teleSUR.- Los cubanos han expresado tener optimismo, esperanza y muchas dudas sobre su futuro, respecto a las relaciones de su país con Estados Unidos, esto luego de la reapertura de las embajadas de estas dos naciones en sus respectivas capitales, hecho que es tomado por los ciudadanos cubanos como una victoria del pueblo cubano.


Leal y Alarcón califican victoria del pueblo cubano reapertura de embajada cubana en Washington

Radio Habana Cuba.- La reanudación de las relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos constituye una victoria del pueblo digno de nuestro país sobre las políticas de hostilidad, afirmaron personalidades invitadas a la reapertura de la embajada cubana en Washington.

El historiador de La Habana, Eusebio Leal, y el combatiente revolucionario y exdiplomático Ricardo Alarcón dialogaron con periodistas cubanos acreditados para cubrir el suceso acerca de la trascendencia del mismo, refiere Prensa Latina.

Se trata de un reconocimiento de la legitimidad del pueblo cubano y su Revolución, la cual fue negada martilladamente durante muchos años, y al final, la resistencia heroica y la conducción de Fidel Castro y Raúl Castro logran vencer, precisó Leal.

Alarcón recordó que hace 54 años, el gobierno estadounidense rompió los vínculos "porque pensaba que nos liquidarían de inmediato".

De acuerdo con el otrora líder parlamentario, el restablecimiento de lazos oficializado este lunes, a partir de la decisión del 1 de julio de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama, solo puede explicarse sobre la base del "reconocimiento al otro y sus derechos".

En enero de 1961, Washington puso fin a sus relaciones con Cuba, postura a la que siguieron agresiones armadas, ataques terroristas, planes subversivos y la permanente aplicación de un férreo bloqueo económico, con el claro propósito de imponer a la mayor de las Antillas un cambio de régimen.

Para el historiador de La Habana, a tan oscuro pasado debe sobreponerse la voluntad de abordar cuestiones más complejas y profundas en el escenario bilateral, de cara a su normalización.

"No es bueno que vivamos permanentemente azuzando discordias, nuestra buena voluntad está puesta sobre la mesa, y creo que también la del presidente de Estados Unidos", señaló.

Asimismo, Alarcón destacó la importancia de sentarse en igualdad de condiciones a tratar el largo expediente que resta por resolver entre ambos gobiernos.

Respecto a la reapertura de las embajadas en La Habana y Washington, Leal calificó de alto valor simbólico el hecho de que comience por esta capital.

Nosotros fuimos expulsados de aquí, por donde empieza todo ahora, subrayó.

Alarcón y Leal forman parte de un grupo de 30 personalidades de la política, la cultura, la ciencia y el deporte en la mayor de las Antillas, invitadas para la ceremonia presidida por el canciller Bruno Rodríguez.

Un paso histórico, falta lo determinante

A diferencia de l898 y de 1902, los dos países vecinos dan un paso en plenitud de soberanía y respeto muto, con muchos asuntos aún por dirimir...

Frank Agüero Gómez - Cubahora

Este lunes 20 de julio de 2015 es un día histórico.

No sólo porque se reanudan formalmente las relaciones entre Estados Unidos de América y la República de Cuba, sino porque por primera vez se establecen desde una posición de igualdad y respeto mutuos, entre vecinos que al fin se reconocen independientes y soberanos sin injerencia externa.

Las dos naciones emergieron de dos grandes revoluciones, con casi tres siglos de diferencia, una antiesclavista y liberal y otra anticolonial y antiimperialista, lo que conllevó a cooperar y coexistir en distintos momentos en medio de conflictos derivados de intereses estratégicos diferentes.

Ambos países coincidieron en no pocos aspectos en su devenir histórico y cultural como en apego a las libertades y la solidaridad con los débiles, pero discreparon radicalmente en sus pretensiones respecto al otro, y en su modo de comprender e insertarse en la modernidad y proyectar su futuro.

La historia de aproximaciones y desencuentros parte desde la oportunista intervención y ocupación militar norteamericana en el verano caliente de 1898 hasta el rompimiento de relaciones de Estados Unidos con Cuba el 3 de enero de 1961.

De ahí que tienen razón los que afirman que este paso a punto de concretarse, que comenzó seriamente con las declaraciones de los presidentes Raúl Castro y Barack Obama el 17 de diciembre de 2014, prolongado durante más de 7 meses de conversaciones bilaterales, apunta a una reivindicación de la soberanía nacional de Cuba que trasciende a los 54 años, 7 meses y 17 días desde el quiebre formal de las relaciones entre los dos países vecinos..

No hay necesidad de sostener pesimismo sobre el futuro que espera a las dos naciones.

Eso sería anclarse únicamente en el oscuro y deleznable proceder que en el pasado más lejano y reciente los Estados Unidos de América le dio a Cuba, desde la imposición de la Enmienda Platt hasta el bloqueo sostenido e incrementado durante 53 años y las agresiones de todo tipo que le siguieron..

Tampoco hay que culpar unilateralmente de las represalias imperiales a la naturaleza rebelde de un pueblo que, aunque pequeño, nunca se resignó a ser un día una estrella más en la gloriosa enseña norteamericana, o se negó a seguir el modelo que los gobernantes de aquel país caprichosamente quisieron ( y sin lugar a dudas, aún quieren) imponerle.

Los criterios anteriores equivaldría a considerar lo sucedido hasta ahora como castigo porque el cubano supo erguirse y resistir, contestar contundentemente a cada golpe contra su derecho a vivir justa y dignamente, y nunca renunció a la esperanza de crear un mundo mejor, solidario y más humano.

El significado de este acto que ocurrirá primero en Washington y luego en la Habana, de convertir las Oficinas de Intereses en legítimas embajadas, en gran medida hace honor a la convicción que mantuvieron los patriotas que como nuestros Cinco Héroes lucharon en las más difíciles condiciones.

Estos jóvenes, aún cuando cumplían injustas condenas en las cárceles del imperio, no desmayaron y creyeron siempre que la razón estaba de parte de los patriotas radicados en la Mayor de las Antillas y de sus amigos por todo el mundo, incluidos norteamericanos, cubanos y otros nacionales radicados en Estados Unidos. .

HACIA LA NORMALIZACIÓN

Quedan pasos sustanciales por delante, pero lo alcanzado hasta ahora justifica la congratulación que debemos darnos los que siempre hemos confiado y defendido la patria, con ese sentimiento sagrado que nos inculcaran Varela, Céspedes, Martí, Maceo, Mella y tantos otros precursores.

Ellos fueron paradigmas de los mártires y héroes de la Generación del Centenario del Apóstol, encabezados por Fidel y Raúl, quienes con sabiduría, prudencia y lealtad a los principios nos han conducido en esta larga batalla que aún continúa.

De nuestra inteligencia y perseverancia y de las buenas intenciones de quienes desde Estados Unidos de América y de otras latitudes nos seguirán acompañando, dependerá que se logren los propósitos de alcanzar paz y armoniosa vecindad entre nuestros dos países, a pesar de las diferencias que existen y seguirán existiendo entre naciones con ideologías y políticas divergentes.

Cuba reivindica este primer momento como un paso a la normalización, proceso más largo y difícil pero no imposible, el cual conlleva, entre otros aspectos, la devolución del territorio de la Base Naval ilegalmente ocupada en Guantánamo (rémora de la Enmienda Platt), y la eliminación total del bloqueo estadounidense, el cese de las transmisiones de las radio y televisoras dirigidas contra nuestro país, el no aliento y financiación a las acciones subversivas destinadas al derrocamiento de la Revolución y la debida compensación a nuestro pueblo por los daños humanos, financieros y materiales ocasionados por cinco décadas de alevosa guerra unilateral.

Alcanzar todo lo anterior puede que dure varias décadas, pero cada paso que en lo adelante se de, por pequeño que parezca, en una y otra dirección, justificaría el sacrificio y las esperanzas de varias generaciones de cubanos y norteamericanos que siempre creyeron que sería posible el momento actual.

Como ha expresado el Presidente cubano Raúl Castro Ruz, podemos vivir y coexistir como naciones civilizadas, con discrepancias y diferencias, pero esta vez se trata de “fundar un nuevo tipo de lazos entre ambos Estados, distintos a los de toda nuestra historia común.”. .

Por lo demás, Cuba no cifra su presente ni su futuro, como lamentablemente sucedió en 1902, en un vecino poderoso lleno de productos necesarios o artificiales, ansiosos de dar créditos a un pueblo empobrecido y analfabeto con el propósito de apoderarse de sus riquezas y someterlo política, ideológica y culturalmente gracias al poder financiero.

Esta república de dignidad y justicia social, erigida en la cercanía del imperio, cuenta con centenares de amigos en el mundo y con una inmensa obra humana, material y científica que responde cada vez más a un programa a largo plazo para insertarse en un mundo fraterno, global y competitivo.

Cuba
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