Alberto Mas, corresponsal de Cubainformación en Buenos Aires, desde La Habana-Cuba.- Un día de intensas actividades intensas desarrolló el Papa Francisco hoy en Cuba, la multitudinaria misa en la Plaza de la Revolución, reuniones con Fidel y Raúl y hacia el fin de la tarde encuentro con los jóvenes católicos en la catedral, fueron el plato fuerte de la visita papal.
Podríamos decir que el eje del desarrollo de su discurso fue la conciliación y la paz. En un marco, si comparamos con sus intervenciones en Bolivia éste mismo año, mucho más pastoral y de vocación cristiana, donde no dio lugar que otros factores, como los intentos fallidos de la raquítica oposición por tener un mínimo de protagonismo.
En la misa matinal, con una concurrencia de aproximadamente doscientas mil personas, el pontífice abogó por reconocer a la persona más importante, al que necesita por estar postrado, con hambre o sed, que está desnudo o en la cárcel o enfermo, como parte del evangelio, “quien no vive para servir, no sirve para vivir”, sentenció y también emitió un claro mensaje sobre la situación en Colombia y las negociaciones que se desarrollan en La Habana entre las FARC y el gobierno Colombiano, afirmando que “no tenemos derecho a permitirnos otro fracaso más en éste camino de paz y reconciliación” abogando por la transformación de ésta larga noche de dolor y violencia se transforme en un día sin ocaso de concordia, justicia, fraternidad y amor en el respeto de la institucionalidad y del derecho nacional e internacional para que la paz sea duradera.
Quedaron en boca del Cardenal Jaime Ortega Alamino, Arzobispo de la Habana, los planteos políticos sobre los que cabalga hoy la vida de Cuba al plantear “que los cambios socioeconómicos iniciados, que ahora parecen profundizarse, no nos lleven como pueblo, a dejar atrás lo alcanzado a favor de la equidad entre todos los hijos de la tierra, que no caigamos en la adoración del dios dinero, que no se acentúe entre nosotros la carrera consumista”, que podríamos afirmar, sin mucho margen de error, que es el pensamiento mayoritario hoy del pueblo cubano, transformaciones en lo económico que resuelvan los deficientes abastecimientos que dificultan la vida cotidiana, sin perder la esencia del sistema social y político que se han logrado con tanta lucha y tanta sangre.
Destacó también Ortega la acción del Santo Padre su intervención en la renovación de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, la cual agradeció en nombre de los cubanos que viven en la Isla y los que lo hacen en los EE.UU, planteando que ello permitirá alcanzar, en espíritu cristiano de perdón y misericordia, la anhelada reconciliación entre todos los cubanos, los que viven en Cuba o fuera de Cuba para una verdadera y pacífica renovación.
Planteo éste muy controvertido ya que pareciera que toda la emigración lo hubiera realizado por cuestiones de carácter político, siendo ésta la minoritaria fundamentalmente en la Florida y casi nula en el resto del mundo, ya que las mayorías emigradas lo han hecho por un factor netamente económico por las condiciones impuestas por el bloqueo, no emitiendo una sola palabra hacia los grupos terroristas que han asediado la Revolución desde sus inicios encabezados por Posadas Carriles, Orlando Bosch, entre otros que jamás tuvieron en su vocabulario las palabras invocadas por el Papa de conciliación y paz.
Es evidente la posición conciliadora del Papa Francisco, pero firme al mostrar que está renovando las posturas eclesiástica, y en la Catedral de La Habana, improvisando su discurso destacó que hay palabras que incomodan, al referirse a la pobreza y como el espíritu mundano la esconde con desprecio y desarrolló un alegato contra la mundanidad que se dedica a juntar plata para asegurar el futuro, un futuro sin espiritualidad, planteando esa gran contradicción donde pretende tener una iglesia pobre garantía de reconciliación entre los seres humanos y pidió no caer en la tentación de la riqueza: "Nuestra santa madre iglesia es pobre", señaló a los religiosos. "Dios la quiere pobre como quiso pobre a nuestra santa madre María”
Improvisó también en las escalinatas de la catedral, instando a los jóvenes convocados, no todos feligreses católicos, a que sueñen y cuenten sus sueños y tomando palabras del joven católico que lo precedió, cambiándole cierta intencionalidad claramente observable de dicho muchacho, abogó nuevamente por la reconciliación y para que se sepa acoger y aceptar al que piensa diferente, no encerrándose en los conventillos de las ideologías, remarcando que la amistad social es buscar el bien común, retomando su postura por la paz destacando que el mundo se destruye por la inamistad y que hoy éste mundo se está destruyendo por la guerra.
Caben destacar las sendas reuniones que mantuvo Jorge Bergoglio en horas del medio día y de la tarde, entre la misa de la Plaza de la Revolución y la de la Catedral de la Inmaculada Concepción y San Cristóbal de La Habana, con el Comandante Fidel Castro y con el Presidente Raúl Castro.
Con Fidel mantuvo una cordial y amena conversación (según informara el vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi) durante aproximadamente media hora ó 40 minutos, llamando la atención que uno de los libros obsequiados a Fidel por el Papa era una colección de sermones del sacerdote jesuita español Amando Llorente, que fuera profesor del Comandante cuando de adolescente estudió en el colegio jesuita de Belén, y que abandonara el país al poco tiempo de triunfar la Revolución, mientras que Fidel le obsequió a Francisco el libro de una entrevista que sostuvo con el ex sacerdote brasileño Frei Betto: "Fidel y la religión".
En el encuentro protocolar con Raúl Castro, también se intercambiaron regalos, una gran cruz de remos con un Cristo crucificado para el Papa Francisco y una cerámica con la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre para Raúl.
El aspecto político no podía faltar y a los agradecimientos de rigor Bergoglio saludó los indultos producidos recientemente que abarcaron a 3.522 delincuentes condenados por delitos comunes, mientras en paralelo se analizó la situación que atraviesa el continente por la agresión desestabilizadora que sufre Venezuela y el conflicto que se ha producido con Colombia por la situación fronteriza entre ambas naciones.
Parte el Papa Francisco hacia Holguín y Santiago donde pronunciara misas que también se anuncian como multitudinarias, para luego continuar hacia los EE.UU, donde se encontrará no solo con quienes han apoyado su iniciativa sobre el restablecimiento de las relaciones con Cuba y sus opositores sino también con otros problemas que sacuden nuestra América Latina, ya han anunciado los familiares de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa que concurrirán y han solicitado una entrevista con el Santo Padre.