En el programa de teleSUR "Interview From Havana", la periodista cubana Cristina Escobar entrevista al joven bloguero Carlos Alberto Pérez, autor de "La Chiringa de Cuba", mientras visitan una de las nuevas zonas wifi de la capital de Cuba. Crítico con ciertas instituciones y funcionarios, Pérez deja claro de qué lado está y se declara más revolucionario que nunca.


Apuesta por una interconexión permanante entre periodistas y blogueros, ya que "todos somos comunicadores sociales".

Es el creador de los famosos "Chirileaks", documentos que ha publicado en su blog, algunos de los cuales han servido para "mover ficha" en ciertas instituciones. El caso más sonado fue el fraude en los exámenes de ingreso a la Universidad de La Habana. El bloguero consiguió en el mercado negro los exámenes de ingreso, denunció el caso -antes de publicarlo- en el Ministerio de Educación Superior, pero -asegura- "no me hicieron ni caso". Los publicó en el blog y a partir de ahí la institución actuó: se repitió el examen, se abió una investigación, se llevó a tribunales a varias personas y la prensa del país cubrió de manera extensa el caso de corrupción.

`Si la disidencia pagada por EEUU hace denuncias constantes de nuestra realidad, nuestro deber es hacerlo desde el lado de la Revolución´, asegura, mientras se muestra optimista por los cambios que experimenta la prensa cubana, pero que son -matiza- aún insuficientes.

Chiringa de Cuba: el reto de volar con los pies en la tierra

Entrevista en IPS, 28 de agosto de 2015

Cuba 2.0 conversa con el bloguero cubano Carlos Alberto Pérez Benítez, autor del blog La Chiringa de Cuba…

Desde hace cinco años no es posible hablar de la blogosfera cubana sin contar con la voz de Carlos Alberto Pérez Benítez, autor y creador del blog La Chiringa de Cuba. Ya sea por sus famosos Chirileaks, su seguimiento informativo y crítico a todo cuando tiene relación con ETECSA y telecomunicaciones en Cuba o el acercamiento a las más polémicas zonas de la realidad cubana, más de una vez su espacio ha estado en el centro del debate en la esfera del ciberespacio.

Hoy vemos este blog cuyo nombre simboliza un juguete muy popular para los nacidos en la Cuba de los ochenta volar sobre cada punto de Cuba, con más retos que el deseo inicial de contar con un sitio para tener una voz y debatir sobre lo que interesa a los cubanos.

“Yo no imagino una Chiringa en Miami, o en Madrid… no me la imagino, la Chiringa es de Cuba y los pies son en nuestra tierra”, asegura Carlos Alberto, quien rechaza ideas como la de ser considerado el Snowden cubano. Con él conversa en esta ocasión Cuba 2.0.

—Cinco años de vida de La Chiringa de Cuba, ¿cómo lo has logrado en condiciones de desconexión o de cuasi- conexión?

—Se lo debo en primer lugar a mi rol como profesional, si no hubiera trabajado en una institución con acceso a Internet no habría podido llegar a la red, pues hace cinco años era mucho más complicado que hoy. Por otro lado tenía la necesidad de comunicar, de querer decir algo y hacerlo desde un blog. La estrategia inicial no fue otra que esa: tener una voz, debatir y a la vez poder tener un feedback, no repetir lo que se publicaba en sitios como Granma y Juventud Rebelde, sino cuestionar esos temas de los que hablaba con mis amigos en la casa. Creo que fue la osadía, empezar a tocar temas empolvados y tratar de aportar algo sobre ellos; no solamente desde la crítica, sino intentando buscar soluciones. Ese fue el inicio.

—Desde ese entonces hasta hoy ¿cuánto ha cambiado La Chiringa de Cuba? ¿Cómo ha sido ese tránsito desde un primer Carlos Alberto Pérez Benítez que apenas conocía la Web, al que vive hoy en un contexto donde coexisten muchos blogs en Cuba?

—En un inicio mi intención era sobre todo informar— también reflexionar y polemizar—, pero sobre todo llevar informaciones sobre muchos temas de los que no se escribía en Cuba. En aquel momento no era igual que ahora, cuando hay blogs en todas partes.

“Ya con el tiempo mi perfil se ha ido dirigiendo hacia la necesidad de opinar. Actualmente lo mismo replico un texto y lo dejo intacto porque me parece que es bueno compartirlo con los míos, que escribo yo, o le agrego una nota a los textos que selecciono. Estas son algunas de las estrategias que he seguido en el camino, para que la gente tenga la opción de entrar al blog y encontrar siempre algo nuevo.

“Por lo general trato de jugar con preguntas, fotografías, videos… eso marca una diferencia muy grande con respecto a los primeros años, cuando tenía un Internet muy lento y no podía subir videos a Youtube, o cuando tenía que pedir de favor a un amigo que me ayudara a publicar. El principal objetivo fue siempre actualizar diariamente, los mismos lectores me lo pedían y me fui sintiendo cada vez más comprometido. En cinco años el cambio ha sido mucho más hacia el compromiso con los lectores y a la vez con Cuba, con todo aquello que yo creo que debe cambiar”.

—Algunos dicen que bloguear sobre Cuba es difícil. ¿Lo es para ti? Has dicho que algunos te consideran un disidente en Cuba y un comunista en Miami…

—Ser un bloguero en Cuba no es fácil, pero tampoco es tan difícil. Todo depende de cuan atinado puedas ser tú y de cuánto pueda influir tu voz o no. Yo conozco muchos blogueros en Cuba que nadie se mete con ellos, gente que bloguea sobre poesía, deporte, cultura, lo cual está muy bien, tienen sus visitas y comentarios y los aplauden en todos lados. Otros se han propuesto denigrar a la Revolución y estar en el bando disidente radical, la crítica sobre el árbol caído; pero conozco otros que simplemente quieren hacer un periodismo diferente, escribir o polemizar sobre temas que normalmente no aborda la prensa oficial. Entre ellos estoy yo. Yo creo que este tipo de blogueros son los que quizás podríamos tener un tipo de dificultad, sobre todo por la incapacidad de algunas personas para entender lo que está sucediendo.

“¿Si Díaz- Canel está pidiendo que se debe hacer un periodismo diferente y que los jóvenes deben lanzarse a las redes, entonces por qué nosotros no lo podemos hacer? El reto es creerse el cuento de que realmente soy alguien que puede hacer algo para cambiar.

“Yo me he equivocado, pero si me ha pasado es un sinónimo de que estoy haciendo. La clave es hacer. El mejor revolucionario es aquel que se equivoca. Para mí no hay nada peor que aquel que dice sí a todo, que agacha la cabeza y que no cuestiona nada, ese para mí es el verdadero contrarrevolucionario. Yo intento cuestionármelo todo, y a veces se me va la mano, pero nunca con la intención de hacerle daño a la Revolución, ni herir sensibilidades. Soy parte de un movimiento blogueril que nos hemos creído que podemos cambiar las cosas en Cuba”.

—¿Cuál es el reto y la responsabilidad que tienes tú como bloguero en el entorno de la Cuba de hoy?

—El reto es ser objetivo. Mientras los blogueros hagan un periodismo ciudadano, mientras lo enfrenten de una manera objetiva—citando bien las fuentes, debatiendo, cuestionando, pero de una manera seria, el desafío estará en cada vez poner la varilla más alta—.

“En la medida que cometemos errores perdemos credibilidad, por eso el desafío es convertirnos en fuentes creíbles a pesar de no ser profesionales de la prensa. En la medida en que yo y mis colegas podamos hacerlo cada vez mejor estaremos compitiendo no solamente con la prensa internacional, sino con los propios medios de prensa oficiales que todavía no son capaces de llenar ese hueco.

—¿Cómo nació la idea de tus famosos “chirileaks”?

—La gente se piensa que los Chirileaks son algo nuevo, yo vengo filtrando informaciones en el blog desde hace mucho tiempo: resoluciones ministeriales, el salario de los médicos antes que se diera… Chirileaks viene de Wikileaks, y es simplemente algo gracioso que se me ocurrió. No son lo que se piensa mucha gente, no tengo un arsenal de información guardada que voy sacando poco a poco, ni tampoco pretendo ser el Assange, ni el Snowden cubano. Es simplemente una idea jocosa, que lo puse así porque es mi blog personal.

“Lo más importante de esta pregunta es reconocer la necesidad de información que tiene el pueblo cubano. Si yo publico eso no es porque me quiera hacer el gracioso, ni porque quiera hacerle la guerra a ETECSA, ni porque quiera filtrar documentos secretos del gobierno cubano. Es porque yo pienso que la prensa debería publicar ese tipo de informaciones. Por ejemplo, lo que paso con ETECSA. ¿Qué cubano no estaba esperando la fecha, el día, la hora y los precios de Internet en la casa de los cubanos? ETECSA la negó, sacó una nota muy molesta conmigo. Son informaciones que yo entiendo muy necesario publicarlas, que diferentes fuentes me confirman y entonces me arriesgo. Algunas me han salido bien, otras mal; pero seguiré, porque las informaciones seguirán llegando.

—¿Qué tiene que tener una información para tener un carácter de Chirileak?

—Algo que no haya sido publicado en ningún medio y que tenga una validez tal que le corte la respiración a cualquiera de tan solo leer el título. En segundo lugar deber provenir de una fuente confiable, ser una especie de top secret.

—Algunos dicen que tienes una tendencia a tratar temas relacionados con ETECSA y las telecomunicaciones, ¿es una obsesión para ti? ¿Cómo llegaste a hacer este tema parte de tu blog?

—Empezó hace varios años. La razón es que hay muchas cosas que me duelen, como le han dolido a muchos cubanos, por el interés que hemos tenido de tener Internet después de que se anunció el famoso cable de Venezuela. Una cosa tan normal en el mundo, en Cuba aún sigue siendo el non plus ultra de la felicidad del ser humano. Después, la ineficiencia de la empresa como tal. Yo soy mucho más que Carlitos el gritón, yo soy el reflejo de mi amigo que se molesta y va a mi casa por la noche, me da una queja y me dice “¿por qué tu no escribes esto en la Chiringa?”, soy alguien que simplemente trata de circular todo lo que está sucediendo a su alrededor. No se trata de una obsesión.

—¿Cómo es la relación que estableces con todas esas fuentes de información que colaboran con tus Chirileaks?

—En la medida que ha pasado el tiempo y la gente me ha conocido, muchos se han comprometido con el blog, les gusta, se identifican y me mandan de todo tipo de informaciones y documentos. Hay informaciones que no he podido verificar las fuentes y no las he publicado. Algunos tienen informaciones muy valiosas y me tienen identificado como alguien que tiene la valentía de publicar. Yo soy Carlos Alberto Pérez, el autor de la Chiringa, no me escondo detrás de nadie para publicar aquello que me interesa. Mucha gente me dice “me puedes citar sin problema”, y otros me dicen que no tienen interés en que aparezca su nombre.

“Las personas me envían la información al correo y muchas veces después de que me la mandan la borro, para que si pasa algo nadie pudiera dar con esa persona. Es mi forma de protegerlos, así la gente me sigue dando informaciones, porque confían que se puede publicar en La Chiringa de Cuba de manera anónima. Han intentado escarbar bajo mis fuentes, pero nunca he cedido, ni cederé. El día en que yo cometa ese error dejaría de ser esa persona creíble a la que pueden enviar informaciones que puedan tener una repercusión positiva para el país.

“Por supuesto, a los funcionarios nunca les va a gustar que publiquen informaciones sobre ellos, como no les gustó a los directivos del Ministerio de Educación que yo publicara los exámenes de ingreso que se filtraron. Cuando tu sacas las entrañas al descubierto la gente se siente muy molesta, pero hay que ver que del otro lado de la balanza hay una pila de cubanos que te agradecen mucho más”.

—¿Tu mayor número de visitantes es cubano?

—Cuba está entre los tres primeros países que más me visitan: está España, Estados Unidos y Cuba. A veces Cuba ha logrado estar en el primer lugar, otras ha estado en el segundo, pero por lo general está en el tercero después de los otros dos países. Es una de mis satisfacciones, ya no es como al principio, que estaba escribiendo prácticamente para la diáspora. Hoy te puedo decir que Cuba está entre los primeros diez países que se conectan. Mucha gente en Cuba esta suscrita por los correos, y hay quienes incluso se cambian de trabajo, pierden el correo y me piden que manualmente los suscriba a otra dirección.

—¿Qué buenas practicas tú crees que podrían aprender los medios cubanos de los blogs?

—Yo creo que los blogueros cubanos no somos nadie para darles clases de buen periodismo a la prensa. En Cuba existen muy buenos periodistas, lo que no existen son muy buenos dirigentes de la prensa. Yo te voy a hablar de buenas prácticas desde la blogosfera, pero hay muchas malas prácticas también: lo primero es la instantaneidad, no dormirse, en Cuba se hace un periodismo que no es de breaking news. En cuanto aparece una información, hay que verificarla lo antes posible y publicarla. La otra práctica es la diversidad de la información, para la prensa cubana hay muchos temas que no entran en su agenda, no acaba de bajar al undergrond y sentir la fiebre de la cubanía. Se trabaja mucho con las efemérides, los cumpleaños, las buenas noticias, y eso está muy bien, hay que tener esos espacios en el periódico, pero en las páginas que lo ameriten.

“Por eso es que la blogosfera cubana logra ser atípica en el mundo, por el tipo de prensa que se hace en Cuba. Si la prensa hiciera lo que tiene que hacer los blogueros seríamos algo más, eso es indiscutible”.

—La blogosfera ha salido más de una vez del ciberespacio y se han encontrado en lugares como el Coppelia y guerrillas por toda Cuba. ¿Qué importancia le ves a estas citas que sacan a las personas detrás de las @ y lo hacen compartir un mismo espacio? ¿Cuánto has visto de tu realidad en la de los otros?

—Ha sido genial porque por primera vez se rompen las reglas de que conoces a alguien primero y después te da el teléfono, el correo, y todo tipo de comunicación. Aquí hemos sido personas que nos conocimos en la red y desde ese momento interactuamos. Individuos con intereses similares hemos podido compartir ideas sobre el futuro de Cuba, de la blogosfera, hemos compartido herramientas sobre como bloguear en nuestro país y hemos logrado hacer campañas en las redes para visualizar determinados conflictos en los cuales algunos colegas se han visto involucrados. Y todo eso ha sido posible gracias al intercambio que hemos tenido subiendo el Turquino, Topes de Collantes, la Ciénaga de Zapata, poniendo una bandera, reclamando la libertad de los Cinco… Conocernos personalmente, tomarnos una botella, el mérito ha sido humanizar la tecnología, acercar a gente de todo el país en un solo punto, con el único objetivo de querer lo mejor para Cuba.

—Muchos de tus lectores y amigos te han cambiado hasta el nombre y te dicen Chiri o Chiringo, eso por tu relación con el blog en estos cinco años. Si tuvieras que resumir los peores y los mejores momentos en este tiempo, ¿cuáles serían?

—Los mejores momentos pueden ser muchos, desde el primer comentario, el primer reblog, la primera experiencia de un medio de importancia que se acercara a mí, la primera vez que alguien en la calle no me dijo Carlos, si no que me dijo “tú eres el de la Chiringa”. Han sido momentos bonitos, pero lo que más me hace enorgullecerme es el poder haber contribuido en alguna medida a construir un país mejor. Siempre ese fue el objetivo, no desfigurar tu país, sino criticarlo para verlo mejor, ver algo negativo y ponerlo en los ojos de quien lo pueda arreglar para que pueda ser sustituido por algo mejor.

“Cuando los exámenes de ingreso estaban en la calle y nadie se atrevía a decirlo, yo lo hice, los publiqué. Me busqué problemas, pero el resultado fue que finalmente el Ministerio de Educación cambió el examen. Los que cometieron fraude tuvieron que presentarse nuevamente, y los que se vieron afectados volvieron a estar al mismo nivel. Eso fue una satisfacción: haber logrado que un buen muchacho cogiera una carrera y no el que tenía 150 dólares para pagar un examen.

“Lo peor es cuando te equivocas. No somos perfectos y a veces me he equivocado en enfoques e informaciones. Ese momento amargo cuando quedas al descubierto y alguien en vez de llamarte la atención te reprocha y duda de ti, es muy duro. Lo otro es caer en el ojo de la tormenta, donde los problemas se personalicen y no vayan a la raíz de los mismos. Cuando alguien por encima de ti no te entiende y cree que estás haciéndole haciendo daño a la Revolución. A mí la historia me ha demostrado que la Revolución es única pero los líderes también se equivocan. Por tanto, si un ministro tiene un error mi misión es hacer que mi información llegue a quien está por encima de él y se resuelva el problema. No se trata de meter a las instituciones y las personas en una hoguera, sino de buscar soluciones.

—Ya estás bien entrenado en el arte de volar tu chiringa digital, pero ¿es difícil eso de volar bien alto y con los pies en la tierra?

—Sí, es difícil, a veces el reto es mantener los pies en la tierra. En ocasiones la misma presión del aire te hala y te hace dar brincos. Las circunstancias de la vida, los retos profesionales, los viajes al extranjero, conocer nuevas realidades… cada día se convierte en un mayor reto a vencer. Pero yo no me imagino una Chiringa en Miami o en Madrid, no me la imagino, la Chiringa es de Cuba y los pies son en la tierra de Cuba. El desafío es grande: estar aquí, con las presiones que se trabaja, hacerlo como se hace sin Internet. No es salir a echar a volar una chiringa, hay ráfagas de viento que vienen a gran velocidad y te tumban. El quid de la cosa es conocer bien el norte, por dónde va la cosa y hacia donde tú quieres ir.

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