Por Omar Ríos González*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- La historia de nuestra patria está abonada por las tantas razas que la conformaron.


Entre ellas la asiática, y en especial la china dejó su impronta de modo determinante.

El 3 de junio del 1847, llegaron a Cuba por el puerto de Regla los primeros chinos culíes- contratados- para trabajar en la producción cañera, luego de algunos años de esclavismo africano en estas labores. De los aborígenes cubanos poco o nada quedaba ya. La avaricia de la corona española acabó con ellos a pesar de su resistencia a ser dominados.

A su llegada, se les situaba en barracones ya edificados para el evento; se esperaban unos 500 chinos por los que se pagaba de 70 a 80 pesos por cabeza.

Los chinos se enrolaban en estas expediciones engañados por inescrupulosos comerciantes de mano de obra barata, y provenían de países varios, hasta de Latinoamérica adonde llegaban en busca de mejor vida.

Los contratos que firmaban eran por ocho años, y ganaban 4 pesos por mes, más una comida diaria.

El cálculo de los culíes llegados a Cuba, es de aproximadamente 125000 personas, entre las cuales venían hombres y mujeres, muchos de ellos jóvenes y adolescentes, que aparecían incluso como venta en distintos periódicos de la nación entonces, en especial de la capital. Por lo general, se trataba de muchachas quinceañeras las más solicitadas.

Al cabo del tiempo y por la insoportable situación económica que los embargaba, muchos de estos asiáticos optaban por el suicidio como alternativa. Entre el 1850 y 1860, se observaron los mayores índices de muertes por esta causa en Cuba.

En el 1852 llegaron varios buques de Manila, Hong Kong y otras zonas chinas con su carga de emigrantes culíes.

Ya para el 1859 apareció la primera fonda china en La Habana, ubicada en Zanja y Rayo, cerca de la cual habían locales relativos a la producción y almacenamiento de tabaco.

La capital iba destacándose por la cantidad de industrias y comercio. Así comenzaron a solicitar mano de obra para la construcción, y los chinos se convirtieron en albañiles, carpinteros, herreros y otros oficios.

Estos locales ya para el 1860 encontraron su mejor ubicación por las calles Galiano, Belascoaín, Zanja y Reina, donde se fueron acomodando los culíes.

Muchos probaron suerte en la etapa de la fiebre del oro en EE.UU., y emigraron hacia el Norte, en especial a California.

Martí, conocedor de las peculiaridades de la explotación china, escribió sobre ella en el diario caraqueño “La unidad nacional”.

Aquellos chinos que pudieron ahorrar u obtener ganancias de aquella etapa, regresaron a Cuba para invertir en negocios donde utilizaban la mano de obra de sus coterráneos menos afortunados, tratando de evitar la mescolanza con los criollos. Bien conocida es esta cualidad de los asiáticos para preservar sus costumbres y así evitar el desarraigo de estas.

Un buen número de chinos culíes formaron parte de la mambisada cubana, participando en la Guerra de Independencia. Ya en el “Rescate de Sanguily” participaron una gran cantidad de estos hombres, que incluso provenían de lugares inhóspitos donde se encimarronaban. Se cree que al menos 1300 de ellos estaban en esa condición al comienzo de la Guerra del 1868.

De esta forma, se amplió el espectro social chino en nuestra idiosincrasia, llegándose- incluso- a fundar sociedades culturales y de recreación chinas.

Hasta un casino llegaron a tener. En fecha más avanzada, logran establecer 4 libelos en su idioma, y una revista de carácter bilingüe. Hubo cine chino igualmente, e imprentas.

La comida china comenzó a tener fama, y muy pronto formaron parte de la cultura culinaria en Cuba. Por su parte, las deidades chinas encontraron en las nuestras- españolas y africanas- afinidades.

Afincados ya en el cubanismo, con familia criolla, surgió el cementerio chino de la calle 26 y Zapata.

El triunfo de la Revolución cubana del 1 de enero del 1959, hizo tambalear a algunos comerciantes asiáticos de cierta economía, y se marcharon a EE.UU, pero las raíces cubanas contaban con muchos chinos, o sus descendientes que habían combatido contra los desgobiernos de la seudo república.

De cierta manera se fue perdiendo el encanto de aquellas zonas donde era peculiar la presencia de chinos originales y sus familias chino-cubanas, y solo en la década del 1990 del siglo XX se tomó conciencia del deterioro de una de las más importantes vertientes de la cultura cubana arraigada ya en su arcoíris de nacionalidades. Se procedió entonces a revitalizar el Barrio Chino para beneplácito de los habaneros y cubanos en general.

Nuestra sangre tiene un contenido de aquellos indómitos culíes que encontraron en Cuba el hogar de su vejez y esperanzas.

Como digno recordatorio de estos, se levantó en Línea y L un monumento a los chinos culíes quienes se trastocaron de buscadores de fortuna en patriotas, donde se describió su naturaleza guerrera: ...“No hubo un chino desertor. No hubo un chino traidor”.

Sobre la presencia china en Bauta, actual provincia de Artemisa:

Como se destaca en el libro (E-Book) “Catauro Bautense”, de los autores Ing. Omar Ríos y Dr. Eduardo Ordaz, los asiáticos formaron parte de la raíz bautense- en especial los chinos-, que desde la Guerra de Independencia estuvieron al lado de los mambises.

Fueron los chinos quienes trajeron a Bauta por primera vez los helados de frutas, y eran memorables las tintorerías y bodegas, acicaladas siempre como si estuvieran en perenne fiesta.

A modo de recuerdo, los autores del libro obtuvieron fotos de algunos chinos que hoy son parte indisoluble de Bauta y que dejaron raíces en ella.

Los Lee, Wong, Yon, Yí, Cheng, Sion, Chio, Lio, Lí, Eng, Chong, y otros apellidos chinos, están presentes en el arcoíris de razas bautense.

Incluso el cocinero del norteamericano Mr. Hedges el dueño de la Textilera Ariguanabo, era el chino Wong que vivió en Cayo La Rosa, Bauta,  dejando una gran familia acá.

Se dice que a los chinos cuando llegaban a Cuba, Inmigración les ponía un nombre en español y les dejaba el apellido, pero en las Asociaciones chinas de la capital, a las que pertenecían, estos sí declaraban su nombre verdadero.

Martianos

Martianos

Pasaporte de Luís Yon, de Hong Kong, con camisa oscura, al llegar a Cuba, y foto con su primo Mario Yon en el barco que los trajo a nuestro país.

Martianos

Luis en El Popular, una de las bodegas de su familia. Se trata de la que estaba situada en 251 esq. 154, ahora Tienda de productos en CUC. A su lado dependientes de entonces. Esta bodega era de Sabino Yon, y la trabajaban Luis y Mario Yon. La misma tuvo su equipo de pelota cuyos trajes llevaban el nombre de la bodega a modo de promoción.

Quizás la información más vieja de la presencia de asiáticos en Bauta, tenga que ver con lo siguiente: Nos relató el bautense Vinicio Pedro que su mamá le contaba de la incorporación en este pueblo de cinco chinos culíes- con el cabello largo recogido en una trenza- a la tropa de Máximo Gómez al tomar el poblado e iniciar Maceo su avance a Vuelta-abajo. Se acercaron los chinos al viejo mambí y le preguntaron con su típico acento en español: -“¿Tú Masím Gom?”. A lo que el dominicano respondió que sí, y entonces ellos dijeron que querían pelear por Cuba. Gómez los aceptó e iniciaron el camino hasta los predios de Perfecto Lacoste- holguinero dueño del entonces ingenio “Lucía” , hoy Habana Libre, que fue el delegado del Partido Revolucionario Cubano en La Habana, y en la pseudo república fue Ministro de Agricultura- donde salió el criado de la casa y al ver a los chinos exclamó con desdén: —“No sólo negros, ahora chinos también…”, a lo que los diminutos hombres de ojos rasgados respondieron despectivamente: —“¡Nosotros piliá por Cuba libre…tú a casa!...”. El criado asustado por la rabia que emanaban aquellas palabras, entró velozmente a la cocina. Esto demuestra, además, el racismo que tuvo que padecer esa raza en Cuba, incluso por parte de los mismos esclavos africanos.

Recordemos las bodegas de los chinos en Bauta:

-Calle 138 y ave 247: La Cooperativa, Bodega de Simón Li Sun. Simón dejó hijos en China.

-Calle 150 y ave 247: La Simpar, del chino cantones Juan Heng Sion. Su hijo trabajó en el banco de Bauta.

-Calle 142 y ave 247: La Luz, del chino Guillermo Lecong Wong, cantones.

-Calle 146 y ave 237: Bodega del chino Antonio Chong. Vivió allí con su hermano, que falleció en la finca de hortalizas de los Wong (3 chinos) a la salida de Bauta a Caimito, a la izquierda, casi frente al Motel. Como anécdota, hubo un hombre que quiso probar una pistola que compró, y situado cerca de la finca de hortalizas de los Wong, disparó hacia el baño que quedaba fuera de la casa. Desgraciadamente había uno de los empleados chinos allí que murió en el acto. Esta finca era famosa por sus verduras, chinas 100 por ciento, que eran vendidas directamente al Barrio Chino de Zanja, en la capital, o venían compradores de las plazas capitalinas a buscarlas directamente. En ella trabajaban varios chinos.

-Calle 152 y ave 247: Bodega de Roberto Lee; se la vendió a Reinaldo Ortiz, y puso otra en 148 y 247, número 24516, llamada Los tres chinitos.

-Calle 150 esquina a 239, Número 23934. Bodega Las Mercedes, de Antonio Lee, que vino de Regla y se la dejó a su hermano Li Wong Chong, que en Cuba era conocido como Arturo Lee Chí, de Hong Kong. Dejó descendencia en Bauta.

-Calle 150 y ave 249: Bodega La Gran China, del chino Santiago. Esta bodega perteneció realmente a Antonio Yi Li, y ahí se entrenaban los jóvenes chinos que venían a nuestro pueblo traídos por él, que después pasaban a la Campana China.

-Calle 144 y ave 257: Santa Emilia, de Antonio Chio Lio, cantones. Dejó prole en Bauta.

-Calle 146 y ave 243: Bodega de Juan Chang.

-Calle 146 y ave 251: La Campana China, del chino Antonio Yi Li, quien terminada la II Guerra Mundial, trajo a Bauta a algunos paisanos jóvenes que se establecieron en bodegas en nuestro pueblo. Antonio era el hermano mayor de Felipe Yi Li, conocido como “El Nagüe”. Otros sobrinos de ellos en Bauta: Francisco (Panchito), Aníbal, y Elio.

-Ave 251 y calle 154, Número 15401: El Popular, de Sabino, Luís y Mario Yon. Sabino tenía un pisa-y-corre Chevrolet. Al lado de la bodega, hicieron un puesto de revistas americanas, pero no prosperó. Luís tenía un Bel-Air Chevrolet del año, de Agencia.

-Ave 251 y calle 158: Bodega del chino Andrés Lio y su hijo, que dejó descendencia en Punta Brava.

Trenes de lavado:

-Calle 152 Número 24908: El Traje, de varios dueños chinos. Aquí laboraban varios paisanos de Lee Wong, como Julio, Ramón, Antonio Joaquín, Ángel, también llamado Jerónimo, y otros. El local pertenecía a Felipe Yi, quien construyó para el 1951 una casa encima de la tintorería. Éste trabajó la línea de helados, haciendo la heladería El anón, en 251 entre el Cine Suárez y la sastrería de Chinchilla en la década del 50, y tuvo algunas casas de su propiedad en el barrio de Corralillo, y encima de la lavandería. Cerca de la heladería estuvo una lavandería, la de Vicente Couse, que no era chino, por la década del 50 ídem. Jorge Yi, hijo de El Nagüe vive en Bauta donde constituyó hogar con la bautense Mercedes León, y ahora son abuelos de una gran prole.

-Ave 249 Número 14813: Lavandería El Diamante, del chino Oscar Lee, casado con una mulata hija de un herrero bautense. Se dice que Oscar era familia de Roberto Lee.

Chinos en el Registro Civil bautense:

  1. 1. Keung Yee. Natural de Cantón, China, donde nació el 3 de Agosto del 1897. Llegó a Cuba el 28 de Septiembre del 1917 en el Vapor Olivette.
  2. 2. Antonio Lee Wong, natural de Cantón, China, donde nació en el año 1853. Llegó a Cuba el 18 de Diciembre del 1921 en el Vapor Siboney.
  3. 3. Oscar Lee Cheng, natural de China donde nació el 30 de Abril del 1907. Llegó a Cuba el 25 de Julio del 1922 en el Vapor Lafayette.
  4. 4. Mario Li, natural de China, donde nació el 24 de Febrero del 1900. Llegó a Cuba el 5 de Marzo del 1924, en el Vapor Orizaba.
  5. 5. Ángel Eng Lecon, natural de Cantón, China, donde nació en el año 1914. Llegó a Cuba el 24 de Agosto del 1924, en el Vapor Siboney.
  6. 6. Heng Sion, natural de Cantón, China, donde nació el 21 de Septiembre del 1903. Llegó a Cuba el 7 de Marzo del 1936 en el Vapor Orizaba.
  7. 7. Enrique Lecon Wong, natural de Cantón, China, donde nació el 19 de Septiembre del 1911. Llegó a Cuba el 18 de Mayo del 1939 en el Vapor México.

Otros chinos convivieron en Bauta, pero se asentaron en municipios y provincias adonde llegaron primero, como es el caso de Onelia Lí, cuyo padre llegó a Cruces, Las Villas, y luego permaneció en nuestro pueblo, entre otros.

Sirva este artículo para renovar votos por el conocimiento de estas y otras razas que conforman al cubano actual.

*Ing. Omar Ríos González, traductor, profesor, historiador, escritor y periodista cubano.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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