Ángel Bravo - Cubainformación.- Escuchar hablar a Raúl Castro en la XVII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) es volver a escuchar las ideas libertarias, independentistas, internacionalistas y socialistas que defiende Cuba desde el triunfo de su Revolución en 1959. Se engañan quienes creen que la nación caribeña ha cambiado, a propósito de la normalización de las relaciones diplomáticas con Estados Unidos, iniciado el 17 de diciembre de 2014.


 

Todo empezó cuando el 2006 por razones de salud Fidel delegó sus responsabilidades al frente de Cuba a su hermano Raúl, entonces los ilusos que llevaban varias décadas pronosticando la inminente caída de la Revolución, creían que esta vez sí sería de verdad; que esta vez su mismo hermano se encargaría de encabezar la “perestroika y la glasnost” al estilo cubano. Fueron varios meses en los que se desató una enorme bacanal ideológica en los medios comerciales del imperio.

Presentaban a Fidel como el ortodoxo y duro; él era el triste y sombrío pasado de Cuba, mientras que Raúl era calificado de reformista, práctico y flexible; él era la esperanza de la Isla. El imperio ducho en mentir y en dividir -según las investigaciones de sus servicios secretos-, aseguraba que habría desavenencias entre ambos. Había llegado la hora añorada.

Incluso, muchos que decían ser de “izquierda”, simpatizantes y admiradores de la Revolución cubana, pero desinformados (a estos Fidel les diría "No les pedimos que crean, les pedimos que lean”), lamentaban los cambios anunciados por la prensa comercial, creyendo que el capitalismo llegaba a la mayor de las Antillas. Raúl Castro nunca había anunciado nada de eso.

Dos años después (el 2008), en una histórica sesión, la Asamblea Nacional de Cuba lo eligió como sucesor de Fidel en la presidencia del país. Sus palabras fueron: "Asumo la responsabilidad que se me encomienda con la convicción de que, como he afirmado muchas veces, el Comandante en Jefe de la Revolución cubana es uno solo. Fidel es Fidel, todos lo sabemos bien." Y para que no les quedara ninguna duda a quienes creían que con Raúl la Revolución tendría otro rumbo -distanciándose de las directrices de Fidel-, el nuevo Presidente de Cuba, lo expresó con prestancia: "Solicito en esta Asamblea, como órgano supremo del poder en el Estado, que las decisiones de especial trascendencia para el futuro de la nación, sobre todo las vinculadas con la defensa, la política exterior y el desarrollo económico del país, me permita continuar consultándolas al líder de la Revolución, el compañero Fidel Castro Ruz."

La Revolución cubana cumplirá sesenta años el 2019, pero sus enemigos -también sus amigos- no terminan de entenderla; no han comprendido ni su naturaleza ni su esencia. Cuba no es un país donde la Revolución se hizo por decreto o por capricho de algún puñado de iluminados, si así hubiera sido, hace mucho tiempo que hubiera implosionado. Como lo ha dicho Fidel muchas veces, en Cuba, la Revolución la forjó el pueblo en auténtica y heroica lucha. Por eso es un pueblo identificado totalmente con su patria; ama y defiende lo que ha conquistado; es una nación llena de dignidad y de coraje. De lo contrario, ¿cómo habría resistido por más de cincuenta años el criminal bloqueo comercial, económico y financiero impuesto salvajemente por Washington?

La pasada semana en Isla Margarita, Raúl en su discurso no se guardó nada, y le dijo al mundo que Cuba “reafirma su incondicional respaldo al gobierno y pueblo venezolanos”; que rechaza “enérgicamente el golpe de Estado parlamentario-judicial en Brasil contra la presidenta Dilma Rousseff”; que “la hermana Colombia tendrá todo el apoyo de Cuba para avanzar en el difícil camino de la implementación del Acuerdo y la consolidación de la Paz justa y duradera que merece su pueblo”; que confía en que “el pueblo de la República Árabe Siria será capaz de resolver sus diferencias por sí mismo, sin injerencias externas dirigidas a promover un cambio de régimen”; que es inaceptable “que todavía el pueblo palestino continúe siendo víctima de la ocupación y la violencia, y que la potencia ocupante siga impidiendo la creación de un Estado palestino independiente con Jerusalén Oriental como su capital”; que se requiere la acción de la comunidad internacional porque “todos los intentos de garantizar la autodeterminación del sufrido pueblo saharaui se han frustrado”; que es solidaria “con la histórica demanda del pueblo puertorriqueño en pro de su autodeterminación e independencia”; que respalda al “reclamo de la República Argentina sobre las islas Malvinas, Sandwich del Sur y Georgias del Sur.” Esa es la voz de Cuba en el concierto internacional de las naciones, ¿qué otro país o gobierno tiene autoridad histórica y moral para habar así?

En ese escenario Raúl ratificó la naturaleza de la Revolución cubana: “Ratificamos la voluntad de sostener relaciones de convivencia civilizada con Estados Unidos, pero Cuba no va a renunciar a uno solo de sus principios, ni a realizar concesiones inherentes a su soberanía e independencia. No va a ceder en la defensa de sus ideales revolucionarios y antiimperialistas, ni en el apoyo a la autodeterminación de los pueblos.”

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El MNOAL y los bramidos de la oposición venezolana

Ángel Bravo.- La gran prensa trató en estos días de atenuar el valor de la XVII Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL) en isla de Margarita, Venezuela, en donde precisamente este país asumió la presidencia del foro hasta el año 2019.

Para esos medios comerciales tuvo más importancia los insultos entre los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos, “modelo de la democracia”, que la Cumbre donde participaron más de cien países miembros y otros observadores. Más aún cuando el anfitrión fue el gobierno de Venezuela. Como estamos en tiempos de “enjuiciamiento” a Nicolás Maduro, dirigido desde Washington, que repite la receta de demonizar hoy, para justificar un golpe mañana, entonces no es difícil entender ese comportamiento de la prensa.

Pero si se ve la Cumbre desde la perspectiva de quienes resisten, entonces ésta se convirtió en antípodas al hegemonismo imperial, y es eso lo que la derecha quiso evitar y ocultar.

Que el “infierno venezolano” haya podido albergar y atender a cerca de 150 delegaciones oficiales de jefes de Estado y Cancilleres, habla muy bien de la capacidad organizativa del ejecutivo de Nicolás Maduro. La República Bolivariana de Venezuela que vive una furibunda guerra mediática desatada por la derecha desde hace varios años, se convertirá hasta el 2019 en el epicentro internacional del equilibrio geopolítico; pasó del oscurantismo y linchamiento mediático al protagonismo anti hegemónico.

Los líderes de esa lúgubre mal llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD), caracterizada por apetitos personales, enfrentamiento de intereses, rechazo total a los principios democráticos y pacíficos, antro de rufianes que lo que menos les interesa es el bienestar del pueblo, fueron los primeros en emitir sus bramidos, contra la realización de la Cumbre.

El reto para estos amantes de la violencia fue ¿cómo impedir que el segundo organismo más grande del mundo, después de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), que cuenta con 120 países miembros, 17 observadores y 10 organizaciones observadoras, se haga presente en territorio venezolano y compruebe que en la tierra de Bolívar no hay ninguna crisis humanitaria, nadie se está muriendo de hambre, hay absoluta libertad de prensa, se respetan los derechos humanos y la gente vive pacíficamente, excepto cuando la oposición organiza sus “guarimbas” para subvertir el orden social?

Una vez más la derecha mostró lo ignorante y bruta que es; individuos que presumen de dirigentes, como Henrique Capriles y Henry Ramos Allup, aullaron irresponsablemente por las redes sociales (Twitter) tratando de crear pánico, pero lo que lograron fue auto-infringirse otra derrota, porque nadie acató lo que pidieron.

Los llamados de Capriles fueron dos: 1) “A medios internacionales, nos encontramos sitiados por bandas armadas del Gobierno de Maduro en Aeropuerto de Margarita, sede Cumbre NOAL”. 2) “A embajadores países NOAL transmitan a sus gobiernos que el aeropuerto sede de la Cumbre permiten sitiarlo por bandas armadas”.

Los de Ramos Allup fueron tres mensajes: 1) “Los no alineados vienen todos alineados en la misma comparsa. Si no fuera así el régimen no los hubiese invitado con todos los gastos pagos”. 2) “¿Cuánto costará nuestro arruinado país sarao y qué régimen quiere montar Margarita para lavarse el rostro ante el mundo? Pueblo tocará cacerolas”. 3) “Por mucho que parapeten Margarita para la Cumbre, no van a poder disimular que han convertido Venezuela en un pudridero una tragedia para todos”.

¡Ridículos! ¡Así quieren dirigir un país!

Una vez más en la tierra de Simón Bolívar cientos de Jefes de Estado reafirmaron el derecho a la autodeterminación de los pueblos y rechazaron las acciones colonialistas e injerencistas del imperialismo norteamericano. Y uno de los compromisos prioritarios del MNOAL será la búsqueda de acciones para la "democratización" del sistema de Naciones Unidas, así como la ampliación de su Consejo de Seguridad.

La República Bolivariana de Venezuela al tener hoy la presidencia del MNOAL ha sumado una victoria diplomática a la Revolución Chavista. Esta Cumbre ha sido un golpe contra los intentos de la derecha internacional encabezada por la Casa Blanca para aislar políticamente a esa nación.

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