La Empresa Productora de Cemento del Mariel pretende alcanzar este año 605 325 toneladas para apoyar los planes constructivos del país. Foto: Romero Cruz, Yusmary

Yusmary Romero Cruz - Granma.- En términos constructivos, existen elementos que resultan claves en cualquier obra a acometerse, desde las más grandes edificaciones modernas hasta una pequeña vivienda de mampostería: no se hubieran hecho realidad sin la utilización del cemento.


Tras la obtención de este material, varios hombres y mujeres proporcionan esfuerzos, conocimientos y experiencia. Este año, la Empresa Productora de Cemento del Mariel será una de las de mayores aportes de este elemento en el país, por lo que quienes trabajan en dicho centro han de velar continuamente por la eficiencia del proceso.

En la actual contienda pretenden alcanzar 605 325 toneladas de cemento y 697 998 de clínker (emplean una parte en la obtención del cemento); sin embargo, para cumplir tal propósito, han de diseñar estrategias que les permitan sobreponerse a los contratiempos presentados hasta el momento.

EL ACCIONAR DE UNOS INCIDE EN RESULTADOS DE OTROS

Centro insignia del municipio de Mariel y con casi un siglo de trabajo continuo, la fábrica que en el momento de su fundación fue una de las pioneras en el uso de alta tecnología, es actualmente la segunda más moderna del país; además de haber sido la primera empresa mixta del país.

En sus alrededores radican otras empresas, con las cuales mantiene estrechos vínculos: la de Asistencia y Servicios, la de Mante­nimiento al Cemento, la Empleadora, y la Comercializadora del Cemento (ECOCEM), esta última constituye su único cliente.

Todas se complementan entre sí, de modo que el accionar en cada una, también incide en los resultados de las otras.

Según Carlos Fernández, jefe del grupo de venta de la ECOCEM, el 64,14 % del plan de cemento está destinado a organismos de La Habana, Mayabeque y Artemisa, además transfieren por carretera a Matanzas y Pinar del Río; mientras, por cabotaje envían en bolsas a Holguín, Las Tunas, Granma, Guantá­namo y Santiago de Cuba.

“Entre los principales beneficiados destacan el Ministerio de Comercio Interior, el de la Construcción, las inversiones de la Vivienda, la Unión Eléctrica, Cupet, la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana y otros. Tenemos contratos con alrededor de 168 empresas”, sostiene.

Por otra parte, la planta produce clínker, un por ciento para la fábrica de Santiago de Cuba y el mayor volumen para la del municipio de Artemisa, esta última es la otra con la que cuenta la provincia y tiene la misión de producir en el actual año 140 000 toneladas de cemento (representa el 18,8 % de la cifra total que aportará el territorio).

Al cierre de mayo, el coloso marieleño alcanzaba 181 190 toneladas de cemento, al 80 % de cumplimiento del plan previsto hasta la fecha. Al respecto, Edilson Ávila, vicegerente general en funciones de la empresa productora, afirma que “la extracción de los silos para la venta —actividad de la cual se encarga ECOCEM—, no ha estado acorde con lo planificado para la etapa, pues no todos los organismos han acudido; y la producción no puede ser mayor si no tenemos capacidad de almacenamiento. Disponemos de cuatro silos de 10 000 toneladas cada uno”.

Para esa fecha, el plan de ventas se encontraba a un 82 %, pues a pesar de sobrecumplirse el de cemento a granel, no se alcanzó lo planificado con el cemento en bolsa.

“La producción diaria depende de la extracción”, precisa. El molino tiene una capacidad de 3 200 toneladas diarias, y la extracción en igual periodo se comporta en alrededor de las 1 200.

Por otra parte, la producción de clínker hasta el cierre del referido mes se encontraba a un 86 %. “Esto se debe a estrategias de producción adoptadas”, aclara. En tanto, las ventas se encontraban a un 116 %.

Los elementos expuestos han tenido una incidencia en el pago por estimulación a los trabajadores. “Al no cumplirse el plan de ventas de cemento, no se cumple el de producción por la capacidad en silos, al cerrarse los meses con estos llenos”, señala.

Previamente, una parte de la producción de esta fábrica era destinada a la exportación: “Desde el 2013 no lo hacemos, pues al incrementarse el precio promedio del combustible utilizado, subieron los costos de producción y el precio del cemento, de modo que no éramos competitivos en el mercado”, precisa Ávila.

LA CALIDAD DEL PRODUCTO RESULTA CLAVE

En 1984, Raúl Valdés, operador del control cen­tral, fue acogido en la instalación. “Empe­cé con 22 años y todo el tiempo he trabajado en la misma área. Monitoreo el proceso productivo, informo de las averías, a la vez que velo por la calidad”, acota.

Y es que los resultados finales son fundamentales para los trabajadores, quienes forman parte de la única empresa cementera del país que tiene el sello internacional de la calidad, conferido en el 2009. “Este se renueva todos los años y hasta el momento hemos logrado hacerlo”, apunta Anelaida Coello, analista principal del laboratorio químico, quien ya acumula unas tres décadas de labor en la unidad.

“Contamos con cuatro laboratorios: el físico, el químico, rayos X, y el de control, los cuales son esenciales para lograr una eficiencia en lo que hacemos”.

La joven Dianelys Reyes se desempeña como ingeniera química; ahora se encuentra en el periodo de adiestramiento; hace alrededor de ocho meses trabaja aquí. “Estoy rotando por todas las áreas para conocer las peculiaridades de cada lugar, los diferentes equipos, los parámetros de calidad tenidos en cuenta. Casi todos los procesos se dan a lo largo de los estudios de la especialidad, y esta se aplica bastante en la mayoría de los espacios”.

Desde 1981, el proceso es en seco; “resulta más eficiente energéticamente, pero a la vez, es más trabajosa la transportación del material y la manipulación genera polvo siempre, por lo que intentamos devolver las pérdidas al proceso”, comenta Edilson Ávila.

Javier Cabrera labora como mecánico industrial A en el molino de cemento y es el secretario general del buró sindical. “De las seis fábricas existentes en el país, dos cuentan con todo el proceso desde la materia prima hasta la producción final. Esta es la mejor ubicada geográficamente, porque la cantera está cercana a la fábrica y el puerto es propio”.

Aprovechar el tiempo y los elementos a su favor ha sido una máxima para los trabajadores, quienes en el 2014 cumplieron lo previsto en clínker a un 125 %, alcanzando 541 880 toneladas. Y en esa etapa sobrepasaron en un 10 % lo planificado en cemento, obteniendo 410 310 toneladas.

Los más de 300 trabajadores de la instalación —la mayoría con varios años en el centro— están conscientes de la importancia de la labor desarrollada, por lo que han de velar porque la producción de hoy, garantice el mañana.

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