Aunque con el surgimiento de las CNA afloran ciertos beneficios asociados, existen problemas e insatisfacciones que limitan esta forma de gestión no estatal. Entre las principales deficiencias que hoy se adjudican a la creación de CNA resalta la ausencia de un mercado mayorista…

Giselle Vichot Castillo - Foto: Roberto Ruíz  - Cubahora.- A partir del 2013 se han formado 345 cooperativas en diferentes sectores de la economía. El mayor número de ellas están localizadas en las provincias La Habana, Artemisa, Matanzas y Mayabeque.


Desde su creación en 2012 hasta la fecha, las Cooperativas No Agropecuarias (CNA) en el país han allanadoel camino del cooperativismo a otras esferas como los servicios, la construcción y la gastronomía, con cientos de propuestas interesadas en la nueva forma de gestión no estatal.

Estas formas alternativas a la empresa estatal tienen un impacto positivo para el desarrollo socioeconómico de los países. Por ello, en medio de las dinámicas al interior de los procesos de cambio económico y social vigentes en Cuba es necesario profundizar en este modelo de gestión. De esta forma, el Estado puede concentrarse en acciones de mayor envergadura para el desarrollo de la nación.

El paquete legal encargado de regular esta iniciativa está compuesto por dos Decretos-Ley del Consejo de Estado (los No. 305 y el 306, del 15 y 17 de noviembre del 2012, respectivamente), un Decreto del Consejo de Ministros (el No. 309, del 28 de noviembre del 2012), una Resolución del Ministerio de Finanzas y Precios (la No. 427/2012) y otra del de Economía y Planificación (la No. 570/2012).

Según establece el Decreto Ley No. 305, “la cooperativa es una organización con fines económicos y sociales, que se constituye voluntariamente sobre la base del aporte de bienes y derechos y se sustenta en el trabajo de sus socios, cuyo objetivo general es la producción de bienes y la prestación de servicios mediante la gestión colectiva, para la satisfacción del interés social y el de los socios”.

Desde la aprobación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, durante el VI Congreso del PCC en 2011, el modelo reconoce y promueve, además de la empresa estatal socialista, forma principal en la economía nacional, las cooperativas y otras formas de gestión que pudieran surgir para contribuir a elevar la eficiencia.

Entrelos principios fundamentales que sustentan el surgimiento de las CNA en el país destacan la voluntariedad; cooperación y ayuda mutua; decisión colectiva e igualdad de derecho de los socios; autonomía y sustentabilidad económica; disciplina; responsabilidad social, contribución al desarrollo planificado de la economía y al bienestar de sus socios y familiares; y la colaboración y cooperación entre cooperativas y con otras entidades.

Si bien su surgimiento señala un camino acertado ante los avatares que enfrenta la economía nacional, esto no significa que la cooperativa sea la única opción, ni que ella deba suplantar a las otras formas empresariales; en el escenario cubano actual las cooperativas surgen como una opción más, con sus ventajas y limitaciones.

ENTRE MUROS Y PROYECCIONES

Aunque con el surgimiento de las CNA afloran ciertos beneficios asociados, por ejemplo, al desarrollo de las comunidades, a la sustitución de importaciones, al mantenimiento y la reparación de inmuebles sociales, a los encadenamientos productivos con empresas estatales, así como al rescate de servicios perdidos; existen problemas e insatisfacciones que limitan esta forma de gestión no estatal. Debilidades, que por una parte, están relacionadas con la bisoñez del proceso.

Las CNA son un sistema de gestión relativamente joven —tienen cuatro años— ante la necesidad del país de actualizar su modelo económico.Los debates en torno a los resultados del control y la fiscalización a las cooperativas no agropecuarias fueron tema recurrente durante la Comisión de Industria, Construcción y Energía, que sesionó el pasado 26 de diciembre, en el VI Período Ordinario de sesiones de la VIII Legislatura de Asamblea Nacional del Poder Popular.

Entre las principales deficiencias identificadas resalta la ausencia de un mercado mayorista para satisfacer la demanda de insumos en el sector no estatal. “Este es un problema que repercute en la economía del país desde la puesta en marcha de los nuevos mecanismos de gestión no estatal y al que se le busca una solución lo más inmediata posible”, afirmó Pedro Pablo Ricardo, director de Organización del Ministerio de la Construcción (MICONS), presente en esta comisión.

Por su parte, Adriana Barceló, directora general de Gestión Industrial en el Ministerio de la Industria (MINDUS), llama la atención sobre la inexistencia de un mercado mayorista, lo cual ha suscitado la búsqueda de alternativas en la red minorista, no concebida para este fin.

Si bien los lineamientos 304 y 307 de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, sobre el comercio, establecen como prioridad el ordenamiento del comercio mayorista de manera paulatina, “la apertura de un mercado para este destino en Cuba no solo precisa de recursos, sino de un reordenamiento mo­­ne­tario”, así lo contempló Marino Murillo, Ministro de Economía y Planificación, el 29 de diciembre, durante los debates en la sesión plenaria para la aprobación del proyecto de Ley del Pre­supuesto para el 2016.

Entre las principales causas que hoy frenan la iniciación de un mercado mayorista en Cuba aparece la existencia de la doble moneda. La dualidad monetaria en Cuba se origina a principios de la década de 1990, cuando la nación pierde a sus principales socios comerciales, los antiguos países socialistas de Europa del Este, e inicia un programa para insertar su economía en el nuevo contexto internacional.

En la actualidad, la permanencia prolongada en el tiempo de esta medida emergente, conjuntamente con el retraso de otras transformaciones del modelo económico, como se reconoce en los Lineamientos, pone trabas en los procesos de reordenamiento económico a nivel de país.

Actualmente circulan en el país dos mo­nedas (CUP y CUC) y dos tipos de cambio (uno por uno para las personas jurídicas, donde un CUC es igual a un CUP; y uno por 25 para las personas naturales). Consecuencia directa de lo anterior, en Cuba los precios minoristas no son continuidad de los mayoristas, explica Murillo.

La diferencia entre ambos, a nivel mundial, se mueve entre un 20 y 30 por ciento y en el caso nuestro es el doble. Por ejemplo —agrega el ministro— “si le abrimos la posibilidad a los dueños de paladares de comprar la cerveza nacional a 50 centavos, la venderían a dos CUC y tendrían una ganancia extraordinaria, originada no por su eficiencia, sino por la diferencia entre los mercados”, lo que en economía se conoce como arbitraje.

Mientras, la ausencia de un mercado dedicado al suministro de materiales para el trabajo no solo perturba a las cooperativas o al sector cuentapropista, sino que estas afectaciones se extienden hacia la población en general.

OFERTA Y DEMANDA

Ante la inexistencia de un mercado mayorista donde el sector no estatal pueda adquirir sus insumos, las necesidades de esta esfera, que cada vez son mayores, son evacuadas en el mercado minorista local donde compra toda la población, que termina afectada, pues algunos productos se agotan demasiado rápido.

Las discusiones en torno a esta problemáticas también fueron un punto importante durante la VIII Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrada en diciembre de 2015. A propósito, el Ministro de Economía y Planificación aclaró que el mercado minorista ha venido creciendo y en este sector existe un problema de abastecimiento que no logra satisfacer la demanda de los productos más vendidos.

Ante las nuevas solicitudes, tanto desde el sector no estatal como de la población en general, “lo primero es abastecer el mercado minorista, porque si no está abastecido y creamos una red mayorista, entonces la demanda del primero se trasladará al segundo”.

En un momento donde las nuevas formas de gestión del trabajo por cuenta propia o propiedad colectiva —cooperativa— asumen un mayor peso en el contexto económico nacional, las miradas en virtud del perfeccionamiento de la empresa estatal constituyen un factor determinante ante la actualización del modelo de desarrollo asumido desde el 2011 en el país.

Así, desde el 2013 se decidió comenzar, con carácter experimental, la aplicación del nuevo concepto Encargo Estatal. En este caso se ha identificado al comercio mayorista como primer destino del excedente del compromiso estatal y para insumo de producciones o servicios de quien los adquiera finalmente.

De esta forma, los directores generales de las empresas adquieren la facultad para la venta mayorista a personas jurídicas cubanas, una vez cumplidos los contratos, de los excedentes de producciones seleccionadas y el servicio autorizado, teniendo en cuenta las demandas del mercado, cubriendo todos los costos, gastos y adeudos tributarios, según anunció, en noviembre de 2013, el diario cubano Granma.

En la actualidad, la experiencia deviene acción importante hacia la consolidación e instauración de un mercado mayorista que responda a las necesidades del sector no estatal, objetivo que hoy acapara importantes partidas presupuestarias para el 2016.

Cuba
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