La cantante barbadense Rihanna en mayo de este año cuando visitó La Habana La cantante barbadense Rihanna en mayo de este año cuando visitó La Habana Foto: AP
Octavio Borges Pérez , especial de la AIN para CubaSí.- Cuba vive ahora mismo una especie de “fiebre del oro” que sufren los famosos de diversa índole, sobre todo estadounidenses, pero con un talante de descubridores de exotismos y misterios.
Alexandra Halkin, cineasta estadounidense y directora de la Americas Media Initiative (AMI), organización sin fines de lucro que trabaja con cineastas cubanos, mediante el programa Cuba’s Media Project (CMP), está muy enfadada con esa especie de “fiebre del oro” que sufren los famosos de diversa índole, sobre todo estadounidense, en relación con la Isla y la necesidad de visitarla de inmediato, pero con un talante de descubridores de exotismos y misterios.
Al respecto opina que tal situación trae como consecuencia un enorme barraje de informaciones sobre la mayor de las Antillas, casi siempre manipuladas, erróneas e incompletas, que quienquiera, de la manera más superficial, se cree capacitado para poner en circulación en los medios.
Es notable, dice, que todo ese alud se centra fundamentalmente en la ciudad de La Habana, que no es la Isla completa y hay una Cuba mucho más diversa, original, rica e interesante en el resto del país.
Afirma que en ambas naciones hay informaciones estereotipadas acerca de las realidades respectivas y para ilustrar eso cuenta la anécdota de una visita que hizo a un campesino en un remoto lugar de la Sierra Maestra y la esposa del hombre no quería creer que ella era estadounidense porque pensaban que eran enormes, de gran talla, hablaban a gritos y tenían comportamientos muy agresivos.
En 1991 Halkin vino por vez primera como turista y en 2015- por tercer año consecutivo- realizó una gira por el archipiélago con el programa de documentales de La Unión Closing Distances/Cerrando Distancias, una especie de puente para disminuir la brecha existente entre los dos pueblos.
También se ha vinculado con la Muestra Joven de cineastas cubanos. Este año entregó un premio de mil dólares y trabaja para en el próximo aportar dos mil.
Halkin precisa que la audiencia estadounidense tiene insuficiente o nula información acerca de su vecino del sur y ella promueve la obra de los jóvenes documentalistas isleños con una mirada fresca y original, que traten temas sobre personajes comunes capaces de afrontar las dificultades con una creatividad increíble.
Sobre eso cuenta que en un viaje hacia el oriente del territorio caribeño, la guagua en la que iban se rompió justo donde había un tallercito de mecánica, pero no daban ni atrás ni alante con el problema; y de pronto un individuo pidió un condón con el cual echó a andar el motor, algo que no quieren creer sus compatriotas cuando lo cuenta.
También se refiere a un hombre residente en la cordillera del Escambray, quien con un libro de ingeniería en idioma ruso, ha sido capaz de armar tres tractores y un avión.
Anteriormente Alexandra, en 2011, hizo dos giras, en marzo y abril con la Televisión Serrana y después por la costa este de Estados Unidos con el realizador cubano Rigoberto Jiménez, uno de los fundadores de esta televisora comunitaria y colaborador de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños (EICTV), que abarcó 13 centros de altos estudios, entre ellos las Universidades de New York, Vermont, Norte de Nuevo México, San Francisco, de California Riverside y Dartmouth College.
Esa vez AMI tradujo 20 trabajos de la Televisión Serrana e hicieron un DVD de cuatro volúmenes que obsequiaron durante el periplo, concluido con una presentación en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.
Recuerda que el precedente de la sección cubana dentro de AMI fue la difusión de videos de los zapatistas (Chiapas Media Project).
Ahora, de nuevo en Cuba, se encuentra con jóvenes cineastas y los incentiva a que le envíen sus obras para incluirlas en su ambicioso proyecto bilateral.
Famosos en Cuba: De las primeras, pero no las últimas
Vladia Rubio / CubaSí
Hace solo unos días, con la visita de Rihanna a la Isla, acontecieron un par de cosas que se inscriben entre las primeras de su tipo que aquí tienen lugar, pero que no serán las últimas.
Desde el pasado 17 de diciembre, no han sido pocos, en comparación con las cinco décadas anteriores, las figuras muy diversas que nos han visitado. Desde el presidente de Francia y varios senadores norteamericanos, en el ámbito político, hasta Paris Hilton, Naomi Campbell y Beyoncé, del mundo de la escena, las luces y los paparazi.
Es sabido por muchos -porque aunque no hay Internet para todos en Cuba, asuntos como estos corren rápido por vías alternativas- que uno de los contratados para proteger a la cantante –víctima de la antológica paliza que le diera uno de sus novios, el también músico Chris Brown, y que le impidiera asistir a la ceremonia de los Grammy- entre los modos nada ortodoxos que empleó para obstaculizar el trabajo de los fotorreporteros, estuvo el pinchar con agujas ¡!
El fotorreportero Ernesto Mastrascusa, que trabaja para la agencia EFE, convenientemente acreditado para su trabajo, fue objeto de esos miserables pinchazos. Aun cuando hubieran sido con agujas estériles, serían imperdonables, pero más lo son aún, considerando que el agresor había pinchado a otros, y virus como el VIH y el de la hepatitis, por solo mencionar esos dos, no tienen rostro.
altPocos pueblos en el mundo son tan hospitalarios y solidarios como el cubano. En Cuba, donde reina una paz ciudadana sin igual, sobran los "guardaespaldas" quienes, por cierto, gracias al alto nivel de instrucción, tampoco constituyen un medidor de talento ni de calidad artística de nadie.
Muy oportuno, rápido, fue el pronunciamiento del presidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) haciendo público su apoyo a Mastrascusa. Pero no es suficiente.
Si tal suceso queda impune quedará sentado un malísimo precedente. Sobre todo considerando que cada vez serán más y más disímiles, las figuras que arriben a suelo cubano.
Además, a qué tanto guardaespaldas y con agujitas –aspirante a alfiletero o aprendiz de la acupuntura-. Por la Habana Vieja caminaron los Reyes de España, Ban Ki-moon, secretario general de las Naciones Unidas, se peló, como cualquier hijo de vecino, en una barbería también de la Habana Vieja; el ex presidente Jimmy Carter y una larguísima lista de personalidades con más renombre que Rihanna han caminado por las calles cubanas y no han hecho falta esos injustificados despliegues, a imitación de una mala película del sábado.
De lunas y dedos
El sabio apunta a la luna y el tonto le mira el dedo, reza un viejo refrán que en cierta medida, solo en cierta medida, se ajusta a lo que a continuación abordo.
Porque no digo que la cantante barbadense sea el dedo y que la fotógrafa estadounidense Annie Leibovitz, famosa por sus fotografías de celebridades, sea la luna; mucho menos que sean tontos los comunicadores que reportaron la visita.
Pero lo cierto es que, encandilados por los reflectores de la Rihanna, no vimos a la Leibovitz, la autora de la antológica instantánea de John Lennon desnudo junto a Yoko Ono, horas antes de morir, y de muchas otras imágenes que incluyen conocidos deportistas, figuras de la pasarela y el cine, políticos, contando la familia Obama, y también la Reina Isabel.
Había venido a la mayor de las Antillas acompañando a Rihanna para cumplir un encargo de la revista Vanity Fair, y su presencia aquí pudo haber servido de motivo para interesantes materiales periodísticos, que no fueron.
Este es el retrato más célebre de Annie Leivobitz. La fotografía fue tomada la mañana del 8 de diciembre de 1980 para la revista Rolling Stone. Ese mismo día, Lennon, quien aquí posa junto a su esposa Yoko Ono, sería asesinado en la puerta de su departamento.
De ahí que una segunda conclusión podría derivarse de la visita que mueve esta reflexión: tenemos que estar informados para lo que viene y lograr así una mejor visibilidad de nuestros productos comunicativos, es decir de esta Cuba y sus nuevos escenarios.
