Baloncesto cubano, Clenia Noblet

Harold Iglesias Manresa - Cuba Contemporánea.- Pese a la imagen de 'Cenicienta' que dejó el elenco masculino en el recién finalizado Preolímpico del Distrito Federal mexicano, y con el sueño olímpico de nuestra selección femenina momentáneamente truncado, después de la Serie Nacional de Béisbol el baloncesto es la disciplina colectiva de calendario más serio en Cuba, desde su Torneo de Ascenso hasta la Liga Superior.


De hecho, son las chicas de Zabala la armada que cuenta con las mayores opciones de colarse en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, posiblemente en calidad de único elenco colectivo capaz de inscribirse, si en definitiva logran accede a una de las cinco primeras plazas en el repechaje mundial a celebrarse entre el 13 y el 19 de junio de 2016, donde serán 12 las naciones contendientes, con presencia asegurada de Francia, España, Bielorrusia y Turquía por Europa; Argentina y Venezuela en representación de América; China y Sudcorea por Asia, y Nueva Zelanda y dos naciones africanas por definir aún, además de las antillanas.

Un paso sólido hacia ese objetivo es lograr un certamen doméstico de calidad, que permita a los técnicos visualizar el talento creciente, independientemente de que la mayoría de las integrantes de la actual preselección nacional llevan casi una década juntas, y no es recomendable hacer grandes modificaciones a una plantilla de cara a un evento de rigor supremo. 

Objetividad con Río en la zona pintada

Nadie cuestiona que los certámenes de baloncesto constituyen uno de los mayores atractivos en Juegos Olímpicos. Un quinteto femenino de la mayor de las Antillas no hace acto de presencia en ese escenario desde Sídney 2000. Allí las nuestras recalaron novenas al imponerse 67-58 a Canadá, armada que se ha antojado nuestra bestia negra en los últimos certámenes: nos derrotó 71-68 en los Panamericanos de Toronto y en par de ocasiones en Edmonton, incluido un marcador de 82-66 en la discusión del título.

Ciertamente, la década de los 90 del pasado siglo fue la de mayor esplendor en nuestro baloncesto femenino.

Vayamos a una arista interesante: hablábamos de la necesidad de fraguar la evolución de nuestro baloncesto desde los cimientos. Este año, y gracias al apoyo de FIBA Américas, pudimos participar en el certamen Continental sub-15, lo que constituyó un medidor ineludible de nuestro nivel en categorías inferiores.

Ante la inminente arrancada del Torneo de Ascenso y con la preocupación de poder mantener el nivel de nuestra selección cuando la actual generación cuelgue los guantes, José Ramírez, comisionado nacional y con casi toda una vida dedicada a este deporte, ofreció algunos criterios interesantes:

“Estamos en un buen momento para desarrollar el baloncesto. Hay talento pero su explosión tarda un poco más pues, al igual que a otras disciplinas, nos afectó la eliminación de la ESPA Nacional. En algunas provincias las ESPA están ‘semi congeladas’. La estrechez económica limita a los deportes colectivos y el nuestro no tiene esa avalancha de interés como el béisbol o el voleibol. Incluso, no todas las EIDE poseen matrícula de baloncesto, en consonancia con la capacidad y prioridad de las diferentes provincias.

“En busca de cimentar desde las categorías inferiores esa competitividad y que transiten por la pirámide nuestros jugadores con los fundamentos y atemperados al menos con el resto de las naciones del área, sería bueno organizar durante todo el año y por zonas lides Inter-EIDE y luego concentrar en el escenario de los Juegos Escolares los dos mejores quintetos de cada zona reforzados con los talentos individuales de otros territorios. Ese cronograma se pondría en marcha de enero a junio, para que cada selección pudiese engranar su maquinaria de septiembre a enero”, argumentó el federativo.

“También en nuestros clásicos del TNA y la Liga Superior sufrimos el síndrome del jugador experimentado. Los directores técnicos no se arriesgan a colocar muchos minutos de partido a juveniles o talentos en ascenso. De ahí que hemos dictado con carácter obligatorio la presencia de dos o más basquetbolistas juveniles, tres o más sub-23 y hasta siete mayores en la plantilla de cada elenco inscrito, además de darles la posibilidad de contar en sus listados con los jugadores contratados para la Liga.

“Hay elementos que constituyen asignaturas pendientes para nuestros técnicos y que han quedado en evidencia en las últimas confrontaciones internacionales: uno de ellos es el scouteo y el estudio del contrario, que comienza justamente con el autoanálisis. Dirigir en el deporte moderno es una ciencia, no podemos centrar nuestras variantes en la exigencia física, la voluntad y el coraje. Se necesita hurgar en nuestro accionar, buscar soluciones para contrarrestar la pantalla directa propiciada por tiradores de tres puntos, por solo citar un indicador que nos ha golpeado sobremanera últimamente. Eso sin contar la creciente importación de técnicos, fenómeno en franco auge en otros países”, ahondó Ramírez.

Así, con virtudes y lagunas se encararán ambas justas de Ascenso, con la presencia de 16 elencos en el sector varonil y 13 en el femenino. En el caso de las chicas, Cienfuegos, Matanzas y Holguín no poseen conjuntos, en tanto se reincorporan al clásico ambos planteles de Metropolitanos. Los dos mejores de cada zona y los dos terceros de mejor desempeño según criterio de la Comisión vestirán la casaca del certamen liguero varonil, mientras que en la versión femenina serán seis los contendientes, en aras de no afectar en demasía la preparación de la plantilla élite que pulseará en el repechaje olímpico de junio próximo.

El ábrete sésamo de las contrataciones

Rolando Cepeda, Osmany Uriarte, Melissa Vargas, Mijaín López, Yowlys Bonne, Reinieri Salas, Michel Enríquez y compañía... Al parecer el tren de las contrataciones de deportistas cubanos en el exterior definitivamente echó a andar, y el baloncesto, una de las disciplinas pioneras en ese sentido -recordemos que en la década de 1980 dos figuras legendarias de aquel entonces, el gigante Félix Morales y el incansable Raúl Dubois, estuvieron insertados en clubes de Brasil- también ha dicho presente.

Jasiel Rivero (nacido en La Habana, 21 años, 2.04 metros y 101kg) y William Granda (Ciego de Ávila, 30 años, 1.90 metros y 92kg) militarán en el club Tabaré de Uruguay (fundado en 1931 y con cinco cetros en la década de 1960 como parte de los Torneos Federales, pues la Liga uruguaya se creó en 2003), que vio en 2011 su última campaña en la primera división.

El otro canastero fichado es Javier Jústiz (Santiago de Cuba, 22 años, 2.10 metros y 120kg), quien vestirá la camiseta de Estudiantes de Concordia, del clásico argentino, una competición fundada en 1985 y en donde el elenco de Jústiz exhibe como mejor ubicación el décimo escaño de la temporada 1987.

Entre damas, a la base Oyanaisys Gelis (Santiago de Cuba, 31 años y 1.75 metros), que ya tuvo su primera incursión en el club Maranhao de Brasil, se le sumarán en dicho país, sin determinarse el club aún, la centro Clenia Noblet (Guantánamo, 28 años y 1.85 metros) y la alero zurda de poder Leidys Oquendo (Camagüey, 33 años y 1.80).

“Las esencias de los contratos pasan por proteger a nuestros jugadores. Los escenarios en los que están siendo insertados, además de asegurar que eleven su techo desde el punto de vista individual, les garantizan en una cláusula su preparación y participación en el elenco cubano de cara a los principales compromisos internacionales. El rigor ha caracterizado estas propuestas, al igual que otras más numerosas a modo de intercambio que se ventilan con las federaciones de Argentina y Chile en el caso de las mujeres”, explicó el comisionado nacional.

“De lograrse esa fórmula y otras en el caso de los hombres, elevaríamos el grupo de jugadores involucrados, entre los que destacarían los experimentados Yoan Luis Haití (Torneo de Ascenso argentino) y Orestes Torres (El Salvador, presumiblemente), quienes por más de una década han contribuido con su rendimiento y lealtad a la escuadra élite cubana”. 

A propósito de nuestras cartas contratadas, Cuba Contemporánea les ofrece sus respectivos rendimientos internacionales de por vida en los principales renglones de juego:

Jasiel Rivero: Es considerado el principal talento del deporte ráfaga en Cuba. En cuatro certámenes extrafronteras oficiales promedia 14.2 unidades y seis rebotes por juego.

William Granda: Veterano de mil batallas, Granda compila 7.4 rayas, 2.1 capturas bajo los tableros y 1.4 asistencias.

Javier Jústiz: Zurdo y una mole en la zona de restricción, exhibe rendimiento de 8.3 cartones y 6.9 tableros.

Clenia Noblet: Una verdadera guerrera la guantanamera. Referente indiscutible de la tropa de Zabala, con 7.9 puntos y 6.2 rebotes como media.

Oyanaisys Gelis: Con casi una veintena de torneos internacionales sobre sus hombros y pese a sus 31 años, Gelis todavía es una combinación de armadora de visión con recursos a la ofensiva. De ello dan fe sus 7.6 tantos, 3.1 rebotes y 3.2 asistencias históricas por partido.

Leidys Oquendo: Otra veterana de mil batallas. Zurda, de puntería endemoniada más allá del perímetro y siempre presente en los momentos claves, promedia 7.9 unidades, 3.5 tableros y una asistencia en su carrera sobre los tabloncillos.

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