Cubadebate - Foto: Cable Noticias, Colombia / vía Twitter - Video: teleSUR.- A las 11:20 am (hora local, 12:20 en Cuba) de este domingo llegó a Cartagena de Indias, Colombia, el presidente cubano Raúl Castro, quien encabezará la delegación cubana presente en el acto de firma del Acuerdo Final para la Terminación del Conflicto Armado.


Raúl es el segundo jefe de Estado y fue recibido por la Vice Canciller Colombiana, Patty Londoño; el Director de Protocolo de la Cancillería, comandante Ramirez; el Embajador de Cuba en Colombia, José Luís Gonce; el Canciller de Cuba, Bruno Rodríguez y el historiador, Eusebio Leal.

El primero en llegar fue el presidente de Costa Rica, Luís Guillermo Solís.

Este es el horario de llegada de algunas de las principales personalidades que asistirán al histórico acto de este lunes, divulgada por la Presidencia. Se esperaba, según la hora de Colombia, a:

  • 12:00 Presidente de México, Enrique Peña Nieto
  • 12:40 residente del Salvador, Salvador Sánchez
  • 3:30 Rey Emérito de España, don Juan Carlos
  • 3:55 Ex presidente de Uruguay, José Pepe Mujica
  • 4:00 Ex secretario general de la ONU, Kofi Annan

La paz se firmará a las 5:00 pm (hora local), de lunes.

Según la misma fuente este domingo esperan a los presidentes de Guatemala, Jimmy Morales; Bolivia, Evo Morales; Brasil, Michel Temer; Paraguay, Horacio Cartes; República Dominicana, Danilo Medina; Argentina, Mauricio Macri; Panamá, Juan Carlos Varela; Chile, Michelle Bachelet; Ecuador, Rafael Correa, y de Venezuela, Nicolás Maduro.

También estarán 27 cancilleres –incluido el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry– y los expresidentes Ernesto Zedillo (México) y Felipe González (España).

La cita tiene como antecedente la X Conferencia de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) cuando sus integrantes ratificaron el pacto del pasado 24 de agosto divulgado en Cuba, mediante el cual el Ejecutivo y esa guerrilla decidieron concluir más de 50 años de confrontación bélica.

A la rúbrica formal del trascendental convenio le seguirá el plebiscito, previsto para el 2 de octubre, a través del cual los ciudadanos deberán validar el conjunto de consensos alcanzados en la capital cubana, sede durante casi cuatro años de las conversaciones entre ambas partes.

La ceremonia protocolar para suscribir el llamado Acuerdo Final tendrá como testigos a delegados de los países garantes de las ya finalizadas pláticas pacificadoras (Cuba y Noruega) y de los acompañantes (Venezuela y Chile), así como al máximo representante de la ONU, organismo que supervisará el cese el fuego bilateral y la dejación de las armas o desarme de los insurgentes.

Cartagena: el inicio de una nueva era de paz

Asiste Raúl a la firma del Acuerdo Final para la terminación del histórico conflicto

Yaima Puig Meneses - Granma

CARTAGENA DE INDIAS, Colombia.-Minutos después del mediodía de este domingo –hora de Cuba- llegó a esta ciudad caribeña el General de Ejército Raúl Castro Ruz, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, para participar en los actos que se celebrarán hoy en ocasión de la firma del Acuerdo Final entre el Gobierno colombiano y las FARC-EPpara la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera.

En el aeropuerto Rafael Núñez, el mandatario cubano fue recibido por la viceministra de Relaciones Exteriores, Patricia Londoño, quien manifestó sentirse honrada al poder dar la bienvenida a Raúl y expresó su “infinita gratitud con Cuba por todos los esfuerzos, por haber hospedado las negociaciones y conversaciones durante los últimos años”.

La delegación cubana está integrada, además, por Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores; Eusebio Leal Spengler, historiador de la ciudad de La Habana; José Luis Ponce Caraballo, embajador en Colombia; así como otros funcionarios del gobierno y la cancillería, muchos de los cuales actuaron en diferentes momentos como garantes en la Mesa de Conversaciones.

Desde su posición como garante en este histórico proceso, cuyos primeros pasos se dieron casi cuatro años atrás en La Habana, Cuba ha contribuido al mismo, convencida de la importancia de lograr una paz definitiva en la hermana nación de Colombia, y tributar así al compromiso de nuestra región de erigirse como Zona de Paz.

Según fuentes de la cancillería cubana, para el mediodía de este lunes se ha previsto una ceremonia religiosa ofrecida por el Presidente Juan Manuel Santos, en la iglesia San Pedro Claver, ubicada en el centro histórico.

En horas de la tarde tendrá lugar el acto protocolar de firma de los acuerdos de Paz, en la explanada de San Francisco, del Centro de Convenciones Cartagena de Indias, a los cuales habían confirmado su asistencia alrededor de 16 jefes de Estado o de Gobierno; igualmente, acudirán representantes de organismos internacionales y cancilleres de diferentes países.

Canciller Bruno Rodríguez ya está en Cartagena para firma de la paz

Cubadebate.- El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla ya está en Cartagena para la firma este lunes de la paz entre el Gobierno colombiano y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP), ciudad a la que también llegó el canciller de Noruega, Børge Brende, el otro país garante del proceso de paz.

A su llegada al aeropuerto local, Brende felicitó al presidente Juan Manuel Santos y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) por este histórico acuerdo: “Felicitaciones al presidente Santos y también a las FARC por llegar a este histórico acuerdo. Pueden contar también con el apoyo de Noruega en los años que vienen”, dijo.

En Cartagena ya están además el presidente colombiano Juan Manuel Santos y el jefe máximo de las FARC-EP, Rodrigo Londoño, “Timochenko”; mientras que el presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, fue el primero en arribar.

Como Solís, otros 15 mandatarios participarán en el trascendental evento a efectuarse este lunes; por lo que se espera que el aeropuerto Rafael Núñez esté custodiado por un mínimo de 1.500 agentes de seguridad, quienes también resguardarán los hoteles de las zonas aledañas, donde van a estar hospedados las distintas delegaciones.

“Paremos esta guerra ya”, es uno de los mensajes que se muestran en la ciudad, donde firmarán el acuerdo de paz.

Bajo férreas medidas de seguridad, Timochenko y más de 30 jefes de las FARC-EP ya se encuentran en un sitio secreto en las afueras de Cartagena, a la espera del histórico momento.

A territorio colombiano también arribaron los cancilleres de Paraguay, Eladio Loizaga, y de España, José Manuel García-Margallo.

En los diálogos entre las partes en conflicto, los Gobiernos de Noruega y de Cuba actuaron como garantes del proceso de paz, mientras que Chile y Venezuela hicieron lo propio en calidad de acompañantes.

El acuerdo de paz deberá ser refrendado por el pueblo colombiano en un plebiscito convocado para el próximo 2 de octubre.

(Con información de TelesurTV)

La Causa Justa de la Paz y la Unidad

Javier Calderón Castillo / CELAG

Piedad Córdoba, es una de las mujeres más destacadas de la política colombiana. En medio de su agitada agenda nos permitió conversar sobre muchos temas de la actualidad colombiana, más que una entrevista, fue un diálogo reflexivo y con el cuidado que el momento político requiere. La ex senadora y luchadora por la paz habló con nosotros de sus perspectivas sobre los tiempos por venir en Colombia. En esta intensa conversación, en amenizado por un desayuno porteño, nos habló sobre muchos temas e inquietudes, que relatamos en forma sintética para las y los lectores.

Piedad, expresa de manera clara y certera sus reflexiones trascendental Tratado de Paz entre el Estado colombiano y las FARC-EP; con realismo anuncia los riesgos que visualiza para impedir su implementación; envía mensajes para seguir adelante con las transformaciones en medio de la coyuntura actual en Latinoamérica y empieza a dibujar el escenario posible de la construcción de una alternativa política en el futuro próximo del país; además al final responde lo que mucha gente se está preguntando ¿será candidata presidencia en el 2018?

Piedad, como conocedora del proceso de paz desde sus inicios y en medio de los cambios regresivos que vive la región, ¿cómo ves el contexto internacional para la implementación de los acuerdos de paz que se firmarán el próximo 26 de septiembre?

Aunque en los últimos años se hayan presentado cambios significativos en la región debido a los avances de las fuerzas de derecha, aún sobreviven los proyectos alternativos como Ecuador, Venezuela, Bolivia, países que han tenido mucho que ver con el proceso de paz y que siempre abogaron por una salida política al conflicto colombiano. El papel que desempeñarán en la implementación será crucial, porque como quedó acordado la CELAC hará parte de la comisión de verificación de la entrega de armas y posterior reincorporación de las FARC. Además, muchas organizaciones de izquierda de estos países han expresado su disponibilidad para garantizar que los acuerdos se cumplan. Esto quiere decir que el movimiento social y popular colombiano contará con este apoyo en las luchas posteriores a la firma. Así que creo que el contexto internacional y los proyectos alternativos serán claves para la implementación y al mismo tiempo algunos aspectos de la implementación ayudarán a fortalecer la unidad latinoamericana, pues el conflicto armado colombiano ha sido plataforma estratégica para los planes de desestabilización de gobiernos alternativos de la región.

¿Qué riesgos puede tener la implementación de los acuerdos? y ¿cuál podría ser el papel de los procesos de cambio en Latinoamérica ante esos eventuales riesgos?

Entre los riesgos que puede tener la implementación considero que uno de los más graves es el fenómeno del paramilitarismo, pues con el antecedente del exterminio de la Unión Patriótica sabemos cuánto puede costar y retroceder un proceso de paz. Si el Estado no toma medidas políticas para contrarrestar el avance del fortalecimiento de este fenómeno, el punto tres sobre la terminación del conflicto estaría en evidente peligro y por ende los otros puntos acordados también. Otro peligro nefasto para la implementación es que lo sustancial del Acuerdo Final lo incumpla el estado colombiano y si esto llegará a suceder el papel de la izquierda latinoamericana radica en la solidaridad que podamos tejer para lograr fortalecer la lucha del movimiento social y popular colombiano de exigir el cumplimiento de los acuerdos.

Existen voces en el mundo que ven como menor el acuerdo alcanzado, son voces desde algún sector de la izquierda colombiana e internacional que viene minimizando los alcances del tratado de la Habana, ¿cuál es tu opinión sobre la importancia del acuerdo de paz para Colombia y para los proyectos transformadores latinoamericanos?

Si comparamos las causas y efectos del conflicto armado colombiano con los acuerdos firmados en la Habana, nos damos cuenta que son algo tímidos frente a esta magnitud. Sin embargo, tenemos que reconocer que el Acuerdo Final es el punto de partida para la construcción de La Paz en nuestro país y que después de tantos años de guerra esto es histórico y, en consecuencia, este Acuerdo le otorga herramientas al país para transitar hacia los cambios necesarios. Hay un aspecto del Acuerdo Final que me parece que es el más importante para los proyectos latinoamericanos alternativos y es la transformación de las FARC en partido o movimiento político, ya que además de ampliar el espectro político del país, le dará un impulso al movimiento social y popular colombiano, para posicionarse como una fuerza política con posibilidades de ser poder y gobierno. Esto sin duda aportaría a la unidad latinoamericana y al fortalecimiento de los proyectos alternativos ya existentes.

El ELN ha emitido un comunicado público diferenciándose de los acuerdos de paz con las FARC, por lo cual se siente muy distante el desarrollo del proceso de paz Gobierno-ELN pactado para iniciarse el 30 de marzo, ¿cómo ves que se pueda avanzar o destrabar ese proceso de paz con el ELN?; ¿qué puede pasar si no inicia ese proceso?

Creo que el escenario de implementación del Acuerdo Final puede ser una gran oportunidad para que el gobierno y el ELN establezcan la mesa de negociación. Si esto no sucede, se puede convertir en un obstáculo para poder llevar a cabo lo acordado en la Habana, pues la confrontación militar entre estos dos actores podría poner en peligro las Zonas Veredales de Normalización, lugares donde se va a llevar a cabo la entrega de armas para la reincorporación de las FARC. Ojalá el gobierno y el ELN entiendan esto y sumen sus voluntades para continuar avanzando hacia La Paz.

Con el escenario de paz que se avecina: ¿cuál puede ser el proyecto político alternativo que se construya en Colombia?, ¿cómo piensas que las FARC van a ayudar en un proyecto alternativo amplio?

Con la reincorporación de las FARC, las posibilidades para el fortalecimiento del movimiento social y popular colombiano son variadas, pues no podemos olvidar que el origen de esta insurgencia es político y ha logrado un acumulado de lucha que le dará otros matices a los escenarios políticos, para lograr no sólo la exigencia de la implementación, sino las demás reformas que no se trataron en los acuerdos y que son urgentes para la consolidación de La Paz en nuestro país.

En el 2017 inicia la campaña presidencial para suceder a Santos, y hay un tema que mucha gente se está preguntando: ¿cómo ves el escenario electoral del 2018, para los sectores alternativos?; ¿cómo te ves en ese escenario, serás candidata presidencial?

El escenario electoral del 2018 va a tener un vario pinto de expresiones políticas y aunque logremos divisar algunas de ellas, ese escenario es ahora muy incierto, sin embargo considero que hoy más que nunca la izquierda debe forjar una verdadera unidad, ya que estará en juego la consolidación de La Paz y en este sentido, debemos insistir en lo que nos une y olvidarnos de los asuntos que nos separan, así que mi candidatura dependerá de las discusiones y los espacios que las fuerzas de izquierda generemos para tomar la decisión más favorable sobre nuestro derrotero, La Paz.

(Tomado de Celag)

Colombia: las víctimas reencarnan en árboles

Cuando se acerca el plebiscito del 2 de octubre en que el pueblo votará sobre el fin de la guerra, el «Bosque de la paz» es una iniciativa que reforesta la tierra y recuerda de manera personalizada a más de ocho millones de víctimas...

Enrique Milanés León - Cubahora

Santos sembró un arrayán y una Angélica en una misma postura, porque con ese árbol, resistente "como han sido las víctimas en este país".

  • Diálogos o negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y las FARC-EP: Conversaciones que se están llevando a cabo entre el Gobierno de Colombia (en representación del Estado) y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. Estos diálogos tuvieron lugar en Oslo, Noruega y en la actualidad se desarrollan en La Habana, Cuba. Su objetivo, según el gobierno, es la terminación del conflicto; según las FARC, el buscar la paz con justicia social por medio del diálogo. También se le conoce como proceso de paz en Colombia

Para muchos, dejarán de llamarse acacio, canalete, encenillo, achiote, cachimbo, cañaguate, carreto… y serán conocidos como Santiago, Valentina, Sebastián, Valeria, Nicolás, Enmanuel, Juliana… Millones de árboles comunes adquirirán nombres humanos y las personas que ellos evoquen retoñarán —más acá del secuestro, la tortura y hasta la muerte— en la tierra aliviada de Colombia.

El «Bosque de la paz», la iniciativa de la ONG «Saving the Amazon» dirigida a recordar a las víctimas que han dejado cinco décadas de guerra en Colombia, busca fomentar al mismo tiempo la reforestación y la memoria, únicas maneras en que podemos estar mejor plantados en el mundo.

La cifra enluta los ojos más áridos: 8 millones 131 mil vigas apagadas, languidecidas, marcadas con el látigo de la pena o desplazadas del sitio donde despertó su semilla es suficiente dolor para pararlo ahora mismo, de modo que el plebiscito que el 2 de octubre preguntará a los colombianos: «¿Apoya usted el acuerdo final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz estable y duradera?», debería tener unánime respuesta afirmativa.

Sea o no así —porque campaña a favor y en contra no ha faltado— lo importante es que alrededor de la consulta hasta los árboles se van a pronunciar.

Involucradas en el proyecto, las comunidades indígenas colombianas —solo en el departamento selvático del Vaupés, que inauguró este programa, hay 218 de ellas—, conocedoras del idilio secreto entre la tierra y las plantas, seleccionan qué árbol se siembra en cada sitio y cuidan de él, como de un niño humano, por 36 meses, para asegurarse de que sus raíces se abracen firme a la vida.

La idea busca rehabilitar tierras degradadas, así, como en otro frente se pretende animar pechos desolados por tanta angustia. Es que, en Colombia y en cualquier parte, humanos y árboles somos lo mismo: hijos de la naturaleza, si bien los primeros tenemos una responsabilidad ajena a los segundos.

Por ello es muy esperanzador que ex combatientes colombianos ya trabajen en la recuperación de su naturaleza, realmente privilegiada por la alta concentración de especies que atesora en la misma selva que contra su voluntad ha cobijado los frutos amargos del sufrimiento.

Hace poco, en la ciudad de Mitú, en el sureste del país, el presidente Santos participó en el fomento de un «Bosque de la paz» y, tras colocar la plantica en el surco, dijo hacerlo «para que nunca más volvamos a repetir las atrocidades que este conflicto armado, que esta guerra, nos ha traído».

¿Sembró Santos un arrayán o una Angélica? Plantó ambos, en una misma postura, porque con ese árbol, resistente «como han sido las víctimas en este país», el presidente recordaba a Angélica Bello, la heroica mujer que padeció hasta su muerte el paramilitarismo y que ahora, probablemente, tendrá en su patria otra oportunidad de vida en la naturaleza, sin violación ni violencia.

Los colombianos tendrán boletas para decidir pero, desde hace mucho, en sus hojas de verde pacífico, los árboles de ese país envían un mensaje natural para que el Gobierno, las guerrillas y los paramilitares detengan una guerra que,  a las balas, nunca tendrá ganador.

Más de 260 mil muertos, de 45 mil desaparecidos y de 6,9 millones de desplazados en un país que ha vivido en el sobresalto constante dicen a las claras que los árboles de Colombia tienen la razón.

Así como Daniela, Mateo, Marina o Arturo pueden integrar el largo folio de los caídos, la caoba, el cedro, el abarco, el palo rosa y el canelo de los andaquíes —todos valiosísimos— se han reducido en estos años a su mínima expresión en los bosques naturales. Como el cese al fuego que requieren las personas, hace falta para los árboles una veda de corte indiscriminado: su no violencia, su paz.

Ahora vale más que nunca que los colombianos se abracen en torno a la palma de cera del Quindío, su árbol nacional, un símbolo que puede conjugar en su altísimo tronco tanto las viejas cicatrices por restañar como los frutos de la reconciliación plena.

El «Bosque de la paz» no es una idea romántica separada de la gente. Lo saben muy bien los indígenas del Vaupés. Según su tradición, uno puede morir dos veces: cuando deja de respirar y cuando ya nadie pronuncia su nombre. Ellos estarán satisfechos porque, más que a firmar la paz, Colombia se apresta a revertir, en árboles vigorosos, la caída de sus hijos.

Cuba
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