Ante la preocupación manifestada por uno de los lectores del periódico acerca de los problemas estructurales y medioambientales en una secundaria básica del poblado de Mabay, en el municipio de Bayamo, el diario acudió a las fuentes implicadas, en busca de respuestas. Más de un centenar de estudiantes de la 13 de Septiembre reciben clases en aulas anexas con condiciones desfavorables. Foto: Amauris Betancourt Gómez


 

Darelia Díaz Borrero - Diario Granma - MABAY, Granma.—A simple vis­ta todo parecía marchar “viento en popa” en la escuela secundaria básica 13 de Septiembre, ubicada en este poblado rural, perteneciente al municipio de Bayamo.

Más de un centenar de estudiantes recibían, en las aulas, las lecciones correspondientes a su año escolar, en tanto otro grupo realizaba, en áreas exteriores, los exámenes conclusivos de la asignatura de Educación Física.

Sin embargo, a pesar de la aparente tranquilidad que allí se respiraba, las cosas no marchaban del todo bien en este plantel.

Tal como advertía uno de los lectores del diario, la institución estuvo ce­rrada por indicaciones del Centro Mu­nicipal de Higiene y Epide­mio­logía, desde la tarde del 26 de abril hasta el 9 de mayo, debido al de­rrumbe de la pared del tanque séptico que acoge las “aguas ne­gras” de la escuela.

En esos días se paralizó el proceso docente educativo, situación que pro­vocó la preocupación de maestros, educandos y sus familiares.

Según cuenta Manuel Felipe Pe­ña, director del citado plantel, esta es la tercera vez en año y medio que la pared de esa fosa colapsa porque los trabajos no se ejecutan con la calidad requerida, y cuando llegan las lluvias abundantes, la fuerza del agua termina por destruir parte del tanque séptico, y desbordar “la fosa”.

El último derrumbe fue hace poco más de 20 días, y los especialistas del Centro Municipal de Higiene y Epi­demiología concedieron a la escuela un plazo de siete días, que coincidió con la semana de receso docente, para resolver el problema; la situación se notificó a los inversionistas de la Dirección Municipal de Edu­ca­ción, pero pasaron los días, el término venció y se tuvo que paralizar la escuela, explicó.

Claro, esta no fue una medida to­mada a la ligera. Previo a ese plazo ya se le habían hecho varias advertencias al centro, pero todo continuaba igual.

Así comentó a este diario Sailí Pavón, funcionaria del Departa­men­to de Salud Escolar, en el Centro Pro­vincial de Higiene y Epidemio­logía, quien recordó la compleja si­tuación epidemiológica que atraviesa el continente con eventos de cólera, y casos de zika, por tanto, dijo, la guardia no se puede bajar.

Cualquier problema que pueda comprometer la salud de alumnos y profesores debe notificarse y ser re­suelto para evitar riesgos, agregó.

¿PROBLEMA RESUELTO?

Por fortuna, al momento de hacer esta investigación, ya los estudiantes se habían incorporado a las aulas a recibir sus clases. No obstante, permanecía el sinsabor por los ocho días sin docencia.

Así lo confirmó Adaelvis Argote, estudiante de octavo grado, quien lamenta la interrupción de las clases.

Según comentó, ello implica dejar de dar contenidos o recibirlos de ma­nera atropellada, algo preocupante, porque ya las pruebas finales están a la vuelta de la esquina.

Ese también es el sentir de la profesora Maribel Millán, fundadora del plantel, para quien interrumpir el pro­ceso docente educativo es un golpe fuerte que repercute negativamente no solo en el aprendizaje de los educandos, sino además en el trabajo pedagógico, ya que exige el reajuste del mismo contenido en ocho días menos del periodo lectivo.

La pedagoga, con 39 años de experiencia en la institución, no re­cuerda que la escuela haya presentado antes una situación similar, que requiriera la paralización del centro.

Pero ella se declara optimista, se­gura del cierre exitoso del actual cur­so escolar pues, a su entender, el trabajo de tantos meses no debe perder brillo, a causa de los lunares de unas pocas jornadas.

Sin dudas, trabajadores y estudiantes de la 13 de Septiembre se em­peñan en llevar a puerto seguro este periodo lectivo, pero aún permanece la preocupación. El problema que condicionó el cierre de la escuela continúa sin resolverse.

Aunque una brigada constructora de la Empresa Provincial de Asegu­ra­miento a la Educación (EPASE), labora, desde el 10 de mayo, en la reparación del tanque séptico, esta aún no cuenta con la maquinaria necesaria para ejecutar la obra.

Cuando estén a la mano los equipos, el trabajo puede realizarse en cuatro días lo máximo, aseguró Yor­dennis Álvarez, albañil de la EPA­SE.

Ojalá, las maquinarias necesarias lleguen pronto, y la obra en esta ocasión se ejecute con la calidad requerida para que, dentro de algunos me­ses, una de las paredes del tanque séptico no vuelva a colapsar.

OBRA A “MEDIAS”

La situación de la “fosa” no es el único lunar advertido en la 13 de Septiembre. Aunque pueda parecer paradójico, la escuela recibió una re­paración el curso anterior, sin embargo, tiene una de las cuatro plantas de la institución inhabilitada por problemas estructurales.

Su director, precisó que los arreglos incluyeron cambios de carpintería, de las redes hidro-sanitarias, y pintura de los locales.

En el caso de la cuarta planta, dijo, lleva año y medio en desuso ya que el mantenimiento no incluyó la impermeabilización de la azotea y las filtraciones son abundantes.

Además, esa humedad ha agrietado las paredes, e incluso hay una viga quebrada que en cualquier momento puede derrumbarse, añadió.

Al respecto Leonardo Tamayo, di­rector de Educación en Granma, explicó que el presupuesto asignado para el mantenimiento del plantel no alcanzó para la impermeabilización del techo.

Reconoció que es una obra im­prescindible. De no ejecutarse puede provocar daños aún más serios en la estructura de la escuela, y además, es uno de los principales reclamos en las asambleas de rendición de cuen­ta de los delegados a los electores en es­ta localidad, añadió.

El directivo del sector aseguró que esa situación quedará resuelta en el presente año.

Mientras, 155 de los 428 estudiantes que conforman la matrícula de esta secundaria básica permanecen dando clases en unas aulas anexas, cercanas al centro rector, pero bajo condiciones desfavorables que po­drían empañar el exitoso desarrollo del proceso docente educativo.

En esas instalaciones, en las que se habilitaron cuatro aulas, a pesar de que persiste la voluntad de enseñar y aprender, lo primero que se perciben son unos cuantos huecos en el lugar donde, mucho tiempo atrás, hubo ventanas. Y al entrar, el panorama no es el mejor. Basta con mirar al techo lleno de orificios para predecir la compleja situación existente allí.

Esto es un gran lío porque cuando llueve no se puede dar clases aquí pues toda la cubierta está afectada, refirió Manuel Felipe Peña.

Lo peor es que ni aun con la im­per­meabilización de la cuarta planta de la escuela y su reapertura esta situación se resuelve del todo porque la matrícula ha crecido y quedaría un grupo de 40 es­­tudiantes en estas aulas anexas, agregó.

Según comentó, para que todos los estudiantes puedan concentrarse en el plantel se requeriría crecer con dos plantas más, algo que tal vez no pueda hacerse por ahora, porque es una inversión mayor.

La otra solución temporal sería reparar las aulas anexas, que llevan más de tres décadas de explotación sin recibir mantenimiento, señaló.

Determinar cuál será la solución a los obstáculos que hoy enfrenta esta escuela no está dentro de las facultades de la prensa. No obstante, esperamos que estas líneas sirvan para alertar a los que sí pueden y deben decidir.

Es cierto que la provincia ha avanzado en el último lustro al reparar 680 centros escolares de los 1 045 que tiene el territorio, desde círculos infantiles has­ta la enseñanza preuniversitaria, según precisiones de Leonardo Ta­ma­yo.

Sin embargo, ello no puede dar pa­so a la complacencia, porque lo cier­to es que, incluso en las reparadas, persisten deficiencias.

Entonces, se impone revisar me­jor las estrategias y cronogramas de mantenimiento. Aunque existe una voluntad estatal para recuperar el con­fort de los centros educativos, también es cierto que en el afán de llegar a más lugares, con menos recursos se dejan muchas deudas pendientes en el camino, que luego terminan pe­sando más de lo esperado.

Es cierto que hay soluciones que dependen de reajustes o recursos que no siempre están al alcance de la mano, pero otras se logran con organización y voluntad humanas, esas que demuestran que las adversidades no existen cuando se impone el empeño.

Por tanto, no debe permitirse que, por cuestiones de un plan, una obra quede a medias, sobre todo cuando se trata de una institución educativa, en la que se forma el futuro de la nación.

Cuba
La Habana, 24 jul (Prensa Latina) La Institución Religiosa cubana Quisicuaba entregó hoy insumos médicos y material gastable a hospitales de la occidental provincia de Artemisa. De acuerdo con el presidente del también pro...
Canal Caribe.- Cuba compartió sus experiencias en el desarrollo biotecnológico y farmacéutico ante el auditorio reunido en la sede del proyecto "Yo soy Cuba en Tremblay" ubicada en la localidad francesa homónima....
Niñas y niños protagonizaron el ejercicio de urbanismo ciudadano que organizó la Red Placemaking-Cuba en el barrio El Fanguito. Foto: Cortesía de Claudio Aguilera....
Lo último
La Columna
Cuba y Venezuela
Gerardo Moyá Noguera*.- Cuba y Venezuela, como otros países del cono sur, están y estarán siempre en el punto de mira del imperio/EEUU y sus lacayos europeos. No consienten que el socialismo avance como el agua en  es...
La Revista