Cubainformación.- A un año del restablecimiento de relaciones entre Cuba y EEUU, y a pesar de los avances diplomáticos, pocos han sido los pasos dados por la administración Obama para levantar su escollo fundamental: el bloqueo económico a la Isla.
Texto publicado en el nº 33 de Cubainformación papel - invierno 2016
Un año de diálogo Cuba-EEUU: contra el bloqueo, Obama si quiere, puede (editorial Cubainformación en papel nº 33)
Cubainformación.- A un año del restablecimiento de relaciones entre Cuba y EEUU, y a pesar de los avances diplomáticos, pocos han sido los pasos dados por la administración Obama para levantar su escollo fundamental: el bloqueo económico a la Isla.
Entre las tímidas medidas aprobadas, cabe señalar: la ampliación de los perfiles de personas de EEUU que pueden realizar viajes no turísticos a Cuba, las licencias a compañías norteamericanas de telecomunicaciones para llegar a acuerdos con la empresa estatal cubana ETECSA, o el restablecimiento del servicio postal directo. Y poco más.
Estos pequeños pasos, sin embargo, han ido acompañados de importantes efectos indirectos. Las expectativas creadas en torno a un hipotético levantamiento del bloqueo, y la nueva legislación cubana para la inversión extranjera, han provocado un evidente efecto llamada, convirtiendo a Cuba en destino de moda para empresarios, políticos y celebridades de todo el mundo. El turismo ha crecido un 18% en 2015, y la economía del país el 4%, en contraste con un entorno regional de estancamiento.
La prensa internacional insiste en que Barack Obama no puede abolir el bloqueo a Cuba. Que debe ser el Congreso de EEUU, de mayoría republicana. Pero silencia que el Presidente tiene amplias prerrogativas ejecutivas: puede autorizar el comercio bilateral entre ambas naciones; el uso del dólar por parte de Cuba; autorizar inversiones norteamericanas en la Isla; o consentir la venta a crédito de productos no alimenticios.
Sólo hay cuatro aspectos que Obama no puede tocar sin la autorización del Poder legislativo: no puede autorizar el turismo ordinario a Cuba; permitir el comercio con entidades cubanas que en su día fueron empresas norteamericanas nacionalizadas; la compra de alimentos a crédito por parte de Cuba; o el comercio con la Isla de filiales de compañías de EEUU ubicadas en el exterior.
Sin embargo, a pesar de su reconocimiento explícito del fracaso del bloqueo, el Gobierno de EEUU sigue manteniendo la tradicional línea de diplomacia quid pro quo: ceder para obtener cesiones.
Un esquema negociador que solo es factible en relaciones internacionales equilibradas, simétricas. Porque ¿qué sanciones –qué bloqueo– impone Cuba a empresas o ciudadanos estadounidenses? ¿Qué territorio ocupado –qué “Guantánamo”– tiene Cuba en EEUU? ¿Con cuántos millones financia Cuba a medios de comunicación, partidos o candidatos “disidentes” en EEUU para imponer un orden constitucional socialista?
En este 2016 Obama debe, sencillamente, cumplir su palabra. Porque tiene facultades para dejar el bloqueo a Cuba casi… en el esqueleto.