Cubadebate - Video: Cubadebate.- Omara Portuondo y Plácido Domingo cantan “Quiéreme mucho”. Foto: Cubadebate


Una de las grandes exponentes de la cultura cubana, Omara Portuondo, sostuvo un encuentro informal en la tarde de este jueves, junto a otros reconocidos artistas cubanos con el tenor español, Plácido Domingo, quien llegó hoy a La Habana para un concierto único en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. Ambos artistas cantaron a dúo de forma improvisada el tema “Quiéreme mucho” de Gonzalo Roig.

“Que conste que mi debut (en Cuba) fue con usted”, le dijo Domingo a Portuondo, de 86 años, después de que ambos entonaran en improvisado dúo “Quiere mucho”, del cubano Gonzalo Roig, durante un agasajo que los artistas cubanos le organizaron al tenor español en un hotel de la Habana Vieja.

“Se apareció una gran artista, Omara Portuondo, y entonces cantamos (…) y ya fue mi debut en La Habana, pero el oficial será pasado mañana”, añadió Domingo después en rueda de prensa, refiriéndose al recital que dará la noche del sábado en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

El cantante español, quien llegó la noche del miércoles a la capital cubana, explicó que “hay muchas cosas (…) que son sorpresas” en el programa del recital “Placido Domingo le canta a Cuba”.

“Será un concierto muy variado, pero también nos quieren oír cantar ‘Cuando se quiere de veras’ (Quiéreme mucho), ‘Nosotros’, el repertorio de canciones cubanas, zarzuelas, operetas”, apuntó.

Los organizadores anunciaron que Domingo, de 75 años y posiblemente el cantante de ópera más célebre del mundo”, incluirá en su repertorio piezas antológicas de Roig y Ernesto Lecuona, dos de los compositores cubanos más importantes del siglo XX.

El artista español recordó cómo hace 28 años fue invitado a visitar Cuba por Alicia Alonso, una de las “grandes estrellas del ballet clásico” mundial, pero no pudo por la intensidad que tenía entonces su carrera.

Subrayó que desde niño, cuando estuvo dos días en la isla, mantuvo “la gran ilusión” de regresar La Habana, una ciudad “maravillosa”, y que ahora lo hizo con su esposa, hijos y nietos.

“Creo que estamos llegando al momento donde era indispensable venir, porque no sé cuánto tiempo más cantaré”, dijo Domingo, prometiendo volver a la isla “otra vez” para “cantar para toda La Habana”, pues su concierto en el Gran Teatro será por invitación.

El teatro, inaugurado en 1914 y uno de los principales atractivos de la capital cubana, tiene 1.500 butacas, de las cuales 530 fueron reservadas por el equipo de Domingo.

No obstante, los organizadores ya anunciaron que desplegarán varias pantallas gigantes y 2.000 sillas en las afueras del teatro a las cuales la población podrá acceder libremente.

Cubadebate ofrece a sus lectores la foto y el video de este histórico momento.

 

Plácido Domingo: quiero volver a cantar para el público cubano

ACN - Tomado de CubaSí.- Si el público queda satisfecho quiero volver a cantar para los cubanos, expresó hoy a la prensa el tenor español Plácido Domingo, quien ofrecerá un concierto el próximo sábado en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso.

Yo quería actuar para toda La Habana; la idea era realizar un recital en un espacio abierto cerca del Malecón, pero no se pudo, por lo que se pensó en este maravilloso lugar que, merecidamente, lleva el nombre de Alicia, comentó en conferencia de prensa.

Siempre tuve la ilusión de venir a la Isla y la emoción es doble pues me acompaña la extraordinaria soprano Ana María Martínez, mi hijo Álvaro Domingo, y el maestro Eugene Kohn, un colaborador con el que he trabajado por muchos años, afirmó.

Por supuesto la Orquesta Sinfónica Nacional estará con nosotros, esperamos hacer un gran concierto, en el que habrá muchas sorpresas, manifestó El rey de la ópera, como también se conoce al músico de 75 años.

En la presentación, explicó, interpretará un repertorio variado durante el cual hará un recorrido por la ópera, la opereta, la zarzuela y la canción.

Entre otros temas cantará Contigo en la distancia, la salida de Cecilia Valdés, la romanza de María La Ó, Aquellos ojos verdes, Bésame mucho y La malagueña.

Para el intérprete español, a quien acompaña gran parte de su familia, es emocionante volver al lugar que visitó junto a sus padres Plácido Domingo Ferrer y Pepita Embil cuando era pequeño.

Ya tuve mi debut en esta maravillosa ciudad, pues hace unas horas interpreté junto a Omara Portuondo el tema Quiéreme mucho, del compositor Gonzalo Roig, acotó.

Durante el concierto, pactado para las ocho y media de la noche, habrá pantallas y unas dos mil sillas en los exteriores del teatro.

Plácido Domingo es reconocido por la crítica especializada como uno de los grandes tenores de todos los tiempos, a lo largo de su carrera ha protagonizado unas cuatro mil puestas en escena y grabado centenares de discos.

Actualmente es director general de la Ópera Nacional de Washington y de la Ópera de Los Ángeles.

 

Un día Plácido en La Habana

Pedro de la Hoz - Granma.- Esta es una visita que debía a mi familia y a mí mismo, fueron las primeras palabras de Plácido Domingo en La Habana, poco antes de la medianoche del miércoles

«Esta es una visita que debía a mi familia y a mí mismo. Cuba es parte de mi biografía. Aquí mis padres cantaron y sé de muchas personas que siguen mi carrera. En mi repertorio no faltan autores de la isla; admiro a Lecuona, de Roig interpreto Quié­reme mucho… Ah, sí, No­sotros, de Pedro Junco, hermosa canción».

Primeras palabras de Plácido Domingo en La Habana, poco antes de la medianoche del miércoles. Acaba de descender de la nave aérea que lo trajo a la isla. Muestra excelente estado de ánimo para el anunciado concierto del sábado en la noche en el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso. El viceministro de Cultura, Abel Acosta, y Or­lando Vistel, el presidente del Insti­tuto Cubano de la Música, le dan la bienvenida.

Este cronista le incita a desatar la memoria al pronunciar un nombre, Pepita Embil (1918–1994): «Mi madre guardó muy buenos recuerdos de Cuba. Vino en octubre de 1947 con una compañía donde mi padre, barítono, también actuaba. Era la compañía de zarzuelas de Moreno Torroba. Luego regresó con un espectáculo que vi en México durante mi niñez y me impresionó mucho, Cabalgata. Entre sus amistades cubanas, espero saludar a una figura muy querida, Rosita Fornés».

Ayer jueves Plácido cumplió un sueño: visitar el teatro Martí, escenario donde Pepita, su progenitora, cautivó por última vez al público habanero en 1956, en una temporada con la compañía de Faustino García. Eusebio Leal explicó los trabajos de restauración del teatro. Plácido emocionado dijo a los nietos: «Vean ustedes, allí la mamá de abuelo cantó».

El tenor satisface su curiosidad por conocer sitios del centro histórico de la capital; dirige sus pasos a la plaza San Francisco, observa la sala de conciertos de la Basílica, contempla la Avenida del Puerto y el Paseo del Prado. Es saludado por el ministro de Cultura, Abel Prieto y el poeta Miguel Barnet, presidente de la Uneac. Omara Portuondo se le acerca y, en lugar de palabras brota la popular canción de Gonzalo Roig, a dúo, a capella; Plácido, voz prima; Omara, segunda. El musicólogo Jesús Gómez Cairo le obsequia reproducciones de programas de mano y fotos, atesorados por el Museo Nacional de la Música, testimonios de los éxitos de Pepita Embil en la escena cubana. Y un libro sobre Lecuona.

«Ella tuvo una magnífica relación artística y humana con Ernesto Lecuona —prosigue con los recuerdos—. En casa había partituras con su música y también obras de su hermana Ernestina».

También llevará de regreso un disco rescatado de los archivos de la Radio Cubana con la voz de Pepita en sus presentaciones habaneras.

Va al encuentro de Alicia Alonso en el teatro que lleva el nombre de la inmensa bailarina: «Muy justo el haberla honrado de ese modo. Es una artista increíble, para mí entre las cuatro o cinco figuras más grandes de la danza de todos los tiempos y alguien que ha dado lo mejor de sí para orgullo de Cuba».

De su cercanía con la danza otro suceso: el abrazo a Carlos Acosta. «Lo he visto bailar en Londres y es fantástico. Qué apropiada esa idea suya, con su nueva compañía, de fundir lo clásico con lo moderno en este Caribe».

A su llegada al Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso, el asedio de la prensa no se hace esperar. En pocos minutos ensayará con la Orquesta Sinfónica Nacional, y estarán presentes artistas de los colectivos lírico-musicales cubanos y estudiantes de canto.

Pero antes comparece brevemente ante los medios. Ulises Aqui­no evoca cómo hace 28 años fue portador de una invitación que le remitiera Alicia.

«Siempre quise venir —puntualiza— pero nunca hubo espacio en mi apretada agenda de trabajo. Hasta que me dije: ya no tengo 30 o 40 años, y no sé hasta cuando esté cantando. No puedo seguir dilatando el asunto. Mi hijo Álvaro, que lleva mi carrera, habló con Ulises y este facilitó los contactos con el Ministerio de Cultura, el Instituto Cubano de la Música y el Consejo Nacional de las Artes Escénicas».

«Hubiera querido —agregó— que el concierto fuera en un espacio abierto, pero esta época del año en Cuba es muy inestable en cuanto al estado del tiempo. Esta misma ­, de repente, llovió. Había pensado en el Malecón o en la plaza San Fran­cisco. Pero esta no será la despedida del público cubano. Si el público queda satisfecho con el concierto del sábado quiero volver, porque yo quiero cantar para toda La Habana».

Sobre el repertorio, apunta:

«Cada nueva experiencia es única, porque usted puede haberme escuchado en discos y videos, pero en vivo, frente a frente, no es lo mismo, y esta es una ocasión muy especial. Haré un recorrido por arias de óperas, romanzas de zarzuelas y canciones. Al frente de la Orquesta Sinfónica Nacional estará el maestro norteamericano Eugene Kohn; hemos trabajado juntos. Cuando supe que venía a Cuba invité a la soprano puertorriqueña Ana María Martínez Colón; de padre cubano e hija de una cantante, Evangelina Colón, con la que compartí escena».

Acerca de su tesitura, comenta:

«Desde el 2009 interpreto roles destinados a barítonos. Tomé la de­cisión para probarme y ante la disyuntiva de afrontar cómo continuar en la escena. No es ningún secreto que ya no puedo cantar muchos papeles de tenor tan fácilmente como cuando era joven. Daniel Barenboim me pidió asumir Simón Boccanegra, de Verdi, y resultó. Desde entonces he hecho unos cuantos papeles asignados a barítonos y me va bien».

En cuanto al apoyo a los jóvenes cantantes declara:

«Nunca cesaré de estimular el surgimiento de nuevas voces. Esa es la razón del programa Operalia. Hoy día en casi todas las grandes casas de ópera del mundo están en cartelera talentos premiados en ese certamen. Ana María, aquí presente, fue una de ellas».

Un augurio para la música cubana:

«Aquí la canción es pródiga y nada tiene que envidiar a creaciones de otras partes. Cuando los tres tenores incorporamos en nuestros conciertos la canción napolitana, esta alcanzó a nuevas audiencias. La canción cubana cuenta con piezas que se avienen a las voces de los tenores, como las de Lecuona. Eso sí, me gustaría que Cuba recuperara su liderazgo en la zarzuela. Mucho podría aportar».

Y una evocación:

«Poco antes de cumplir ocho años, de niño, con mi hermana, pasé dos días en La Habana, de viaje hacia México, donde mis padres se establecieron. Vivíamos en el buque Mar­qués de Comillas y visitamos la ciudad. Hoy redescubro esta ciudad ma­ravillosa y en­cuentro gente extraor­dinaria».

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