teleSUR.- Este viernes 1º de enero, Cuba conmemora el 57 aniversario de la victoria de su revolución frente al ejército del dictador Fulgencio Batista y por este motivo, el pueblo de ese país saldrá a las calles para recordar esta fecha.


Cubanos celebran aniversario 57 del triunfo de la Revolución

Más de medio siglo después, en la nación caribeña se desarrolla un proceso de actualización del modelo económico y social que busca garantizar la continuidad y el fortalecimiento del sistema adoptado en la isla en aras del desarrollo nacional, bajo la premisa de un socialismo próspero y sostenible

Juventud Rebelde

Los cubanos celebran hoy el aniversario 57 del triunfo de la Revolución, proceso que desde aquel histórico 1 de enero de 1959 trajo una nueva realidad de justicia social para el país, afirma PL.

Más de medio siglo después, en la nación caribeña se desarrolla un proceso de actualización del modelo económico y social que busca garantizar la continuidad y el fortalecimiento del sistema adoptado en la isla en aras del desarrollo nacional, bajo la premisa de un socialismo próspero y sostenible.

Para los cubanos, el 1 de enero de 1959, con la consiguiente entrada triunfal —siete días después— de Fidel Castro a La Habana, representó el inicio de una etapa de transformaciones que pusieron fin a un sistema favorecedor de élites políticas y económicas, tras lo cual se comenzó a crear un país abocado al beneficio de la mayoría de la población.

De ahí que una de las primeras medidas tomadas por el Ejecutivo revolucionario fuese la Ley de Reforma Agraria, que proscribió el latifundio con la nacionalización de las propiedades de más de 402 hectáreas y entregó la tierra a decenas de miles de campesinos.

A esa le siguieron otras iniciativas memorables, entre ellas una campaña de alfabetización que en apenas un año (1961) convirtió a Cuba en el primer territorio libre de analfabetismo de América Latina.

Desde entonces nada se ha detenido: más de medio siglo después los resultados de las políticas de corte social en Cuba son visibles, pese al bloqueo económico, financiero y comercial más largo de la historia impuesto por Estados Unidos, y que niega a la isla inversiones, financiamiento, avances tecnológicos, medicinas y alimentos.

Así entre sus muchos resultados en el ámbito sanitario, la mayor de las Antillas sobresale desde hace varios años por exhibir una tasa de mortalidad infantil por debajo de cinco, inferior a la de países desarrollados como Estados Unidos y Canadá.

Reconocida por garantizar el acceso universal y gratuito a la salud pública, Cuba también destaca por su Programa de Vacunación, que garantiza una amplia cobertura de inmunización, permitiendo la prevención de 13 enfermedades.

Otros logros ya históricos son conocidos: Cuba fue la primera nación de América Latina en erradicar la poliomielitis, en tanto desaparecieron además enfermedades infecciosas como el paludismo, la tosferina, rubeola, tétanos neonatal, difteria, sarampión, síndrome de rubéola congénita y meningoencefalitis posparotiditis.

En el ámbito educativo, una cifra nada despreciable sitúa a Cuba entre los países que mayor porcentaje de su Producto Interno Bruto dedica a la enseñanza (13 por ciento).

Además, datos de la Unesco revelan que la Mayor de las Antillas tiene una tasa de alfabetización del 99,8 por ciento, de escolarización del 99,7 por ciento y como promedio el alumno cubano acumula el doble de conocimientos y competencias que su par latinoamericano.

Considerada por organismos internacionales como un ejemplo de protección a la infancia, la isla presta también gran atención a sus jóvenes, pues contribuye a la reincorporación al estudio y al trabajo de aquellos desvinculados, se fomenta la formación de una cultura integral y se estimula la lectura.

En general, el país —que se sitúa como una nación de alto desarrollo humano, resultado de las sostenidas políticas de bienestar social implementadas por la Revolución— ha cumplido gran parte de los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

Cuba alcanzó los Objetivos Número Uno (erradicar pobreza extrema y hambre), el Número Dos (lograr enseñanza primaria universal), el Número Tres (promover igualdad entre los géneros y empoderamiento de la mujer) y Número Cuatro (reducir la mortalidad de los niños menores de cinco años), en tanto trabaja para concretar las restantes metas.

Que este sea un año luminoso

Vivamos intensamente este 2016, el año 58 desde aquel otro enero de definiciones...

Leticia Martínez Hernández - Cubahora.- Amanece otro enero. Detrás queda el brindis del 31, el cubo de agua que lanzó a plena calle todo lo malo que trajo el 2015; el muñecón hecho cenizas; el puerco asado con mucho adobo; la maleta vacía con que se caminó la cuadra justo cuando el 2016 marcó su primer segundo. Detrás quedó un año, que como todos, nos definió. Para algunos, un año venturoso; para otros, funesto; habrá quien lo haya pasado sin penas ni glorias; habrá, también, quien lo haya marcado como punto de partida o de retorno.

Amanece el 2016 y ? amén de creencias, tradiciones, clichés o modas ? los planes florecen a esta hora como en ninguna otra del año. Habrá quien quiera casarse, graduarse, tener hijos, ser abuelo, comprarse una casa, aprender a manejar, viajar al fin del mundo, encontrarse el amor de la vida o simplemente una buena compañía. Habrá quien diga que es cosa de tontos, que la vida pone y quita a su antojo, sin importar planificaciones. Pero ni siquiera ese, el más práctico del planeta, pasa por alto la trascendencia del año que se va, del que comienza, de ese círculo vicioso con sabor a júbilo que cada doce meses vivimos.

Amanece el primer día del primer mes del año. Detrás quedan las 21 salvas de cañón lanzadas desde el Morro; detrás quedan las notas del himno de Bayamo; y el rostro serio del locutor que con voz de situación nos desea “a todos los cubanos” un próspero 2016, ese que marca el año 58 de nuestra Revolución. Y mi familia, como cada año, se para frente al televisor y brinda, también por Cuba.

Así hecha a rodar enero, y mientras retumban allá lejos los fuegos artificiales que otros disfrutan, deseo un mejor país, donde la alegría de vivir reine; donde sean menos las inconformidades y resulte más fácil vivir; donde todos ayudemos a construir esa Isla próspera a la que aspiramos; un país al que no le gane el derrotismo, las pocas ganas de hacer; un país que no se olvide de su historia, de sus héroes, ni de los cotidianos ni los de renombre; un país que se luzca victorioso, que disfrute sus logros; una nación que siga siendo ejemplo, mientras arregla sus desperfectos.

Vivamos así este año, el 58 desde aquel otro enero de definiciones. Porque como lo dijo el Presidente cubano en la Asamblea no queda más opción que vencer cualquier reto en el empeño, inmensamente nuestro, de construir un país próspero y sostenible. Que sea este un año luminoso para todos.

Cuba
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