El éxito del agroturismo es encontrar el equilibrio entre la producción de alimentos y el servicio a la industria del ocio...

José Armando Fernández Salazar - Foto: Fernando Medina Fernández - Cubahora

• La agricultura sostenible: es aquella que, en el largo plazo, contribuye a mejorar la calidad ambiental y los recursos básicos de los cuales depende la agricultura, satisface las necesidades básicas de fibra y alimentos humanos. Según el Diccionario de Acción Humanitaria
  y Cooperación al Desarrollo, se caracteriza por su inocuidad medioambiental y la preservación de los recursos naturales, la utilización de recursos renovables locales y tecnologías apropiadas y baratas. La agricultura sostenible viene siendo objeto de estudio académico desde los años 70, como respuesta a los problemas socioeconómicos y medioambientales.

Aunque se graduó de Ingeniería en Agronomía, Moisés Mora Sicilia dedicó siete años de su vida a trabajar en el hotel Brisas Covarrubias, en la costa norte de Las Tunas. Pero la tierra llama y volvió al surco en su finca La Conchita, donde él y su familia se dedican a la producción de granos y hortalizas. Ubicada en el cruce de El Mijial, a unos 200 metros de la carretera entre Las Tunas y Puerto Padre, la hacienda —perteneciente a la Cooperativa de Créditos y Servicios (CCS) Paco Cabrera— se distingue porque en la entrada le da la bienvenida al visitante un cartel que declara que se está llegando a un lugar en el que se producen alimentos con un enfoque sostenible.

Este emprendedor se vinculó a varios proyectos internacionales como Pan Para el Mundo y el Proyecto de Innovación Agrícola Local, que le han permitido introducir, hasta una segunda fase, varias técnicas de la llamada agricultura sostenible.

La capacitación que promueven estas iniciativas y sus conocimientos sobre los servicios turísticos lo llevaron a interesarse por la modalidad del agroturismo, y la oportunidad le llegó hace tres años cuando la agencia de viajes y turoperador internacional Havanatur S.A le presentó un contrato para recibir a excursionistas alojados en Brisas Covarrubias.

“Incluimos un recorrido por la finca, dice Mora Sicilia, y al final ofertas de degustación de frutas. Por interés de la propia agencia de viajes comenzamos a crear condiciones para brindar el servicio gastronómico y desde hace seis meses nos abrimos al mercado francés como parte de la oferta Vuelta a Cuba, que permite que a nuestra finca lleguen cada semana alrededor de 20 turistas, e incluimos un almuerzo”.

Agrega que “a los visitantes les llama mucho la atención la manera en que se ponen en práctica todas estas técnicas y se han desarrollado debates muy interesantes sobre temas como la agricultura sostenible y su contraposición a la llamada revolución verde. Les muestro in situ la siembra de árboles, el carbono que rescato… Les explico cómo es que funciona una cooperativa de créditos y servicios en Cuba y cómo es la comercialización”.

AGROTURISMO, ENRIQUECIENDO EL DESTINO CUBA

Aunque está vinculado a los albores del turismo, por allá por el siglo XVIII, el agroturismo es una modalidad en expansión en el ámbito contemporáneo de la llamada industria sin humo.

Elizabeth García Oro, directora de la sucursal de Havanatur Oriente Norte (Las Tunas y Holguín), explica que en el caso de Cuba esta es una buena oportunidad para diversificar nuestras ofertas, teniendo en cuenta los gustos cada vez más diferentes de los que llegan al país.

“Esta modalidad desde hace años está en Cuba —dice García Oro—, pero ahora gana fuerza en provincias como Pinar del Río, de la que estamos tomando experiencias. Buscamos fincas en las que aparezcan variedades de frutales, caña de azúcar, café, para que todo lo que consume el cliente lo pueda ver allí, además del cuidado animal. Sin embargo, apostamos porque el mayor atractivo sea el calor humano y el criollismo de la familia, y el hecho de encontrarse con campesinos muy bien preparados y con vasta cultura.

¿CONTRADICCIONES?

Para la profesora universitaria Raquel Ruz esta modalidad tiene a su favor que puede ayudar a generar más empleos en el campo, diversificar los cultivos, introducir la agroecología y hacer más limpia y eficiente su producción.

La también coordinadora general del Pial en Las Tunas opina que hay que desatar nudos, aún hay muchos trámites engorrosos y no están creados todos los mecanismos.

Da fe de ello el propio Moisés, quien considera que todavía existen prejuicios con este asunto.

“Creo que los decisores deben familiarizarse más con este tema. Llevo varios años en esta experiencia y nunca he tenido problemas. Mi familia, que somos 12, colabora en todas las actividades y recibe una ayuda económica extra. Nunca hemos abandonado la producción de alimentos, que es la esencia de nuestra labor, además, si no cuidamos nuestra finca qué es lo que vamos a mostrar.

Los ingresos que percibo además de mejorar mi nivel de vida y el de mi familia los reinvierto en el campo. Sin embargo, aún hay muchas cosas por organizar, por ejemplo, tuve que sacar licencia de cuenta propia de cafetería para poder ejercer esta actividad”.

LOS VALORES DEL CAMPO CUBANO

Aun cuando la modalidad de sol y playa es la de mayor fuerza y desarrollo en Cuba, el agroturismo, con sus pocas necesidades de inversión en infraestructura y el inmediato impacto en el incremento de la calidad de vida de las personas del campo puede ser un valioso atractivo para diversificar el destino nacional.

Productores como Moisés así lo creen, mientras se prepara para la llegada de la temporada alta de turismo internacional, en el último semestre del año, y piensa en grande.

“A través del Pial estamos trabajando con otras cuatro fincas más entre Vázquez y Puerto Padre que aplican técnicas agroecológicas, están diversificadas y presentan buen acceso, además de que no tienen las mismas características que la mía, con el propósito de crear una red para especializarnos en el agroturismo”, dice el ingeniero agrónomo.

“Esto no es algo que va a llegar, sino que ya está aquí —opina la doctora en ciencias Raquel—, y hay que preparar a los campesinos, hay que confiar en los valores que existen en la gente del campo cubano.