Alina M. Lotti - Fotos: Anabel Díaz Mena - CubaSí.- Surgida al amparo de las nuevas formas no estatales de producción, el taller creado por Víctor y Nerta constituye un exitoso negocio familiar, donde la calidad y el buen hacer son la mejor carta de presentación.


Pido permiso a la auténtica Fábrica de Arte*, para denominar así al taller que Víctor y Nerta crearon hace varios años con el sello de Decoram, primero —tal y como su nombre lo indica— con la idea de producir objetos que sirvieran para decorar ambientes, y luego ampliaron hasta abarcar otros renglones de la industria de materiales de la construcción.

Originalidad, calidad y seriedad constituyen características distintivas de este taller que se erige hoy como un negocio familiar exitoso; paradigma en varios aspectos, sobre todo en la labor educativa que allí realizan Víctor Cortina (coordinador principal) y Nerta M. Betancourt, un matrimonio jubilado del sector de Educación, donde se desempeñaron durante más de cuatro décadas.

El amor por el magisterio, quizás de alguna manera, ha contribuido a los resultados productivos del taller —donde laboran 48 personas, entre ellos tres ingenieros, un arquitecto y diez albañiles—, que está propuesto para merecer la categoría de colectivo Vanguardia Nacional del Sindicato de los Trabajadores de la Construcción.

Víctor y Nerta han encontrado en este quehacer un modo de vida honesto, y también una forma de satisfacer la demanda de más de un centenar de renglones; desde losas de piso y pared, figuras decorativas para exteriores fundidas en hormigón (como estatuas de niños, leones, ranas), cascadas, fuentes de agua, techos en yeso, bloques, celosías, columnas, capiteles, macetas, jardineras, bordes de piscinas, balaustres (de alta demanda), entre otros.

Para ello emplean fundamentalmente piedras, de diferentes tipos, que trasladan desde los más disímiles lugares del país, incluso de la zona oriental.

Además, como colectivo productivo han contribuido a la restauración de los hoteles Nacional, Riviera, Deauville, el centro hospitalario La Pradera, y han colaborado, de manera gratuita, en la reparación de escuelas.

Esto último —señaló Víctor— se realiza, generalmente, los fines semana a fin de que los muchachos comprendan la necesidad de realizar trabajos voluntarios, y así educarlos en los valores de la solidaridad para que no se desarrollen rasgos de egoísmo.

Ubicado en el municipio capitalino de Boyeros, en el patio del hogar del matrimonio, Decoram se inscribe dentro del contexto cubano de apertura al trabajo por cuenta propia, iniciativa que Víctor y Nerta han impulsado con muy buenos resultados.

Producir y educar, un buen binomio

Con cierta facilidad para las manualidades, Víctor siempre imaginó que después de jubilarse se dedicaría a la carpintería. Así empezó y, según cuenta, las cosas no le quedaban muy mal.

Un día, y de manera casual, encontró que un amigo fabricaba los balaustres para un muro y le pidió prestado el molde; eso fue suficiente. A partir de ahí surgieron otras ideas, hasta que el terreno de atrás de la casa poco a poco se fue transformando en un centro productivo, rodeado de arena, cemento y yeso.

Los sueños se hicieron realidad y hoy señalan con orgullo la creación de un aula anexa para la formación laboral de los estudiantes del Instituto Politécnico de la Construcción José Martí, ubicado en el ese municipio, para lo cual contaron con el apoyo del Gobierno municipal, así como de otras instituciones y organismos de la localidad.

“Más de 40 alumnos pasan semanalmente por este taller, funden piezas y hacen prácticas con losas que nosotros, por alguna razón, desechamos, y ellos las utilizan para hacer enchapes, colocar pisos; son materiales que tienen a disposición sin costo alguno”, señaló Víctor.

Y agregó que en función de esa práctica ya tienen allí a 14 trabajadores de Decoram, quienes prestan su apoyo, con recursos incluidos, en otros polígonos de la escuela.

La comunidad, punto y aparte

Sencilla, amable, carismática y con unos deseos tremendos de formar a la juventud debido a su indiscutible arraigo como maestra, Nerta concibe a Decoram como una extensión del trabajo comunitario, pues la mano de obra, en su gran mayoría, proviene de la localidad.

Quizás nuestra condición de pedagogos —subrayó Víctor— nos ha facilitado la relación con los jóvenes. En los inicios comencé solo con mi hijo, y al crecer el taller nos vimos en la necesidad de incorporar a algunos que vivían cerca y estaban desvinculados del estudio o el trabajo. Hoy nos sentimos satisfechos con el resultado, pues vemos cómo se proyectan, son cumplidores y participan en las actividades que convocamos, incluidas las donaciones de sangre.

“Aquí hay mucho que hacer —señaló Nerta— y todos tenemos que hacer de todo. Víctor, como máximo responsable, se ocupa de varias tareas. Yo me encargo de las producciones, y me gusta comunicarme con los muchachos, velar por la calidad de lo que hacen. Soy una especie de consejera y, si tengo que llamarles la atención, lo hago a mi manera”, enfatizó Nerta.

Más adelante comentó la importancia de desarrollar una labor educativa y fomentar valores, pues son muy jóvenes.

Nosotros velamos porque se superen —agregó—; que quienes no tienen duodécimo grado vencido, lo alcancen a través de la Facultad Obrero Campesina. Los rectificamos cuando no hablan bien, y les inculcamos que lo hagan en voz baja, de manera correcta, que sepan establecer una adecuada comunicación, pidan disculpas cuando sea necesario y acepten sus errores.

Según dijo, algunos que empezaron como operadores, luego se convirtieron en ayudantes, después en albañiles y, por supuesto, devengan mejores salarios. En tanto, otros que solo llegaron buscando un empleo han adquirido madurez, disciplina y responsabilidad.

Una verdadera escuela

En el patio de la casa de Víctor y Nerta, además de ambiente de trabajo, se respira disciplina y orden. Hay exigencia y puntualidad y, al mismo tiempo, se consideran una gran familia de cuentapropistas**, unidos también en una sección sindical y en un núcleo del Partido, “para que lo político-ideológico no quede a un lado”, según resaltó Víctor.

Producciones de calidad, entregas a tiempo, variedad y surtido, y adecuada atención a los clientes, son la mejor carta de presentación de un taller cuyo futuro es promisorio, si continúa por el camino emprendido hasta hoy.

*Proyecto artístico que rescata, apoya y promociona la obra de artistas de todas las ramas del arte.

**Decoram está propuesta para ser declarada cooperativa.

Cuba
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