Después del huracán salió el sol y toda Cuba se mudó a Baracoa, Imías, San Antonio del Sur, Maisí... Toda Cuba está desde entonces pendiente de la recuperación, y son muchos los que desde acá y allá buscan cómo ayudar y extienden su mano solidaria.


Juventud Rebelde.- La furia de la naturaleza ha puesto a prueba nuevamente la resistencia y solidaridad características de los cubanos, en especial esta vez la de los habitantes del oriente. Amanecer trágico fue el del 5 de octubre, cuando las primeras luces del día mostraban un panorama desolador y la gente volvía a su pedacito para ver cuánto había quedado.

Y lo que vieron arrancó lágrimas: viviendas destruidas, pertenencias ahogadas en agua, cultivos devastados... Pero quedaba la vida, y el sol volvió a salir, cálido, abrazador, como la misma Revolución que los abrigó a todos en sitio seguro mientras duraba la tormenta.

Salió el sol y toda Cuba se mudó a Baracoa, Imías, San Antonio del Sur, Maisí... Toda Cuba está desde entonces pendiente de la recuperación, y son muchos los que desde acá y allá buscan cómo ayudar, y extienden su mano solidaria para, sobre los escombros, reconstruirlo todo y devolver el esplendor, como ya pasó varias veces en Pinar del Río y otras tantas en Artemisa y la Isla de la Juventud.

En ese empeño de devolver la esperanza a los habitantes del oriente, se destacan los 254 trabajadores de la unidad empresarial de base (UEB) Fábrica de Fibrocemento Mario Hechavarría López, en Artemisa, quienes desde bien temprano redoblan esfuerzos en la fabricación de las tejas para reponer los techos de las familias afectadas.

Desde el pasado viernes en vagones de tren, partió el primer envío con 18 000 tejas; el domingo 9, otro con 27 600, y el lunes 10 esperaban para una nueva carga, pues antes del fenómeno atmosférico ya contaban con unas 130 000 tejas en inventario, precisó María de las Mercedes Darboys, la directora.

Este colectivo Vanguardia Nacional ya tiene experiencia de situaciones similares y, aunque había cumplido el plan del año y se preparaba para dar mantenimiento, asumió el emergente desafío.

Según declaró Leonel Salgado Sánchez, jefe del Taller de fibrocemento, ahora los trabajadores tienen el compromiso interno de producir entre 4 500 y 5 000 unidades diarias. «Todo el personal está dispuesto a trabajar y hacer lo necesario para ayudar a los guantanameros. Ese es nuestro granito de arena».

De ese modo, octubre y noviembre serán entonces de jornadas de duro trabajo en esta entidad, y también de satisfacción. Saben que tienden un puente de solidaridad entre Artemisa y Guantánamo, y ayudan a que muchos hogares vuelvan a tener el techo que les arrancó Matthew.

Vientos solidarios en el yayabo

Una brigada de reparación de conductoras partió a inicios de esta semana desde Sancti Spíritus rumbo a Baracoa, para apoyar las acciones de recuperación ante los múltiples daños ocasionados por el huracán Matthew.

De acuerdo con Fredesmán Jiménez Bravo, máximo responsable de la Dirección Provincial de Acueducto y Alcantarillado en la provincia espirituana, con anterioridad habían partido hacia el oriente equipos que laboran en la distribución de agua en pipa.

«Conocemos que son jornadas intensas y de mucho esfuerzo, pero vamos conscientes de que hoy esa es la prioridad de Cuba, ya que somos un solo país, y cuando una región necesita ayuda el resto tiene que incorporarse», acotó.

Igualmente, desde Sancti Spíritus se auxilia a la región más oriental de la Isla con el envío de tejas de barro, provenientes de la Empresa Productora de Materiales de la Construcción del Poder Popular y de artesanos asociados a la filial yayabera del Fondo Cubano de Bienes Culturales.

Datos ofrecidos por la Empresa Productora confirman que se enviarán mensualmente entre 18 000 y 20 000 tejas de las llamadas francesas, las cuales se hacen solo en Trinidad, y 5 000 criollas.

Además, los creadores del patio aportaron 1 770 losas de piso, ventanas, puertas, papeleras y bancos de aluminio y 10 200 tejas criollas artesanales.

Tras varios días de labores, se conoció que el centenar de trabajadores de la Empresa Eléctrica Provincial de Sancti Spíritus, junto a sus homólogos de Camagüey y Santiago de Cuba, restablecieron el servicio eléctrico de 33 Kv y ultimaban detalles en los circuitos de distribución del municipio de San Antonio del Sur.

Está previsto que trabajen, además, en Imías y Baracoa, y solo retornarán a predios espirituanos cuando en todas las zonas afectadas se reponga el servicio eléctrico.

Tejas tuneras también llegarán al guaso

Para los trabajadores de la unidad empresarial de base Francisco Paco Cabrera (Metunas), el término solidaridad no tiene una connotación abstracta. Su colectivo asume ese sentimiento que enaltece a los seres humanos cada vez que la furia de los vientos golpea con saña una comarca cubana.

Esta vez, al igual que ocurre en Artemisa y Sancti Spíritus, los talleres de Metunas, habituales proveedores de materiales para el Programa Nacional de la Vivienda, trabajan a toda máquina en el propósito de hacerles llegar a las comunidades guantanameras golpeadas por el huracán Matthew tejas de acero galvanizado para la rehabilitación de sus viviendas dañadas.

«Nos hemos propuesto terminar 3 500 módulos de tejas cuando concluya el presente mes de octubre», asegura el ingeniero Randy Estévez Carcacés, director de Producción de la empresa. «Ya comenzaron a despacharse en rastras hacia los municipios más afectados. Es nuestra contribución solidaria ante esta tragedia».

Se trata de tejas galvanizadas de alta calidad del llamado acero 500. Si su colocación se realiza como lo indican las normas técnicas, pueden tener una vida útil superior a los 20 años y soportar vientos de hasta 250 kilómetros por hora. Ya han sido probadas con positivos resultados en otros sitios, expresa el directivo.

La entidad tunera también fabrica y despacha los denominados purling, elementos longitudinales metálicos sobre los cuales se instalan las tejas de acero para las cubiertas. Además de agilizar este proceso técnico, garantizan mayor durabilidad.

En dependencia de la disponibilidad de materia prima, Metunas puede incrementar la producción de estos importantes elementos para la rehabilitación de las viviendas guantanameras, pues su infraestructura técnica se encuentra en perfecto estado.

 

Vientos de recuperación en la agricultura maisiense

Golpeado con inusitada fortaleza por el huracán Matthew, el sector agropecuario en Maisí comienza a restañar los daños, con el apoyo de otras provincias

Jorge Luis Merencio Cautín - Ortelio González Martínez - Ángel Freddy Pérez Cabrera - Granma.- Después de bregar cuesta arriba alrededor de media hora, bajo la lluvia y en un zigzag impuesto por los árboles derribados por Matthew, que son incontables en el municipio, escuchamos a lo lejos el sonido de las motosierras.

¡Por allá están! Se alegró jadeante José M. Correa, el fotógrafo de compañía, e indicó con su índice derecho hacia el noroeste del campamento El Rosquito, próximo a la comunidad Los Arados.

Minutos después, orientados por el peculiar ruido, y el de las hachas y machetes al golpear los árboles, dimos con lo que vehementemente buscábamos: las dos brigadas de trabajadores forestales granmenses, iniciadoras de la recuperación del café en Maisí, renglón básico en la economía del asolado municipio y del cual dependen buena parte de las familias.

Ambos colectivos llegaron en la noche del domingo con la misión específica de liberar a las plantaciones cafetaleras de los árboles derribados sobre ellas. Bastó la primera media jornada de labor para avalar la experiencia y consagración de estos 21 trabajadores, pertenecientes a las empresas agroforestales Batalla de Guisa y Ataque a Bueycito. En ese corto periodo recuperaron una hectárea en fomento en la finca de Wílder Tuz Abad.

Vamos a estar aquí el tiempo que sea necesario, pues los daños al cultivo son colosales y su recuperación requiere tiempo y mucho trabajo, es la afirmación que resume el sentir de Alexánder Es­pinosa Aguilar y Alexánder Tamayo Martínez, al frente de esas cuadrillas.

Observen la cantidad de árboles que ya hemos troceado y separado de las plantaciones de café, las cuales no se veían al ser aplastadas por aquellos. Como ven, ya se definen bien las carrileras de un fomento de unos tres años, coincidieron en afirmar ambos ingenieros agrónomos.

«Vinimos a Maisí conociendo que íbamos a trabajar duro, en condiciones de vida difíciles y por el tiempo que haga falta.

Por eso, cuando ustedes llegaron (se refiere al equipo periodístico), nos vieron laborando bajo lluvia», relata Yuniel Suárez Moreno, operador de motosierra.

Decidido como Yuniel, y el resto de ambas brigadas, también está Rey Elías González, quien motosierra en mano aseguró que bajo cualquier circunstancia cumplirán con la tarea asignada. «Nos compulsa el ejemplo de los maisienses, mu­chos de los cuales prácticamente lo han perdido todo y no se desmoronan, por su optimismo y confianza en la Revolución».

Tuz Abad, por su parte, valoró la ayuda que recibe como una bendición y estimó en varios años el esfuerzo que tendría que hacer para recuperar su finca él solo. «Con estos hombres- máquinas que me han traído, espero que en unos días mis 2,5 hectáreas de café de nuevo estén echando pa’ lante».

Daños agrícolas

Los vientos y las lluvias de Matthew destruyeron en su totalidad, prácticamente, a la agricultura maisiense.  De café afectaron las 4 940 hectáreas existentes, de ellas 1 197 renovadas en los últimos cuatro años; ocasionaron la pérdida de las 86 000 latas que existían en las plantaciones y de 150 000 posturas en viveros.

También dañaron decenas de toneladas del grano ya beneficiado, destruyeron el techo de las siete despulpadoras existentes y de los centros de beneficio seco ubicados en Punta de Maisí y Punta Caleta, reseña Danny Matos Bravet, director general de la Empresa Agroforestal en el municipio.

Asimismo, fueron perjudicadas las 570 hectáreas de cacao, perdida toda la producción prevista para la zafra chica (unas 20 toneladas) y mojadas otras 25 toneladas al desaparecer el techo en los almacenes donde se protegían, incluso con mantas.

El daño del huracán a la floresta también fue colosal, por el derribo de miles de árboles, incluyendo cocoteros, cítricos y otros frutales. Bien difícil es percibir hoy en Maisí un árbol con hojas.

Y si los vientos fueron capaces de derribar cocoteros, palmeras, poderosos júpiters, júcaros y algarrobos, qué pudo ser del plátano, segundo cultivo más importante en el municipio, a partir de las extensas áreas intercaladas con el cafeto.

Dicho de otro modo, en toda la geografía maisiense hoy es casi que imposible ver un tallo de plátano en pie.

Estrategia de recuperación

En los casos del café y el cacao hemos concebido iniciar la recuperación por las áreas con plantaciones en desarrollo, es decir, por las que tienen entre un año y cuatro de plantadas. Las posturas que subsistieron de los embates del fenómeno climatológico se destinarán a la resiembra de esas áreas, informó el director general de la Empresa Agroforestal.

«Después centraremos el esfuerzo en el rescate de las plantas adultas menos afectadas. Las que recibieron daños mayores y las que rebasen 20 años en producción serán renovadas».

Para acometer esas tareas —amplía Danny— disponemos hasta el momento de seis brigadas procedentes de San­tiago de Cuba y Granma, equipadas con motosierras y otras herramientas. A ellas se suman dos del municipio. Ca­fetales de Cantillo, Santa Martha, La Máquina, Los Arados y Ver­tientes son por el momento sus escenarios de trabajo.

Aseguró el director que esperaban el arribo del primer cargamento de tejas para reparar las instalaciones perjudicadas, con inicio en los campamentos del Ejército Juvenil del Trabajo y los mercados agropecuarios y puntos de venta.

Desde hace varias jornadas se trata en los secaderos el grano afectado por las lluvias, afirmó Matos Bravet para informar que se solicitó al país fertilizantes, herbicidas y otros insumos con el fin de destinarlos a la recuperación de las áreas de café y cacao, y aseveró que han entrado al municipio herramientas para tal empeño como hachas, motosierras, machetes, limas, picos y palas.

Para resarcir en parte la escasez de plátano se diseñó un plan emergente de siembra de cultivos varios de ciclo corto, como calabaza, boniato y hortalizas. Otras acciones en la etapa recuperativa tienen que ver con la terminación del aserradero de Santa Martha, para junto a otras unidades de ese tipo aprovechar la madera tumbada por Matthew, comentó finalmente el dirigente agrícola.

Evidentemente, el sector agropecuario maisiense demanda de un huracán de trabajo, de pensamiento, acciones y recursos para reparar los colosales daños provocados por Matthew. En ese empeño ya soplan los primeros vientos.

 

Reiniciará el curso escolar la próxima semana en Baracoa

Las clases comenzarán en los centros con condiciones para ello, al tiempo que continúa aceleradamente el proceso de recuperación de los planteles afectados

Juventud Rebelde.- El curso escolar reiniciará en la Ciudad Primada la próxima semana, en los centros con condiciones para ello, al tiempo que continúa aceleradamente el proceso de recuperación de los planteles afectados por los vientos y las lluvias de Matthew, de acuerdo con una información publicada en el sitio digital de la emisora Radio Baracoa.

En una evaluación preliminar, se informó que de los 123 centros educacionales baracoenses 80 tienen afectaciones, entre ellos 15 escuelas con derrumbe total y 52 con daños parciales de techo.

Josefina Navarro Navarro, directora municipal del sector en este nororiental territorio guantanamero, dijo que el próximo día 17 reabrirán sus puertas 30 planteles: 21 de la Enseñanza primaria, cuatro en la secundaria, un preuniversitario, uno de la educación especial y tres círculos infantiles.

Las clases se impartirán a grados priorizados en media jornada diaria, para optimizar el uso de los locales disponibles y ofrecer oportunidades, en la medida de lo posible, a los distintos niveles de enseñanza.

En esos centros, metodólogos, directivos y otros trabajadores del sector higienizan y organizan para recibir a los alumnos y reanudar el curso escolar, detenido por la amenaza, primero, y los estragos del huracán Matthew, después.

Baracoa continúa hoy las labores de recuperación, tras el paso del huracán que dejó incontables afectaciones en su infraestructura económica y social.

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