Fidel Rendón Matienzo - La Habana, 13 jun (ACN) Miguel Díaz-Canel, miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba y Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, convocó hoy a los medios informativos del país a construir su estrategia de comunicación y hacer coincidir las agendas pública y mediática.


Díaz-Canel intervino en la asamblea de balance de la Delegación Ramal de la prensa escrita, de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), en la que representantes de  los periódicos, revistas y otras publicaciones nacionales, radicados en la capital, pasaron revista a los logros e insatisfacciones en la política informativa y el protagonismo de esa organización.

Tras calificar de crítico y cargado de esperanzas y retos, el informe presentado sobre cuánto se ha hecho en los últimos dos años y medio, desde el IX Congreso de la UPEC, dijo que ésta ha ganado en más autoridad y reconocimiento, y subrayó la importancia de la cultura del debate, del diálogo constante, en aras de buscar la solución o respuesta a los problemas.

Recordó cuán complejo es el escenario internacional, con una plataforma de restauración capitalista y neoliberal, que en América Latina ha socavado gobiernos progresistas, y en lo cual los medios de comunicación masiva del imperio han desempeñado su papel, han actuado como partidos políticos y  defendido intereses como centros de poder.

Dijo que en esa misma dirección el gobierno de Estados Unidos apuesta por el fin de la Revolución Cubana, tal cual demostró con su visita a La Habana el Presidente Barack Obama, y en tales planes subversivos se apoya en medios foráneos, algunos privados,  que incluso contra toda ética recurren a periodistas de publicaciones estatales para que colaboren con ellos.

Diaz-Canel  mencionó como otra situación compleja para el desempeño de los medios locales, motivada por problemas acumulados durante años, la referida a las incongruencias con los salarios, las condiciones materiales de trabajo y de infraestructura, en lo que expresó la urgencia de buscar soluciones.

Opinó que cada vez debe ser menos paternalista el papel del Partido hacia los órganos de prensa, y estos a su vez proponer y defender una estrategia de comunicación, en aras de hacer el periodismo que necesita la Revolución.

Llamó  a socializar las mejores experiencias en cuanto al aprovechamiento de las nuevas tecnologías y presupuestos,  en lo que puso de ejemplo al periódico Ahora, de Holguín, y a convertir cada medio impreso en multimedio, al procesar información no solo para la edición escrita, sino también dirigida a Internet y a otros espacios, con audios e imágenes.

En el encuentro, Antonio Moltó, presidente nacional de la UPEC,  señaló que al calor de las asambleas para evaluar el cumplimiento de los acuerdos del IX Congreso se iniciaban, con la de hoy, las de la prensa ramal, y a nivel de provincia solo falta por realizarse la de La Habana.

Tanto él como varios periodistas se refirieron a los retos de la organización, y de las propias redacciones, de continuar dando paso al talento, a la creación y al compromiso social en la medida que también avanzan las nuevas tecnologías, y de seguir batallando contra el secretismo o el cierre a la información pública por los organismos o fuentes autorizadas.

La superación profesional, la atención a los jóvenes que se suman a los medios, el aporte de la Facultad de Comunicación con tesis de grado sobre los problemas actuales de la prensa cubana, la insuficiente presencia del humor gráfico, y las intermitencias con las salidas de las publicaciones infantiles y juveniles, entre otros, fueron temas debatidos en la reunión.

Llama Díaz Canel a fortalecer los medios públicos del país

Jorge Gorgoy Crespo

El tema fundamental es cómo generamos contenidos, su dinámica y el posicionamiento de los mismos, aseguró el Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros Miguel Diaz-Canel, al concluir la asamblea de balance anual de la Delegación Ramal Prensa Escrita, de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC), efectuada este lunes en la Universidad de La Habana.

Previo a la lectura del informe el Presidente de la Upec Antonio Moltó, se refirió a la importancia de los cambios que se realizan actualmente en la prensa escrita, criticó los rezagos de secretismo que laceran la labor reporteril y comentó sobre las tesis que discuten este año estudiantes de la carrera de Periodismo, que se refieren a problemas acuciantes que existen en las redacciones de los medios de prensa.

DSC_1442La de Prensa Escrita es la delegación ramal más numerosa del país y agrupa a los afiliados que integran las delegaciones de base de los periódicos nacionales y otras publicaciones impresas. En el informe, leído por su presidente Joel García, se reflejó un análisis de los principales problemas que afectan al sector, entre ellos los bajos salarios, las carencias materiales que sufren las redacciones de periódicos, revistas y casas editoras cubanas, los vacíos informativos, la autocensura o la censura de algunos decisores, la aparición de una prensa alternativa en el contexto actual nacional, la superación y el papel de la organización y el compromiso de esta con sus afiliados, entre otros temas analizados y debatidos.

Al respecto Jose Alejandro Rodríguez, afirmó que en las redacciones no se está fraguando el mejor periodismo, y se preguntó por qué tenemos tanta cautela, miedo, para echar a andar, “esas opacidades que impiden un periodismo problémico, agudo”.

En su intervención la periodista Delia Reyes García, de la revista Bohemia, se refirió a lo que según ella son las tres antinomias del periodismo cubano: el secretismo, ausencia de una Ley de Prensa y el alejamiento de la agenda mediática de lo que dice el pueblo, elementos que laceran la credibilidad de nuestros medios. También se refirió al paso hacia una nueva gestión de los medios de prensa y la problemática de no contar con una ley que ampare esa nueva gestión, a la cual se aspira.

Ricardo Ronquillo Bello, subdirector del diario Juventud Rebelde, consideró que ha existido un lenguaje de señas, “si éstas no existen no hablamos de las cosas”, a lo que agregó que existe una crisis estructural de los problemas de la prensa, no importa del lado que se vea. Afirmó Ronquillo que la gente no encuentra su relación con el medio y concluyó su intervención expresando que no se ha avanzado mucho desde el congreso (IX de la Upec), porque hay que crear las condiciones para un cambio, hay que resolver problemas de fondo, estructurales.

Para el humorista Jorge Alberto Piñero (JAPE), de la publicación Dedeté, hay un problema serio porque se están dejando robar la iniciativa y que aseguró que “el humor puede ser un elemento mediador de las relaciones políticas entre Cuba y los Estados Unidos”, a la par que criticó el concurso 26 de Julio (que organiza la Upec), donde los humoristas no tienen espacio para competir.

Los debates fueron muy polémicos y las intervenciones aportaron muchas ideas nuevas. Durante más tres horas se debatió el informe presentado a la asamblea, a la cual asistieron además del primer vicepresidente Díaz-Canel; Alberto Alvariño, vicejefe del Departamento Ideológico del Comité Central, y Enrique Villuendas, funcionario del mismo; Aixa Hevia y Bárbara Doval, vicepresidenta primera y vicepresidenta de la Upec, respectivamente, e invitados de diferentes organismos que tienen una relación estrecha con el periodismo.

Alberto Alvariño afirmó que hay un programa montado para una reconversión de la prensa escrita, el cual incluirá la puesta en funcionamiento de nuevas maquinarias y software para gestionar la prensa, también alentó a los presentes a no autocensurarse y eliminar obstáculos.

Con respecto a los problemas y agobios que pasa hoy la prensa escrita, Javier Dueñas, de la Editora Abril, se refirió al año de retraso acumulado en la impresión de dos de las revistas más populares, de las seis que publican, Zunzún y Pionero, todo ello por deficiencias con las máquinas tipográficas del combinado Federico Engels.

Raúl Garcés, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana e integrante de la Presidencia nacional de la Upec, consideró que si se habla de un cambio hay que hacerlo con honestidad, “si hablas de el un año, dos o tres, y este no se produce, la gente comienza a dudar”, a lo que agregó que se necesita una nueva forma de gestión de la prensa. Los directores tienen que tener autonomía, para ello la política de comunicación que se gesta debe ser transparente, hay que acompañar esa nueva política y darla a conocer, afirmó en su intervención el decano.

El funcionario del Comité Central del Partido, Enrique Villuendas, afirmó que a los jóvenes no hay porque cortarles las alas, hay que ayudarlos a volar con la Revolución, hay que comunicar y darle a la población información sobre lo que sucede.

Al concluir la cita el Primer Vicepresidente Miguel Diaz-Canel, alabó la calidad del informe presentado y lo catalogó como “crítico y cargado de esperanzas”, a lo que adicionó que uno de los retos de la prensa actual es el debate donde nadie tiene la verdad absoluta, es una situación muy compleja con muchos puntos de vista y varios enfoques.

“Mientras más discutamos mejor se construye lo que se aspira, la Upec tiene más autoridad, mas seguimiento. El escenario es muy complejo, con una plataforma de restauración capitalista y neoliberal que está socavando varios procesos revolucionarios en nuestro continente. En todo eso los medios de comunicación tienen un papel primordial, defienden intereses de poder, han sobredimensionado problemas particulares de esos países y arremeten contra sus líderes”, explicó Díaz-Canel.

Al valorar las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos de América, el dirigente consideró que estas tienen un alto componente simbólico y muestra de ello fue la visita de Barack Obama, “ese era su discurso, y así lo hizo, no podíamos esperar otra cosa”, a lo que agregó que una parte de la población entendió sus intenciones, fue todo un montaje que trajo consigo en una visita bien dirigida.

En su charla con los asistentes a la asamblea, Diaz-Canel, hizo énfasis en que existen problemas como es el salario, las condiciones no idóneas de trabajo, y ello causa insatisfacciones, a lo que aseguró que hay que resolver los problemas entre todos juntos. Hizo un llamado a tener confianza entre todos para seguir avanzando.

Como conclusión de su intervención aseguró estar consciente cada vez más de que son los medios los que tienen que definir las líneas y estrategias de comunicación, construir su agenda y discutirla colectivamente, al tiempo que recordó que el cambio es difícil.

Al finalizar la cita, los asistentes disfrutaron de una actuación de la compañía infantil La Colmenita.

(Tomado de Cubaperiodistas)

A continuación un artículo de análisis crítico, tomado de "La Joven Cuba"

En silencio ha tenido que ser

Rafael Ángel Salazar Martínez, profesor e investigador del Centro Universitario Municipal de Mayarí

En abril del 2013 comenzó a cocinarse en las altas esferas del gobierno cubano una política nacional de comunicación. Les ha faltado, durante todo este tiempo, además de visibilidad mediática, un ingrediente fundamental: la participación del pueblo.

No se han visto por acá, en efecto, los acalorados debates que se produjeron en Venezuela, antes y después de que en enero de 2003 se llevara al Parlamento Nacional de ese país el proyecto de Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión (RESORTE), aprobado en diciembre de 2004. Tampoco se han visto por estos lares nada semejante a lo sucedido en 2011 en Ecuador, cuando sus ciudadanos dieron luz verde, mediante consulta popular, a la Ley Orgánica de Comunicación, finalmente sancionada en 2013, y en cuya elaboración participaron las más disímiles organizaciones de la sociedad civil ecuatoriana. Mucho menos hemos visto en Cuba los 23 foros y 80 conferencias, en los que participaron todos los sectores y provincias de Argentina, ni a nuestro gobierno le han hecho falta las miles de cartas y correos electrónicos de los que, en su conjunto, también se nutrió la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual de la nación austral, esa que entró en vigor en marzo de 2009, la misma que ahora el gobierno de Mauricio Macri se empeña en desmantelar.

Nada, nada de eso hemos visto o experimentado en Cuba durante los últimos tres años los ciudadanos de a pie, ni la mayoría de los que dedicamos buena parte de nuestro tiempo a estudiar los complejos y diversos procesos de la comunicación. Por eso hoy ignoramos, casi por completo, qué nos depara esa “Política de Co­municación Social del Estado y el Go­bierno cu­banos”, a punto ya de ser aprobada, según anunció el vicepresidente cubano Miguel Díaz-Canel, su principal artífice, el 9 de marzo del presente año en el telecentro de Camaguey.

Solo dos noticias de la prensa nacional nos han dejado ver, entre líneas y a cuenta gotas, hacia dónde apunta una política comunicacional cuyo nombre excluye a todos los cubanos que no formamos parte del Estado o del Gobierno, sino de aquello que, desde 1996, fue reconocido como sociedad civil en el V Pleno del Comité Central del Partido Comunista de Cuba.

La primera noticia, además de hacerse eco del anuncio de Díaz-Canel, nos dice que “el documento buscará un acercamiento de las agendas mediática, pública y política, y favorecerá el trabajo con las fuentes de información y una mejor regulación económica de esas entidades, las cuales en la actualidad se subordinan al presupuesto del Estado”[1]. Por la segunda noticia supimos que regula “to­do lo relacionado con el ejercicio de la publicidad comercial”, y que “abarca mucho más”[2]. Al menos esta fue la respuesta que le dio Fernando Lavin, jefe de área de la Comisión para la implementación de los Lineamientos, a Alfonso Herrera, uno de los participantes en el VII Congreso del PCC, luego de que este propusiera “un Li­nea­miento ge­neral referente a la Política Social, que explicite la necesidad de incrementar, según lo permitan las condiciones económicas, el mayor acceso de la población a las Tecnologías de la In­formación y las Co­mu­nicaciones, y consolidar el derecho a la información como condición para el pleno ejercicio de la crítica y la participación del pueblo” [3].

Ahora bien, me gustaría saber, estimado gobierno, si dentro de ese “mucho más” que “abarca” la “Política de Co­municación Social del Estado y el Go­bierno cu­banos”, figura alguna suerte de presentación, debate o consulta pública a posteriori (ya que no pudo ser antes), más allá del estrecho círculo de los “directivos de la UPEC” y “expertos de la comunicación”, únicos con quienes, hasta el momento, ha sido discutida. En tal sentido, aprovecho para recordarle (y de paso a los directivos de la UPEC y colegas expertos en la materia) que la comunicación, además de proceso, también es un derecho, que nos atañe a todos, al trascender por mucho el ámbito de los medios de difusión. De ahí que mi otra pregunta se interese por saber si la anunciada política recoge todos esos “derechos patrios” de naturaleza comunicacional que mencionaba Javier Gómez Sánchez en la cuarta y última entrega de su post, la mayoría de cuales constituyen asignatura pendiente o se encuentran a medio camino en Cuba. Se los refresco: Derecho a la Libre Asociación, Derecho a la Manifestación Pacífica, Derecho a la Diversidad de Prensa, Derecho a la Libre Información, Derecho a la Opinión y Derecho a Libertad de Expresión.

Pero si no puede dar respuesta a mi anterior interrogante, al menos, si no le es molestia, adelánteme si fueron incluidos los siete principios para una “Política de comunicación social cubana socialmente consistente y tecnológicamente sustentable”[4], aportados por Rosa Miriam Elizalde, subdirectora de Cubadebate, en su tesis doctoral. Entre los no pocos avales y méritos de esta rigurosa investigación, figura el hecho de haber contado en el acto de defensa con la presencia del mismísimo Díaz-Canel, a lo cual se suma el de haber sido seleccionada por el Ministerio de Ciencia Tecnología y Medioambiente (CITMA) como la mejor tesis doctoral en Ciencias Sociales y Humanísticas, defendida en Cuba durante el curso académico 2013-2014. Aquí van los principios: 1. Respeto por la dignidad, 2. Defensa de la diversidad comunicativa, 3. Sostenibilidad como objetivo estratégico, 4. Participación efectiva, 5. Lo público como espacio fundamental de comunicación social, 6.Garantías para el ejercicio profesional y 7. Responsabilidad de la Comunicación.

Finalmente, me gustaría preguntarle, estimado gobierno, en estos tiempos de lucha contra el secretismo, por qué así, en silencio, ha tenido que ser elaborada en Cuba la que debería ser nuestra, de todos y por todos construida, política nacional de comunicación.

Sepa que son más las preguntas que, al respecto, me gustaría hacerle. Pero se las dejo para luego, para cuando me responda las que ya le hice. Enseguida pongo a su disposición mi cuenta de correo: rasalazarm@cum.uho.edu.cu. Aunque le confieso preferiría me respondiera aquí, públicamente, en este blog que tantos jóvenes cubanos leemos. Y así contribuimos un poco al diálogo social. Qué le parece.

[1] Enlace http://www.radiocubana.cu/149-destacados/12498-diaz-canel-cuba-esta-a-punto-de-aprobar-una-politica-de-comunicacion

[2]Enlace: http://www.granma.cu/septimo-congreso-del-pcc/2016-04-18/un-congreso-de-alerta-critica-y-orientacion-18-04-2016-01-04-40

[3]Idem.

[4] Disponible en: http://dspace.uh.cu:8080/xmlui/handle/123456789/1752

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