democracia cubana inmersos en el proceso para la celebración del X Congreso de la UJC y cuando una nutrida representación de ellos dio batalla en la VII Cumbre de las Américas defendiendo los principios de la Revolución y la dignidad del pueblo al que pertenecen y del que son su relevo.

“Cursaba el 11no grado cuando mi madre, Zoe Fernández, puntal en mi formación me pidió que participara en las elecciones del 2007. Entonces fui vocal y ella Presidenta del Colegio. Hoy, los papeles se han invertido, ella es la Secretaria y yo el Presidente y junto con el resto de los miembros de la Mesa trazamos la estrategia para volver a ser el mejor Colegio Electoral de nuestra circunscripción, que dicho sea de paso radica en la Escuela Primaria Juan Triana, en la que estudié”.

Sobre la participación de la juventud en los procesos electorales, Alejandro expresó:

“Algunos jóvenes,  piensan que tener responsabilidades en el barrio, es algo raro. El hecho de ocupar un cargo en la comunidad, no me quita tiempo de mi vida personal. Yo, al igual que cualquier persona de mi edad, salgo, me divierto, práctico deportes, estudio y me desmpeño, además, en la Facultad como el presidente del Consejo Científico Estudiantil. La clave para “triunfar” es organizar bien el tiempo y tratar de hacer las cosas lo mejor posible.

“Ese sector de la juventud que piensa así debería interesarse e involucrarse más en estas actividades. Nuestra sociedad está pasando por un proceso de transformaciones y si los más jóvenes no estamos al frente ¿quién lo hará?”.

Tres generaciones en la Mesa Electoral que preside Alejandro. Como vocal, María Carla, la estudiante de Periodismo que ha escrito esta nota. 

– ¿Has hecho algo para incorporar  a otros jóvenes al proceso electoral?

– “¡Claro! De hecho, tengo amistades que por razones tan superficiales como no levantarse temprano, se negaban a participar. Sin embargo, cuando llegó el momento, los invité a incorporarse y dieron el paso al frente y no por cumplir conmigo sino convencidos de la importancia del proceso electoral. Lograr un mayor compromiso de los demás, me hace feliz.

“El diálogo con los jóvenes debe ser directo, sin “teque” ni caducos discursos sobre vanguardismo. La clave está en apelar al compromiso desde la responsabilidad consigo mismo y con las personas a tu alrededor, así como, con el futuro.

“Es una responsabilidad muy importante esta de presidir un Colegio Electoral, ya que uno es el encargado de custodiar la seguridad, el secreto y el derecho al voto de las personas a elegir a sus representantes en un proceso verdaderamente transparente.

“Considero necesario el papel de la familia en cuanto a la formación e incorporación de las nuevas generaciones a estos procesos. No me cansaré nunca de decirlo: mi mamá y mi abuela Coralia me formaron para a ser un ciudadano participativo y responsable con la comunidad y con el país. Es en la familia donde se sedimentan los valores cotidianos ´con todos y para el bien de todos´ como dijo Martí.”

Periodista, hoy tú también al estrenarte como vocal de este Colegio Electoral No 1, de nuestra circunscripción sentiste la emoción de la primera vez, ¿verdad?

Los modos juveniles del deber, sin formalismos

Más de 63 400 jóvenes votan pro primera vez en estas elecciones. En la provicia Granma algunos de ellos opinan sobre la importancia de ejercer su derecho al voto

Dilbert Reyes Rodríguez - Granma.- El bayamés Ernesto Rubén Díaz, resaltó que haber votado “nos hace sentir importantes, que nos tienen en cuenta, y que ser mayor de edad también es una responsabilidad social muy alta”.

Como nada es ajeno a la juventud cubana, este domingo va siendo más que movidito para las generaciones nuevas de granmenses. Sus afanes de descubridores, de bisoños primerizos, involucraron a muchachos y muchachas, niños y niñas, en el ejercicio electoral de este histórico 19 de abril.

Cada cual desde la altura de su edad, vivieron la jornada del domingo: unos que marcaron la boleta por primera vez, con un dejo orgulloso “por sentirse mayorcitos”, y otros de pañoleta y uniforme, más bajitos al lado de las urnas, con la aspiración de hacer lo mismo en pocos años.

Con algo de la timidez propia de quien se enfrenta a algo nuevo, Ernesto Rubén Díaz, estudiante de preuniversitario en Bayamo, dio algunas vueltas antes de entrar al colegio electoral atestado de “mayores”.

“Por suerte me encontré con Luis (Luis Enrique Prieto, amigo y vecino, alumno de la Escuela Pedagógica en la capital de Granma), que tenía el mismo susto, y decidimos entrar juntos”.

“Los dos sabemos a qué vinimos, a votar por el delegado del barrio, que es la persona al tanto de los problemas de la comunidad y nos representa en el gobierno del municipio.

“Es la primera vez que lo hacemos, y eso nos hace sentir importantes, que nos tienen en cuenta, y que ser mayor de edad también es una responsabilidad social muy alta”.

Luis Enrique, el amigo, temía estar inadecuado para la foto: “Imagínate, un formador de maestro en camiseta, short y sandalias”, sin contar el celular en la mano y la cadena vistosa al cuello.

Era un domingo caluroso que las personas en la fila sudaban a mares, pero ellos estaban más cómodos en sus ropas, sin formalismos, hablando de la noche anterior y de la última música en sus móviles, fieles a esas formas juveniles que los hacen auténticos a cualquier hora, y no contradicen el deber ni la responsabilidad civil.

“Lo importante es que vine a dar mi voto. Estoy aquí como joven revolucionario, y como ciudadano mayor de edad”, agregó en una sonrisa, mientras levantaba el carné de identidad, nuevecito todavía.