Cuba Hoy.- Miles de personas asistieron a la apertura del espacio expositivo Detrás del Muro, cuya curaduría está a cargo de Juan Delgado y forma parte de las acciones colaterales de la XII Bienal de La Habana.


XII Bienal: Detrás del Muro atrae a miles de personas en su apertura

AIN.- Cientos de habaneros y visitantes de paso asistieron a la apertura oficial de la segunda edición de Detrás del Muro, muestra colateral a la XII Bienal de La Habana. 

Cientos de habaneros y visitantes de paso asistieron hoy a la apertura oficial de la segunda edición de Detrás del Muro, muestra colateral a la XII Bienal de La Habana, que hasta el próximo 22 de junio acercará el arte a ese concurrido espacio de la capital. 

Unos 50 artistas Cuba y naciones como Estados Unidos, México, España, Bolivia, República Dominicana, Marruecos y Alemania, participan en esta exhibición colectiva, liderada por su creador, Juan Delgado y uno de los más esperados por el público, que recuerda todavía el éxito de su primera versión, dentro de la XI Bienal.

Este año doblamos las instalaciones y los creadores, hubo mucho entusiasmo y muchos quisieron incluirse en esta nueva aventura que es Detrás del Muro, explicó a la AIN Juanito, al frente de un equipo de curadores formado además por los experimentados Elvia Rosa Castro y José Fernández. 

Nunca hago distinciones de edad, para mí solo interesa la calidad, por eso se verá, junto a consagrados como Roberto Fabelo, Manuel Mendive y Florencio Gelabert, por poner un ejemplo, a jóvenes figuras muy prometedoras, algunos hasta estudiantes, precisó. 

Allí se encontrarán Performances, esculturas, murales y proyectos tan atractivos como una costa de arena con tumbonas y sombrillas, titulado Resaca, de Arles del Río, o una reproducción gigante del Me Gusta de Facebook, (Sweet Emotion), de Alexander Guerra; y el Árbol de Luz, de Rafael Villares, con lámparas de alumbrado público de distintos países. 

La pista de patinaje sobre hielo de Duke Riley (EE.UU./Irlanda) dio a los asistentes la ilusión de lo que sería si en Cuba la temperatura bajara los 0 grados Celsius, y Manuel Alejandro Hernández demostró con su acción Love is calling you, que con un poco de imaginación se puede escribir en un cielo oscuro con estrellas. 

Estos y otros proyectos permanecerán en diálogo constante con el espectador hasta el 22 próximo, cuando la XII Bienal se despida de La Habana hasta su edición siguiente, así que queda mucho por explorar aún para suerte de quienes visitan o viven en la capital.

La Habana, arte entre la idea y la experiencia

Onedys Calvo y Marjorie Peregrín - Cuba Contemporánea.- La duodécima Bienal de La Habana vuelve a convertir por estos días a la capital cubana en una ciudad tomada por la creación. Cientos de artistas y proyectos en un evento que sorprende a todos, enterados o no, por esa capacidad que tiene el arte contemporáneo para expandirse más allá de lo que nos podamos imaginar, y que en esta ocasión, en la que  apuesta por la relación entre la idea y la experiencia, trae propuestas en las que se cruzan manifestaciones artísticas distintas e incluso ciencias. 

Muchos de los artistas asistentes, siguiendo el eje temático del evento, han venido con proyectos que convierten el espacio urbano en un laboratorio social y otorgan a la ciudad una dinámica creativa, cambiante, en las semanas que durará la Bienal, que a lo largo de 30 años ha traído a Cuba parte de lo mejor del arte mundial y, a la vez, ha contribuido a poner en valor la producción artística cubana internacionalmente.

Sobre estos temas conversamos con Margarita González, subdirectora del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam y curadora del evento.

La Bienal es un evento con impacto en diferentes dimensiones. Una de ellas es su público directo, los propios artistas. Haciendo un balance, ¿cuál ha sido la repercusión que en estas tres décadas ha tenido la Bienal en los artistas, sobre todo en los cubanos?

-La Bienal ha sido muy importante para los creadores cubanos, pero también para especialistas, críticos, investigadores que, a partir del evento y con la presencia de destacados artistas y conocedores de todo el mundo, han tenido contacto directo con lo que ha venido ocurriendo en el campo de las artes visuales contemporáneas. Nos ha permitido conocer más, actualizarnos. En los eventos teóricos, que se han celebrado en cada una de las ediciones, se ha presentado el panorama académico, qué está ocurriendo en el plano de la investigación, de la crítica a nivel internacional. Hemos podido conocer el pensamiento que acompaña a las prácticas artísticas más contemporáneas.

Cada edición ha ido sedimentando y abriendo el camino, como ocurre con nuestra plástica: cada generación fue aportando logros, conceptos, ideas, y se fue creando una sedimentación del arte nuestro desde las primeras vanguardias, incluso desde antes. Con la Bienal ha ocurrido lo mismo: cada evento ha aportado elementos, ideas, y ha permitido que la siguiente Bienal implique un salto hacia adelante.

Las bienales también han colocado la producción artística nacional en el panorama internacional y a La Habana como un foco importante para la visualización de artes no solo de nuestro país, sino de América Latina y otras áreas geográficas que no siempre han estado en los circuitos preferenciales. Cada año el evento busca un pretexto curatorial, una idea sobre la cual se erige el criterio de selección. ¿Cómo han funcionado estas tesis rectoras?

-Yo creo que si Cuba no hubiera tenido una bienal, su producción artística se hubiera visibilizado, por supuesto, pero en una medida mucho menor. Creo que todos los creadores cubanos de  valía han estado en las bienales, pero, además, ha sido un entorno propicio para mostrar a las nuevas generaciones. La Bienal nos ha permitido esa visibilización, y ha impulsado la presencia de nuestros artistas en otros eventos alrededor del mundo. Igual ha ocurrido con artistas extranjeros a quienes la Bienal de La Habana ha dado visibilidad y han comenzando a ser invitados a los eventos más importantes a nivel internacional.

Ahora, desde la tercera edición la Bienal se ha planteado un tema, un eje curatorial, una plataforma teórica. Para esta versión nos planteamos “entre la idea y la experiencia”. Apreciamos que últimamente en el campo del arte había relaciones con otras ramas del conocimiento humano, por ejemplo con ciencias como la botánica, o con la música, el teatro… Y creímos que sería interesante tratar estas ideas; ver cómo se ha ido dando esa relación de las artes visuales con otras manifestaciones y experiencias del saber humano. Hay artistas experimentado directamente con la botánica, hay obras que son plantas. Hay un artista que a todos ha llamado la atención, que está trabajando con la especie autóctona del pollo cubano, llamado Cubalaya; este artista, belga, hizo una serie de investigaciones, cruces genéticos, y al final su trabajo termina en una obra instalativa, con el pollo nuestro, que es exhibido. ¿Cuántos caminos, cuántos vericuetos tiene esta edición de la Bienal? Muchísimos creadores que antes conocimos con obras de otro corte nos están presentando piezas con relación a la música, trabajando con compositores, con proyecciones, filmaciones; performances conferencias, video performances, cine experimental… En fin, queremos discursar sobre todo esto, no para dar conclusiones, sino para tener una noción de por qué caminos anda el arte contemporáneo.

¿Qué complejidades logísticas, económicas, implica organizar un evento de esta magnitud en un país como Cuba?

-Recuerdo que un día en clase el profesor Mario Piedra nos contó que a un director de cine le preguntaron qué hacía falta para ser un director de cine, y la respuesta fue “una salud de hierro, nada más”. Yo puedo responder lo mismo, para hacer una bienal lo que hace falta es una salud de hierro y muchos amigos. Son dos elementos claves para sacar un evento como este a flote.

Esta edición es particularmente compleja, porque no son solo obras de galería, como ocurrió en versiones anteriores; es una Bienal de coordinaciones, donde se implican muchas partes… Tenemos, por ejemplo, obras relacionadas con el mundo científico, lo que ha implicado coordinaciones con la Universidad de La Habana, conversaciones con otros espacios no típicos de la Bienal. Han hecho falta jornadas de 18 horas, y por suerte hemos tenido, como siempre, la ayuda de muchas personas dentro y fuera de Cuba. El catálogo de la Bienal, por ejemplo, es un regalo de una editora italiana, que también lo hizo la vez pasada; tenemos apoyo de Ingeniería del Arte, una empresa española que trabaja con nosotros en los temas de montaje. Los artistas son claves en esta dinámica, porque también colaboran con sus patrocinadores, sus galerías…

La Bienal se ha ido este año a muchos sitios y soportes: estamos en los parqueos, en los bicitaxis, en las carretillas… Hay espacios que son usados por primera vez. Todo requiere de mucha coordinación y mucho apoyo.

Hay muchas propuestas artísticas. Unas traídas por la Bienal, pero otras con la condición de colaterales, que muchos confunden con la Bienal aunque hay determinada diferenciación.

-La Bienal ocurre en diferentes espacios físicos porque tampoco renunciamos a eso. Hay obras que requieren su espacio físico, instalaciones, proyecciones, y se necesita de un local para mostrarlas. Como es habitual tenemos el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, que es el centro organizador, ejecutor de la Bienal, junto al Consejo de las Artes Plásticas, pero también están el Centro de Desarrollo de las Artes Visuales, la Fototeca de Cuba. En esta ocasión estamos usando el edificio La Metropolitana, en Aguacate y O’Reilly, con una pieza instalativa; el lobby del Instituto Cubano del Libro, con la pieza de un artista canadiense; la librería Fayad Jamís con un artista cubano; la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena; la Plaza de Armas y la Plaza de la Catedral, que acogió un performance del italiano Michelangelo Pistoletto; la Casa de África, la Casa de la Obrapía y la Casa del Árabe, los espacios que nos ha ofrecido la Oficina del Historiador; el Pabellón Cuba, el centro Bertolt Brecht, El ciervo encantado, y la fábrica de bicicletas con un gran proyecto de artistas internacionales y cubanos. Más allá tenemos la Universidad de las Artes, Kcho-Romerillo… Del lado de acá están Tallapiedra, con dos artistas invitados,  y Casablanca, que por primera vez acoge obras de la Bienal, con 25 artistas invitados… Tenemos, además, el entorno del Parque Trillo, y el barrio Colón, con sus arquitectos invitados a la Bienal. Es muy grande el evento.

Prácticamente desde la segunda edición está el segmento de las muestras colaterales, que han ido cambiando con los años. Es algo lógico, porque la Bienal es un momento en que nos visitan artistas, críticos y galeristas de otros países, y público en general, y esa apreciación que podemos darles del arte cubano es muy importante. Desde la 11 edición tomamos el espacio de Morro-Cabaña, que ha quedado para las muestras colaterales. Son muchos artistas cubanos, unos 400, que están en muestras colectivas o individuales en ese espacio. Ofrece un panorama muy amplio de qué está ocurriendo en el arte cubano. Además, está el proyecto Detrás del Muro en el Malecón, un lugar privilegiado, referencial de La Habana, que acoge a medio centenar de artistas y diferentes proyectos: instalaciones, esculturas, proyecciones… También hay espacios para las muestras colaterales en La Habana Vieja y en otros municipios. Y hay que destacar que la Bienal realmente comenzó antes de su apertura oficial, el 22 de mayo.

En cuanto a expectativas que ha levantado desde hace meses esta duodécima Bienal, por La Habana están o estarán importantes curadores, coleccionistas, personas que “mueven” el arte, lo ponen en valor, lo comercializan…

-Creo que hay que destacar lo ocurrido en diciembre, con el anuncio de la decisión de Cuba y Estados Unidos de restablecer relaciones. Esto trajo muchas expectativas en torno a la Bienal. Muchos coleccionistas expresaron deseos de venir. Han preguntado cómo pueden hacerlo, qué pueden visitar. Imaginen, el programa de la Bienal tiene 22 cuartillas, están previstas un promedio de diez acciones diarias… Hemos tenido en estos días los premios de la Fundación Farber… Muchos coleccionistas quieren conocer más sobre arte cubano, y se espera vengan muchos turistas estadounidenses. Hay importantes coleccionistas y curadores. Por ejemplo, la brasileña Leonora Amarante, una curadora e investigadoras que no se ha perdido una Bienal de La Habana; curadores de la Bienal de Sâo Paulo, de la Bienal de Berlín, de la Feria ARCO de Madrid, de Documenta de CASEL… Están deseosos de venir, quien estar en nuestra Bienal y conocer el evento. 

Hay personas que se dicen preocupadas por un giro de la Bienal hasta cierto punto comercial…

-Según fue avanzando el curso de la Bienal, alrededor de la quinta o la sexta edición, comenzó a haber una arista comercial. Yo siempre digo que la Bienal es un evento eminentemente cultural, para la promoción de lo más renovador y experimental de las artes visuales contemporáneas. Pero como es lógico -y no es malo-, el arte se comercializa. Los procesos artísticos tienen un curso que integra enseñanza artística -que es el estudio del artista-, promoción, y comercialización. La comercialización es un fenómeno que existe y es importante, porque hay que ambientar hoteles e instituciones, hay que exhibir la obra artística y venderla. Desde las primeras ediciones el público se interesaba por la obra de los artistas, fundamentalmente cubanos, y se producían ventas en estudios y casas de los artistas. Muchos iban al ISA -recordemos que hubo un período muy fuerte, con estudiantes que ya desde segundo o tercer año de sus carreras estaban haciendo una obra de mucha calidad-, pues el arte creado allí se promovía, se conocía internacionalmente y había quienes iban al Instituto a comprar piezas. Esto se incrementó con el paso del tiempo, y no hay problema siempre que todo se regule. Así, en la oncena edición el Consejo Nacional de las Artes Plásticas decidió organizar un poco este tipo de prácticas, y es por ello que se planificaron en el programa los open estudios, estudios abiertos de un grupo de importantes artistas, con un cronograma, una programación. Ya esas personas interesadas tenían las direcciones, el calendario, los contactos de los artistas y se propiciaban visitas, encuentros donde se manejaba el tema comercial, de forma legal.

De hecho, legitimar desde la plataforma de la Bienal una obra le da un valor que, por supuesto, nunca podrá tener otra que se vende en una feria de otro orden…

-Exacto. En esta duodécima edición también se está teniendo la modalidad de los open estudios con un grupo de artistas para que tengan la posibilidad de un intercambio comercial que, incluso, les genera recursos para financiar otras obras, otros proyectos, máxime cuando en el arte contemporáneo las obras pueden llegar a ser muy complejas, producciones muy grandes. Simplemente se trata de, sin demeritar tu trabajo, ofrecer tu obra a los interesados en comprarla.

Arte con esteroides

Dentro de los artistas que conforman la expo colateral Detrás del mu­ro, en la duodécima edición de la Bie­nal de La Habana, se encuentran Alejandro Piñero, Roberto Fabelo Hung y José Capaz, el grupo Stain­less desde diciembre del 2010

Diana Ferreiro - Granma.- Desde el pasado domingo, en es­te lado del muro, el público ha decidido dejarse seducir por el arte. La gente que llega al malecón habanero —desde La Punta hasta el parque Ma­ceo—, se mezcla con un puñado de obras destinadas a provocarlos y a interactuar con ellas.

Dentro de los artistas que conforman la expo colateral Detrás del mu­ro, en la duodécima edición de la Bie­nal de La Habana, se encuentran Alejandro Piñero, Roberto Fabelo Hung y José Capaz, el grupo Stain­less desde diciembre del 2010.

Su pieza Occidente con esteroides llama la atención desde lejos. Unos treinta cakes que se descomponen y son devorados a la vez por decenas de lenguas que emergen de ellos.

“Posiblemente sea la consumación de una serie de diferentes piezas que hemos estado desarrollando, por­que empezamos a hacer unos ca­kes en el año 2010, después hicimos unas lenguas, con toda esa con­no­tación sexual y tal vez de la palabrería, el chisme; y esta obra conecta todo el trabajo de los últimos cuatro años en esas series de Sweet Cons­tructions (Construcciones dulces o La pasión se vuelve loca)”, explicó Alejandro Piñeiro en entrevista con Granma.

“Occidente con esteroides nace de su propia forma, se pudre y las lenguas se lo vuelven a comer todo de nuevo. Es todo muy sensual, pero al mismo tiempo colorido y grotesco, y las dimensiones de la escultura se calcularon especialmente para el malecón, que es tan horizontal, por lo que entonces dijimos, vamos a ha­cer una pieza un poco más vertical,  y que rompa con el gris y el azul del mar”, añadió.

—¿Es la primera vez que Stain­less sale de la galería?

—Esta es la primera vez que salimos de una galería, con esta pieza, que es nueva y la canal grande con forma de lengua que tenemos em­plazada en Zona Franca, en La Ca­ba­ña. Realmente esas piezas se me­recen estar en espacios públicos, por el tamaño, ubicarlas en una galería sería un crimen, está pensada e instalada para eso.

—Y precisamente en el malecón…

—Es una gran oportunidad trabajar en el malecón, posiblemente el espacio público más grande que tie­ne La Habana, el más transitado, donde se sienta mucha gente por la noche… Era súper interesante ayer cuando estábamos instalando la pie­za y venía todo el mundo a preguntar y los niños querían comerse la resina, muy gracioso.

“Realmente la curaduría de Detrás del muro es bastante interesante, porque es muy diversa, hay obras sobre la acera, y sobre la acera del frente. La exposición recoge artistas de todas las edades, de todos los géneros y de varios países. Lo bueno es que hay un espacio bastante grande entre pieza y pieza, pero aunque haya una separación entre las obras, visualmente el malecón lo funde todo”.

—Cuando Detrás... se or­­gani­za­ba como proyecto, me co­mentabas que no tenías realmente ninguna expectativa sobre la reacción del público. Sin embargo, es­tás aquí, al lado de la pieza, midiendo de alguna manera esas reacciones…

—Lo que estoy midiendo es que la gente se lleva bien con la obra, les gusta, la está consumiendo, como la obra misma se consume. Te dije eso de la expectativa, pero sabía que esto posiblemente iba a suceder, porque es una pieza muy visual, muy colorida, y tal vez los cubanos estén adaptados a este tipo de visualidad porque toda la vida hemos comido ese tipo de cake.

—¿Nuevos proyectos de Stain­less?

—Ahora estamos súper entusiasmados porque estamos haciendo al­gunos proyectos para Nueva York, con tres instalaciones po­si­blemen­­te más grandes que esta, una de ellas con esta visualidad más o me­nos y otras dos con nuevas ideas. Vamos a explorar la gran escala, que la hemos hecho en la pintura, en es­culturas anteriores, pero no a escala pública, esta es la primera vez.

Cine, teatro y encuentros con creadores en Bienal de La Habana

María del Carmen Vasallo, especial de Cubasi.- Esta fiesta de la visualidad que inunda ya la capital cubana con disímiles proyectos artísticos que trascienden espacios tradicionales como galerías y museos para llegar hasta barrios, comunidades...

Esta fiesta de la visualidad que inunda ya la capital cubana con disímiles proyectos artísticos que trascienden espacios tradicionales como galerías y museos para llegar hasta barrios, comunidades ubica también en su ruta conferencias, proyecciones audiovisuales, espectáculos teatrales y música. Creadores de disímiles partes del mundo conviven por estos días con artistas cubanos de diferentes tendencias, estilos y generaciones bajo la divisa “Entre la idea y la experiencia”.

Entre las propuestas de conferencias en los propios espacios expositivos se encuentra el simposio “Arena de evolución” del artista Koen Vanmecheten e invitados de varias ramas del saber, este lunes 25 de mayo, hasta las cinco de la tarde, en la Anfiteatro Varona de la Universidad de La Habana. Para el martes 26 se anuncia la conferencia “Hershey Model Town: de Pensilvania a La Habana”, a cargo de Renán Rodríguez en el Pabellón Cuba (3:30 p.m.), sede la muestra “Entre, dentro y fuera (Between, Inside, Outside). 

Por su parte, el Centro Cultural Bertolt Brecht acogerá el jueves 28 de mayo, a las tres de la tarde, el performance-conferencia “Archivo Banana” por Leandro Nerefuh; el viernes 29 y sábado 30, a las cinco de la tarde, allí tendrá lugar el espectáculo multimedia Audiovisual ao Vivo. Avav. 

De igual manera durante la primera semana de junio, la compañía teatral “El ciervo encantado” recibirá en su sede, en Línea y 18, Vedado, a destacadas figuras del performance internacional que eligieron a esa agrupación, exponente de un arte de vanguardia, para sus presentaciones. Así el martes 2 de junio podrá apreciarse “El caso del espectador” a cargo de la artista María Jerez, de España; el miércoles 3 y jueves 4, “The Croquis Reloaded”, por la española Cuqui Jerez, y el sábado 6 de junio “We only guarantee the dinosaurs” con la también creadora española Esperanza Collado; domingo 7 y lunes 8 “Más distinguidas”, con La Robot, de España. Todos los espectáculos serán a las 8 y 30 de la noche. 

Mientras que el Multicine Infanta proyectará varios audiovisuales, algunos con la presencia de artistas de la plástica, en encuentros de preguntas y respuestas. Así, habrá funciones el martes 26 de mayo (cinco de la tarde); miércoles 27 (cuatro de la tarde); jueves 28 (cuatro de la tarde); martes 2 de junio (cuatro de la tarde); miércoles 3; martes 9; miércoles 10; viernes 12; lunes 15; miércoles 17; viernes 19 y lunes 22 (siempre a las cinco de la tarde). 

Por su parte, la sala de video de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, UNEAC, situada en la propia sede de esa institución en 17 e H, en el Vedado, ha programado un ciclo de documentales dedicado a relevantes artistas cubanos de la plástica desde las vanguardias históricas, las primeras generaciones de la Escuela Nacional de Arte, incluidos algunos de los Premios Nacionales de Artes Plásticas, así como a temas como la mujer en las artes plásticas, y el diseño en la Isla, entre otros tópicos de las artes visuales. Esto será del lunes 25 de mayo al martes 2 de junio.

Diálogos artísticos en Bienal

En la mañana de ayer, fue inaugurado el Museo Orgánico en Romerillo (MOR), una propuesta liderada por el artista Alexis Leyva Machado (Kcho) en ese barrio habanero

Amelia Duarte de la Rosa - Granma.- La duodécima Bienal de La Habana, desde su apertura el pasado 22 de mayo, invita a interactuar con las más disímiles tendencias de las artes visuales y en cualquier rincón de la capital ese diálogo con el arte puede volverse intenso.

En la mañana de ayer, fue inaugurado el Museo Orgánico en Romerillo (MOR), una propuesta liderada por el artista Alexis Leyva Machado (Kcho) en ese barrio habanero.

Con la participación de 92 artistas cubanos y extranjeros, el MOR sigue el eje temático del evento y tiene como premisa convertir el espacio urbano en un laboratorio social donde el arte conviva entre los pobladores como “un artículo de primera necesidad”.

En calles, parques, paradas de ómnibus, mercados, cafeterías y casas de Romerillo se ha instalado el arte contemporáneo para interactuar con los pobladores de la zona y cuanto público se acerque a esta gran galería a cielo abierto.

Por otra parte, a las exposiciones, performances e intervenciones públicas también se sumaron los espacios teóricos en la Universidad de las Artes (ISA) y en el anfiteatro Varona, de la Uni­versidad de La Habana.

Para hoy, la programación propone la conferencia Hershey Model Town: De Pensilvania a La Habana, en el Salón de Mayo, del Pabellón Cuba, a las 3:30 p.m.; y el performance Cuba informal poker room, de Eugenio Tibaldi, en el Centro Wifredo Lam, a las 5:00 p.m.

Mientras el miércoles, a las 5:00 p.m., tendrá lugar la presentación de Combos de video, de Néstor Siré, en la Fundación Ludwig de Cuba; y el jueves Des-Concierto II, de Adonis Ferro, Denis Peralta y Maysabel Pintado, en el Pabellón Cuba, a las 6:30 p.m.

La Bienal de La Habana celebra en esta edición sus 30 años de creada. Entre la idea y la experiencia es el presupuesto que mueve al arte por los diferentes espacios urbanos que estarán intervenidos hasta el 22 de junio, con obras marcadas por la transdisciplinariedad, la integración y el diálogo artista-espectador.

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