Karen Alvarado Ruffo es una joven diputada de la Asamblea Nacional de Cuba. Esta carta ha sido enviada a Cubainformación por la asociación Euskadi-Cuba, ya que Karen Alvarado es la directora del proyecto de cooperación que apoya la citada organización vasca y ejecuta, en comunidades campesinas del Oriente cubano, la Asociación Cubana de Técnicos Agrícolas y Forestales (ACTAF).
CARTA DE UNA HIJA A SU PADRE FIDEL CASTRO
Karen Alvarado Ruffo.- Comandante, Padre mío, estoy escribiendo esta carta porque ya no estás físicamente entre nosotros, pero permanecerás por siempre en el corazón de nuestro pueblo. Recuerdo que conocí de tu existencia por mis padres, mi mamá una mujer ama de casa y con muy pocos estudios, tenía la delicadeza de dedicarse a releerme los relatos tuyos que salían en la prensa o en cualquier literatura, qué decir de los profesores que tuve desde mis estudios primarios hasta la universidad, excelentes, y se encargaron de profundizar en esas ideas que nacieron en el seno de mi familia. Claro que soñaba con conocerlo, nunca he dejado de emocionarme al verlo en la televisión. Cuando sufrió el accidente, ¡sentí tanta necesidad de estar a su lado para darle fuerzas!, sé bien cuántos cubanos hubieran ofrecido su rodilla a cambio de la suya.
No lo he visto nunca como el presidente, sino como parte de mi familia, como si fuera mi propio padre. Cuánta fue mi dicha cuando al ser seleccionada para participar en el 16 Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes, usted se reunió con nosotros en el palacio de las convenciones, visiblemente emocionada cuando usted entró, sentí que me desmayaba, luego no se controlaban mis lágrimas. Nunca olvidaré cuando uno de los jóvenes presentes le preguntó ¿Comandante qué misión tenemos que cumplir? y usted le respondió, sólo les pido que digan la verdad. Lo más impresionante fue, cuando al llegar a Venezuela, en el acto de inauguración en la avenida bolívar y luego durante todo el evento, los jóvenes de diversas partes del mundo se acercaban a preguntarnos sobre usted y todos querían conocerlo, además de preguntar por la realidad cubana, y realmente, esa fue nuestra misión allí, decir la verdad, llevar la verdad de Cuba al mundo.
Recuerdo, cuando durante una conversación en que explicábamos en un inglés machacado a unos jóvenes norteamericanos sobre el programa de los cursos de superación, ideado por usted, y le decíamos que en Cuba se le pagaba a los jóvenes para que estudiaran, una de las jóvenes comenzó a llorar desesperadamente, nos asustamos, pensando que con nuestro mal hablado inglés, habíamos dicho algún disparate, esperamos para saber qué pasaba, cuando alguien nos tradujo, y entonces nos enteramos que lloraba porque no entendía cómo era posible que un país tan pequeño, sin recursos y bloqueado, pudiera hacer eso, y ella, que vivía en un país que era una gran potencia y que tenía todo el dinero del mundo, tenía que tener dos trabajos para poder ir a la universidad.
Otro momento de conmoción fue cuando apareció durante la sesión de constitución de la VIII legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, 24 de febrero de 2013, también en el palacio de las convenciones, me quedé igualmente emocionada, trate de contener las lágrimas sin resultado alguno, en esa intervención como hace un padre con sus hijos nos aconsejó y nos dio una tarea cuando nos dijo ..“Sin embargo la gran batalla que, de acuerdo a lo que me contaba Raúl hace unos días, se impone, es la necesidad de una lucha enérgica y sin tregua contra los malos hábitos y los errores que en las más diversas esferas cometen diariamente muchos ciudadanos, incluso militantes”..., los cubanos no descansaremos como no lo hizo usted, en aras de cumplir con la promesa que le estamos haciendo al decir FIDEL SOY YO.
En la sesión constitutiva de la Asamblea Nacional del poder popular el 6 de marzo 2003 usted nos dijo ….“Ahora comprendo que mi destino no era venir al mundo para descansar al final de la vida”... y fue así, hasta sus últimos momentos estuvo trabajando, dejándonos sus ideas por escrito, las que tendremos que estudiar y profundizar en cada uno de sus aspectos para no perder jamás el rumbo, y sobre todo inculcarlas a la nueva generación.
Siento un gran regocijo el haber escogido el día de su cumpleaños, 13 de agosto de 2010, para casarme y además el de haber dado a luz a mi hijo el 22 de noviembre, un mes tan significativo para la Revolución Cubana, y haberle puesto como segundo nombre, el que usted usó en la guerra (Alejandro), porque quiero que mi hijo, ahora de 2 años, aprenda a quererlo como un padre y sea capaz de seguir su ejemplo. No se imagina lo feliz que me hace el ver a mi niño en estos días reconocerlo en cada una de las imágenes que salen en la televisión y las que ve en las calles, las cuáles apunta con su dedito al llamarlo por su nombre, y cuando grita FIDEL SOY YO, sin que nadie se lo dijera, lo repitió con solo verlo en la televisión.
No imagina cuánto fue mi dolor cuando en la madrugada del 26 de noviembre recibí la noticia de que habías fallecido, realmente me sentí morir, no he dejado de pensar en todas las cosas que conozco de usted y que he conocido por las anécdotas de quienes lo conocieron. Me reconforta que su pueblo, este pueblo que lo ama, en estos días ha demostrado el significado que usted tiene para nosotros, a pesar de que para mí todo lo que hagamos es poco para lo que usted hizo por su pueblo. En muchos momentos durante conversaciones con amistades y familiares pensábamos en la posibilidad de su partida hacia la eternidad y siempre saltaban lágrimas a mis ojos, no quería pensar en ese momento.
Podría hacer interminable esta carta, pues no quiero despedirme, trataré de ser fiel a sus enseñanzas y con mi hijo volveré sobre sus pasos.
TE AMO PAPA
HASTA SIEMPRE PADRE.
