Por David G. Gross*/Martianos-Hermes-Cubainformación.- Mi correo electrónico es lento y en ocasiones se me pierde, no sale, no conecta. Parodiando con todo respeto al Maestro pienso: Mi correo es lento, pero es mí Correo. Mi radio de onda corta es rápido, a pesar de su obsolescencia de varios años y escucho y escucho decenas de emisoras y en todas la misma noticia: tabletea la próxima llegada de Mr. Obama a Cuba. Los especialistas  opinan a diestra y siniestra. Antes se decía: el papel lo aguanta todo, ahora podríamos decir la Internet lo aguanta todo. De comentarios diversos  está empedrado el camino digital hacia el Infierno. No quiero quedarme fuera del potaje, dicho en buen cubano y acostumbrado como estoy, estamos, a que todos emitan sus consideraciones sobre nosotros lo mismo en términos de izquierda o derecha, quiero respetarme  y emitir la mía Hay libertad plena en las conexiones internesianas y yo añadiría, lo que hay es un relajo universal, pero así es la modernidad.


Viene Obama a Cuba y los grados opináticos en torno al futuro aterrizaje andan por las calles de nuestra Isla pululos. Hay dos temas en los cuales no nos gana nadie: la pelota y la política. Si se reúnen dos cubanos de cualquier tendencia, estamento social o que sean de la misma filiación política estallan los comentarios, se hinchan las venas de los cuellos. Si la reunión callejera, esquinera, es en un parque público y hasta en un velorio, tal pareciera que el escándalo es de cientos de voltios y hasta que los contendientes verbales se van a caer a trompadas. Y ni siquiera vaya a hacerle caso a los que dicen que en Cuba no hay libertad para expresarse. Es cierto, no hay libertad para expresarse bajito, en tono comedido como debe ser en Europa, aquí, en El Caimán Verde, tal parece que los criollos, cada uno, nace con un bafle de audio en la garganta.

Los más saludan la visita del Presidente Norteamericano, unos por sus razones, los otros con las suyas y no hay policías políticos que se mezclen en el escándalo ni policías de los que ponen multas de tráfico que en nuestra tierra isleña son muy pocos por cierto y si alguno llega, de los dos tipos, lo mas posible es que se integren al molote callejero para hacerse escuchar. Hasta en las discusiones sobre fútbol, el segundo deporte nacional que ya comienza a desplazar al béisbol, que se está convirtiendo rápidamente en segundón dentro de la palatabilidad deportiva de los mambises. No obstante todavía hay algunos que muestran miedo porque después de decenios de gritar consignas como Yankees Good Home, ahora no saben que decir, se han quedado  embasados y con el bate roto.

Hoy es 16 de marzo y solo faltan 4 jornadas para que el Air Force Uan se tire en una pista del José Martí en la Habana y los comentarios callejeros aumentan en proporción ascendente como el verano, que al parecer este años de ha adelantado un poquito para aumentar la calidez de la bienvenida. Quién lo iba a decir, comentan algunos, un presidente yanqui en Cuba, eso es cosa de magia o de paciencia. Un viejo amigo, campesinos de origen, ya fallecido hace años siempre decía ante los momentos peliagudos en su vida: “pacencia, pacencia, que la pacencia es la madre de la cencia”, filosofía tan montuna como los mangos maduros y las guayabas pintonas.

Ya los intelectuales, tan dados a elucubrar en sus cenáculos mentales hablan de una Cuba pre Obama y otra post Obama. Lo cierto y es el mensaje que quiero hacerles llegar a los señores de la prensa en todo el Planeta, que nadie puede hurgar en la mente del estamento social que algunos llaman “cubanos de a pié,” una verdadera cajita de sorpresas y menos que menos tratar de pensar y hablar en nombre de ellos sin tan siquiera pedirles permiso. En la tertulia callejera del parque de mi Ciudad, frente a al monumento a Don José Martí, cuando la escandalera era más aguda al calor de las discusiones y los comentarios, tanto a favor como en contra del Gobierno estaban al tolete, un señor ya bien entrado en años, al verme con la camarita de fotos en la mano se me arrimaba para preguntarme con voz aflautada: ¿ Compañero, usted sabe si van a dar banderitas?.

Hoy 16 de marzo del 2016 continuó a las tres de la tarde sin conexión y no se si volverá y hasta a lo mejor no puedo remitirla a mi Editor en Francia hasta tres días después del post viaje de Barack Obama, segundo presidente de los Estados Unidos de Norteamérica que visita a Cuba. El primero llegó por mar en un acorazado porque a lo mejor pensaba, mal aconsejado por sus “especialistas” en desinformación, que los mambises, semidesnudos y harapientos se lo iban a comer por una pata. Este de ahora debe venir en avión, con banda de música y todo y es mejor así. Pacencia, pacencia, como decía mi gran amigo Félix Chamorro… que la pacencia es la amiga de le cencia.

*David G. Gross, historiador, escritor y periodista cubano.

Enviado por el autor a: Martianos-Hermes-Cubainformación

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