Edda Diz Garcés - La Habana, 2 may (ACN) Escoltadas por ofrendas florales del líder de la Revolución, Fidel Castro, y del General de Ejército Raúl Castro, fueron inhumadas este lunes las cenizas de la Premio Nacional de Periodismo, Susana Lee López, en el Cementerio Cristóbal Colón, de esta capital.


Arleen Rodríguez Derivet, en nombre de la Presidencia de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), habló emocionada de quien fuera su colega y amiga, a la que calificó de obrera de la palabra, que llegó al periodismo casi adolescente, y se hizo a golpe de coberturas, empujada por los de mayor experiencia

Su formación empezó en el periódico Hoy, luego en Granma, después en Juventud Rebelde, y hasta su deceso nuevamente en el Granma, al frente de la sección Cartas a la Dirección.

Ejemplo de consagración y modestia sin límites, aun cuando ya había acumulado suficientes méritos como organizadora de los equipos de información en los dos diarios nacionales, fue en 2015 cuando obtuvo el Premio a la Obra de la Vida José Martí, luego de ejercer el periodismo durante más de 50 años, subrayó Arleen.

Estuvieron presentes en la ceremonia, junto a familiares, amistades y compañeros de profesión, Alberto Alvariño, vicejefe de departamento del Comité Central del Partido; Antonio Moltó, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba; directivas de la Central de Trabajadores de Cuba y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura; intelectuales y artistas, entre las que estuvo Omara Portuondo, quien cantó a capela como homenaje póstumo a Susana.

Susana Lee López, también acreedora del Premio de la Dignidad que otorga la UPEC, falleció este domingo, víctima de cáncer.

Fue diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular durante tres legislaturas, y en su extensa y fecunda obra figuran trabajos encargados personalmente por el Comandante en Jefe Fidel Castro.

Susana, el periodismo y la eternidad

En el sepelio de la periodista Susana Lee fueron colocadas sendas ofrendas florales enviadas por el líder de la Revolución y el General de Ejército Raúl Castro Ruz

Arlin Alberty Loforte, Lissy Rodríguez Guerrero, Yudy Castro Morales - Granma.- Cualquier Primero de Mayo Susana Lee hubiera estado, bolígrafo “en ristre”, anotando en su agenda de periodista sagaz los detalles de un desfile colorido y multitudinario, para después reportarlo en las páginas de este periódico. Cualquiera, menos este Primero de Mayo, cuando tuvo que conformarse con verlo desde la altura donde la ha colocado la muerte física; aunque la mayoría de nosotros sabe que Susana estaba allí, llevándose en su corazón cada frase, cada rostro de cubano revolucionario y trabajador, cada bandera. No podía ser de otra forma para quien siempre tuvo como desvelo y pasión, el periodismo.

Bajo la sombra de los árboles del cementerio de Colón fueron juntándose, este lunes, familiares, amigos y colegas de profesión que quisieron recordarla, horas después de confirmada la triste realidad de su partida. Allí estaban, también, las ofrendas florales enviadas por el líder de la Revolución, Fidel Castro, y el General de Ejército Raúl Castro Ruz.

“Susana Lee López es de esa legión de periodistas que se nos está yendo sin acabar de darnos sus lecciones. Obrera de la palabra, podríamos llamarla. Llegó al periodismo casi adolescente y sin ningún entrenamiento en el oficio… Y se hizo como se hacen los mejores: a golpe de coberturas…”, dijo Arleen Rodríguez Derivet “entreteniendo” el llanto que quería salir sin su permiso, en lo que fueran unas palabras de despedida.

“Peleadora por la justicia”, “adicta al trabajo y al servicio público”, “amiga sin declaraciones altisonantes ni llamadas frecuentes y, sin embargo, capaz de dar hasta la vida por sus amigos, y qué decir de sus seres queridos”, comentó, al tiempo que recorrió desde sus inicios en el periódico Hoy, luego en Granma y Juventud Rebelde, hasta su regreso al Órgano del Comité Central del Partido, donde en sus últimos años se dedicó por entero a la labor anónima de atender la sección Cartas a la Dirección, y de donde salió “con el diploma con que la despedimos hoy, el premio José Martí por la Obra de la Vida”.

Y entre los recuerdos se escuchó la voz de otra amiga, la diva del Buena Vista Social Club, OmaraPortuondo, quien rindió honores a la reportera de horas interminables, en otro momento eternizado con el silencio solemne primero, y después los aplausos. “Era una Mariana que lleva en sí todos los valores, la honestidad, el amor a su patria y su familia, de la que me sentí parte. Su labor ha sido extraordinaria”, dijo momentos después al ser convidada por estas reporteras de Granma.

Allí también estaba Elson Concepción Pérez, colega y amigo que remontó sus recuerdos 52 años atrás, cuando trabajaba en Juventud Rebelde: “Buscando corresponsales me captó, me metió en el periodismo como corresponsal de la antigua provincia de Oriente. Hacía un periodismo difícil. Se dedicó al trabajo del Poder Popular, del funcionamiento de esta sociedad”.

Todos los caminos del recuerdo coinciden en la periodista infatigable, trabajadora, sencilla, “porque lo que fue lo ganó con sus méritos”, la entrega al trabajo, a la Revolución, el sentido puro de una fidelista, una patriota, una revolucionaria. El periodista Pedro de la Hoz lo resume en una frase: “ejemplo de abnegación”.

A los recuerdos de edades tempranas, adolescentes, se transporta Rolando Pérez Betancourt. “Cuando entré en el periódico ella tenía 14 años y yo 16. Fue como una especie de huracán que llegó. Muchos vieron crecer a una periodista empírica, siempre abierta a todos los consejos, extraordinariamente revolucionaria sin dejar de ser crítica, que es lo importante, porque no se trata solamente de defender las cosas a capa y espada, sino se trata de una convicción que le hacía ver las cosas que no estaban bien”, describió Rolando.

Antonio Moltó, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, habló de su fe en los jóvenes. “Asociarla con Granma es algo grandioso, porque esa es la nave que marca el rumbo, y ahora qué contenta estaba ella cuando las veía a ustedes haciendo el periodismo con su nueva mirada, haciendo el Granma de estos tiempos”.

Para él, Susana confirmó, con sus pasos en el periodismo, ese componente alto de laboriosidad, constancia, disciplina, de búsqueda de conocimiento, de cultura. “Además, era un buen ser humano, decente, de buenos sentimientos. Estuvo en la Asamblea Nacional al lado de Fidel, de Blas Roca, de Roa, de la escuela de la Revolución y en el alma del periodismo nacional, del cual es un baluarte”.

Sobre la labor como diputada Ricardo Alarcón de Quesada rememoró sus tres mandatos en la Asamblea Nacional, cuando coincidieron en las labores parlamentarias. “Siempre tuvo un espíritu muy juvenil, consagrada a todo lo que hacía, con una modestia realmente difícil de encontrar. Su empeño en el periodismo fue el mismo que ponía en su condición de diputada en atender los problemas, los intereses y las demandas de sus electores en Camagüey, por donde fue electa. Susana no era una persona que buscara el oropel, ni las luces”.

“Ejemplo de periodismo profundo, pero además versátil”, catalogó la periodista y escritora Marta Rojas, Premio Nacional de Periodismo José Martí, la impronta de Susana, a quien “todo el mundo le decía La China”. “Era simpática y agradable, pero a la vez muy seria en su trabajo, muy familiar. Ella estudió Derecho, y eso la ayudaba mucho para los trabajos de temas económicos y jurídicos, y la atención a los lectores. Siempre fue una gran reportera”.

Su compañero Orfilio Peláez, en tanto, rememora la época en que fuera su jefa de redacción. “Descubrí en Susana a una persona de profundo humanismo, sensibilidad, ética, honestidad, solidaridad, franqueza. Con su desaparición física el periodismo revolucionario cubano pierde a una de sus figuras emblemáticas, pero gana un símbolo”.

Y si en algo coinciden muchos de los entrevistados, es en que Susana Lee creó un método y estilo de trabajo, como lo confirma el fotorreportero Juvenal Balán, colega de “carreras periodísticas” al filo de una hora de cierre. Lograba aglutinar a la gente a su alrededor, con su ejemplo y consagración. Hemos perdido a una bella persona que fue ‘profesora de profesores’ —apuntó— sin haber entrado a un aula a dar una clase. Su propia acción era una clase magistral de periodismo.

De igual forma la recuerda Iraida Calzadilla, hoy profesora de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana: “Nunca he tenido una jefa de redacción con más seguridad que ella. Cuando revisaba un trabajo y te señalaba un error, podías vivir convencida, que ese era el error. Su escuela fue muy importante para mí”.

Este lunes, cada quien le hizo honores a Susana, algunos desde los afectos y la profesión, otros desde la mirada de admiración o el respeto ganado por tantos años de entrega, la mayoría desde las palabras sentidas o la lágrima en el rostro, el recuerdo de la historia compartida, la canción vibrante en la garganta de OmaraPortuondo, mientras desde lo más alto de un árbol en el camposanto de Colón, el trino obstinado y hermoso de un sinsonte llamaba al recuerdo, sacudía la tristeza y anunciaba la eternidad.

Susana Lee, o simplemente La China

Susana Tesoro - Cubadebate.- Muchos le decíamos “La China”. En realidad no tenía los ojos rasgados, pero su apellido era asiático sin dudas. La conocí cuando comenzaba en el periodismo: yo llena de preguntas y ella con todas las respuestas. Era reportera de Juventud Rebelde, y estaba a cargo de los temas relacionados con la institucionalización del país, el Poder Popular naciente, y yo, acabada de graduar, me fueron asignaron los mismos temas en la Revista Bohemia.

Éramos dos Susanas compartiendo los mismos temas y que les cuento de los correos trastocados, de las comunicaciones equivocadas, por lo que ella siempre me decía: “Bueno de las dos ¿quien es la otra?” y mi respuesta: “Yo, claro está”.

Decir Susana Lee en el periodismo desde entonces era hablar de una gran periodista, cuyas informaciones servían de referencia a todos nosotros. Tenía siempre la última, se había ganado con su hacer profesional cotidiano la confianza de sus colegas y de las más alta dirección del país. Su admiración y respeto por el Comandante en Jefe le dieron muchas veces acceso a conversar con él en los más diversos escenarios. Fidel la distinguía mucho, la apoyaba, y sobre todo la respetaba como periodista.

Como ser humano, dispuesta a ayudar a todo el que lo necesitara. Recuerdo que recién nacido mi hijo, me arrastró hasta la consulta de su hermano médico, Mayito, al hospital donde trabajaba para quitarme una angustia que tenía sobre la salud de mi pequeño. Estuvo conmigo todo el tiempo allí. Luego se mantuvo al tanto de los pasos de mi hijo, hasta ahora, cuando han pasado 30 años.

Durante mucho tiempo compartimos los mismos eventos, las mismas conferencias de prensas, seminarios, recorridos, y nunca se negó a compartir una información, a ceder un tema. Ayudaba a los jóvenes de entonces y de ahora, con modestia. Jamás la vi hacer alardes de su intensa vida como reportera. Un día no supe por qué, se fue a trabajar al diario Granma. Donde su quehacer seguía siendo el mismo: compromiso sin alardes.

Sabíamos que estaba enferma desde hace algún tiempo. La última vez la encontré en una de las sesiones de la Asamblea Nacional. Entregada a su trabajo y protestando por la falta de información a los periodistas, ya que también fue una luchadora porque sus colegas fueran respetados.

Creo que las nuevas generaciones debían saber un poco más de ella, de lo que hizo, de lo que dejó, de lo que es la ética del periodista, de lo que es el amor a una profesión, de, como diría Silvio: “lo que es vivir sin tener precio”.

Por eso cuando me dijeron que de la delegación de periodistas de Cubadebate y Mesa Redonda propondrían a Susana Lee López para el Premio Nacional de Periodismo, lo aplaudí con cierta tristeza porque a veces olvidamos a los compañeros que merecen este Premio por la obra de toda la vida, y se hace el otorgamiento cuando ya apenas les queda vida.

No obstante querida amiga, para mi eras Premio Nacional de Periodismo desde el mismo día en que te conocí en 1977. Fíjate que, ni tu misma hubieras podido imaginar cuanta gente te quería y te respetaba, colegas que ahora en Facebook, en Twitter, sienten de corazón tu ausencia. No es casualidad que nos hayas dejado un primero de mayo, es como una voluntad divina para colocarte hoy ahí junto a Fidel, Raúl y el pueblo al que te dedicaste. Descansa en Paz, porque la gloria ya la alcanzaste aquí en la tierra.

Cuba
La Habana, 24 jul (Prensa Latina) La Institución Religiosa cubana Quisicuaba entregó hoy insumos médicos y material gastable a hospitales de la occidental provincia de Artemisa. De acuerdo con el presidente del también pro...
Canal Caribe.- Cuba compartió sus experiencias en el desarrollo biotecnológico y farmacéutico ante el auditorio reunido en la sede del proyecto "Yo soy Cuba en Tremblay" ubicada en la localidad francesa homónima....
Niñas y niños protagonizaron el ejercicio de urbanismo ciudadano que organizó la Red Placemaking-Cuba en el barrio El Fanguito. Foto: Cortesía de Claudio Aguilera....
Lo último
La Columna
Cuba y Venezuela
Gerardo Moyá Noguera*.- Cuba y Venezuela, como otros países del cono sur, están y estarán siempre en el punto de mira del imperio/EEUU y sus lacayos europeos. No consienten que el socialismo avance como el agua en  es...
La Revista