El actor y director boricua Benicio del Toro. Foto: Facebook
teleSUR.- El Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano es sin duda uno de los más importantes del continente desde hace 37 años. Así lo expresaron personalidades como el periodista Ignacio Ramonet, el actor Alfredo Arturo Castro o el cineasta Miguel Littin. Éste último dijo, por ejemplo que "en un continente en que el cine casi siempre está de espalda al público, aquí (en Cuba) el público llena las salas. Son miles de personas que ven que se conmueven, que aplauden. Es un estado ideal del cine".
El 37 Festival se despidió con Corales
En las palabras de cierre, Iván Giroud, presidente del evento, expresó que la obligación primera del festival es revelar hacia dónde va nuestro cine
Diana Ferreiro - Diario Granma.- El filme chileno El club, dirigido por Pablo Larraín, se alzó anoche con el Premio Coral al mejor largometraje de ficción, durante la clausura y entrega de galardones del 37 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
En las palabras de cierre, Iván Giroud, presidente del evento, expresó que la obligación primera del festival es revelar hacia dónde va nuestro cine, enmarcar su entorno y descubrir sus múltiples conexiones con nuestra sociedad y con nuestro tiempo.
“Solo así estaremos respetando a los fundadores, aquellos que hasta sus vidas dejaron en el camino para que hoy fuéramos más plenos. En esa perenne búsqueda está nuestra fuerza. Hoy el nuevo cine latinoamericano es el nuevo cine, y lo es porque su desarrollo está impregnado por la visión de aquellos jóvenes cineastas: Alfredo, Glauber, Birri, Titón, Santiago, Gabo, Julio, que primero soñaron y después construyeron”, añadió.
Dentro del apartado de Ficción, cuyo jurado estuvo presidido por la actriz británica Geraldine Chaplin, se otorgó un Coral especial al largometraje brasileño Toro de neón, mientras que el de Dirección fue conferido a Sandra Kogut, por la película Campo grande, también de Brasil, y el de Fotografía y Dirección artística a La luz incidente, de Argentina.
La coproducción El abrazo de la serpiente (Colombia, Venezuela, Argentina) obtuvo el Coral de Edición y Música original, y el de Sonido correspondió a la mexicana Yo. El Mejor Corto de Ficción fue a parar al cubano Marcel Beltrán, por La nube, y el Coral de Guion a Julio Hernández Cordón, por Te prometo anarquía, de México, cuyos dos actores principales Diego Calva y Eduardo Eliseo Martínez, compartieron el premio de Actuación Masculina. El femenino correspondió a la actriz mexicana Jana Raluy, por Un monstruo de mil cabezas.
En Ópera prima, el jurado decidió entregar un Premio a la Contribución Artística al filme colombiano Manos sucias, y el Coral fue otorgado a la película Desde allá, de Venezuela y México.
El apartado de Documental entregó un premio especial a La pasión de JL (Brasil), y los corales al corto Tripido (Colombia) y al largo Casa Blanca (Cuba, México, Polonia).
La Animación contó entre sus galardonados con el corto brasileño Guida (Premio Especial), Los ases del corral (Coral de Cortometraje) y Las aventuras de Juan Quin Quin (Coral de Mediometraje), y en Cartel resultó ganador el diseñador Pepe Menéndez por el de la película Cuba libre.
El Coral del público, que se decide cada año por las votaciones de los espectadores, premió en esta oportunidad a la argentina El clan, de Pablo Trapero.
Benicio del Toro: Me gusta apoyar el Festival de La Habana
Lourdes Elena García Bereau - La Habana, 13 dic (ACN) Me gusta apoyar el Festival de La Habana porque lo considero uno de los más importantes de la cinematografía mundial, por eso si tengo la oportunidad de venir a presentar una película no la dejo pasar, aseguró el actor y director boricua Benicio del Toro.
Invitado especial del XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano -que concluye hoy en esta capital-, el actor de Che, el argentino y Traffic, por solo citar algunas de sus cintas más conocidas, expresó a la ACN sentirse muy contento de estar otra vez en esta tierra de amigos entrañables.
Tengo gente acá que llevo conociendo hace muchos años, desde la filmación de la película del Che, y más que amistades son ya familia, así que cuando llego a La Habana mato dos pájaros de un tiro, significó entre risas al hablar de su vínculo con el certamen y los colegas de la Isla.
En esta ocasión, Benicio llegó a la cita para presentar dos proyectos en los que colaboró recientemente: El poeta de La Habana, un documental sobre el cantautor cubano Carlos Varela, dirigido por el canadiense Ron Chapman, y Un día perfecto, un filme del cineasta Fernando León.
Llego a la música de Varela en el año 2001 cuando realicé mi segunda visita a Cuba, ya conocía de sus canciones y había escuchado con atención "Guillermo Tell", por eso cuando coincidimos en Los Ángeles el año pasado y me invitó a participar en el documental, enseguida acepté, añadió.
Para mí Carlos carga con un estilo de cantautor crítico y sutil, muy similar al de Bob Dylan, pero obviamente yo conocí de él como todos los de su generación, a través de la música de Silvio Rodríguez y Pablo Milanés, señaló el también ganador de un Premio Oscar.
Con respecto a su reciente encuentro con estudiantes de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños, del Toro afirmó sentirse muy contento con el intercambio generado allí, las preguntas y el diálogo entre estudiantes y profesores.
Fuimos a presentar Un día perfecto con Fernando León y la pasamos muy bien, creo es importante hacer esa conexión con el Festival de La Habana y los institutos que promueven el cine latinoamericano.
Asimismo, confirmó su próxima participación en el episodio número ocho de la saga de La Guerra de las Galaxias, que se estrenará en 2017.
Geraldine Chaplin alaba calidad de cintas en festival latinoamericano
PL.- En declaraciones a Prensa Latina, Chaplin reiteró su admiración por la cinematografía de la región porque, en su criterio, todo lo interesante sucede en América Latina.
En el XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano compitieron películas de alta calidad, por lo cual decretar un premio fue muy difícil, aseguró hoy aquí la actriz británico-estadounidense Geraldine Chaplin.
En declaraciones a Prensa Latina, Chaplin reiteró su admiración por la cinematografía de la región porque, en su criterio, todo lo interesante sucede en América Latina.
"No me sorprendió ver el alto nivel del cine latinoamericano", sostuvo la actriz que conquistó a los cinéfilos cubanos con su impecable desempeño en el largometraje Cría Cuervos, del realizador español Carlos Saura, premiado en el Festival de Cannes de 1976.
De acuerdo con Chaplin, el cine latinoamericano y caribeño va en constante ascenso porque difiere de la producción fílmica de Estados Unidos, que mayormente apuesta por la masividad y de los audiovisuales europeos, por momentos deprimidos.
"Para mí La Habana es romance, aquí fue concebida mi hija", declaró la intérprete al hablar de sus sentimientos por la capital cubana, ciudad que le abrió los brazos en la década de 1980.
Durante el diálogo no podían faltar detalles de cuánto influyó en ella la figura de su progenitor, el famoso cineasta Charles Chaplin, autor de obras cumbres de la cinematografía mundial como La quimera de oro (1925), Tiempos modernos (1936) y El gran dictador (1940).
"Mi padre ha abierto todas las puertas para mí, este apellido es mágico porque no solo fue el gran genio del cine sino el hombre más querido del séptimo arte", aseveró la actriz.
Humilde y gentil, la intérprete no hace gala de su probado talento, reconocido en 2002 con el Premio Goya a la Mejor Actriz de Reparto por su trabajo en la cinta En la ciudad sin límites.
Al referirse a planes futuros, Chaplin adelantó que en los primeros meses de 2016 comenzará a filmar dos películas, una dominicana titulada De momento, y otra francesa, en la cual encarna a una abadesa cruel y repelente.
Considerada una de las actrices más talentosas de las últimas décadas, la artista presidió por primera vez el jurado de ficción del XXXVII Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, que finaliza este domingo con la entrega de los colares.
La maldición de un travesti luchador
Viva, una cinta que representa un incentivo a luchar por lo que se quiere, al reconocimiento de las personas por el mero hecho de serlo, más allá de su identidad de género...
Diana Castaños - Cubahora.- En la sección Filmado en Cuba, en el marco del 37 Festival de Cine Latinoamericano se encuentra Viva, película irlandesa dirigida por Paddy Breathnach, y seleccionada para representar a su país en los premios Oscar del 2015, a celebrarse en febrero de 2016.
Viva es una cinta que nace con grandes expectativas. Por un lado, es un grito y una oda a la búsqueda de la identidad; un homenaje a todas aquellas historias de vida que asumen el cada día ser más auténticos y más consecuentes con lo que soñaron para sí mismos. Por el otro, es una runa genuina de lo que son las relaciones paternas filiales.
Cuenta la historia de Jesús, que es un joven cubano de 18 años que lucha por encontrar su verdadera identidad, forzado por una difícil relación con su padre recién salido de la cárcel después de quince años de condena.
Con Jorge Perugorría como el padre de Viva y Luis Alberto García como el travesti que le da trabajo, la película cuenta con un elenco de una primera línea que, justo como nos tiene acostumbrados, no decepciona. Si bien a primera vista pudiera apreciarse cierta incoherencia en Luis Alberto García, como si no estuviera cómodo asumiéndose como travesti, la estructura del personaje se salva y justifica cuando él mismo le cuenta a un Perugorría borracho –figura pavorosa- “¿Tú no te das cuenta de que este travestismo es mi lucha?”… como si vestirse de mujer fuera un trabajo más… Como si fuera la intención de Viva mostrar que hay muchas razones para terminar cantando canciones de Elena Burke y La Lupe en el bar Las Vegas… Como si la peor maldición de un travesti luchador fuera no serlo.
Pero… La historia de Viva se mueve entre el cliché de la visión del cubano que vive entre gritos, ron, sexo y palabras obscenas. Como si Mark O´Hallagan, guionista de Viva, no hubiera podido sustraerse de representar a la misma Cuba estereotipada de siempre, esa que tiene negros que boxean, mujeres eternamente fogosas y -¿hasta cuándo será esa la que ven los extranjeros?- jóvenes que se prostituyen el cuerpo para poder comprar comida.
Por cierto, alguien debió decirles a los irlandeses que contextualizaron su guion en Cuba, que con los cuarenta dólares que le pagan al protagonista por prostituirse, se puede comprar algo más que el arroz que dan en la bodega.
Pero realmente la película no va sobre estereotipos ni representaciones sociales. Estas tan solo le sirven como –deficiente- telón de fondo. La cinta es un incentivo a luchar por lo que se quiere, al reconocimiento de las personas por el mero hecho de serlo, más allá de su identidad de género o cualquier otra cuestión que implique eso que todos sabemos, aunque no siempre pongamos en práctica la tolerancia que implica… que para gustos se hacen los colores y para escoger, las flores.
Un monstruo de mil cabezas
Elizabeth López Corzo - CubaSí.- Si me hubieran contado el argumento de “Un monstruo de mil cabezas”, me hubieran parecido desproporcionadas las acciones de la protagonista. Pero después de haber visto la película creo que mi respuesta hubiera sido la misma que la de ella, si yo tuviera que enfrentar una situación así.
Sonia Bonet es una mujer que lucha por salvar a su marido de una enfermedad letal. Al avance del padecimiento en el cuerpo de su esposo se suma la incapacidad e inconsciencia de ciertos funcionarios del sistema de salud y la compañía de seguros de la familia afectada. Ella está desesperada y hace hasta lo imposible por ayudar al esposo que sufre.
La protagonista confía en que él se salvará si recibe un determinado tratamiento que le ha sido negado sin explicación justa, pero en el camino por conseguirlo tropezará con más obstáculos de los que esperaba.
El monstruo de mil cabezas no es el cáncer de su marido sino la muralla burocrática e insensible a la que ella tiene que enfrentarse.
La cinta es una tragedia. Recordemos aquel proverbio de que “lo que mal comienza, mal termina”, sin embargo, todo no es lo que parece. Inicialmente el espectador cree que se encuentra frente a un duro drama de un enfermo, pero rápidamente este se convierte en una película de acción, aunque los motivos de la protagonista no abandonan su sustento dramático. Toda la violencia que sobreviene a partir de las gestiones de Sonia con los médicos es resultado de su desesperación, pero sobre todo de su amor.
El director Rodrigo Plá hizo muy bien su trabajo. Realizó una película que mantiene al público expectante hasta el final. Aun cuando en la estructura dramática se va adelantando parte del final y se sabe desde ya que Sonia será enjuiciada por sus actos “deliberados” y aparente perturbación, nadie se mueve de su butaca porque la historia está bien contada.
De hecho, en diversas escenas de distinta naturaleza, el cineasta recurre a imágenes que relatan los sucesos de manera indirecta. Por ejemplo, una discusión entre Sonia y el médico del esposo no se presenta en un plano frontal clásico, sino que se ve a través del parabrisas de un auto y apenas se divisan las siluetas. Pero es precisamente esta visualidad la que le confiere mayor interés y originalidad al filme, y al mismo tiempo, mantiene la tensión en el espectador, lo hace cómplice.
“Un monstruo de mil cabezas” es una buena película, fácil de digerir, entretenida e inteligente (no siempre coinciden ambos calificativos de manera feliz en una cinta). Es una oportuna crítica a los establecidos y lucrativos sistemas de salud y empresas de seguros no solo en México, donde se desarrolla la historia, sino en el mundo entero.
