El tradicional Desfile de la Serpiente es una representación carnavalesca de los países participantes en la Fiesta del Fuego. Unos 11 países participaron en la Red de Carnavales del Caribe en Santiago de Cuba, evento que forma parte de la Fiesta del Fuego desarrollado también en esta provincia
Amelia Duarte de la Rosa - Foto: Yander Zamora - Diario Granma - SANTIAGO DE CUBA.—Muy pronto los pueblos caribeños quedarán enlazados por sus carnavales, —para muchos— la expresión cultural más importante de la región. El coloquio internacional El Caribe que nos une, de la Fiesta del Fuego, ha dado espacio a la implementación de la Red de Carnavales del Caribe, cuya constitución oficial tuvo lugar ayer lunes, con la participación de 11 países presentes en esta cita interregional.
La primera de sus reuniones plenarias se desarrolló en el Complejo cultura Heredia con la presencia del historiador e investigador colombiano Alfonso Múnera, Secretario General de la Asociación de Estados del Caribe (AEC), representantes de las delegaciones caribeñas, intelectuales y estudiosos de estas conocidas festividades tradicionales, multitudinarias y de gran arraigo popular.
Con los objetivos enfocados en la necesidad de promover aún más la cooperación entre los pueblos del área, esta red se crea para propiciar intercambios de experiencias, iniciativas, conocimientos y saberes, así como para compartir las visiones y estrategias sobre políticas culturales en pos de fortalecer los carnavales como fiesta pública, según precisó Múnera en su intervención del encuentro.
“La red pretende contribuir al proceso de construcción de una identidad caribeña única, protegiendo la riqueza de sus diversas identidades. Los carnavales pueden ser también un producto turístico cultural y un medio de vida legítimo e intenso y eso hay que protegerlo. La Asociación de Estados del Caribe está aquí para apoyar este proyecto tan necesario, pues la cooperación mutua nos ayuda a mejorar a todos”, aseguró el alto funcionario de la AEC.
Durante la sesión plenaria, delegados de varios países que integran la Red expusieron sus prácticas en el carnaval. En el caso de Cuba, la intervención estuvo a cargo de Marco Campins, vicepresidente de la Asamblea Municipal de Santiago de Cuba y presidente de la Comisión Organizadora del carnaval santiaguero; y de la profesora Alicia Martínez, directora del Centro de Estudios Sociales Cubanos y Caribeños de la Universidad de Oriente, quienes se refirieron específicamente a la experiencia en esta urbe oriental.
En un aparte con Granma, luego de la reunión, la profesora explicó que en los últimos tiempos a esta fiesta eminentemente popular —que este año se desarrollará del 17 al 27 de julio próximo— se han incorporado nuevos actores sociales.
“Ha habido un punto de inflexión en los últimos años que apunta hacia la ampliación de su base social, lo cual es reflejo del modelo económico que se está implementando. Me refiero a un nuevo actor como el cuentapropista, que, con su gastronomía, puede incidir en enaltecer la culinaria tradicional de los carnavales. En este caso el reto está en monitorear los productos que se expenden, es decir, si toman en cuenta elementos de la culinaria santiaguera como el prú, que es una bebida típica, la ayaca, los chicharrones, entre otros, que nos darían la posibilidad a los carnavalescos, a las personas que disfrutamos el carnaval, de degustar algunos platos y bebidas que se perdieron con el tiempo”.
Existe otro grupo de actores que están circunscriptos a los medios de transporte, apunta la académica, “estos son actores que tal vez con una mirada más genuina pudieran enriquecer esa base social, por eso hablaba de una interacción entre el carnaval y el nuevo modelo económico”.
—En su intervención usted mencionaba que el carnaval no distingue credos y razas, ¿existieron esas diferencias en algún momento?
—“En sus inicios el carnaval santiaguero era per se una expresión de una sociedad dividida en clases antagónicas, lo cual no quiere decir que el carnaval de hoy no reproduzca una estructura socioclasista, pero la diferencia está en que en los primeros años de gestación de los mamarrachos (fiestas populares que dieron origen a los carnavales)—cuyas raíces se encuentran en los negros esclavos de plantación— este elemento clasista estuvo presente mediado por una política de dominación metrópoli-colonia y sobre la base de esa diferencia se pueden entender los procesos clasistas de los carnavales durante los primeros 400 años.
“El carnaval de la Revolución, en cambio, trastocó profundamente las estructuras clasistas de lo que era entonces el carnaval, amplió su base social, se dimensionó el componente institucional y aparecieron otros elementos que contribuyeron a dinamizar el carnaval y se convirtió realmente en el suceso cultural más importante de Santiago de Cuba. Cuando uno va a un carnaval se olvida de quien es, del color de la piel, del credo, porque lo que se quiere es disfrutar el evento.”
—¿Entonces, es el carnaval el suceso cultural más importante de Santiago?
—“Sí, yo tengo ese criterio de que es el más importante porque impacta en toda la sociedad santiaguera, dinamiza la economía, pone en el centro de su atención todas las estructuras culturales y sociales y porque el Gobierno y el Partido le dedican una atención crucial a este suceso.
“Existe una reconversión del carnaval, los espacios públicos se han ampliado. No solo se realiza en las calles centrales, ahora también llega a los barrios de los distritos. La periferia se ha ido apropiando del carnaval o este se ha extendido a estas áreas que no forman parte de los anillos notables de la ciudad”.
—¿Qué opinión le merece la creación de esta Red de Carnavales?
—“Es una de las mejores cosas que le puede pasar al carnaval en Santiago porque le permite, desde una estructura de relacionamiento, del conocimiento popular y científico trascender las fronteras de la geografía santiaguera.
“Compartir con otras expresiones de la cultura popular, dialogar con otros actores locales del Caribe es una forma que posibilita una apertura mayor y va a poner al habla el saber popular con el académico”.