ACN.- Las campesinas tienen una función decisiva en el rendimiento y la productividad de las cooperativas, por su espíritu emprendedor y creativo.
La Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), un sector decisivo en la vida económica del país, necesita de un mayor número de mujeres incorporadas a sus labores, dijo en Artemisa Teresa Amarelle Boué, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
La también miembro del Buró Político del Partido Comunista de Cuba aseguró que las campesinas tienen una función decisiva en el rendimiento y la productividad de las cooperativas, por su espíritu emprendedor y creativo, demostrado durante todo el proceso revolucionario cubano.
Es importante también, dijo Amarelle Boué, trabajar con la familia para que inculque en sus hijos —desde las primeras edades— el sentimiento de amor hacia la tierra, por ser fuente de riqueza alimentaria y un rasgo identitario del territorio, agrícola por excelencia.
Dayanis Alonso, presidenta de la organización de base en la cooperativa de créditos y servicios (CCS) Rubén Martínez Villena, considera vital el funcionamiento de los círculos de interés agropecuarios y la revitalización de las aulas anexas (existen 19 en la provincia), con herramientas que despierten el interés por el conocimiento hacia las ciencias agrícolas.
También es la opinión de la veterana Magali Soler, fundadora de la FMC y una de las capacitadoras de las campesinas artemiseñas, quien además hizo un análisis profundo de las brigadas FMC-ANAP, un movimiento que gana fuerza en la provincia.
Nilda Hernández, secretaria provincial de la FMC, y Yamila Sarduy, presidenta de la ANAP en el territorio, destacaron la existencia de 136 brigadas de mujeres campesinas que aglutinan a más de 3 000 féminas.