Jorge Pérez Cruz - Trabajadores.- El doctor en ciencias Recaredo Rodríguez  Bosch recorrió en apretada síntesis la vasta obra  de Fidel y acercó al auditorio convocado, y a los transeúntes ocasionales que  se sumaron espontáneamente,  a la vida y desempeño del Máximo Líder de la Revolución Cubana.


El escenario dignificó el intercambio porque  frente al Museo Provincial Mayor General Vicente García, ubicado en el centro histórico de la ciudad de Las Tunas, comenzó el Taller Fidel y los trabajadores, un evento que resumió muchas horas de indagación en torno al ideario del Comandante en Jefe y su vínculo con el movimiento obrero de Cuba y de Las Tunas en particular.

Fueron  36 las ponencias presentadas en esa jornada que saludó el 90 cumpleaños del Comandante, cuyo arsenal se nutrió de encuentros similares organizados por la CTC en la provincia y los municipios, en los cuales participaron todos los sindicatos y  las secciones sindicales.

María Antonia Amado Fajardo, miembro del Secretariado de la organización obrera en el territorio, aseguró que fueron cumplidos los objetivos propuestos, los cuales procuraron estimular el acercamiento de las jóvenes generaciones a la vida y obra de Fidel y a su estrecho vínculo con el movimiento sindical cubano.

Las investigaciones expuestas distinguen los valores   compartidos propulsados por Fidel, de los cuales destacaron los principios éticos, el apego a la verdad, su concepción de que ninguna derrota es tal hasta que se reconozca, los principios del antiimperialismo y el internacionalismo proletario, y sus concepciones en torno a la fuerza de la unidad como arma esencial frente a los intentos hegemónicos del capitalismo.

Las investigaciones se presentaron en tres comisiones, que sesionaron en el Museo ya mencionado y la Biblioteca José Martí.  Todo el entorno del centro histórico vistió de verdeolivo con exposiciones fotográficas y de otros objetos que vinculan a Fidel con la obra  de la Revolución.

 

Los ojos para mirar a Fidel

Juventud Rebelde.- La ideología y ejecutoria del líder histórico de la Revolución nace del Apóstol. Para reconocer en el Comandante los valores del más universal de los cubanos, nos reunimos en este Taller de Pensamiento Martí en Fidel.

Con estas palabras de Haydée Díaz Ortega, directora del Memorial José Martí, y la presencia de Armando Hart Dávalos, director de la Oficina del Programa Martiano (OPM), se inauguró este evento dedicado al 90 cumpleaños del líder, con dos jornadas de debate que concluyen hoy.

En su conferencia, el profesor Jorge Lozano, asesor de la OPM, llamó a Fidel el Simón Bolívar del siglo XX, pues ambos son genios políticos y militares, cuyos triunfos en guerras populares los convirtió en líderes de un Estado.

Sería sabio mirar a Fidel con los mismos ojos que Martí miró a Bolívar, comentó, y resumió el modo en que el Comandante en Jefe hizo realidad cada dimensión del concepto de dignidad humana planteado por el Apóstol.

Ningún jefe de Estado ha sostenido la gobernabilidad de su país en coyunturas como las que enfrentó Fidel con Cuba, destacó Lozano, y dijo que el Comandante en Jefe ha logrado que prevalezca lo mejor del ser humano, como enseñó Martí.

«Fidel asumió la realidad cubana a la manera martiana», definió el investigador, quien llevó su prédica a los jóvenes presentes, muchos de ellos participantes del curso de verano del Movimiento Juvenil Martiano.

En el panel Martí, Fidel y la educación, el profesor Horacio Díaz Pendás y el Doctor Manuel Romero Ramudo, especialistas del Ministerio de Educación, valoraron a ambos héroes como formadores de conciencia histórica y educadores sociales, que legaron a los maestros una didáctica pedagógica peculiar y eficiente, capaz de motivar el pensamiento en el alumnado y apelar a su espíritu.

Vigencia y proyección

«Fidel Castro es un personaje raro, rarísimo, casi irrepetible» entre los jefes de Estado del mundo, así caracterizó al líder el destacado intelectual Ricardo Alarcón de Quesada, en el Taller Pensamiento y obra de Fidel Castro Ruz sobre la política exterior de la Revolución Cubana, vigencia y proyección, dedicado al aniversario 90 de su nacimiento.

Dijo Alarcón que Fidel siempre ha llevado todo al detalle, con insaciable cultura del conocimiento y un sentido del trabajo apasionado e infatigable, con un espíritu de querer conocerlo todo desde dos atributos excepcionales: memoria privilegiada y observación implacable.

El intelectual también destacó la solidaridad de Fidel con la lucha revolucionaria en América Latina y el Caribe, su papel en la guerra de independencia de Angola y en las negociaciones cuatripartitas que llevaron a la paz; en las conversaciones migratorias con Estados Unidos; en la batalla por el retorno de Elián González, y en el compromiso de Cuba con el independentismo puertorriqueño.

Alarcón consideró que quienes trabajan las relaciones exteriores de nuestro país deben tomar las enseñanzas del Comandante en Jefe y tener agudeza, capacidad profesional y pasión revolucionaria, además de comprender que siempre hay tiempo libre para profundizar en el conocimiento.

Adalberto Ronda Varona, director del Centro de Investigaciones de Política Internacional, en sus palabras de apertura al Taller organizado por esta institución, señaló que el encuentro es para aprender del líder histórico de la Revolución.

Cien participantes de 11 instituciones intervinieron en cinco paneles sobre Fidel, que abordaron su papel en la política exterior de la Revolución Cubana, en las relaciones internacionales, en los movimientos de amistad y solidaridad, en las relaciones económicas internacionales y en las relaciones bilaterales Cuba-Estados Unidos, además de sus proyecciones con la Federación Rusa.

Entre las personalidades estuvieron Abelardo Moreno, viceministro de Relaciones Exteriores, y Jorge Arias, vicejefe de Dirección del Comité Central del Partido.

 

“Lo que irradia Fidel es impresionante”

Katheryn Felipe - Granma.- Granma conversa con Antonio Martínez, responsable desde hace casi 20 años del Hotel Nacional de Cuba, y comparte historias inéditas sobre el líder de la Revolución Cubana.

Era sábado en la tarde y parecía que el sol podía romper las piedras en el norte del litoral habanero. Tras el cartel de “Dirección” me esperaba en su oficina, acatarrado, Antonio Martínez. A pesar de la fiebre, el responsable del Hotel Nacional de Cuba me recibió, porque se trataba de hablar de Fidel. Más que de Fidel, de las huellas que deja Fidel.

Ya lo escribí una vez: ese hotel ha visto de todo. La hora que compartí con Tony -así le llaman cariñosamente-, solo lo confirmó. Al decir de quien fuera el primer director del Hotel Copacabana, cuando llegó al Nacional hace casi dos décadas tenía poca experiencia hotelera y no sabía la manera en que esa instalación le mostraría la trascendencia mundial del líder de la Revolución Cubana.

“A pesar de que desde que era un adolecente Fidel era mi ejemplo y sentía por él una gran admiración, nunca pude imaginar que su personalidad fuera de un interés tan especial y de un impacto tan enorme para los visitantes de cualquier parte del mundo, ya fueran turistas, personalidades destacadas de la cultura, el arte y las ciencias o líderes de Estado y Gobierno. El hotel es incuestionablemente un testigo excepcional de estas demostraciones de admiración por Fidel”, comenta Tony a Granma Internacional.

Anclado en la modestia que lo describe y sin hacer halagos vacíos, porque sabe que Fidel posee méritos propios, el entrevistado, quien es licenciado en Derecho y máster en Gestión del Turismo, afirma que “lo que irradia el Comandante impresiona y marca a las personas que lo conocen. Junto a las leyendas que aún habitan hasta en las paredes de la instalación más emblemática de la hotelería antillana, se recuerdan especialmente sus visitas”.

A la vez que se autodefine como un profundo fidelista, Tony reconoce el desafío de mantener la joya arquitectónica de un hotel 5 Estrellas y de administración netamente cubana. Todas las noches en sus más de 400 habitaciones pernoctan entre 500 y 600 personas, la mayoría de ellas provienen de Norteamérica y cargan consigo un millón de preguntas sobre la mayor de las Antillas, la Revolución y Fidel.

—Hace un tiempo declaró que con cada visita de Fidel el hotel se levantaba y vibraba. ¿Qué hacía especial su arribo?

—Solo porque Fidel es Fidel su rastro queda perennemente dondequiera que va. Cada vez que venía la edificación se llenaba de una energía revitalizante, que sentía desde el primero de los huéspedes hasta el último de los trabajadores. Su presencia se extrañaba cuando se iba. En cierta ocasión decidimos exhibir los registros gráficos de esos acontecimientos y la aceptación y el interés del público por la muestra hizo que se quedara expuesta de forma permanente.

“Lo mismo pasó con un cuadro suyo que colocamos en el lobby y que sin preverlo se convirtió en una especie de sitial en el que todo el que pasa se detiene. Así ocurrió, por ejemplo, con el Secretario de la Organización de Naciones Unidas, Ban Ki- moon o losl presidentes de Rusia o Francia, por citar ejemplos recientes.

“Por otro lado, he conocido a más de una celebridad con amplia trayectoria a nivel internacional, lanzar una lluvia de preguntas sobre él, incluso antes de hospedarse:

“¿Cómo es? ¿Dónde vive? ¿Qué hace? ¿Viene al hotel?.

“Algunas pertenecieron al gobierno de los Estados Unidos en momentos de profunda crisis en las relaciones entre ambos países. Recuerdo a muchos con ansias de conocerlo y que luego de lograrlo -dentro o fuera del hotel-, me enseñaban con júbilo y respeto una fotografía del encuentro. Otros, se fueron desalentados por no haberlo visto”.

—¿Qué es lo que más le impresiona del vínculo entre Fidel y el hotel en la primera etapa de la Revolución?

Vale destacar lo que se hizo dando alojamiento en el Hotel Nacional de Cuba a novecientas campesinas que aprendieron a leer, escribir y coser en la que fuera la Escuela Ana Betancourt creada por Fidel en 1960, y a los primeros maestros voluntarios durante la antesala de la Campaña de Alfabetización.

“Significó un enorme contraste que lo que funcionara hasta 1959 como el foco del juego y la mafia, luego se convirtiera en plaza para la educación.

“Igualmente conmocionó al Vedado habanero la aparición en la instalación del líder cubano y del astronauta soviético Yuri Gagarin, tres meses después de que el piloto deviniera el primer ser humano en ir al cosmos”.

—Cuénteme una anécdota inédita, algo que nunca haya hecho público…

Tendría que mencionar al triple monarca de los pesos completos del boxeo profesional y un tremendo admirador de Fidel, Muhammad Alí. A fines del siglo pasado, el otrora Cassius Clay -recientemente fallecido- se reunió en el hotel con el triple campeón olímpico cubano, Teófilo Stevenson.

“Cuando coincidí con esos dos geniales boxeadores, vi temblar las manos de Alí, le pregunté sobre la enfermedad de Parkinson y su respuesta me asombró: “¿Sabes por qué estoy así? Porque los negros norteamericanos no tenemos un Fidel”. Señalando hacia Stevenson elogió: “¡Mira cómo Fidel lo cuida! Tuve que maltratarme mucho para llegar a ser campeón”. Yo tenía una foto del Comandante y Alí insistió en retratarse con ella al lado de Stevenson”.

—¿Qué otra historia narraría si se hablara de los huéspedes que más han admirado a Fidel?

Son numerosas las personalidades y famosos que se interesan por saber y conocer de Fidel, qué representa para Cuba y como es él. Te podría mencionar algunos representativos como Steven Spielberg, Oliver Stone, Barbara Walters, Robert Redford, Harry Belafonte... Sin embargo, me marcó puntualmente una conversación con el actor estadounidense Kevin Costner, que viajara a Cuba para presentar la versión cinematográfica norteña de la Crisis de los Misiles de 1962. Recuerdo como si fuera hoy el respeto con el que me hablaba de Fidel y de cuánto quería poder encarnarlo en el cine.

“Entonces le pregunté sobre los beneficios que le traería a su carrera el interpretar un día a Fidel Castro. Y Costner, que en mi opinión es un hombre inteligente, me respondió que Fidel era algo excepcional en el mundo, por su lucha, por su barba, por la popularidad entre su gente, por el conocimiento sobre todo de Estados Unidos y América Latina.

“También me sorprendió el caso de Robert McNamara, Secretario de Defensa de los Estados Unidos durante la mencionada Crisis de Octubre de 1962. ¿Quién creería que un hombre con semejante cargo podría llegar a sentir tanto respeto por Fidel, sobre todo por su valentía en la Crisis de Octubre?

“Por otra parte, los tres últimos presidentes de China que se han alojado en el hotel han mostrado una gran admiración, respeto y afecto hacia Fidel, algo verdaderamente significativo.

“Estos pocos ejemplos referidos y muchos más que pudieran mencionarse, son el reflejo de esa bandera de la que estoy orgulloso como cubano y que se llama Fidel”.

—¿Cuál es la mejor enseñanza que ha recibido de Fidel?

Fidel estuvo siempre acompañando a mi generación, que siendo muy joven se incorporó a la Revolución. Creo que si de la resistencia del pueblo de Cuba se trata hay que hablar de Fidel. El mayor legado que me ha dado es el de un comunista que lleva las ideas a la acción, que es humano y sabe ver los valores de cada persona”.•

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