teleSUR.- La Caravana de homenaje que lleva consigo las cenizas del comandante Fidel Castro hacia Santiago de Cuba, recorrió Sancti Spíritus, en donde miles de ciudadanos le dieron el último adiós.


¡Vaya sacudida de la historia!

El homenaje y el cariño de todo el pueblo cubano al Comandante en Jefe Fidel Castro han estado presentes a lo largo del recorrido de la caravana que lleva sus restos mortales hacia su destino final, Santiago de Cuba

Susana Gómes Bugallo - Juventud Rebelde

«Si vine a recibirlo a La Habana en 1959, ¿cómo no voy a despedirlo hoy?», dijo aquella señora, y la piel de muchos de entre quienes escuchábamos sintió el impacto de sus palabras. Los de esta generación —aunque atestiguamos solo el viaje del adiós— sabemos que esta Caravana de la Victoria, que marcha a la inversa, implica otra bienvenida eterna, tal vez igual de trascendental por todo el compromiso que entraña.

Esta vez la gente no puede pensar en tocarlo, besarlo, abrazarlo, como hacían en aquel entonces para saber si era de verdad la leyenda que les había llegado desde la Sierra Maestra. Pero tampoco hay necesidad de comprobar tal certeza. Ya el pueblo sabe que Fidel los tocó a todos de una u otra forma. Y una bandera que se agita en el aire es suficiente saludo para el Comandante invicto.

Es miércoles 30 de noviembre. ¡Vaya sacudida de la historia!, han salido los hijos y nietos de quienes lo recibieron en aquel enero. Antes estuvieron ansiosos por verlo; hoy, nos sentimos ansiosos porque no podemos verlo. Pero mientras aquel día había más dudas que certezas, hoy no hay lugar para incertidumbres en cuanto a lo que significa Fidel, Revolución y socialismo. Solo falta seguir honrando tantos legados y desvelos para que cuando partamos, en la caravana victoriosa que a todos nos toca, el líder de los cubanos nos estreche la mano con orgullo.

Serán alrededor de mil kilómetros para llegar a Santa Ifigenia y sentarse junto al Apóstol, quizá a conversar sobre el país que ambos idearon y construyeron a su modo. Serán alrededor de mil kilómetros como aquella vez, pero los días andarán más rápido. Porque en 1959, aunque había que estar en La Habana lo más pronto posible, el pueblo detenía constantemente a Fidel. Y el recorrido demoró. Aquella vez Santiago lo dejaba ir. Hoy lo espera. Siente el orgullo de guardar para la inmortalidad a tantos grandes, aunque los grandes siempre están en todas partes.

En esta caravana de adioses también quisieran pararlo, conversar con él, que se tirara del yipi como solía hacer y se integrara a cualquier juego de pelota callejero o preguntara por algo esencial de cualquier pueblo. Pero no están las botas, no está el fango... solo hay rosas blancas, que es lo que se aviene a la ocasión, lo que se cultiva para los amigos sinceros. También está la bandera abrazando a su hijo. Y está la caja de cedro que, como caja al fin, siempre impresiona. Aunque ahora se trate de una caja repleta de fe y llena de todo el tiempo de los cedros.

Están también las cenizas, pero nunca me ha gustado esa palabra. Ahora me seduce menos. No está bien incluirla en la misma expresión en la que está Fidel. Pero ese tal vez sea un extremismo mío. Cada quien tiene sus modos de querer. Cada quien tiene sus modos de hablar. Cada quien tiene sus modos de sentir. Emplear este término tampoco significa que se quiera o se respete menos. Es solo cuestión de obsesiones.

De todos modos, Fidel viaja y eso es lo importante. Aunque preocupa a los fotógrafos la ausencia de su rostro, de su cuerpo, de su impactante presencia. No están sus gestos, y aunque somos seres espirituales, también necesitamos la materia.

Olvidando el modo, lo importante es que se transforma otra vez, y en su ruta a la inmortalidad cabe toda la espiritualidad que no podría dejar atrás. Los cubanos lo sabemos y lo acompañamos. Como si los símbolos que hemos sacado de nuestras casas no bastaran, también decimos adiós desde nuestras orillas. Y duele, como no dolió la travesía de aquel 1959. Aunque esta sea también una caravana de victorias, hay pequeñas enormes diferencias. Porque cada pueblo dice adiós a Fidel. Y el Comandante no responde. Sabe que están de más las despedidas, cuando lo esencial se queda y el rencuentro está asegurado.

¡Fidel!, ¡Fidel!.. Sancti Spíritus vibra con tu nombre, Comandante

ACN

Como a un padre, a un hermano, a un amigo, ha despedido hoy el pueblo de Sancti Spíritus al eterno líder de la Revolución cubana, una región que se desbordó de gente y cuyo espacio le quedó pequeño.

 

Como a un padre, a un hermano, a un amigo, ha despedido hoy el pueblo de Sancti Spíritus al eterno líder de la Revolución cubana, una región que se desbordó de gente y cuyo espacio le quedó pequeño a quienes con profundo sentir y un cariño tremendísimo vinieron a honrar al más grande de los revolucionarios.

A jurar lealtad ante las cenizas inmortales del Comandante en Jefe Fidel Castro llegó este jueves cada espirituano -vestido con los colores de las enseñas nacional y del Movimiento 26 de Julio-, en un territorio que por ser el del Mayor General Serafín Sánchez, el de Faustino Pérez, el de Alberto Delgado, el de Reemberto Abad y el de otros tantos mártires que dieron su vida por esta Cuba, también le pertenece al líder eterno.

Las manos no solo agitaron las banderas y las voces no solo aclamaron ¡Viva Fidel!, sino que los rostros se llenaron de tristeza y brotaron las lágrimas; mientras que cada revolucionario presente reafirmó con convicción seguir el legado del Guerrillero del Tiempo, de ese hombre que consagró su vida a la solidaridad y encabezó una Revolución socialista “de los humildes, por los humildes y para los humildes”.

No podía ser de otro modo, porque el temple de este terruño está forjado con sangre mambisa y rebelde y porque, además, Sancti Spíritus siempre honrará aquellas palabras de Fidel expresadas el 28 de septiembre de 1996 cuando dijo que esta provincia se ha destacado “… en la lucha por la consolidación de las conquistas de la Revolución, en la lucha por levantar la moral y el espíritu…”

Hoy, como ha sido en toda Cuba, la tierra tembló de emoción, el cielo se iluminó y el pueblo espirituano hizo historia una vez más, pero sobre todo, se alzaron las voces para gritar que Fidel es nuestro, que Fidel vive y que sus ideales perdurarán.

¡Oh, cuán ilusa es la muerte que cree tenerlo cuando la vida y el pueblo cubano lo convocan en cada idea, en cada pensamiento! Fidel se ha ido físicamente, pero su legado está invicto, y que sufran aquellos que creían que Cuba se iba a echar abajo, aseveró con firmeza María Madrigal, quien añadió que la Revolución solo va hacia adelante y que si atesorara las lágrimas que ha derramado por el Comandante, el río Yayabo se desbordaría.

Este mismo sentir lo expresó Ramón Montano Pérez, quien con 100 años de edad llegó hasta la Carretera Central para “cumplir con Fidel y decir que todos los hombres de buena voluntad te despedimos hoy, aunque vivas más que nunca”, señaló.

Al igual que 57 años atrás, esta ciudad volvió a las calles para saludar a la Caravana de la Libertad, la cual –como en ese entonces– tiene un único destino final: la victoria y la guía del eterno Fidel.

Cuba
Canal Caribe.- En Cuito Cuanavale, el 23 de marzo de 1988, la balanza favoreció a los defensores de Angola. Sin embargo, tres meses después, un golpe aéreo sobre el complejo hidroeléctrico de Calueque propició una c...
Lo último
Isabel Rubio, razones para la libertad
Marilys Suárez Moreno - Revista Mujeres.- Dicen que fue una mujer de armas tomar y su historia de vida no deja dudas sobre la también llamada Capitana de Vuelta Abajo. Ferviente seguidora de los planes insurreccionales de José Ma...
Ver / Leer más
La Columna
La Revista