José Luis Rodríguez - Foto: Claudia Camps - Cuba Contemporánea.- La economía cubana acumuló una tasa de crecimiento promedio anual de 2, 5% entre 2009 y 2014, pero para lograr un proceso de desarrollo sostenible requiere elevar ese ritmo a entre 5 y 7%, con tasas de inversión de entre 20 y 25% del PIB en los próximos años.


Materializar esas perspectivas requerirá -por un lado- un crecimiento en las inversiones y también de nuevas medidas de estímulo para el incremento de la productividad del trabajo en el orden interno.

En relación con las inversiones se planifica que las mismas crezcan este año alrededor de 28,7%, y en ello debe incidir una mayor presencia de la inversión extranjera.

Ya en 2015 han comenzado a concretarse los efectos de la aprobación de la Zona Especial de Desarrollo de Mariel (ZEDM), donde se reporta la existencia de más de 23 solicitudes en diversas fases de análisis, de las cuales seis han sido aprobadas recientemente.

Adicionalmente una nueva Ley de Inversión Extranjera aprobada en 2014, apoyada por una Cartera de Oportunidad de Negocios con 246 proyectos por 8 700 millones de dólares, comienza a ser valorada por los medios de negocios en países como México -que reporta la identificación de 50 proyectos factibles-, y más recientemente por empresarios franceses, entre los potenciales inversionistas de mayor importancia.

Por otro lado, nuevas decisiones dirigidas a estimular el incremento de la productividad del trabajo se materializan a partir de la implementación de una mayor descentralización de la gestión empresarial estatal que conlleva nuevas alternativas para incrementar la retribución al trabajo.

Al respecto, vale la pena señalar que el salario medio creció en 2014, en base a las decisiones políticas acordadas, un 61,5% en el sector de la salud pública, 44,2% en la minería, 25,9% en la industria y 23,5% en el sector azucarero Además, en el recién concluido Congreso de la ANAP se planteó elevar los precios de compra a los campesinos para estimular la producción agropecuaria, al tiempo que se elevaba 32,1% el salario en el sector el año pasado.

En el contexto de estas positivas transformaciones, es necesario considerar también que la economía cubana presenta un coeficiente de apertura externa del 44,3%, por lo que las tendencias de la economía internacional en los próximos años serán un factor de notable de importancia en los planes de crecimiento del país.

Sin embargo, al examinar las proyecciones existentes debe tenerse en cuenta el enorme grado de incertidumbre y variabilidad que las mismas presentan, considerando el impacto -aún no calculado completamente- de fenómenos tales como la caída reciente del precio del petróleo y su trayectoria a corto plazo.

No obstante, algunas tendencias parecen apuntar a un escenario de ritmos de crecimiento en la mayoría de los casos menores a los del quinquenio precedente. De este modo, tomando en cuenta estimados de diversos organismos internacionales como el FMI y el Banco Mundial, los mismos muestran una economía global que crecerá entre 2015 y 2020 a un ritmo promedio anual del 3,8%, cifra solo ligeramente superior al 3,6% del período 2011-2014 y que no refleja una recuperación apreciable.

Entre los principales polos desarrollados, Estados Unidos solo pasará de 2,1 a 2,5% en los períodos señalados, mientras que la Eurozona saldrá de la recesión, pero únicamente con un 1,6% de crecimiento en el próximo quinquenio, mientras que Japón se mantendrá estancado, con un incremento inferior al 1%.

En América Latina y el Caribe se reduce el ritmo de crecimiento de 3,1 a 2,4%, y en general los países subdesarrollados y emergentes se desaceleran de 5,2 a 4,9%.

La tendencia a la reducción en los ritmos de avance también estará presente en el caso de los BRICS, excepto en el caso de la India. En efecto, para Brasil se espera un crecimiento negativo en 2015 y un incremento del PIB de entre 2 y 3% en los próximos cinco años. Rusia enfrenta una recesión que puede llevarla a reducir un 3% el PIB este año y crecer entre 2 y 3% como promedio en el quinquenio, mientras que China reduce sus ritmos de crecimiento a entre 6 y 7% y Sudáfrica se mantendrá creciendo en torno al 2% anual. Finalmente, se estima que la India mantendrá un notable ritmo de incremento del PIB, llegando a entre 6 y 7% anualmente hasta 2020.

Por otra parte, se esperan también notables cambios en los precios del comercio internacional. Comenzando por el petróleo -aunque no hay certeza en muchos pronósticos- se espera que los precios del barril WTI asciendan de alrededor de 53 dólares este año a una cifra en torno a 70-75 dólares en 2020, lo cual deberá repercutir en la reducción del costo de producción de todas aquellas actividades que insumen combustibles, aunque estos precios afectarán por un período de tiempo mayor a los exportadores de crudo y sus derivados.

En relación con los alimentos, se estima que sus precios corrientes crecerán sobre 1%; el del arroz debe reducirse en 4,3% y el del trigo permanecer al mismo nivel actual. También se pronostica que el azúcar no aumente de precio, lo cual no favorecerá al comercio exterior cubano.

Se espera que aumente 4,3% el precio de los minerales y metales no preciosos. En el caso del níquel, los precios deben aumentar 6%, aunque mantienen un alto nivel de volatilidad.

En síntesis, las tendencias más generales no mejoran en muchos aspectos el desempeño de los últimos años, aunque no serán de poca importancia los precios menores del combustible y los alimentos, pero habrá que examinarlos añadiendo otros elementos que incidirán en la coyuntura que deberá enfrentar el país en el mediano plazo.

Actualizando las perspectivas de la economía internacional para Cuba (II)

Al analizar las perspectivas de la economía internacional para Cuba debemos tomar en consideración el nuevo escenario que se abre en el proceso gradual de normalización de relaciones con Estados Unidos que se acordara el pasado 17 de diciembre.

Como se ha señalado oportunamente, el principal obstáculo para esa normalización es la permanencia del bloqueo económico por parte del gobierno norteamericano, por lo que su completa eliminación es un prerrequisito esencial para poder avanzar. En este sentido se abren diferentes alternativas.

Por un lado, es cierto que la eliminación total del bloqueo requiere de la aprobación del Congreso, procedimiento que toma tiempo, aun suponiendo que no haya una oposición mayoritaria para ello. Por otro, también es cierto que el presidente Obama tiene potestades ejecutivas que le permiten adoptar decisiones que rebajarían el impacto de las medidas que mayor daño causan.

Al respecto, resulta de mucho interés un trabajo recientemente publicado bajo el título Conditions for Lifting the U.S. Trade Embargo Against Cuba (Condiciones para levantar el embargo comercial de EE.UU. contra Cuba).

En este documento se destaca que el bloqueo descansa en tres cuerpos legales principales: la Trading with the Enemy Act de 1917, la Foreign Assistance Act de 1961 y la Cuban Democracy Act de 1992, y se demuestra que en esas disposiciones existen provisiones que permiten al presidente de Estados Unidos tomar acciones unilaterales para modificar la aplicación del bloqueo a Cuba, aunque para su revocación total en caso de leyes específicamente dirigidas contra la Isla se requiera la aprobación del Congreso. En el análisis se incluyen estudios específicos de cómo se levantó el bloqueo a Rodhesia del Sur y a Sudáfrica como ejemplos de la aplicación de facultades presidenciales al respecto.

Por otra parte, representantes de los medios de negocios norteamericanos, interesados en desarrollar vínculos económicos con Cuba, han adoptado la estrategia de proponer iniciativas legales en el propio Congreso de Estados Unidos con el objetivo de desmontar parcialmente las disposiciones que norman el bloqueo.

En ese contexto, entre finales de enero y principios de febrero de este año se presentaron tres proyectos de ley en el Congreso norteamericano: dos en el Senado (S-299 Freedom to Travel to Cuba Act y S-491 Freedom to Export to Cuba Act), y uno en la Cámara de Representantes (HR-635 Promoting American Agriculture and Medical Exports to Cuba). Estos proyectos de ley se encaminan a desmontar parcialmente disposiciones hoy vigentes del cuerpo legal del bloqueo con vistas a impulsar el establecimiento gradual de relaciones comerciales entre los dos países.

Adicionalmente, en mayo se presentó el proyecto Ley del progreso digital y de las telecomunicaciones en Cuba, dirigido a aprobar la operación en Cuba de empresas como AT&T y Verizon. De igual modo, se acaba de constituir un lobby denominado Engage Cuba con el objetivo de promover el turismo hacia nuestro país, y también se ha constituido un comité de acción política con el título de New Cuba PAC, dirigido a apoyar a los políticos que defienden un cambio en la posición norteamericana hacia la Isla.

Desde luego, estas iniciativas también se enfrentan contra aquellas que comienzan a promover los legisladores cubanoamericanos de ultraderecha para impedir la liquidación del bloqueo, aun cuando la mayoría de las encuestas realizadas entre distintos estratos del pueblo norteamericano se manifiestan contra el mantenimiento de esa política y a favor de la normalización de las relaciones bilaterales.

Por otro lado, las medidas adoptadas ejecutivamente por el presidente Obama hasta el momento tienen un impacto positivo, en tanto se incrementan las remesas autorizadas a Cuba de 2 000 a 8 000 dólares por persona al año; se permite la entrada a EE.UU. de ciudadanos norteamericanos que retornen de Cuba con compras de hasta 400 dólares por persona, incluyendo ron y tabaco hasta 100 dólares, y se flexibilizan los requisitos en las 12 categorías actualmente vigentes para la autorización de viajes no turísticos a nuestro país.

En este último aspecto se registró un crecimiento de 36% en la cifra de ciudadanos estadounidenses que visitaron Cuba de enero a inicios de mayo último en comparación con igual período de 2014, y la administración Obama ha aprobado cuatro licencias para viajes mediante servicios de ferry entre diferentes puntos de la Florida y La Habana.

Sin embargo, uno de los efectos de mayor significación a corto plazo del nuevo escenario posible de relaciones entre Cuba y EE.UU. se refiere a la repercusión que ha tenido el actual proceso en hombres de negocios y gobiernos de terceros países, que han acelerado su acercamiento a Cuba y se proyectan por una ampliación de los intercambios de todo tipo a corto plazo. Especialmente se destacan la reciente visita a La Habana del mandatario francés, François Hollande, y las declaraciones del presidente del Club de París, Bruno Bézard, de visita en nuestro país en marzo de 2015, cuando dijo que esperaba una renegociación en unos meses de una deuda cubana estimada entre 15 y 16 000 millones de dólares.

Otros temas deberán ser abordados en el proceso de normalización, entre ellos la solicitud de indemnización por las propiedades norteamericanas que nacionalizó el gobierno cubano, por las que los antiguos dueños reclaman alrededor de 8 000 millones de dólares. Igualmente, La Habana señala que también habrá que ventilar la solución a la Demanda del pueblo cubano contra el gobierno de Estados Unidos por los daños económicos ocasionados a Cuba, la cual establecía 121 000 millones de dólares en el año 2000, y la Demanda del pueblo de Cuba al gobierno de Estados Unidos por daños humanos, que reclamaba en 1999 una indemnización por la muerte de 3 478 personas y la incapacidad de 2 099.

Actualizando las perspectivas de la economía internacional para Cuba (III)

Uno de los factores a tomar en cuenta en las perspectivas de la economía internacional para Cuba en los próximos años, es la situación a corto plazo de sus principales socios comerciales.

En general, las proyecciones económicas vienen modificándose a la baja en la medida en que transcurre 2015. De este modo, las valoraciones más recientes muestran una disminución en los ritmos de crecimiento, empezando por América Latina y el Caribe, una región que -según los pronósticos del FMI de abril de 2015- incrementará su PIB solo 0,9% este año y crecerá un 2,0% el próximo, con una perspectiva de incremento del 2,8% entre 2017 y 2020.

Si se examina a aquellos países con un mayor vínculo comercial con Cuba -según los datos disponibles del Anuario Estadístico de 2013-, la situación muestra características que será necesario tomar en cuenta en las proyecciones a realizar.

El país con el mayor nivel de vínculos comerciales con Cuba en estos momentos es Venezuela, que cubre el 37,6% de las exportaciones de bienes y el 40,4% de las importaciones, en tanto concentra el mayor peso en la exportación de servicios.

Venezuela ha vivido en los últimos años un proceso calificado por sus dirigentes como guerra económica, con medidas desestabilizadoras tales como el acaparamiento de bienes de consumo y maniobras financieras especulativas. Producto de esa situación y de la reducción en más de 50% de los precios del petróleo desde el segundo semestre de 2014, la economía sufrió una contracción de 3% el pasado año y en 2015 se pronostica una nueva reducción de 3,5%, según estimados de la CEPAL. Una mejor perspectiva en la recuperación gradual del precio del petróleo hasta 2020 debe aliviar la presión sobre la balanza de pagos del país sudamericano y mejorar su desempeño económico.

En este sentido, vale la pena destacar que aún en la compleja coyuntura actual se han mantenido sin cambios los acuerdos comerciales y de colaboración entre Venezuela y nuestro país.

China ocupa el segundo lugar en el intercambio comercial de bienes. El gigante asiático cubría el 14,7% de las exportaciones de bienes y el 11,5% de las importaciones de Cuba en 2013. También -en el contexto de la política financiera adoptada por la Isla en 2015- se reportó un incremento de los créditos otorgados por China para el presente año a un nivel superior a los 1 700 millones de dólares.

Adicionalmente, se ha iniciado un proceso gradual de incremento de las inversiones chinas asociadas a la modernización del puerto de Santiago de Cuba y al desarrollo de un campo de golf en el sector del turismo, entre los proyectos de mayor significación. Los ritmos de crecimiento de China se pronostica lleguen a 6,8% en el presente año y se estabilicen en torno al 6,3% entre 2016 y 2020, lo cual mantendrá al país en el grupo de los de mayor expansión en el mundo en el futuro cercano.

Por su parte, España se ha mantenido como el tercer socio comercial de Cuba, cubriendo el 3,5% de las exportaciones y el 7,4% de las importaciones. Luego del significativo impacto de la crisis sobre la economía española en los últimos años, para 2015 se espera una gradual recuperación, con un incremento de 2,5% del PIB, que debe expandirse otro 2,7% el próximo año y 1,2% en 2020.

España se mantiene como el principal país emisor de inversión extranjera en Cuba por el número de asociaciones con capital extranjero, y aunque por el número de turistas pasó del cuarto al octavo lugar en la última etapa, existen perspectivas de una recuperación en la misma medida en que se reanime la economía española, alcanzando ya un crecimiento de 5,5% en 2014.

Canadá, cuarto entre los principales socios comerciales de Cuba, captó el 8,8% de nuestras exportaciones y cubrió el 3,1% de las importaciones de bienes en 2013. Sin embargo, es el primer país emisor de turismo hacia la Isla, cubriendo el 39,1% del total de visitantes, con un crecimiento interanual de 6,3% en 2014. El pronóstico de su evolución económica muestra un crecimiento de 2,2% este año y 2% en 2016, manteniéndose a ese nivel hasta el 2020.

Finalmente, Brasil se ubica quinto entre nuestras contrapartes en el comercio de bienes, cubriendo el 1,5% de las exportaciones de mercancías y el 4,2% de las importaciones. El gigante sudamericano ha incrementado su presencia como inversionista extranjero, especialmente en el desarrollo de infraestructura, donde -según fuentes brasileñas- el Banco Nacional de Desarrollo de Brasil (BNDES) ha financiado proyectos por 1 700 millones de dólares en los últimos cinco años.

La evolución económica brasileña ha sido compleja en períodos recientes, con un pronóstico de contracción del PIB de -1,0% este año y un incremento del 1,0% en 2016, que llegaría a 2,5% en 2020, aunque el país se mantiene con un enorme potencial de crecimiento y es la mayor economía latinoamericana.

Resumiendo, si bien la evolución previsible de los principales socios comerciales de Cuba en los próximos cinco años no será tan positiva como en períodos anteriores, existe un espacio para el crecimiento del intercambio a partir de los avances que nuestro país logre alcanzar. La gradual normalización de relaciones con Estados Unidos también actuará como un factor de impactos gradualmente favorables en el futuro, particularmente en sectores como el turismo en el corto plazo.

* El autor es asesor del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial

Cuba
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