Los hermanos Yulieski y Lourdes Gourriel, jugadores del equipo Cuba de béisbol, durante su llegada al hotel, en San Juan, Puerto Rico, el 31 de enero de 2015. AIN FOTO/Roberto MOREJON RODRIGUEZ.

Elsa Ramos - Escambray.- El rumor que invadió la red digital mundial al amanecer de este lunes se convirtió, lamentablemente, en noticia: los hermanos Yulieski y Lourdes Gourriel Castillo abandonaron el equipo Cuba que participó en la Serie del Caribe que tuvo por sede a República Dominicana.


En una escueta nota el periódico Granma anunció a mediados de la mañana de este lunes: “En horas de la madrugada de hoy se produjo el abandono del hotel donde se encontraba el equipo cubano de beisbol que asistió a la edición 58 de la Serie del Caribe de Beisbol, en la República Dominicana, de los peloteros Yulieski y Lourdes Gourriel Castillo, en franca actitud de entrega a los mercaderes del beisbol rentado y profesional.

“Según el hecho fue inmediatamente rechazado por los integrantes de la selección cubana, quienes emitieron una declaración”.

En su gestión informativa Escambray contactó a su familia en la capital cubana. Según el hermano mayor Yunieski Gourriel “perdimos el contacto con ellos después del último juego, no estaban en Facebook y el teléfono daba apagado, todas las noches se habían comunicado con nosotros. Nos enteramos por la misma vía de todo el mundo y no sabemos nada de ellos”.

Yunieski confirmó su incorporación a los azules el próximo sábado cuando se reanude la Serie Nacional. “Yo voy a seguir jugando con Industriales”, aseveró a través de la línea telefónica.

De acuerdo con el sitio ESPN en español, una fuente cercana a los jugadores cubanos aseguró que los hermanos Gourriel salieron del hotel sin avisar a los manejadores del equipo Tigres de Ciego de Ávila.

El propio reporte indica que “de acuerdo con un testigo, los dos hermanos bajaron al lobby del Hotel donde se hospedaba la delegación cubana y se montaron en un jeep, donde se encontraban otros individuos que, al parecer, les ayudaron en la fuga”.

Abandonaron Yulieski y Lourdes Gourriel la selección cubana de béisbol

Cubadebate.- En horas de la madrugada de hoy se produjo el abandono del hotel donde se encontraba el equipo cubano de beisbol que asistió a la edición 58 de la Serie del Caribe de Beisbol, en la República Dominicana, de los peloteros Yulieski y Lourdes Gourriel Castillo, en franca actitud de entrega a los mercaderes del beisbol rentado y profesional.

Este hecho fue inmediatamente rechazado por los integrantes de la selección cubana, quienes emitieron una declaración. 

Después del último out

Pasada la emoción beisbolera del máximo torneo del Caribe es necesario precisar los elementos positivos y negativos de la actuación cubana en tierras quisqueyanas

Oscar Sánchez Serra, Enviado especial de Granma - SANTO DOMINGO, República Domini­ca­na.— “Nuestro béisbol tiene que hacer mu­cho para participar en lides como la Serie del Caribe. Tenemos buenos peloteros, pero debemos ver más esta pelota, a lanzadores con una carta de pitcheo que contiene lanzamientos y maneras de conducirse en el montículo, que no vemos en las temporadas en Cuba”.

Esa es la opinión de Roger Machado, mentor del equipo de los Tigres de Ciego de Ávila y de Cuba, que alcanzaron las semifinales de la 58 edición del certamen caribeño de campeones, celebrado en esta ciudad, instancia en la cual cayó ante México 7-2. El estratega, además, afirmó que “esa es la razón por la cual nos cuesta tanto hacer carreras. Nos pasa en este contexto y en cualquier otro, los bateadores se ven indefensos, incapaces de producir”.

Y así ocurrió, como dice Machado, una vez más. En esta lid, el bateo colectivo fue por mucho el más deteriorado. En cinco desafíos, compiló solo 203 en una justa cuya media se fijó en 263. Fue el que pegó menos jits (36), el de menos extrabases (5), el único que no tuvo cuadrangulares, el de menor por ciento de embasado (OBP), con 276, el que más se ponchó (35) y en consecuencia el que menos anotó, 11 carreras.

Solo un hombre escapó de los números rojos en la selección de la Mayor de las An­tillas. Yulieski Gurriel le tapó la boca a quienes dicen que solo produce para 500 frente a la nobleza de las lomitas de la Serie Na­cio­nal. Aquí lo hizo como en los estadios del patio: en 20 turnos conectó nueve imparables, un doble incluido, anotó dos y solo empujó una, en buena medida porque primero y segundo en el orden al bate promediaron pálidamente para 217 y 214, respectivamente, sin llegar ese 1-2 ni siquiera a la suma de incogibles del tercer bate.

Gurriel fue uno de los siete jugadores con 500 o más de OBP en esta Serie y también uno de los siete que alcanzó 1 000 o más de OPS (índice que combina el OBP y la fuerza al bate). Solo ocho bateadores sobrepasaron los 500 de slugging, él fue uno de ellos. Esa obra le dio el aval para ser el único cubano presente en el Todos Estrellas de la reunión beisbolera. Y a pesar de que no cuento con el dato en la mano, tengo la impresión de que sus mejores actuaciones son cuando alinea en la segunda base.

Aunque no fue un jugador regular en las alineaciones avileñas, Guillermo Avilés no solo merece mención, sino que desde ahora los técnicos han de evaluar mejor las posibilidades de este muchacho, que cada vez que se paró en el home se le vio resolutivo, ha­ciendo muy buenos contactos y con acertada selección de lanzamientos.

Sobre el cuerpo de lanzadores siempre di­jimos que sería el talón de Aquiles, no solo de esta escuadra, creo que de cualquiera que integremos en la actualidad. Esta es el área en que más ha de trabajarse para que el béisbol crezca de cara a los niveles que enfrenta internacionalmente. Resolviéndola, la ofensiva también se vería favorecida.

En la batalla de Santo Domingo, los lanzadores de los Tigres avileños y de Cuba concluyeron con anémica efectividad de 6,40 carreras limpias por juego de nueve entradas. Para tener una idea de cuán negativo fue ese parámetro, vale consignar que tres de sus cuatro adversarios no rebasaron las 3,00 y solo uno, Puerto Rico, con 3,56, se acercó a las 4,00.

Ni uno solo de los cuatro rivales otorgó más de 15 boletos, en cambio los serpentineros que representaron al béisbol de la Mayor de las Antillas, concedieron 29. Todos los integrantes de la cuarteta oponente poncharon a más de 30, mas la nómina de serpentineros cubanos apenas llegó a 25. Sumé­mosle a todo esto el ataque soportado de 48 imparables, casi a diez por encuentro, aunque no fue el que más incogibles recibió, pues a los boricuas les dieron 51.

Un elemento esencial que define la labor de los monticulistas es el WHIP (boletos y jits por cada inning lanzado). Los nuestros aquí llevaron por ese indicador, a casi dos hom­­bres por entradas, exactamente 1,76, cuan­­do el resto de sus contrarios no pasó de 1,40.

Y llegamos al punto sobre el que venimos insistiendo hace tres años, cuando entramos a este circuito. Mejorar esos valores requiere de una lid competitiva en casa, además del recurso de las contrataciones en el exterior. Si no tenemos alta demanda a domicilio, si el torneo no incentiva una constante preparación y una convocatoria a las mejores cualidades de los buenos peloteros que poseemos, el resultado puede que un día sea el de campeón, porque no hay dudas que reservas tenemos, pero sostenerlo sería prácticamente imposible.

Ya se ha hablado de un nuevo formato en la venidera temporada nacional, realizando un playoff entre el cinco y el ocho y el seis y el siete de la primera vuelta de 16 plantillas, integrándose los ganadores a los cuatro primeros para desarrollar la segunda etapa con seis equipos y dos oportunidades de adquirir refuerzos. Si bien incrementa los requerimientos competitivos y alcanza un ganador bien pegado a la Serie del Caribe y al Clásico Mundial, cada cuatro años, creo que le sigue faltando la cantidad de partidos al máximo nivel. Por ejemplo, la mayoría de los contrarios que vieron ahora, juegan ligas de 60 y 68 encuentros a esa altura.

Solo así se logra fijar en el pelotero, y lógicamente en los conductores de ellos, los fundamentos del béisbol, los cuales en no pocos pasajes de la Serie fueron quebrados por la representación cubana en esta Serie del Caribe.

Aun así, Ciego de Ávila, sus tigres y refuerzos, dejaron admiración en la fanaticada dominicana por la manera en que vinieron de menos a más, aunque a Roger Machado y sus muchachos no les bastó: “Luchamos, pero estamos insatisfechos, podíamos dar más. Las cosas no se hicieron bien y el béisbol no entiende de errores”, dijo el directivo al despedirse de Santo Domingo, agradeciéndole a la afición el cariño por su equipo.

México, campeón de la Serie del Caribe

Los Venados de Mazatlán mexicanos ga­naron el título de la 58 Serie del Caribe. En el estadio Quis­queya Juan Marichal de San­to Domingo, los aztecas derrotaron 5-4 a los Tigres de Ara­gua en la final, con jonrón de­cisivo en el noveno de Jorge Vázquez.

El batazo dejó tendidos a los venezolanos, que tenían ventaja de dos anotaciones al entrar en el último tercio, gracias a vuelacercas de Hernán Pérez y sendos remolques de Teodoro Martínez y Alex Romero. Pero en el séptimo episodio, con dos outs en la pizarra, Félix Pérez, inicialista de los felinos, cometió un costoso error que cambió los destinos del choque.

Su marfilada mantuvo con vida a los mexi­canos en un inning que era para cero, y después lo aprovechó el oportuno receptor Sebastián Valle, quien impulsó dos carreras y empató el encuentro. Ya en el noveno Jor­ge Vázquez abrió el episodio con largo cuadrangular por el izquierdo, el cual vale para el noveno título de México en Series del Caribe, y el segundo de los Venados de Ma­zatlán tras el alcanzado en el 2005.

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