Cuba Hoy.- La 37 edición del Festival de Cine Latinoamericano ha abierto una ventana para visualizar la obra de las nuevas hornadas de féminas creadoras.


De mujeres, jóvenes y realizadoras en el Festival de Cine Latinoamericano

Lourdes M. Benítez Cereijo - Juventud Rebelde.- La presencia de la mujer realizadora en el quehacer cinematográfico cubano ha podido ser valorada por los espectadores durante la presente 37 edición del Festival.

Con buenas credenciales llegó Abecé, de Diana Montero Rodríguez. La producción se alzó como mejor documental en The Americas Film Festival of New York y mejor película corta en el Festival Internacional de Cine de Trinidad y Tobago, mientras obtuvo el reconocimiento que otorgó la Unicef en el 56 Festival Internacional de Cine Documental y Cortometraje de Bilbao (Zinebi), España.

Abecé nos presenta a Leoneidi, una niña de 12 años que vive en la Sierra Maestra y se debate entre la maternidad y sus obligaciones como esposa. Presentado en la 13 Muestra Joven Icaic, fue el resultado de un ejercicio desarrollado por Montero Rodríguez mientras cursaba el segundo año en la EICTV de San Antonio de los Baños.

La creadora, que ha incursionado en varias especialidades como la dirección, la dirección de fotografía, la producción, el guión y la edición, toca en Abecé temas muy sensibles, como el embarazo en la adolescencia, la violencia doméstica y la falta de educación sexual.

También una aproximación a los cambios que ocurren en la adolescencia es Resina. Maryulis Alfonso Yero (Misericordia y Las Ventanas) nos acerca a Luna, una chica de 11 años que experimenta el tránsito de niña a mujer. En tanto, Horizoe García Miranda y Jessica Rodríguez Sánchez —ambas graduadas de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca)— nos introducen en El mundo de Raúl, un hombre ejemplar, que oculta un secreto detrás de su imagen de buen trabajador e hijo amoroso.

El corto fue reconocido con el premio de la XIII edición del Concurso Iberoamericano de Cortometrajes, que convocan el programa Versión Española, de Radiotelevisión Española (RTVE) y la Sociedad de Autores de España.

Se trata de una historia que habla del aislamiento, las apariencias, los miedos de asumir la identidad, las relaciones afectivas, la intimidad y los deseos sexuales de su protagonista, que lo alejan del modelo de hombre que tanto se esfuerza en construir.

De la especialidad de Dirección de la Famca, perteneciente a la Universidad de las Artes, se graduó Ana A. Alpízar. La joven, que cuenta en su haber con las obras Alumbrones, Sin metro y Tiempo de partir, nos invita a ver El estreno.

El núcleo temático se desarrolla en torno a los esfuerzos de Tania, una madre que ha dedicado su vida a la formación como actriz de su hija Laura. La muchacha está a punto de estrenar su primera obra, y Tania trabaja al máximo para que todo salga lo mejor posible, sin percatarse de que su hija ya no requiere de su desmedida atención.

Otra de las propuestas se titula El pastor de nubes, realizado por Ingrid Castellanos, un animado para adultos al cual nos hemos referido ya en las páginas de JR. Describe la labor de un anciano que se dedica a buscar nubes blancas y unirlas a su rebaño.

El reflejo nostálgico de una mujer latina que vive en Ginebra y su subjetividad como emigrante son los asuntos manejados en Tierra Roja, un documental de Heidi Hassan. 

La novel creadora, graduada de la especialidad de Fotografía en la EICTV y de la Escuela de Bellas Artes (ESBA) de Ginebra, Suiza, ha mantenido una participación estable en diversas ediciones de la Muestra Joven Icaic con títulos como Tormentas de verano y Miserere.

Tierra Roja obtuvo la Carabela de Plata a la Mejor Película de América Latina en el Festival Internacional de Cine Documental Zinebi, en Bilbao, España; se alzó como mejor película en el Festival Internacional de Cine Cubano (Ficcu) Alemania 2009 y además fue escogida como la mejor ficción en la séptima edición de la ya mencionada Muestra.

La selección fílmica se completa con Partir, de Estela María Martínez Chaviano; y Caparazón, de Joanna Pérez Vidal. Ambos tocan la soledad, pero con diferentes perspectivas.

La 37 edición de esta cita ha abierto una ventana para visualizar la obra fílmica de las nuevas hornadas de féminas creadoras, y nos ha dado cuenta de un desempeño meritorio que no podemos dejar pasar por alto. (L.M.B.C.)

Dramas intensos

Ya sean corales o individuales, la mayoría de los personajes que se mueven en los filmes latinoamericanos se encuentran en situaciones extremas

Frank Padrón - Juventud Rebelde.- Ya sean corales o individuales, la mayoría de los personajes que se mueven en los filmes latinoamericanos ahora aspirando a los (otros) Corales, es decir a los premios de este 37 Festival, se encuentran en situaciones extremas.

El club, de Chile (Oso de Plata en Berlín) los muestra así: el nuevo filme de Pablo Larraín (antes nos entregó No) sigue a un grupo de sacerdotes católicos prisioneros en un apartado pueblo marítimo por delitos contra la integridad de sus credos, aunque en realidad se la pasan como en vacaciones, apostando a las carreras de perros y comiendo suculentamente a todas horas… hasta que llega una suerte de «inquisidor» moderno dispuesto a cerrar el lugar.

Remordidos por sus pecados, perseguidos por un pasado que en vano pretenden enterrar, estos seres se enfrentan a la cámara confesando o justificando culpas, en magistrales monólogos que recuerdan a sus homólogos dostoievskianos. Admira la fineza sicológica lograda por Larraín en cada uno de estos hombres (y una mujer) llenos de contradicciones y conflictos que no los convierten en «malos de la película», sino simplemente en seres humanos, con todo lo que ello implica.

La concentración del relato y sus afiladas connotaciones sicosociales delatan a un realizador cada vez más experimentado en el sondeo, tanto de caracteres como de contextos en una interacción estrecha, profunda, que ya (de)mostrara en anteriores experiencias fílmicas (digamos, la desgarradora Post-mortem).

Tanto esa fotografía grisácea, que profetiza a cada fotograma la venidera tormenta, esos planos frontales, a contraluz, que sugieren la penumbra en que viven estos seres malditos, como el montaje milimétrico en su perfecta continuidad, o el empleo inteligente del «cine-encuesta», aunque cuidándose de disfrazar tanto la impronta documental que marca el trayecto, como el aura de policiaco que también lo condiciona, hacen del filme una lección de cine, que también implica toda una clase magistral acerca de ese otro club que es la escuela actoral allí: Roberto Farías, Antonia Zegers, Alfredo Castro, Alejandro Goic, Alejandro Sieveking, Jaime Vadell y Marcelo Alonso pugnan ante el lente en una apretada competencia histriónica en la que difícil sería decidir quién está mejor.

Crítica a cierto sector dirigente de la iglesia católica (excesivamente tolerante y hasta blanda con delitos imperdonables) El club va mucho más allá, levantando su dedo acusador contra la complicidad social, la indiferencia y el olvido.

También con un protagonista colectivo y partiendo de una famosa pieza teatral escrita por Miguel Torres, Siempreviva, de Klych López (Colombia), exhibe un microcosmos concentrado en una casa de huéspedes durante la famosa toma del Palacio de Justicia, en el Bogotá de 1985.

Tiempos difíciles, personajes al borde, llenos de carencias materiales, asistimos a algo todavía peor: sus pequeñas y grandes miserias, sus trampas y sus violencias, en una convivencia difícil que los muestra en absoluta desnudez moral, gracias a una cámara escrutadora y afilada.

López se devela como hábil narrador, capaz de llevar la historia hasta su desenlace con pericia y creciente interés, evitando tiempos muertos y sin olvidar cada detalle en la caracterización de sus complejos personajes; la ambientación y la recreación epocal son méritos para los cuales se auxilia de una eficaz dirección de arte, una precisa fotografía y una notable música.

Pero en un filme de tantos personajes con similar importancia dramática las actuaciones son fundamentales; como ocurre en El club, el combate en este sentido arroja tablas, ante la excelencia y la fuerza en los desempeños de Laura García, Enrique Carriazo, Andrés Parra, nuestra coterránea Laura Ramos, Alejandro Aguilar…

En una cuerda más íntima aunque sin subestimar la significación de un decisivo contexto, hallamos en la competencia de óperas primas el título Clever, laureado guión inédito en la edición de 2013 y procedente de Uruguay, que ya tenemos convertido en todo un filme.

Lo escribieron Federico Borgia y Guillermo Madeiro, quienes también lo dirigen, en torno a un hombre que, infelizmente divorciado, intentando complacer al pequeño hijo, decide pintar con imitaciones de flamas su auto, para lo cual se traslada a una aldea del interior donde se entera radica un pintor experto en ello.

Pueblo pequeño, infierno grande, Macondo uruguayo aunque ubicable en cualquier rincón de la geografía latinoamericana, Clever se topa allí con extravagantes personajes que el guión detalla en sus peculiaridades y la puesta incorpora a un periplo donde sobresale una  conseguida atmósfera de suspense que esconde el singular estudio de caracteres.

También se trata de una obra notablemente contada a nivel de puesta en cámara, con sugerentes retratos y bien plasmados recursos expresivos (fotografía, encuadres…), además de certeros desempeños (Hugo Piccinini, Antonio Osta, Marta Grané…) que acusan una lectura eficaz de la justamente laureada escritura.

Si de cine español se trata…

El país ibérico está presente en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana con siete filmes e ingredientes para todos los gustos

Lourdes M. Benítez Cereijo - Juventud Rebelde.- Ya es habitual que cada año, como parte del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, se preparen muestras fílmicas provenientes de otras latitudes. España es una de esas siempre presente. Ahora con siete filmes con ingredientes para todos los gustos.

Si es usted un apasionado de las películas hechas a golpe de fuertes emociones, entonces le invito a aproximarse a El desconocido, la ópera prima del joven director Dani de la Torre. La cinta apela a una fórmula ya bien conocida: una llamada telefónica, un carro, una bomba, y el resto ya podrá imaginárselo. Pero si esto le hace pensar que «esta película ya la vi», debería saber que el papel protagónico es asumido por Luis Tosar, un actor que no deja de sorprender por su capacidad histriónica.

La angustia, la adrenalina y la tensión constituyen elementos que no le faltan a El desconocido, y es ahí donde Tosar —recordado por haberse alzado con el premio Goya en Los lunes al sol (2002), Te doy mis ojos (2003) y Celda 211 (2009)— se luce con su desempeño, guiando al espectador por diferentes estados de ánimo.

Según ha manifestado el novel director Dani de la Torre, quien cuenta en su quehacer con los cortometrajes X nada (2008), Lobos (2004) y Minas (2003), además de la película para televisión Mar libre, su propósito fue desarrollar «una historia detrás del entretenimiento, una historia de personas y de lo que realmente importa: los seres humanos y la gente que te rodea. Esta película tiene algo de punto de encuentro y de reconciliación con nosotros mismos».

En otro largo de la muestra española repite Luis Tosar. De encarnar a un padre enfrentado al miedo de que su auto estalle con sus hijos adentro, pasa a asumir el rol de un progenitor cuyo hijo escapa de su casa en A cambio de nada.

El drama nos presenta a Darío, un joven que huyó, junto a su amigo incondicional, del hogar fracturado a causa del divorcio de sus progenitores. Su escapada lo lleva a conocer a varias personas que lo ayudarán a crecer y a ver la vida de manera diferente, convirtiéndose en su nueva familia.

Daniel Guzmán fue el hombre tras las cámaras, y con esta, su ópera prima, representó gran parte de su vida. En una entrevista ofrecida a la agencia EFE, el cineasta reconoció que en el filme «hay mucho de autobiografía. Es mi primera película y sabía que me iba a quedar muy expuesto. Pero también me ha ayudado a encontrar respuestas y ver algunos aspectos de mi existencia de otro modo, algo que me ha venido muy bien a nivel personal y profesional».

A cambio... resultó vencedora en el 18 Festival de Málaga, llevándose la Biznaga de Oro a la Mejor Película y las de Plata a Mejor Dirección y Actor de Reparto.

Un giro totalmente diferente nos hará experimentar Felices 140. Un consejo: no se deje llevar por el título, pues lo que sugiere un fácil y superficial divertimento es solo una fachada tras la cual se esconde una mezcla de envidia, celos y avaricia.

Todo comienza cuando Elia, en medio de las celebraciones por su cumpleaños 40, decide reunir a sus amigos para darles una noticia extraordinaria: ¡ha ganado la lotería de 140 millones de euros! Con ese argumento Gracia Querejeta explora lo más oscuro de la naturaleza humana y se pregunta hasta dónde llega la amistad cuando el dinero se atraviesa.

Para encabezar el elenco, la directora apostó por Maribel Verdú, con la cual ya había trabajado en dos ocasiones anteriores en las cintas Siete mesas de billar francés15 años y un día —la primera le valió a la Verdú un Goya. Mientras, en la contraparte masculina se destaca Antonio de la Torre (AzulOscuroCasiNegro, La isla interior, Lope y Caníbal) acostumbrado a entregar papeles exquisitos en su desempeño.

La protagonista, un rostro más que conocido gracias a títulos como Y tu mamá también, de Alfonso Cuarón; El laberinto del fauno, de Guillermo del Toro; y Blancanieves, de Pablo Berger, asume su papel con total dinamismo y nos seduce con una mujer que debe salir a flote en medio de una situación que comienza con mucha alegría y termina dando un vuelco total hacia la codicia y los resentimientos.

Con esta producción, Gracia Querejeta fue merecedora de un lauro especial en los Premios Turia de este año y junto a Santos Mercero ganó en la categoría de mejor guión del 20 Festival de Cine Español de Toulouse.

Una adaptación de Bodas de Sangre, de Federico García Lorca, trae la firma de Paula Ortiz. Se titula La novia, que convocó en el set a los actores Inma Cuesta, Álex García y Asier Etxeandía.

Al referirse a la pertinencia de llevar esta obra al cine, la realizadora ha señalado que «siempre van a ser necesarias más lecturas de Lorca, porque los textos clásicos ofrecen mapas y faros que iluminan una parte de la naturaleza humana. Cada visión es distinta y puede aportar algo, te lleva a replantear esos motores y esos conflictos de las pasiones humanas. Todas las historias vuelven a los centros esenciales de la naturaleza humana y de nuestras contradicciones, y Lorca lo hace de una manera tan luminosa que es inevitable volver a ella. Además, el cine no ha mostrado tanta atención a Lorca».

Respecto a la protagonista Inma Cuesta (muy popular gracias el éxito de la serie Águila Roja), la cineasta ha afirmado que no podía haber pensado en nadie más para este rol.

El universo poético se entrelaza con un ambiente de marcado sentido surrealista. Al decir de algunos críticos, La novia se destaca por una poderosa concepción visual en la cual la fotografía, los planos y el enfoque le imprimen un aire totalmente diferente.

Como una película «poco convencional, la tragicomedia de unos perdedores envueltos en una aventura “real”, absurda y burlona como la vida misma», califica Juanma Bajo Ulloa su largometraje Rey Gitano.

Avalado por su quehacer al frente del rodaje de películas como Alas de mariposa, La madre muerta y Airbag, Bajo Ulloa ha dicho que esta cinta representa el regreso «a un tipo de humor políticamente incorrecto al estilo de Airbag, con un ritmo trepidante y unos actores especialmente dotados para la comedia».

Las interpretaciones corren a cargo de Karra Elejalde, a quien pudimos disfrutar en la pasada edición del Festival con el filme Ocho apellidos vascos; secundado por Manuel Manquiña, Arturo Valls, María León, Rosa María Sardá, Charo López, Albert Pla y Pilar Bardem.

Rey Gitano describe las dificultades de dos detectives en paro que han fracasado en su profesión. Con la inesperada llegada de Gaje, un gitano incorregible seductor que les propone una disparatada misión, su suerte cambiará…, pero para peor.

Por su lado, Stella cadente nos traslada a 1870. Se trata de un largometraje que revela el fugaz reinado de Amadeo de Saboya en España, un gobernante que intentó modernizar un país ingobernable. Un rey incomprendido en el exterior y rápidamente refugiado en su interior: fuera de su palacio, el país se derrumba, y dentro de él, su corte se abandona a los juegos, el amor, los placeres, la belleza y la melancolía. 

La dirección estuvo a cargo del reconocido Luis Miñarro, poseedor de una extensa trayectoria como productor, y laureado en diversos certámenes internacionales como el de Cannes, donde recibió una Palma de Oro por El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas.

En una entrevista dada a la prensa española, Miñarro comentó que con Stella cadente intentó «explorar la soledad y también la idea de liberación. Es una película valiente, salvaje y que exige que el espectador la mire con atención y no da todas las pautas de lo que está pasando. Tiene una narrativa poco convencional en ese sentido. Es una película luminosa, vitalista, a pesar de todo el lado oscuro, de toda la vertiente más bien densa que plantea el momento histórico en el que está marcado».

El personaje del rey recayó sobre Àlex Brendemühl (Las horas del día) y su interpretación fue reconocida con una nominación al Premio iberoamericano de cine Fénix.

Cierra la lista Los exiliados románticos, en la cual tres amigos emprenden un viaje sin motivo aparente, y durante el trayecto van al encuentro de amores idílicos, con la única misión de seguir sintiéndose vivos. Esta tercera producción del joven Jonás Trueba (Todas las canciones hablan de mí y Los ilusos) es una road movie que habla fundamentalmente de la amistad.

Los exiliados románticos obtuvo este año el Premio Especial del jurado y el lauro en la categoría de mejor música en el Festival de Málaga.

Amor, amistad, codicia, poesía y sorpresas se combinan en esta selección fílmica proveniente de España, que no debemos perdernos en estos días de cine.

FESTIVAL DE CINE: ¡Más disciplina! ¡Más educación!

Yuris Nórido - CubaSí.- Algunas de las presentaciones del Festival Internacional de Cine se ven afectadas por las indisciplinas de algunos espectadores. Celulares sonando, gritos, conversaciones fuera de lugar… ¿dónde ha quedado el más elemental sentido de urbanidad?

Antes de que comience la película en el cine Chaplin, siempre proyectan un cartel en varios idiomas que especifica las prohibiciones: ni teléfonos celulares encendidos, ni cámaras de foto o video… El más elemental sentido común dicta que tampoco se debe hacer ruido al comer (de hecho, lo ideal sería que también estuviera prohibido comer, pero no vamos a enfrentar la inveterada tradición de consumir rositas de maíz), y mucho menos hablar alto, sostener largas conversaciones, gritar… 

La mala noticia es que muchos espectadores no les hacen el menor caso a estas indicaciones. Hasta el punto de que las acomodadoras pasan buena parte de la proyección regañando a los que molestan a los demás con sus ruidos, y de paso ellas mismas molestan al regañar. 

En estas presentaciones del XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano hemos sido testigos de personas que ocupan sus asientos cinco minutos después de que haya comenzado la película, personas que responden llamadas por teléfono, personas que reaccionan gritando y hasta ofendiendo cuando ven en la pantalla escenas que los incomodan. 

¿Para qué sirven las sinopsis de las películas? Si usted sabe, por ejemplo, que la cinta trata sobre una relación homosexual, ¿por qué entra a verla, si no soporta la simple visión de dos hombres o dos mujeres besándose? 

Estas manifestaciones de indisciplina se han agudizado en los últimos tiempos; hace algún tiempo comentábamos sobre el problema de los celulares en los teatros, al que se sumaba el consumo de galletas, caramelos y otras chucherías durante las funciones, con los consiguientes ruido y suciedad. 

Cuando se advierte en un cine o en un teatro que está prohibido mantener el celular encendido, hay que apagarlo. Y si se deja en vibrador, hay que tener claro que no se puede atenderlo o salir al vestíbulo a responder una llamada. 

Está claro que los mensajes ya no bastan, las administraciones tendrán que aplicar rigurosamente los reglamentos de cada lugar. 

La mayoría de los espectadores (los que cumplen con lo establecido) tienen derecho a disfrutar las películas en paz. 

Los que no estén dispuestos a seguir las normas de urbanidad tienen la opción de ver los filmes en sus casas, donde nadie va a ir a decirles qué es lo correcto. Así de simple.  

Festival de cine en La Habana confiere Coral de Honor a Ruy Guerra

PL.- El presidente del XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, Iván Giroud, entregó hoy aquí al realizador brasileño Ruy Guerra el Coral de Honor del certamen en reconocimiento a su destacada trayectoria fílmica.  

"Recibir este premio en mi amada Habana es un honor que me gustaría tener la certeza de merecer", aseguró Guerra, quien desde muy joven decidió hacer del cine su oficio. 

De acuerdo con el cineasta nacido en Mozambique y nacionalizado en Brasil, el galardón constituye el mayor reconocimiento que puede obtener un realizador latinoamericano-africano. 

En ceremonia acontecida en el cine habanero 23 y 12, Guerra recordó a su entrañable amigo Gabriel García Márquez, cuya obra está presente en las cintas Eréndira (1983) y El veneno de la madrugada (2004). 

Como parte del homenaje al artista suramericano, se proyectó el documental El hombre que mató a John Wayne, dirigido por sus exalumnos y coguionistas Diogo de Oliveira y Bruno Laet.

Dicho filme constituye un acercamiento no lineal a un creador múltiple cuya vida y obra resultan inseparables, además, mezcla ficción y realidad mediante entrevistas, escenas de películas rodadas por Guerra, canciones y poemas. 

El embajador de Brasil en Cuba, Cesáreo Melantonio Neto, participó en el agasajo a Guerra, quien a mediados de la década de 1960 ingresó en las filas del Cinema Novo, movimiento de la historia del cine en ese país. 

Una selección de fotografías del realizador junto al cineasta cubano Tomás Gutiérrez Alea y al autor de El amor en los tiempos del cólera permanecen expuestas en el vestíbulo del cine 23 y 12. 

Previsto hasta el 13 de diciembre, el XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano separa un espacio para reconocer a otras figuras del séptimo arte como el italiano Mario Monicelli.

Francella, el loco de la escoba, en festival de cine de La Habana

PL

Acostumbrado a verlo en papeles humorísticos, el público cubano redescubre hoy en el festival de cine de La Habana al argentino Guillermo Francella en la cruel frialdad de Arquímedes Puccio, de la cinta El Clan. 

Pero más que al monstruo, el actor intenta develar al hombre, sus obsesiones y tormentos, escarbar en la psicología de quien fuera el líder de uno de los grupos criminales más famosos de la historia reciente en Argentina. 

Este padre manipulador -a ratos hosco y lejano, a ratos preocupado por sus hijos- encuentra en la familia una especie de chivo expiatorio de sus actos, o al menos así lo hace ver Francella. 

De hecho, Puccio era visto por sus vecinos como alguien común y corriente, preocupado por sus hijos y su hogar. Hasta le llamaban el "loco de la escoba", por esa manía suya de barrer continuamente el frente de su casa, cuenta el director Pablo Trapero. 

Según el cineasta, esa rutina al parecer inofensiva respondía a un interés sórdido y maquiavélico: saber si se escuchaban o no los gritos de sus víctimas. 

Trapero apostó por Francella pues desde hacía rato quería trabajar con él y no había encontrado la oportunidad. 

"Al presentarle la película le pregunté si estaba dispuesto a interpretar un personaje que las personas odiarían, pero le entusiasmó la idea", dijo. 

Si bien el maquillaje ayuda mucho a transformar y endurecer la expresión del actor, el gran mérito lo llevan su encarnación llena de cinismo de un hombre frío, inescrupuloso y manipulador, y como en medio de esta perversión sabe sorprender con gestos de seca ternura. 

El caso Puccio fue bien sonado en Argentina y tal vez los espectadores de esa latitud vean con otros ojos la cinta, pero en Cuba quedan perplejos desde el inicio, cuando un cartel advierte: basada en hechos reales. 

Aunque el largometraje -ambientado entre el final de la dictadura argentina y la entrada de la democracia- narra los secuestros y asesinatos cometidos por ese "clan familiar", Trapero también enfoca la conflictiva relación entre un padre dominante y opresivo, y un hijo atormentado. 

Para filmar la película, el equipo de realización tuvo acceso a documentos sobre el caso, fotografías, entrevistas con parientes de las víctimas e intercambios con jueces y abogados vinculados a la historia. 

Ahora quienes están en las butacas de la sala miran con bastante suspicacia la relación familiar y se debaten hasta donde llega la complicidad y donde comienzan las culpas entre los hijos y la madre, y qué tan ajenos permanecieron al horror del cual eran parte. 

Las largas filas y revuelos a la entrada de los cines de La Habana aportan la credencial del público a esta cinta que viene por el Coral en el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, tras romper récord en las taquillas de su país y conquistar el León de Plata en Venecia.

Estrenan hoy en La Habana documental sobre Carlos Varela

ACN

El documental El poeta de La Habana, que recoge los 30 años de vida artística del cantautor cubano Carlos Varela, se estrenará hoy en Cuba, como parte de la programación del XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Filmado en La Habana y dirigido por el realizador canadiense Ron Chapman, a partir del concierto que ofreciera el trovador en enero de 2013 en el Teatro Nacional de Cuba, el audiovisual realiza un recorrido por la obra del fiel exponente de la llamada Generación de Los Topos.

Jackson Browne, Ivan Lins, Luis Enrique, Juan Formell, Jorge Perugorría, el productor de radio Juanito Camacho, la periodista Xenia Reloba y la escritora Wendy Guerra, son algunas de las personalidades que dan su testimonio para relatar la manera en que Varela fue influenciado por Cuba, la política y la gente.

Entre otras de las actividades del certamen para su novena jornada destaca, además, la presentación de varios libros relacionados con el séptimo arte: La biblia del cinéfilo, de Luciano Castillo, e Intrusos en el Paraíso, de Juan Antonio García Borrego.

También se introducirán publicaciones del crítico y académico uruguayo Jorge Rufinelli, entre las que figuran los volúmenes Nuevo Texto Critico; Para verte mejor, el nuevo cine uruguayo y todo lo anterior; Locas mujeres, 130 directoras en América Latina.

Hoy se proyectarán los largos metrajes Eva no duerme, de Pablo Agüero; Paulina, de Santiago Mitre; Caballos, del cubano Fabián Suárez; Lo que lleva el río, de Mario Crespo, entre otras.

El XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano concluirá este domingo 13 de diciembre con la entrega de los premios Corales.

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