Joel García - Foto: Frank Franklin II/ AP - Cubadebate - Río de Janeiro.- El cienfueguero Robeisy Ramírez (56 kg) se convirtió en el octavo boxeador cubano que abraza dos títulos olímpicos desde Munich 1972 y aseguró que espera muy pronto “disfrutar este oro con Renata (su hija) y mi pueblo porque ellos son los principales inspiradores de este triunfo”.


 

Tras vencer en la final por división dividida al joven estadounidense Shakur Stevenson, el pugilista antillano de 22 años accedió a conversar sin la presencia del reguetón o la música salsa, en medio de una alegría desbordada que hizo a decenas de voluntarios en la sala de prensa solicitarle una y otra vez fotos y autógrafos.

¿Qué comentario te merece esta final y el rival que tuviste, a quien nunca te habías enfrentado?

“Fue un combate fuerte. Es un boxeador con buenos recursos y por su juventud (19 años) tiene casi la misma trayectoria mía cuando tenía esa edad. Ganó su campeonato nacional juvenil y llegó aquí hasta la final, lo cual también hice yo en Londres 2012.

“Salí a hacer mi boxeo, a partir de lo que me indicaron desde la esquina: trabajar en la distancia suya, que es la larga y hacer que él trabajara menos efectivo que yo. Llegué al tercer asalto con la pareja empatada, pero salí a darlo todo y la victoria se concretó”.

Bicampeón olímpico en boxeo tenemos seis contigo ahora, mientras Stevenson y Savón acumulan tres doradas. ¿Has pensado ya que pudieras llegar por tu edad a tres y hasta cuatro?

“Desde que inicié mi carrera en Londres los entrenadores pensaron en esa escalera de oro, pero ahora lo que me queda es seguir trabajando. Ya comenzó el conteo de cuatro años hasta Tokío 2020 y espero llegar en la misma forma que ahora. El secreto está en trabajar día a día y ojalá que pueda hacer historia como esos grandes que mencionas”.

No empezaste bien el ciclo, pero lo terminas en la cima. ¿Cuántas cosas pasaron por la mente al escucharte vencedor?. Te vimos muy emocionado también en la premiación.

“Es una alegría muy grande. Esta medalla muchos la esperaban porque sabían que podía, pero otros no tenían confianza. En este ciclo no estuve bien porque me sancionaron, estuve lesionado, fui el último en clasificar para los Juegos, pero lo importante es que aquí está la segunda medalla olímpica de Robeisy.

“Pensé en mucha gente, en mis padres, mi hermana, mi novia, mi suegra, y sobre todo en mi hija Renata, a quien será la primera que vea cuando llegue. También en mi abuelo, que está enfermo y que por un momento pensé que no podría llegar a verme, así como a mi difunto suegro, que falleció en octubre del pasado año y me apoyó siempre e insistía en levantarme todas las mañanas para entrenar”.

Minutos después de la derrota, Stevenson declaró que quería volver a pelear contigo, pero en el boxeo profesional. ¿Qué respondes al reto?

“No creo que ocurra algo muy diferente, pero por lo pronto no será posible porque él piensa pasar al boxeo profesional y sé que este aval de plata olímpica le vale mucho. Es un joven que promete mucho, pero si pasa a ese nivel entonces no nos veremos, en cambio si sigue en el boxeo amateur es posible que volvamos a enfrentarnos en otras competencias. Arriba del ring se dice siempre la última palabra, aunque pienso de antemano volver a ganar yo”.

Cuéntanos algo de la conversación con Floyd Mayweather, el más grande boxeador profesional de los últimos años.

“Me le acerqué en el Pabellón de la instalación cuando estaba viendo las pelas para pedirle una foto y me alegró que él dijera que le gustaba mi boxeo, que había visto con anterioridad mi pelea con el indio. Me dijo que siguiera trabajando fuerte, que podía ser grande como lo fui en Londres. Y ya ves, tenía razón”.

Ahora toca el turno del descanso para celebrar…

“Estoy loco por disfrutar esta “disfrutar este oro con Renata y mi pueblo porque ellos son los principales inspiradores de este triunfo.

No pensaba llegar a Rio en la forma deportivo en que estoy, tras la sanción y la lesión. Me ayudaron a salir del mal momento que tuve mi familia, mi novia, mis amigos y mis entrenadores, por eso a todos les agradeceré siempre, porque en esos momentos es cuando salen los verdaderos amigos”.

Se te dan de maravilla los Juegos Olímpicos, ¿y la deuda de los mundiales?

“Es cierto, me falta un título mundial, pero espero obtenerlo el año próximo. No me atormenta no tenerlo ahora porque en el mundo pocos tienen dos oros olímpicos. Pero llegará, seguro que llegará”.

Con un extraordinario carisma para enfrentar cada conferencia de prensa, el cienfueguero es hoy uno de los deportistas más felices de Cuba, al aportar la medalla número 36 de este deporte en citas olímpicas, minutos antes de que su compañero de equipo y de cuarto, Arlen López (75 kg) cerrara con broche de oro el penúltimo cartel de este viril deporte.

Arlen López: “Jamás podré olvidar Río de Janeiro”

Joel García

Río de Janeiro.– Uno de los boxeadores más seguro al título olímpico en la selección cubana era el guantanamero Arlen López (75 kg), quien este 20 de agosto aportó el quinto oro de nuestra delegación en esta cita, a la cual le unirá siempre un recuerdo especial.

“Jamás podré olvidar Río de Janeiro”, fueron sus primeras palabras agitadas tras vencer por decisión unánime al uzbeco Bektemir Melikuziev. Para muchos, es el pugilista de más progreso en el cuatrienio 2013-2016, con oro centroamericano y del Caribe, panamericano, mundial y ahora olímpico.

Cuando llegó a la sala de prensa conquistó fácil la atención de todos, pues junto al doble monarca olímpico, Robeisy Ramírez (con quien compartió cuarto en la Villa Olímpica), dieron una muestra de sencillez al responder todas las preguntas realizadas y tirarse fotos con periodistas, voluntarios y los aficionados que lograron colarse en el recinto.

Años perfectos

“En dos años he logrado los títulos más preciados: mundial y olímpico. Y en los cuatro años alcancé todos los títulos de la AIBA que podemos aspirar, pues también fui monarca de la Serie Mundial. He logrado en poco tiempo lo que muchos deportistas no han podido en toda su carrera deportiva. Y eso me hace un boxeador feliz”.

Pelear en las tres distancias

“En estos momentos cualquier distancia me sirve porque soy el campeón olímpico. Con cada boxeador empleé el plan táctico más aconsejable de acuerdo al estudio que hicimos de los contrarios y las indicaciones de la esquina. Cuando entré en la corta saqué ventaja, cuando iba a la media nadie me tocaba y en la larga me movía con soltura. Así lo hice también en la final”.

Presión para ser campeón

“Sí, estábamos presionados todos porque en los Juegos Olímpicos puede ocurrir cualquier cosa, desde una derrota inaceptable por cualquier motivo hasta un boxeador que te da más guerra de lo previsto. Nosotros (se refiere a Robeisy y él) siempre supimos mantener enfocado nuestra pensamiento en la medalla. Hablábamos todos los días en el cuarto de eso y por eso festejamos juntos. Cuando entramos en la semana de la discusión de las medallas teníamos coordinado el horario para dormir, almorzar y entrenar juntos. Hicimos la promesa de ganar las dos y aquí están”.

Entrada de boxeadores profesionales

“Los cubanos estamos preparados para cualquier cosa. Ellos vinieron a buscar medallas como nosotros. Cuando supimos de su entrada sabíamos que enfrentaríamos a otro tipo de boxeadores, acostumbrados a otro ritmo de trabajo y con mucha calidad. Eso nos hizo pensar que teníamos que estar mejores preparados. Quizás nos favoreció el reglamento de tres asaltos en lugar de 8 0 12, pero demostramos nuestra calidad e impusimos respeto”.

El moñito

(Se ríe). “No, no es ninguna superstición. Solo quería cambiar el look y que el público viera algo diferente. Desde la última Serie Mundial siempre salgo con este moñito y la gente me identifica muy bien. Forma parte del espectáculo”.

Tengo la suerte de contar con un equipo de entrenadores y del colectivo en general que me profesan gran amistad.

Tres oros de Cuba

“Lo más importante es que superamos el medallero que obtuvimos en Londres (2-0-2). Y lo hicimos con dignidad, preparación y concentración al máximo. Fue muy importante el apoyo que nos dieron todos los que confiaron en el boxeo y en que íbamos a ser campeones olímpicos, sin importar las decisiones de los árbitros que perjudicaron a alguno de nuestros compañeros. Cumplimos con nuestros entrenadores y con la delegación”.

Primer pensamiento

“Mi primer pensamiento fue para mi mamá, Reina Cardona Bonne, porque esto es el principal regalo que le podía dar. Sé que ella lo esperaba, pero estaba muy nerviosa. Soy el hijo más pequeño y sé que debes estar muy contenta. También pensé en Fidel, principal inspirador del deporte cubano y en ese pueblo que esperaba tanto de nosotros. Y cumplimos”.

Después de Río: releamos la sabiduría

La comitiva que representó a Cuba en Río, se ha ganado el aplauso de su pueblo. Ha finalizado en el lugar 18 de 206 Comités Olímpicos Na­cio­nales

Oscar Sánchez Serra, Enviado especial de Granma

RÍO DE JANEIRO.—Releo el periódico del 25 de agosto del 2008 y fijo la vista en Para el honor, medalla de oro, reflexión escrita el día 24 por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz. Lo hago cada vez que pretendo hacer un análisis del deporte. Aquel texto nació justamente de la observación de unos Juegos Olímpicos como los que concluyeron ayer aquí.

Voy a repetir, porque así lo siento y lo viví en esta ciudad, lo que se reflejó hace ocho años: “Los atletas cubanos que compitieron en Beijing (y ahora en Río de Janeiro) y en vez de oro trajeron plata, bronce o un lugar destacado en las competencias, tienen un enorme mérito como representantes del deporte amateur que dio origen al resurgimiento del movimiento olímpico. Son ejemplos insuperables en el mundo”.

Pero para adentrarnos en el examen de los Juegos es preciso también recordar de la misma entrega periodística de Fidel que “No vivimos hoy las mismas circunstancias de la época en que llegamos a ocupar relativamente pronto el primer lugar del mundo en medallas de oro por habitante, y por supuesto que eso no volverá a repetirse”.

En otras palabras, hay que enfrentarse a una lid como la olímpica, con esa objetividad para comprender la magnitud del reto y actuar en correspondencia o lo que es lo mismo, con audacia, inteligencia y realismo, atributos contenidos en una de las frases del concepto de Revolución del mismo autor, el 1ro. de mayo del 2000.

Asistimos a Río de Janeiro en 18 deportes y obtuvimos premios en cuatro, solo el 20 %. Fueron inscritos 124 atletas y 11 alcanzaron el podio de premiación, menos del 10 %. Los números son fríos, no recogen los esfuerzos y las pruebas de entrega sin límites, pero sí dan la medida de una actuación que, a nuestro juicio, queda por debajo de sus potencialidades y de las perspectivas que mostraban.

Once fue el total de medallas conquistadas, tres menos que en Londres 2012 (5-3-6), y por debajo en 13 de las alcanzadas en Beijing 2008 (2-11-11), aunque en preseas doradas se supera la de hace ocho años e iguala la anterior edición. En cuanto a posición en el tablero de premiados, en la urbe asiática la comitiva antillana salió en el 28, en la europea en el 16 y en la sudamericana en el 18.

Fue sensato plantearse un escaño entre los 20 primeros países en el medallero. Esa presencia continúa siendo una hazaña y hoy es más ajustable a las condiciones en que se desarrolla el movimiento deportivo cubano y del mundo. Sin embargo, hubo un cisma entre esa cota y lo que opinaban varios federativos del país o comisionados nacionales de no pocos deportes. Los encuentros previos de los periodistas y esas autoridades, desarrollados con cada disciplina por más de una semana en el Instituto Internacional de Periodismo José Martí, en La Habana, a fines de junio, se llenaron de medallas, que en Río de Janeiro jamás aparecieron.

Y no se conquistaron no porque faltó el esfuerzo del deportista, sino porque se midió mal o se confundieron los deseos con la realidad. No existió ese realismo con el que hay que auscultar los escenarios y cuando eso falta nos quedamos sin saber lo que necesitamos para acometer la misión.

Estuvimos en presencia de los Juegos más difíciles de la historia en la lucha por los podios. Solo unos pocos datos bastarían para ilustrar esa consideración. Estos son los primeros con 60 o más países medallistas de oro y en los que más naciones se fueron reconocidas con laureles, un total de 87.

Por otro lado, la ausencia de Rusia en varias disciplinas del programa competitivo abrió las probabilidades de muchos y en consecuencia posibilidades no tenidas en cuenta impactaron en el tablero de metales. Una mirada encima del mundo a la distribución de las preseas dejar ver con crudeza la batalla: Europa se llevó el 47 % del botín, América el 22 y Asia el 21, mientras Oceanía y África, solo el 5. Mientras, se sacaron de las lides de estos XXXI Juegos 65 récords olímpicos y 19 mundiales.

Si bien ponderamos la cosecha en esta urbe, hay que alejarse del conformismo para observar que tenemos las potencialidades de superar lo alcanzado. Ya habíamos hablado de jerarquizar las prioridades, y eso se lee en poner los escasos recursos donde más dividendos aportan, con una identificación temprana de las fortalezas y oportunidades. Hoy, no hay dudas, ellas están en los deportes de combate, entiéndase boxeo, lucha, judo y taekwondo.

Se hizo un trabajo especial con ellos, han afirmado las autoridades del Inder, y es cierto, pero creo que el énfasis ha de ponerse en el futuro en los sistemas clasificatorios de estos deportes, en los que el judo y el taekwondo, por ejemplo, se quedaron muy cortos, cargando un pesado lastre en los organigramas, pues abrieron en muchas ocasiones frente a los mejores de las categorías.

De la misma manera hay que evaluar con rigor la participación aquí de atletas que sabíamos que no iban aportar nada, pese a que lo dieran todo. Y habrá que tener máximo rigor al analizar el comportamiento del atletismo, el cual llegó a Río con 43 atletas (el 36 % de la comitiva) y se va como el más ineficiente de toda la delegación. Hace un par de años le comenté a nuestro primer medallista olímpico en la era revolucionaria, Enrique Figuerola (plata en Tokio 1964, en 100 metros) que si teníamos más de 10 000 escuelas primarias por qué no desarrollábamos festivales de velocidad en ellas. Allí están los niños, que son lo más importante. No esperaba una respuesta del Fígaro, pero concordamos cuando nos preguntamos ¿y qué hace el profesor de educación física? Él tiene en sus manos a los talentos.

Volvamos entonces al 24 de agosto y recordar que “…nos hemos dormido sobre los laureles. Seamos honestos y reconozcámoslo todos”. Y: “Revisemos cada disciplina, cada recurso humano y material que dedicamos al deporte. Debemos ser profundos en los análisis, aplicar nuevas ideas, conceptos y conocimientos. Distinguir entre lo que se hace por la salud de los ciudadanos y lo que se hace por la necesidad de competir y divulgar este instrumento de bienestar y de salud”.

El deporte es un proceso eminentemente pedagógico en cualquiera de sus expresiones, incluyendo la de la alta competencia. En consecuencia, en él es imprescindible la comunicación fluida con ese sujeto a quien le vamos a demandar una gran conquista. Para decirlo más claro, cuando se trabaja con hombres o mujeres, no con máquinas, hay que estar siempre al lado, escuchándolos o como se lee en aquella reflexión “Hagamos por ellos lo que esté a nuestro alcance”.

Con sus deudas, porque como dice el colega de Bohemia, Dayán García, quienes aquí nos emocionaron con sus triunfos o aquellos con los que sufrimos sus reveses, son humanos, creo que la comitiva que representó a Cuba en Río, se ha ganado el aplauso de su pueblo. Ha finalizado en el lugar 18 de 206 Comités Olímpicos Na­cio­nales. ¿Recuerdan a la Canadá de los Juegos Panamericanos, imbatible en To­ronto hace solo un año? Pues aquí alcanzó el último cupo de las dos decenas delanteras, es decir el puesto 20. Eso solo ilustra la ardua batalla librada.

El atletismo quedó como gran deudor

En el caso de la delegación cubana —41 atletas al restar las bajas de Dayron Robles y Pedro Pablo Pichardo—, muy pocos fueron los que dejaron un sabor agradable

Enrique Montesinos, enviado especial

RÍO DE JANEIRO.—Las actuaciones del relevo varonil de 4x400 metros planos en la noche sabatina y del maratonista Richer Pérez en la mañana dominical hicieron olvidar de mo­mento las desdichas del atletismo cubano en los Juegos Olímpicos Río 2016.

No es que hayan obtenido medallas. Agradan las subidas al podio. Es verdad. Pero no lo son todo en el deporte competitivo. A veces se hace el máximo posible o más allá y las medallas no llegan. Pero queda la satisfacción.

En el caso de la delegación cubana —41 atletas al restar las bajas de Dayron Robles y Pedro Pablo Pichardo—, muy pocos fueron los que dejaron un sabor agradable. Ni siquiera marchó conforme la única medallista, la bronceada Denia Caballero, quien como muestra de dignidad deportiva reconoció su culpabilidad en no lanzar el disco sobre los planificados 67 metros o más.

Una laureada a montones como Yarisley Silva y menciono solo las más importantes: subcampeona olímpica 2012, mo­narca mundial bajo techo 2014, monarca mundial al aire libre 2015, recordista de la Liga de Diamante con 4.84 este año, tan cerca como en junio pasado, admitió que tuvo un mal día al no poder con 4.70 y aceptar un séptimo puesto compartido.

Los pupilos del técnico Gabino Arzola en las pruebas múltiples sí pudieron sacar la cara. Y ninguno obtuvo medalla.

Yorgelis Rodríguez séptima con récord nacional en el heptatlón y Leonel Suárez sexto en decatlón con el mejor total después de su bronce de Londres.

Igual, los discípulos de Eloína Kerr mostraron todo su esfuerzo, como Yoandys Lescay, que ni llegó a la final, pero se le vio dejar alma y corazón en la pista con la mejor carrera individual de su vida. Luego volvió a sobresalir con sus compañeros del relevo William Collazo, Adrián Chacón y Osmaidel Pellicier, firmantes de un sexto lugar con el cuarto registro cubano de todos los tiempos y la segunda mejor actuación olímpica después del metal plateado alcanzado en Barcelona 1992 cuando corrían estelares como Roberto Her­nández y Norberto Téllez, y delante del séptimo lugar de Montreal 1976 impulsado por Alberto Juan­to­rena.

En la clasificación hicieron su mejor marca del año pegada a los tres minutos y ya eso hubiera bastado para una despedida aceptable. Pero al clasificar por los azares del destino (descalificados dos relevos importantes), prometieron mejorar y lo cumplieron.

Lázaro Martínez llegó a la final del triple y sin embargo el octavo lugar nunca recibió el brillo de un salto efectivo. Ni acercarse a los 17 metros pudo. Menos Ernesto Revé, que ni clasificó. Y la escuela cubana tiene un sobrado prestigio que está obligada a defender siempre, como él mismo lo ha hecho anteriormente, pues tiene nada menos que tres títulos mundiales por edades, uno sub 18 y dos sub 20 años.

Richer Pérez luchó y luchó durante 42 kilómetros y 195 metros, quedó en el lugar 46 (entre 155 que tomaron la partida) con un tiempo en el entorno de sus mejores resultados (dos horas, 18 minutos, cinco segundos) y sin embargo, dejó un mejor ambiente porque ningún cubano jamás corrió tan rápido bajo los cinco aros y el lugar ocupado es el más destacado de los últimos 40 años y el segundo histórico, después del 33 de Rigoberto Mendoza en Montreal 1976, sin corredores de África.

Presenciamos en Río una faena olímpica decepcionante del atletismo. La más pobre de toda la etapa del deporte revolucionario. Por medallas, hasta en Tokio 1964 fue conquistada una de plata por Enrique Figuerola, frente al solitario bronce de Denia Caballero ahora.

Por puntos apenas se sumaron 16.5 y ese total solo supera únicamente a los 11 de la misma cita japonesa. Desde Ciudad México hasta la fecha siempre hubo más. ¿Qué pasó? Es lo que tendrán que definir las autoridades y técnicos de este emocionante deporte.

Cuba-Rio 2016: El buque tocó puerto seguro a puño limpio

Escrito por Pablo Iglesias, especial para Cubasí

Se escuchó el tema de Alexander Abreu y Havana de primera dos veces en el Pabellón seis de Ríocentro. Luego, en par de ocasiones, el himno nacional hizo acto de presencia.

Los responsables de colmar el sábado de orgullo y enrumbar el llamado buque insignia a puerto seguro fueron los boxeadores Robeisy Ramírez (56 kg) y Arlen López (75).

De su confianza, jabs, opers y swines certeros, se fraguaron oros, el segundo y tercero para el pugilismo antillano, luego de que el capitán de la armada, Julio César La Cruz, rompiera el hielo el jueves.

El primero en defender la casta de nuestra escuela fue el cienfueguero Ramírez, dispuesto a demostrar su condición de titular en ese excelso escenario en Londres 2012. Robeisy sacó ventaja, propiciando intercambios y apostando a su mayor dominio técnico en la media y corta distancia sobre el estadounidense Shakur Stevenson.

Con la delantera, aflojó un tanto en el segundo parcial y con el pleito igualado a 19 la escena y el suspense estaban listos para el tercer acto crucial. Entonces Robeisy sacó su versión de rey, forzó desde el campanazo, buscó más y vulneró la defensa de su contrario, que encontró en los sucesivos agarres y un sistema de pelea visiblemente desordenado sus principales e insuficientes argumentos.

El veredicto no se hizo esperar, pese a una dudosa votación dividida 29-28, 29-28, 28-29. Robeisy coronó sus puños por segunda ocasión bajo los cinco aros antes de cumplir los 23 años.

Con la varilla alta y las motivaciones al límite escaló al ring Arlen López. Su batalla se antojaba un remake de la final del Mundial de Doha, Catar, el pasado año, cuando Arlen doblegó al uzbeco Mektemir Melikunzev un contrario de 20 abriles, pero sumamente fogoso y fajador. Arlen manejó el desafío todo el tiempo boxeando a la zurda. Melikunzev se cuidó mucho de esa mano prohibida del guantanamero de 23 abriles, sin embargo Arlen logró burlar su defensa con la diestra, conectando jabs, opers y swines, esencialmente en la corta distancia.

La pelea no tuvo respiro. Ambos púgiles conscientes de que les iba la vida en el veredicto, apelaron a todo su arsenal para acariciar la gloria. Hubo instantes de espera agónica cuando el campanazo final selló el duelo. Sin embargo toda Cuba se sabía airosa, pese a que nuevamente los imparciales cerraron el marcador por 30-27, 29-28, 29-28. Arlen redimió a una categoría de peso que careció de representante en la capital británica, y colocó en ruta perfecta al trío de boxeadores cubanos que accedieron a la final.

Recordemos que ya algunos encargados de impartir justicia en la lid boxística de suelo carioca fueron expulsados por amañar veredictos. De cualquier manera la sentencia airosa era inobjetable.

La Mayor de las Antillas concluyó en la ciudad Maravillosa con balance de 22 victorias y siete derrotas, tres títulos y otros tantos bronces, para comandar de forma inobjetable el torneo de la disciplina. Rusia (1-0-1), Uzbekistán (1-0-1), Kazajstán (1-0-1) y Brasil (1-0-0) son las otras naciones que han podido aferrarse a una corona, aún cuando restan tres divisiones por encontrar ases.

No es el tiempo de Stevenson, Ángel herrera, Orlandito Martínez, Emilio Correa y compañía. Tampoco el de Savón, Balado, Maikro, Casamayor, Vinent, Ariel Hernández.Pero de que la escuela cubana de boxeo se mantiene como un horcón inexpugnable, no cabe duda. Habrá que hacer análisis, sopesar la permanencia de primeras figuras en algunas divisiones.

Ahora es tiempo de festejar los títulos y el hecho de haber igualado la cantidad de vellocinos que se obtuvieron de manera global en la ciudad del Big-Ben.

Honorable sexto lugar para canoa biplaza: Lo hicimos bien, pero no se pudo

Joel García

Río de Janeiro.- Cuando se entrega todo y el deportista queda sin más reservas físicas porque la gastó en la competencia, un sexto lugar olímpico significa honor y vergüenza deportiva, tal y como lo vimos este sábado en el binomio Serguei Torres- Fernando Dayán, durante la final del C-2 a 1000 metros.

La regata comenzó exactamente a las 9:22 de la mañana en el lago Rodrigo de Freitas y los antillanos rápidamente cumplieron su táctica: flotar en el grupo de punteros y tratar de rematar al final para buscar una presea. “Lo hicimos todo bien, no faltó nada. Sacamos más del 100 por ciento, pero no se pudo”, declaró Serguei todavía agitado y con lágrimas en los ojos de frustración y dolor.

Sin buscar justificación para lo sucedido en los últimos 250 metros del evento – hasta ese momento habían sido terceros y cuartos en los tramos intermedios-, el espirituano explicó que las condiciones del tiempo tampoco lo ayudaron, pues batía un fuerte aire en contra.

Al ser ellos los canoístas de menos peso corporal y más pequeños de estatura de la prueba, tal inclemencia perjudicó su rendimiento. “

“En la semifinal y la eliminatoria el aire estaba de espaldas y sacamos provecho, pero ese el deporte. Luchamos hasta donde pudimos, a pesar de que se me volvió a negar esta medalla”, dijo Serguei, único piragüista con tres finales olímpicas seguidas, en las que suma noveno lugar Beijing 2008 y sexto en Londres 2012.

Tan o más consternado de dolor estaba el joven Fernando Dayán, quien cumplirá 18 años el venidero mes de diciembre y debutó en citas cuatrienales con Diploma Olímpico, pero sobre todo mostró un talento potencial para aspirar a nuevos éxitos. “Solo puedo decir que lo dimos todo y que vamos a seguir”, hilvanó entre el aliento de los colegas de la prensa y su entrenador Yosniel Domínguez.

Precisamente el preparador tuvo palabras de elogio para el desempeño de sus muchachos y valoró que este nuevo bote, formado tras la derrota del C-2 en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 unió la juventud de Fernando con la experiencia de Serguei en busca de un resultado como este.

“El objetivo era estar en la final A, pero al ver la clasificatoria y la semifinal pensamos en un poco más, en una medalla, aunque fuera de bronce. Es cierto que tuvimos la adversidad del aire, pero estamos contentos porque aquí enfrentamos embarcaciones de calidad, ganadoras de campeonatos y Copas mundiales”, apuntó.

Alemania, Brasil y Ucrania, los tres primeros lugares ahora, por ese orden, volvieron a ratificarse en la élite de este deporte, mientras Cuba se mantuvo en la vanguardia en una especialidad que desde Barcelona 1992 no ha dejado de estar en finales olímpicas, con la excepción de Atlanta 1996, y acumula dos preseas de plata en Sydney 2000 (Ibrahim Rojas- Leobaldo Pereira) y Atenas 2004 (Ibrahim Rojas- Ledi Frank Balceiro).

“En los últimos años no se había logrado verdaderamente sincronizar dos atletas que pudieran aportar un gran resultado. Serguei había remado con otros compañeros, pero este bote de ahora es el ideal para darnos alegría y no verlos llorando como hoy”, reafirmó el entrenador.

En los rostros de Serguei y Fernando seguían los sollozos y las lágrimas. Apagamos la grabadora y el saludo apretado le llegó de los pocos cubanos que fuimos a aplaudirlo por este sexto lugar olímpico, que tanto ellos, como nosotros, nunca olvidaremos.

Cuba
Foto: Enrique González (Enro)/ Cubadebate - Videos: Canal Caribe / TV Cubana y Cubavisión Internacional....
Durante la ceremonia inaugural de os 60 Juegos Escolares Nacionales, celebrado en el Coliseo de la Ciudad Deportiva el 1 de julio de 2024 en La Habana, Cuba. Foto: Calixto N. Llanes/Periódico JIT....
JIT.- «Tiempo de vencer», el tema musical que acompañará a #Cuba en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de #Paris2024. Gracias a Christopher Simpson & Elevación, a la Egrem, al Icaic y al cineasta Ro...
Lo último
La Columna
Aplicado alumno
Gerardo Moyá Noguera*.- Dice Última Hora diario que más de 100 personas han sido ejecutadas en lo que va de año 2024, en el reino de Arabia Saudí. ¿Y si se tratara de Cuba? En Cuba, país dónde e...
La Revista