Cosset Lazo Pérez* - Prensa Latina.- Aunque pareciera alejarse del glorioso camino transitado por su padre Chucho Valdés para conquistar horizontes propios con sencillez y talento aplastantes, Leyanis apuesta por el piano para hacer de la música la razón de su vida.

 


 

En los primeros años de su existencia comenzó a florecer el amor por ese instrumento que poco a poco despertaría el ángel sonoro plantado en ella no solo por lazos sanguíneos.

Para explorar su universo -en el cual la música reina desde el más alto pedestal- la joven pianista compartió con Prensa Latina detalles de su formación, esos que todavía marcan los más queridos proyectos.

'Cuando era niña veía a mi papá tocando casi todo el día', recuerda Leyanis para quizás tratar de explicar que un simple ejercicio de imitación pasional la motivaría a descifrar los enigmas de una profesión muy sacrificada y competitiva. La influencia de Chucho Valdés en su formación es visible no solo por el parecido físico sino porque fue él quien le enseñó las primeras melodías de oído, aquellas que interpretaba -en ocasiones- para algunas visitas.

'Cada vez me interesaba más por la música pero al final la decisión de dedicarme al piano fue solo mía', aseveró la artista, quien cultivó sus aptitudes en los conservatorios Manuel Saumell, Alejandro García Caturla y Amadeo Roldán.

Fue en esta última escuela donde comenzaron a germinar las inquietudes por géneros y estilos musicales populares y contemporáneos, porque hasta ese momento había dedicado la mayor parte de su tiempo a la música clásica.

'En el Amadeo Roldán mi vida cambió completamente pues yo venía de una formación totalmente clásica (...) Allí me fui adentrando en el mundo del jazz', rememoró Leyanis, hija del célebre pianista de jazz, fundador del grupo Irakere y ganador de varios premios Grammy.

Antes de concluir sus estudios en este centro educativo solicitó una beca en Italia, donde se graduó en 2004 de la Universidad Superior de Música Clásica Lucas Marencia, en Milán.

'En Italia estuve cinco cinco años y trabajé mucho con mi abuelo Bebo Valdés', afirmó la instrumentista al recordar las extraordinarias experiencias con ese otro grande de las blancas y negras a nivel internacional, considerado una de las figuras centrales de la época dorada de la música cubana.

De acuerdo con Leyanis, estar cerca de su abuelo le permitió vislumbrar nuevos caminos para cambiar el curso musical de su vida.

Así -sin abandonar lo clásico- decidió emprender la carrera de músico popular y para ello comenzó a experimentar con la banda Cuban Jazz y el saxofonista nacional Michel Herrera.

CORREN NUEVOS TIEMPOS DE JAZZ

Con solo 34 años y exitosas presentaciones en Catar, Gran Caimán, España, Italia y Cuba, Leyanis ocupa la mayor parte de su tiempo en un fonograma con su hermano Jessie Valdés.

Bautizado con el nombre Valdés Brothers, el álbum contiene cinco temas del joven percusionista y tres de ella, y deviene material variado con aires jazzísticos muy frescos, según adelantó la pianista.

Si bien cada hermano tiene su proyecto individual, en esta ocasión reúnen talento y amor para dar vida a este disco producido por el sello discográfico Colibrí.

'Este es un disco instrumental muy variado. Ningún tema tiene que ver con otro, es como si las composiciones fueran de varias personas cuando en realidad solo son de mi hermano y mías', recalcó Leyanis en ameno diálogo con Prensa Latina.

Al respecto remarcó: 'Este álbum tiene mucho de la familia Valdés, yo pensé que iba a ser un poco más contemporáneo pero se ve que está bien fuerte la familia, cosas de mi abuelo y de mi padre'.

En el nuevo fonograma -previsto para ser presentado en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes el próximo diciembre- han colaborado varios músicos locales, entre ellos Alexander Abreu, Osaín del Monte, Yandi Martínez y Adonis Puentes.

Valdés Brothers tiene varios elementos singulares porque el estilo de los temas es muy personal, suena cubano pero con un toque universal por la capacidad de conmover a los amantes de la buena música de varias regiones del orbe, detalló la joven.

Desde una perspectiva fresca y renovadora, Leyanis defiende el latin jazz, mientras su hermano Jessie apuesta por el jazz contemporáneo fusionado con elementos de la música electrónica.

Ambos tienen espacios en clubes nocturnos de la capital como el Jazz Café y la Zorra y el Cuervo, y en la Fábrica de Arte Cubano, proyecto cultural creado por el músico y realizador X Alfonso.

Sobre las proyecciones futuras de trabajo Leyanis -para quien la música es todo en su vida- adelantó que participará en el festival de jazz de Trinidad y Tobago en octubre próximo.

* Periodista de la Redacción Cultural de Prensa Latina

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