José Luis Rodríguez fue el ministro de Economía de Cuba entre los años 1995 y 2009. Con motivo del XIII Encuentro Estatal de Solidaridad con Cuba, que se celebró el pasado fin de semana en Zaragoza, visitó la capital aragonesa.

David Sediles García - Aragón Digital.- Como ministro de Economía de Cuba en 1995, José Luis Rodríguez tuvo que lidiar con una situación económica muy difícil en el llamado “Periodo Especial”, cuando el bloque soviético desapareció y con él su ayuda económica. Rodríguez opina que el proceso de cambios económicos que está viviendo hoy su país es incluso más profundo que aquel.


Pregunta.- Usted llegó a ministro de Economía cuando Cuba estaba saliendo del “Periodo Especial”. ¿Cómo describiría las diferencias entre la Cuba de entonces y la de la actualidad?

Respuesta.- Entré en 1993 en el Ministerio de Finanzas cuando el país estaba en el punto más crítico de la crisis y después pasé al Ministerio de Economía en el 95 hasta 2009. En aquellos momentos se trataba de resistir el impacto de la crisis y se tomaban medidas para resolver la sobrevivencia y reinsertar la economía cubana tras la desaparición del campo socialista.

Actualmente de lo que se trata es de un cambio sistémico. Es decir: no es una medida acá y otra medida allá, sino un cambio completo de estrategia que apunta a un desarrollo sustentable a corto plazo. Se pretende que las tasas de crecimiento se sustenten, que no fluctúen, y que lleguen a niveles entre el 5 y el 7% de promedio en los próximos cuatro o cinco años. Es un proceso tal vez mas complicado que aquel.

P.- Su conferencia en el 13º encuentro estatal de solidaridad con Cuba se ha llamado “Nueva realidad económica en Cuba”. ¿Qué ha contado en ella?

R.- En Cuba se aprobó un programa en el 2011 después de una discusión masiva con la población que se conoce como los Lineamientos para la Actualización del Modelo Económico de Cuba y éste tiene dos puntos clave. Uno, a corto plazo, resolver el desbalance financiero del país, o por lo menos aliviarlo. Y dos, incrementar la eficiencia económica mediante el aumento de la producción.

En estos cuatro o cinco años se ha avanzado en el reordenamiento financiero externo por dos vías. Se ha renegociado deuda que estaba atrasada en el pago y se ha estado pagando también nuevos créditos, de manera que el país ha hecho un esfuerzo grande en este sentido. Junto a eso se abre una nueva ley de inversión extranjera con una zona especial para experimentar condiciones excepcionalmente favorables para el inversionista extranjero en el país.

El segundo aspecto tiene que ver con la productividad. Para que se eleve la productividad se puede organizar mejor la fuerza de trabajo, cosa que se ha venido haciendo, y racionalizar el personal administrativo, ayudando al adelgazamiento del Estado y ubicando esa fuerza de trabajo en el sector cooperativo y en el sector privado urbano, que ya es el 27%. Y ese reordenamiento está dando un mejor rendimiento de los que quedan trabajando para el Estado.

Y por otro lado, hace falta inversión. Porque no basta con reordenar mejor, sino que hay que recapitalizar lo que se perdió los últimos 25 años y tiene que haber inversiones en los sectores más dinámicos de la economía. También se ha cambiado la ley tributaria, la ley de inversión extranjera y la ley migratoria.

Todo eso se ha hecho en una coyuntura donde está presente además el bloqueo de EEUU que nos va costando entre 4.000 y 5.000 millones de dólares en pérdidas al año. Otro punto que nos afecta es la coyuntura de nuestros productos en los mercados. Por ejemplo, el níquel ha tenido precios muy fluctuantes y el azúcar ha bajado de precio los últimos años. Y el turismo, aunque ha estado creciendo, todavía los ingresos crecen menos que los visitantes. Por lo tanto es necesario acelerar la eficiencia de la venta del producto turístico que es muy importante para Cuba en esta nueva etapa.

P.- ¿Cuáles cree que son las reformas económicas que más necesita Cuba?

R.- Realmente pienso que las más importantes ya están delineadas. Una apertura que permita un mayor flujo de financiamiento, especialmente de inversión extranjera. Y además el país tiene que rediseñar el sistema de gestión económica, de una gestión muy centralizada a una más centralizada con mayor participación de los trabajadores en la toma de decisiones. Pero estos cambios no van a ser de un día para otro.

P.- ¿Hacía dónde cree que dirigirán a Cuba esas reformas económicas si se llevan a cabo?

R.- A estabilizar su ritmo de crecimiento lo cual permita aumentar gradualmente el consumo de la población y resolver una serie de carencias que todavía tenemos.

P.- ¿Qué dirección espera que tomen las relaciones de Cuba con EEUU en general y especialmente en lo que al bloqueo se refiere?

R.- Sin duda los cambios son positivos. Con las relaciones diplomáticas se inicia un proceso de normalización que tiene como primer punto en la agenda eliminar el bloqueo. Éste no va a caer en un día ni en un año. Es un proceso largo y complejo. No obstante, el presidente de EEUU puede hacer modificaciones en la forma en que se aplica atenuando su impacto, aún sin eliminarlo como tal.

P.- ¿Y con España?

R.- España es fuerte ya en comercio con nosotros, es el tercer socio y en la asociación de capital extranjero por número de negocios es el mayor representado. Esta tendencia debe continuar no sólo por los vínculos económicos sino porque también tenemos vínculos familiares y políticos en distintas épocas con el Gobierno español, más allá de diferencias que puedan existir en uno u otro momento. La relación de negocios con Cuba tiene una tendencia a expandirse y la prueba es que en los últimos 25 años, donde ha habido distintos gobiernos en España, se ha mantenido esta presencia de capital español en Cuba, que además manifiesta interés en mantener esa línea.

Y también a razones afectivas. Muchos de nosotros somos hijos de españoles, yo mismo lo soy. Es decir, que es una relación muy particular que no existe con México o no existe con Brasil y que puede llevar a una expansión mucho mayor.

P.- ¿Qué atractivo tendría esta nueva situación para los empresarios aragoneses y españoles?

R.- Se espera una mayor presencia de capital español en el turismo. Una de las primeras cosas que parece que va a suceder es una apertura total, o por lo menos parcial, de visitantes norteamericanos a Cuba. El número de norteamericanos que está viniendo no es una cifra grande, en torno a 20.000 al mes, quizá un poco más, pero cuando se levante el bloqueo se ha calculado que entrarán más de un millón de norteamericanos al año, sumados a los tres millones de turistas que el país recibe actualmente. Por lo tanto es un negocio de grandes proporciones y donde la presencia y el éxito que ha tenido el capital español en estos momentos deben servir para continuar.

Otro atractivo es el petróleo. La primera firma que hizo exploración petrolera en Cuba fue Repsol. Ésta empresa volvió en el 2012 a la zona “off-shore” que tiene Cuba en el Golfo de México. En esa zona se sabe que hay petróleo pero no se ha pinchado exactamente donde está. Se ha estimado que hay una cantidad apreciable, entre 9.000 y 20.000 millones de barriles de petróleo. Hay evidentemente un interés en continuar esas exploraciones, y no solo para el capital español, que ha estado, sino para el capital norteamericano que no ha estado.

P.- Una de las críticas que más a menudo recibe Cuba es la falta de respeto a los derechos humanos. ¿Cómo cree que afectará la nueva situación a esta cuestión?

R.- El tema, aparte de qué se interpreta por derechos humanos y qué hace Cuba en ese terreno, es que si te pones a analizar la calidad de vida del cubano, de las familias cubanas, de los ancianos y de los niños, sin duda la presencia de una seguridad social muy fuerte ha llevado a que Cuba hoy tenga indicadores mucho mejores que muchos países latinoamericanos, e incluso que algunos europeos, en cuestiones de mortalidad infantil y esperanza de vida.

Hay un aspecto en los derechos humanos del cual se habla con frecuencia que identifica el concepto de democracia con un concepto electoral y para nosotros la democracia es en realidad cómo se ejerce el poder del pueblo una vez se ha constituido un gobierno. Y en ese sentido se ha estado estimulando muy fuertemente la participación. No hemos llegado un punto vamos a decir óptimo pero la participación de la ciudadanía en Cuba es muy activa y a la vez analítica con las políticas que el gobierno tiene y emite sus opiniones con mucha claridad.

Periódicamente se hacen muchas discusiones masivas de estas políticas. Por ejemplo, los Lineamientos de la Política Económica se discutieron con toda la población y se ha modificado un 68% del proyecto con respecto al original.

Repito, no es que esté todo bien, no es que esté todo perfecto pero una de las líneas actuales es darle más autonomía a la empresa estatal, que pasa por darle más participación directa a los trabajadores en los asuntos económicos.

Entonces el concepto de democracia no es que haya dos o tres partidos o si se alían de una manera o de otra, sino en qué se concreta la gestión política y cómo se hace la gestión política en el interior del país.

Ése ha sido un concepto muy manipulado contra Cuba. Sabemos por qué pero entendemos que lo que estamos haciendo responde mejor a una política realmente sustantiva de derechos humanos que lo que se nos plantea en los organismos internacionales.

Cuba
La Habana, 24 jul (Prensa Latina) La empresa importadora Mesol de la cadena hotelera española Meliá facilitará las operaciones de los hoteles de dicha firma en este país, señaló hoy un comunicado oficial. Ind...
Lo último
La Columna
La Revista