A mi madre, Alicia Seoane León,

maestra de la escuela pública cubana,

que inculcó en mi mente, sangre, alma

y corazón, las ideas del Maestro.

Por Nyls Gustavo Ponce Seoane*/Martianos-Hermes-Cubainformación.-



“Siglo de ferrocarriles, de electricidad y de máquinas es el nuestro…” al decir de Martí, fue su siglo.

A fines del siglo XIX, con el desarrollo del capital  industrial primero y con el paso a su fase monopolista después,  se experimentó a la par y condicionado por este, el correspondiente avance del progreso científico-técnico.

José Martí, con las ansias de saber y la singular curiosidad intelectual que siempre lo caracterizó, se interesó por los adelantos científicos y tecnológicos  de su tiempo reflejándolos y divulgándolos en nuestro idioma en  sus más diversos apuntes, crónicas y artículos periodísticos. “Poner la ciencia en lengua diaria: he ahí un gran bien que pocos hacen”, dejó expresado.

Por lo tanto, esta labor la hacía para el beneficio de los pueblos  de Nuestra América, asumiéndola como un deber más a cumplir. Intentaba así contribuir  a superar algunas de sus insuficiencias y debilidades, fomentando el estímulo y las simpatías hacia esta forma del conocimiento y de sus aplicaciones prácticas que los llevarían a la modernidad de la producción y los servicios. Trataba de incentivarlos a partir de las potencialidades autóctonas que poseían y poseen, mostrándoles los logros alcanzados en los países del norte, donde se producía el avance de La Ciencia y La Técnica, para su implementación y desenvolvimiento en nuestras tierras  y hacerlas parte integrante de su identidad cultural.

Martí, según su concepto y norma de conducta, de una eticidad  ejemplar, no escribía nada sin primero estudiar y entender los hechos para luego poder narrarlos y explicarlos, lo que queda notoriamente demostrado en las notas y publicaciones de carácter científico-técnico que divulgó.

Es por eso  que esta acción de su faena periodística, como divulgador y comunicador, nos ha conducido a considerar que si  Martí no fue uno de los fundadores del periodismo científico-técnico latinoamericano, al menos fue uno de sus mejores y principales promotores y  representantes.

Nuestro Apóstol, aunque llama a reemplazar la poesía enfermiza y retórica, entonces en boga, “con aquella otra sana y útil que nace del conocimiento del mundo”, enfoca de manera ética y humanista el desarrollo científico-técnico, presuponiendo que este de ninguna manera debe enajenar al hombre, menos aún  matarle su capacidad de ilusión y belleza  que lo haría caer en un materialismo vulgar. El enriquecimiento espiritual, amen  del  beneficio material,  estaba también entre sus miras fundamentales al dar a conocer estos conocimientos.

Asombra e impacta verdaderamente la diversidad de aspectos científico-técnicos  que este hombre de letras abarcó en sus trabajos. Innumerables pueden ser sus citas descriptivas y explicativas que indican no solo su comprensión, sino su poder de análisis y transmisión en cuestiones sobre técnicas de Apicultura, Avicultura, Cerámica Construcción, Defensa Civil, Espectroscopia, Floricultura, Materiales de Construcción, Maquinarias, Piscicultura, Silvicultura, Urbanística, Técnicas pecuarias(ganadería), Textil y otras; así como en el campo de las ciencias sobre Agricultura, Arqueología, Arquitectura,  Astronomía, Biología, Botánica, Construcción, Electricidad, Física, Geografía, Geomorfología, Geología, Hidráulica, Hidrogeología,  Ingeniería Civil, Mecánica, Medicina, Medio Ambiente, Metalurgia, Mineralogía, Minería, Petrografía, Psicología, Química, Zoología  y otras ramas de La Ciencia y La Técnica que deben ser examinadas y reexaminadas con mayor profundidad y frecuencia en la obra martiana pues señalan la importancia y el interés que le dio Martí a estas ramas del saber.

¿Cómo pudo abarcar tanto y con tantos detalles además de estar inmerso en su actividad fundamental?.. Martí leía y consultaba constantemente la prensa diaria y las mejores revistas científicas de aquellos tiempos. Se mantenía actualizado. Penetraba la noticia, la exprimía, hacía deducciones y con su peculiar intuición, las reelaboraba y lograba la atracción por la novedoso, sirviendo de ejemplo a las actuales y futuras generaciones de cómo aprovechar y utilizar la información en general y la científica técnica en particular.

A esto contribuyó la fusión de los conocimientos de artes y ciencias que en Martí ocurrió desde temprana edad. Ciencias sociales, naturales y exactas se fundieron en él como un todo que se materializó en su acción intelectual posterior.

Hoy todos sabemos  que La Ciencia se ha convertido en la más potente fuerza productiva al realizar y materializar sus conocimientos poniéndolos a disposición de la sociedad. El Maestro que fue Martí no deja pasar por alto lo que hoy llamamos la aplicación de los resultados científicos en la práctica social, destacando como estos son puestos “al servicio de las artes prácticas”, auxiliando a los hombres en la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales.

Su tesis “Ahora es caso de vergüenza desconocer los nombres de los grandes trabajadores científicos” nos da a conocer y señala el estímulo moral que el consideraba debían merecer, en estimación y reconocimiento, los científicos más destacados por parte de la sociedad, en bien de la autoestima de ambos, del científico propiamente dicho y de la sociedad de la cual es producto.. “Honrar, honra”. En sus escritos los menciona y da a conocer.

Estas reflexiones y consideraciones sobre la actividad y pensamiento  martianos en torno a La Ciencia y La Técnica nos confirman, una vez más, que Martí  es tan actual hoy como en la época en que vivió, lo que hace pensar que es también el autor intelectual de los innegables logros y transformaciones que en estos campos han ocurrido en Cuba, su país natal, introducidos por el líder de La Revolución Cubana, Fidel Castro, profundo conocedor y continuador de su obra. Se reafirma así que Martí, en Cuba, está en todas partes.

Todo esto hace que Martí esté vigente más que nunca, que esté presente para siempre en el seno de nuestros pueblos, todavía necesitados de su desarrollo económico y social.

Desarrollo este  que debe estar basado en los conocimientos científico-técnicos,  que deben servir, a su vez, de fortaleza y sólido fundamento en la consecución de su segunda y definitiva independencia con la soberanía, libertad y seguridad  verdaderas, para que el polifemoideo vecino del norte que nos desdeña, ¡NOS RESPETE! .

*MSc. Nyls Gustavo Ponce Seoane, geólogo cubano, miembro del Instituto de Geología y Paleontología.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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