Mariel Hemingway, nieta del escritor, junto al actor Adrian Sparks, quien interpreta a Ernest en el filme; minutos antes de comenzar la premier en el cine Yara de La Habana. Foto: José Raúl Concepción Llanes/Cubadebate.

José Raúl Concepción Llanes - Cubadebate.- Este sábado, como parte del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, fue la premier de Papa*, primera película estadounidense filmada en Cuba en las últimas seis décadas. La cinta trata sobre la última etapa de la vida del Premio Nobel de Literatura, Ernest Hemingway, quien vivía en la Finca Vigía, a las afueras de La Habana, hasta que a los 59 años se trasladó a Idaho, donde 18 meses más tarde se suicidaría.


El título del filme se debe al sobrenombre con el que todos los allegados al escritor, nacido en Illinois, le conocían en Cuba. Incluso, su última esposa, Mary, también le llamaba Papa.

El experimentado productor, nacido en Irán, pero con nacionalidad estadounidense, Bob Yari, debuta como director en esta cinta, que cuenta con las actuaciones de Giovanni Ribisi, Adrian Sparks, Joely Richardson y Minka Kelly. Además, varios actores cubanos desempeñan pequeños papales entre ellos Roque Moreno, Alexis Díaz de Villegas, los hermanos Carlos Enrique y Eduardo Almirante, Jorge Luis López, Orián Suárez y Verónica Lynn, quien interviene en una escena sin diálogo.

La trama se centra en la relación de Hemingway y el periodista Denne Bart Petitclerc, uno de los pocos amigos que hizo el escritor durante la etapa más gris de su vida, en la que pasaba los días sumido en la depresión y el alcoholismo, así como irritado la poca inspiración literaria.

En conferencia de prensa celebrada hoy en el Hotel Nacional, el director expresó: “para mí era vital que el rodaje fuera en Cuba, donde ocurrió realmente todo lo que está en el guión, donde están todos los lugares a los que ese periodista tuvo acceso de la vida de Hemingway y su mujer Mary“.

En la película, aunque no se muestra el momento del suicidio del también Premio Pullitzer, se reflejan algunas de las causas que lo llevaron a tomar esa decisión. Existen varias hipótesis al respecto que han aumentado su leyenda. La llegada a la vejez de un hombre que había vivido una vida tan intensa como Ernest suele ser un proceso conflictivo. Además, se dice que el escritor padecía de hemocromatosis, enfermedad que puede deteriorar la mente. Su padre y sus hermanos Liecester y Ursula también se quitaron la vida.

En el caso de Ernest, en el filme aparecen sus numerosas depresiones, su alcoholismo, sus problemas matrimoniales con Mary, la inestabilidad en las relaciones con sus amigos, su paranoia, las persecuciones del FBI, su impotencia sexual y frustraciones por la disminución de sus capacidades físicas y creativas. La suma de todas ellas podría haber causado que el 2 de julio de 1961 se volara el cerebro con su escopeta favorita.

La historia de Petitclerc, quien escribió el guion de esta historia antes de morir en 2006, es narrada en la cinta por el personaje Ed Myers, encarnado por el conocido actor de Hollywood, Giovanni Ribisi, intérprete de reparto en títulos como Selma (2014) o Avatar (2009).

A su vez, Hemingway es representado por Adrian Sparks, veterano actor reconocido en el teatro, el cine y la televisión de los Estados Unidos. Joely Richardoson, popular en Cuba y el mundo por su desempeño en la serie Nip/Tuck (Cortes y puntadas) es quien encarna a su esposa Mary. Ambos artistas estuvieron presentes en la premier de La Habana.

“La película revela algo desconocido para mucha gente en Estados Unidos, que es la conexión tan profunda que mi abuelo tenía con Cuba. Esta Isla fue para él un hogar durante más de 30 años y consideraba a los cubanos su familia”, señaló hoy la nieta Mariel Hemingway en la conferencia de prensa.

El filme no compite en la Sección Oficial, sino que forma parte de Latinoamérica en Perspectiva especialmente del apartado Filmado en Cuba, donde también se exhiben los cortos estadounidenses, Mis raíces están aquí y La noche buena; además de los largometrajes Vida, de Irlanda y el francés: Fui banquero. El Festival de Cine de La Habana se extenderá hasta el próximo domingo 13 de diciembre.

”Papa” se exhibirá hoy domingo a las 8pm en el cine La Rampa.

Mark O´Halloran: La esencia de Viva es universal

Lourdes Elena García Bereau

La Habana, 6 dic (ACN) La esencia de la película, esa historia basada en la relación entre padre e hijo, es universal, aseguró a la ACN O'Halloran guionista del filme irlandés Viva, una producción foránea que recrea desde otra mirada un conflicto familiar desarrollado en la Cuba actual.

Dirigida por Paddy Breathnach y protagonizada por Jorge Perugorría, Luis Alberto García, Héctor Medina, Paula Alí y Jorge Martínez, la cinta se inscribe en la sección Latinoamérica en perspectiva, un espacio del XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine, que por estos días acontece en La Habana.

Propuesta para representar a Irlanda en la próxima edición de los Premios Oscar, Viva refleja la vida de Jesús, un joven cubano de 18 años que lucha por encontrar su verdadera identidad, forzado por una difícil relación con un padre recién salido de la cárcel, después de 15 años de condena.

Soy irlandés y mi idea original al llegar a Cuba era la de encontrar historias con colorido, aseguró O'Halloran, quien descubrió acá muchas similitudes entre ambas culturas.

Somos los cubanos del atlántico norte; los dos países son islas, con enemigos fuertes y con un pasado colonial que nos une, por eso vine hasta aquí y estuve alrededor de tres meses viviendo y compartiendo con las personas para entenderlas, añadió.

Comencé a leer mucha literatura nacional y a escuchar música, y todas esas cosas me ayudaron a crear el vínculo con Jesús, el personaje que quería diseñar para Viva, significó.

También visitamos a varios transformistas para saber cómo se recreaban en Cuba y que espacio tenían; al final, quedé enamorado de esta Isla, es lo mejor que me ha sucedido, confesó el guionista de este filme que en 98 minutos pone a orbitar una historia de ficción muy contextualizada.

Viva será estrenado este lunes a las ocho de la noche en el Cine Yara de La Habana, con la presencia de sus actores y parte del equipo de producción del largometraje.

Peter Golub: la música cubana es una de las mejores del mundo

Saylin Hernández Torres

La Habana, 6 dic (ACN) La música cubana es una de las mejores del mundo, así expresó hoy el compositor norteamericano Peter Golub, en una Clase Magistral que ofreció como parte del programa preparado por el Sector Industria, para el XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

El creador, que forma parte de la delegación de cineastas del Instituto Sundance que participan en el Festival, comentó que constituía un honor para él estar en la Isla, y que hablar sobre música en ella era una gran experiencia.

Golub conversó con la audiencia sobre los talleres que estructura la institución estadounidense -fundada por el reconocido actor y director Robert Redford- para lograr un trabajo conjunto entre los realizadores de las películas y los creadores de las bandas sonoras.

Por lo general hay mucho intercambio entre el compositor y el director del filme, pues ambos se reúnen y deciden dónde va a haber música, cómo será esta y lo más importante, qué se quiere lograr con ella, explicó el musicólogo.

En un filme el compositor deviene en cineasta, es una persona que cuenta historias, por lo que debe conocer sobre los personajes, el tono, la atmósfera de la cinta, definió.

Argumentó, además, que un realizador de banda sonora debe leer el largometraje y no duplicar lo que ya está, para no caer en un fenómeno que el mundo de la cinematografía ha llamado “poner un sombrero sobre otro sombrero”.

Mencionó, a su vez, algunos detalles del papel que juega la música en las películas, como su capacidad de ilustrar y puntualizar determinados momentos de la trama o brindar un sentido de tiempo y lugar.

Peter Golub ha realizado la banda sonora de numerosas producciones cinematográficas como The Laramie Project (2002), Wordplay (2006) y Frozen River (2008).

Festival de Cine de La Habana estrena filmes de gala

Cubadebate.- La aclamada Carol, del director estadounidense Todd Haynes, abre hoy el apartado Galas que trae a la 37 edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano una decena de filmes de destacados realizadores de países del área y otras regiones.

Encargada de inaugurar la nueva sección dentro de la cita cinematográfica, Carol llega con el favor de una crítica especializada que ha premiado la adaptación de la novela homónima de Patricia Highsmith, conocida también como El precio de la sal.

Intervienen en los roles protagónicos la oscarizada Cate Blanchett y Rooney Mara quienes deberán recrear la historia de dos mujeres abatidas por una vida infeliz y que luego de conocerse se debaten entre las convenciones de la década de los 50 del pasado siglo y la atracción mutua.

Le seguirán a la producción de 2015 las obras de varios maestros contemporáneos como el chileno Patricio Guzmán (El botón de nácar), el mexicano Arturo Ripstein (La calle de la amargura) y los canadienses Atom Egoyan (Remember) y Deepa Mehta (Beeba Boys), todas ellas con un amplio recorrido por los más exigentes certámenes cinematográficos del orbe.

Completan la sección las españolas Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa, y Truman, de Cesc Gay, y las coproducciones latino-europeas El apóstata, del uruguayo Federico Veiroj, y Chronic, del mexicano Michel Franco.

De Latinoamérica, sus historias en el cine

Las óperas primas Distancias cortas, Mátame por favor y Siempreviva, y el largo de ficción La memoria del agua, fueron presentadas esta mañana en el Hotel Nacional con la presencia de sus directores y parte del equipo de producción de las mismas

Diana Ferreiro - Granma.- Veintitrés largometrajes de ficción y 21 óperas primas podrán ser vistas en los cines de La Habana, como parte de las secciones en competencia del 37 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano que tiene lugar en esta capital hasta el 13 de diciembre.

Las óperas primas Distancias cortas, Mátame por favor y Siempreviva, y el largo de ficción La memoria del agua, fueron presentadas esta mañana en el Hotel Nacional con la presencia de sus directores y parte del equipo de producción de las mismas.

Distancias cortas, filme mexicano realizado por Alejandro Guzmán, narra la historia de un hombre que sufre de obesidad mórbida, motivo por el cual se encuentra recluido en su casa, lejos del mundo exterior. Hasta un día, en que descubre un rollo fotográfico y la curiosidad por saber qué contiene lo hace querer salir de su encierro.

“Es una película sobre la amistad —dijo en conferencia de prensa su director—, y sobre cómo a partir del arte, en este caso de la fotografía, una persona puede cambiar su vida”.

Estrenada en el Festival de Cine de Montreal, en Canadá, Distancias cortas (referente desde el título a la dificultad de desplazamiento que enfrenta el protagonista), tuvo el reto de encontrar a un hombre que poseyera las características físicas de Fede, el personaje principal, y a la vez tuviera alguna noción de actuación. Finalmente apareció Luca Ortega, baterista de una banda mexicana, quien aceptó el papel con la condición de componer además la música de la película. Martha Claudia Moreno, Mauricio Isaac y Joel Figueroa son los demás actores que le dan vida al guion de Itzel Lara.

La brasileña Mátame por favor en cambio, trata los problemas de la adolescencia y la juventud a través de una ola de asesinatos que invade Barra de Tijuca, en la zona oeste de Río de Janeiro. Escrita y dirigida por Anita Rocha Da Silveira, la película explota algunos recursos del suspenso y, según confesó, cuenta con una influencia muy cercana de la serie de televisión norteamericana Twin Peaks, de David Lynch.

Por su parte, Siempreviva es una película colombiana que evoca la toma del Palacio de Justicia en ese país en 1985, donde murieron 111 personas y otras 10 fueron reportadas como desaparecidas hasta hace muy poco.

Su director, Klych López, expresó durante el encuentro con la prensa, que este filme es quizás una manera de reflejar al país en su propio espejo, para no cometer los mismos errores. El filme nos enseña que vamos a necesitar muchas canciones y muchas películas para aprender a no olvidar, pero sí a perdonar, dijo.

Siempreviva es además la historia de muchas familias cuyos miembros fueron víctimas de esos sucesos y el hecho de que la mayoría de sus escenas transcurra en interiores es tal vez referencia indirecta a esa época en que los colombianos temían salir de sus casas por la violencia y la inseguridad que reinaba en las calles.

Además de estas óperas primas, fue presentado esta mañana el largometraje La memoria del agua, quinta producción del director chileno Matías Bize, a quien recordaremos por La vida de los peces, proyectada en el año 2010 también en el Festival.

Luego de un trágico accidente en el que pierden a su hijo, Javier y Amanda deben encontrar nuevamente significado a sus vidas y a su relación. Una película que se acerca a las interioridades de la pareja y que no acudió a investigaciones o historias reales para conformar su guion.

“No busca ser un libro de autoayuda, sino que tratamos de ponernos en el lugar de las personas que han atravesado esa situación”, dijo Matías Bize.

Protagonizada por Elena Anaya y Benjamín Vicuña, La memoria del agua es una cinta emocionalmente fuerte, que llega al espectador y lo sacude por lo difícil que resultan siempre los temas de pérdidas familiares, mucho más cuando se trata de un niño.

Cuatro películas que se estarán proyectado durante toda la semana en los principales cines que forman parte del circuito del 37 Festival, una apuesta segura por el buen cine latinoamericano.

Debutan documentales de HBO en Festival de Cine de La Habana

El Multicine Infanta, que acogerá cinco títulos de varias temáticas, inicia el ciclo con el documental Sinatra: All or Nothing at All, de Alex Gibney; y también de ese realizador, el domingo presentará Going Clear: Scientology and the Prison of Belief

Cubadebate.- Por vez primera, el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que se organiza cada año en La Habana, incluye entre sus muestras colaterales una selección de documentales de la cadena televisiva HBO.

El Multicine Infanta, que acogerá cinco títulos de varias temáticas, inicia el ciclo con el documental Sinatra: All or Nothing at All, de Alex Gibney; y también de ese realizador, el domingo presentará Going Clear: Scientology and the Prison of Belief.

El día 7 exhibirán Mariela Castro’s March: Cuba’s LGBT Revolution, de Jon Alpert, y The Class Divide, de Marc Levin.

Mientras, Ethel, del director Rory Kennedy, llegará a la gran pantalla de la sala 2 del Multicine Infanta el 8 de diciembre.

Además de las proyecciones, la presidenta de HBO Documentary Films, Sheila Nevins, ofrecerá una clase magistral el lunes.

También el CEO Richard Plepler y el presidente de programación Michael Lombardo realizarán un conversatorio sobre el proceso creativo y el panorama de los medios en Estados Unidos.

Estas actividades están inscritas dentro de la sección Panorama Documental, que abarca un total de 12 títulos, algunos de los cuales están dedicados a grandes cineastas como Tarkovsky, Jia Zhang-ke y Herzog.

Otra novedad en esta edición del festival es la apertura de dos secciones: Series, el cine de la nueva era audiovisual, y Galas, esta última conformada por 10 títulos fuera de competencia y seleccionados para su exhibición debido a sus valores estéticos y prestigioso recorrido internacional.

Asimismo, hay todo un capítulo de proyecciones para rendir homenaje a los 75 años del cine canadiense.

La habitual muestra Latinoamérica en perspectiva -con filmes fuera de concurso- incluye un nuevo acápite: Pueblos y culturas originarios.

HBO es uno de los canales de televisión por cable y satélite más populares de Estados Unidos y Latinoamérica. Actualmente, pertenece a Time Warner y su sede central se encuentra en Nueva York.

Ve por el cine, allí nos encontramos

Elizabeth López Corzo - CubaSí.- No es coincidencia que haya sido esta frase de «ve por el cine» la que acompaña los anuncios del Festival de La Habana este año. Más de un significado tiene: el de velar por el cine, el de ver la vida a través de las historias en pantalla, y el de una invitación muy coloquial para encontrarse allí con amigos, colegas del trabajo, parejas… 

«Ve por el cine» nos decíamos mis compañeros de universidad durante los días de festival cuando nos llamábamos por teléfono o nos cruzábamos en la calle. Llegábamos casi siempre a la hora exacta de la tanda y cuando el filme acababa nos escurríamos entre la multitud para encontrar primero la puerta de salida y así mismo partir corriendo a otro cine donde pondrían algo que ya habíamos marcado en la cartelera. 

Un pan con perro, un barquillo en el Coppelia (cuando había), un refresco que nos bajaba con velocidad al estómago, cualquier cosa venía bien; todo nos parecía suficiente, almorzar no importaba mucho. «Volábamos turnos» de comida y de clases en la facultad también. Creo que los profesores se hacían de la vista gorda durante esos días, sabían que era por una «buena causa». 

Era un maratón de películas cada jornada. A muchos les gustaba fanfarronear con que veían a veces hasta más de 4 diarias. Yo era una de las que empezaban tempranito en la cola, iba a mi tanda de las 10 de la mañana en el Chaplin y no regresaba a casa hasta que no terminaba la última casi a media noche en cualquier otra sede. Mis padres ni me veían el pelo por esos días de diciembre. 

Si escribiera alguna vez mis memorias de juventud, definitivamente el libro tendría que llamarse «Mi vida en películas» o algo similar. Creo que la mayoría de los sueños de viajes, de historias lindas, de grandes emociones y de inspiraciones para iniciar algún proyecto han surgido precisamente de mis largas horas en los cines durante toda mi vida. 

Empecé a acudir a los festivales de La Habana desde que tenía unos 10 o 12 años. Mis amigas y yo lográbamos escabullirnos entre los más altos de la fila. En aquel entonces teníamos varios cines en el barrio, era fácil salir de la escuela y apurarnos para la peli. 

En los últimos años cada vez tenemos menos salas de cine, lo cual me entristece sobremanera pues hay que apretar más la programación, caemos en la interminable lucha con el transporte público y por consecuencia la gente va sintiendo menos motivación para desplazarse hacia el centro de la ciudad y hacer una larga fila antes de entrar al filme. 

Para mí el Festival del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana era la cosa más esperada del año; aún lo sigue siendo entre todos los eventos culturales de mi ciudad. Solo que ahora, a pesar de las facilidades de la credencial (de haberla tenido en la universidad aquello hubiera sido apoteósico) y de los asientos reservados para la prensa, tengo menos tiempo. La edad nos impone bastantes responsabilidades y el oficio no me permite pasarme el día en el cine porque entre tandas debo reportar sobre lo que acontece. 

Sin embargo, soy más selectiva y aprovecho mejor los ratos frente a la pantalla grande. Aunque tenga que hacer una reseña o entrevista luego, mientras la sala está a oscuras solo existe la peli y yo. 

Quienes comparten la pasión del cine saben de qué hablo, de cuánto placer se experimenta cuando arranca la música de Vitier antes de cada proyección. 

El Festival del Nuevo Cine de La Habana llega este año a su 37 edición. Quién pensaría en aquel momento, finalizando los 70, que duraría hasta hoy. Imagino que la existencia misma del festival se haya puesto en duda en más de una ocasión pues Cuba ha transitado por difíciles situaciones económicas. A pesar de las dificultades el festival se ha mantenido activo, como una tradición que se sembró en La Habana y que los demás también queremos preservar. 

Me atrevería a decir que ese espíritu cinéfilo de los cubanos, especialmente de los habaneros es uno de los factores que ha sostenido al festival. Según ha comentado su presidente Iván Giroud, los derechos de exhibición de filmes son costosos y Cuba no los paga en muchas ocasiones porque todavía la mística de esta ciudad y su gente conquista a realizadores, productores, distribuidores y gente de cine en general para traer las películas a La Habana. 

No tenemos alfombra roja ni autos lujosos en los que trasladar a las estrellas de cine, pero creo que a ninguno de ellos les preocupa eso. Felizmente se pasean por nuestras calles, por el malecón, coinciden con el público en los jardines del Hotel Nacional y, por más que repitan la experiencia de venir al festival, cada año siguen asombrándose con las filas de personas que le dan la vuelta a la manzana para ver alguna película. 

No he tenido el gusto de vivir otro festival de cine en el mundo, no sé lo que pasa en los demás. Quizás haya glamour y buenos filmes, claro, pero en La Habana tenemos esos mismos buenos filmes y mucha, mucha gente que siente, sueña, despierta, vive y muere por el cine.

No te pierdas el festival. Ve por el cine, allí nos encontramos.

Cuba libre

Yuris Nórido / CubaSí

El cubano Jorge Luis Sánchez presenta una exquisita recreación de una época, con claras intenciones de tender lazos entre el pasado y el presente. 

Jorge Luis Sánchez Sánchez sabe trabajar la época. Había dado muestras en El Benny (2006), su opera prima, ambientada en las medianías del pasado siglo. Pero su tercera película, Cuba libre, una de las competidoras nacionales por el Coral del XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, ya es un empeño mayor. Y los resultados son contundentes. 

La puesta hace gala de una vocación por el detalle, incluso en rubros que otros realizadores han descuidado. Los elementos escenográficos, el vestuario, los objetos de uso cotidiano, los muebles, las armas… están elaborados con una minuciosidad ostensible y ostentada. 

Pero lo mejor es la manera en que se articulan todos los resortes de este mecanismo para recrear con verosimilitud un ambiente, con indudables pretensiones esteticistas (el uso del humo, de la niebla, la abundancia de primerísimos planos… parecen casi marcas de autor), un ambiente que trasciende la mera funcionalidad y se convierte en uno de los puntales de la película. 

Puede que la Cuba de finales del siglo XIX fuera menos operática en su pobreza, pero ya se sabe que el arte no está para dejar testimonios fidelísimos de una realidad. 

La historia transcurre en el año de 1898, pero muchos de los parlamentos exhiben una pasmosa actualidad. Pudieran intercarlarse, incluso, en muchas de las conversaciones que sostienen los cubanos ahora mismo. 

El debate sobre la influencia de las grandes potencias en el devenir de esta isla interesa mucho al realizador, como también las indagaciones en la identidad, los conflictos de la cotidianidad y sus implicaciones en el discurso mucho más integrador de una nación. 

Se habla desde el pasado, pero con evidentísimas intenciones de reflexionar sobre el presente y sobre el futuro. 

El director no quiere ofrecer una lección de historia, y ni siquiera se propone aleccionar “didácticamente” a los espectadores. Aquí cada cuál podrá sacar sus propias conclusiones, pues los personajes defienden sus credos a partir de sus experencias e intereses. 

Es que no pueden señalarse “héroes intachables” o “villanos irreductibles”, circunstancia que contrasta un poco con el tono melodramático de muchas escenas, particularmente las de la escuela para niños pobres, epicentro de la primera mitad del filme. 

En Cuba libre se extraña, eso sí, cierta contención. Por momentos hay más énfasis de la cuenta, y algunas pretendidas metáforas se resienten por su obviedad. En la escuela, por ejemplo, hay subrayados que solo la estatura de una actriz como Isabel Santos puede matizar. 

¿De verdad toda una clase se hecha a llorar desconsoladamente ante la simple mención de la inquisición española? 

La narración, asumiendo incluso su vocación coral, tiene puntos débiles: se pierde parte del itinerario de personajes relevantes, justo en el momento en que viven transiciones importantes. Se descuida el devenir de núcleos que fueron presentados con abundancia de peripecias. 

Afortunadamente, la trama centrada por los dos niños protagonistas está mejor expuesta, y bien defendida por los jóvenes actores. 

Las actuaciones están generalmente a la altura requerida, gracias, en buena medida, a la participación de excelentes intérpretes: la mencionada Isabel Santos, Manuel Porto, Jo Adrian Haavind, y (aplausos entusiastas) Georgina Almanza, que protagoniza algunas de las escenas más emocionantes del metraje. 

La fotografía es cuidadosa, inspirada, al igual que la banda sonora y el montaje. Uno de los acápites que más resaltan en esta producción es la dirección de arte, que ha demostrado que en Cuba tenemos la capacidad de recrear una época —incluso una época particularmente demandante— con vuelo y profesionalidad.

Cuba libre

Director: Jorge Luis Sánchez

Productor: Iohamil Navarro

Guión: Jorge Luis Sánchez

Fotografía: Rafael Solís

Editor: Luis Ernesto Doñas

Música original: Juan Manuel Ceruto

Sonido: Osmany Olivare

Dirección de arte: Nanette García

Intérpretes: Jo Adrian Haavind, Isabel Santos, Georgina Almanza, Adael Rosales, Manuel Porto, Alejandro Guerrero, Christian Sánchez

Productora(s): Audiovisuales ICAIC Producción/Distribución

Sinopsis: Cuba, 1898. Samuel y Simón son dos niños que, tras la derrota y salida de España al final de la Guerra de Independencia, viven intensamente el momento en que los norteamericanos se comportan como un ejército de ocupación.

Festival del Nuevo Cine Latinoamericano estrena en Cuba exitosas producciones de 2015

La aclamada cinta Carol, del director estadounidense Todd Haynes, abre este domingo el apartado Galas

Juventud Rebelde

La aclamada Carol, del director estadounidense Todd Haynes, abre este domingo el apartado Galas que trae a la 37 edición del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano una decena de filmes de destacados realizadores de países del área y otras regiones.

Encargada de inaugurar la nueva sección dentro de la cita cinematográfica, Carol llega con el favor de una crítica especializada que ha premiado la adaptación de la novela homónima de Patricia Highsmith, conocida también como El precio de la sal.

Intervienen en los roles protagónicos la oscarizada Cate Blanchett y Rooney Mara quienes deberán recrear la historia de dos mujeres abatidas por una vida infeliz y que luego de conocerse se debaten entre las convenciones de la década de los 50 del pasado siglo y la atracción mutua.

Le seguirán a la producción de 2015 las obras de varios maestros contemporáneos como el chileno Patricio Guzmán (El botón de nácar), el mexicano Arturo Ripstein (La calle de la amargura) y los canadienses Atom Egoyan (Remember) y Deepa Mehta (Beeba Boys), todas ellas con un amplio recorrido por los más exigentes certámenes cinematográficos del orbe.

Completan la sección las españolas Un día perfecto, de Fernando León de Aranoa, y Truman, de Cesc Gay, y las coproducciones latino-europeas El apóstata, del uruguayo Federico Veiroj, y Chronic, del mexicano Michel Franco.

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