Joaquín Rivery Tur – Granma.- Cuba es indudablemente una nación relevante por el trabajo que realiza, aún a pesar del bloqueo, en defensa del medioambiente en todas sus variantes.


Uno se queda con la boca abierta y los ojos desorbitados cuando el batir de las alas de una hermosa bandada de flamencos del Caribe asentados en Cuba, se levanta de pronto de la pequeña ciénaga y parece que las llamas se elevan al cielo lo mismo en la desembocadura del río Máximo, en Camagüey, la primera provincia de la frontera oriental, y en otros tantos sitios.

Cuba es indudablemente una nación relevante por el trabajo que realiza, aún a pesar del bloqueo, en defensa del medioambiente en todas sus variantes, y el amenazado flamenco rojo o rosado (Phoenicopterus ruber ruber) parece fuego en el cielo por su brillante color y por el aumento de las poblaciones, crecidas bajo el cuidado incesante de todos quienes lo tienen como tarea (el Centro Nacional de Áreas Protegidas, CNAP, la empresa de Flora y Fauna) y aquellos simples amantes de la belleza.

Los visitantes de otros lares no se limitan a las playas y el sol, cuando saben que el archipiélago cubano es un tesoro sin fin en la infinita diversidad biológica y paisajística ofrecida por todas las zonas geográficas, en las cuales no solo anidan, crecen y se reproducen los flamencos flamígeros, como la desembocadura del río Máximo, el Parque Nacional Caguanes, la Ciénaga de Zapata, cayos del norte y del sur.

Normalmente, los ruber ruber viven en aguas bajas, donde ejecutan —si uno se está quieto y callado— su actuación habitual de los trajines de pesca y descanso, tranquilos, aprovechando el largo de los patas para clavar de cuando en cuando la negra punta de su pico en el agua y extraer luego algún pececito o molusco. Prefieren los camarones, cuyo contenido de carotenoides les da ese color intenso tan admirado por cuantos los miran.

La hembra pone, entre mayo y agosto, un solo huevo, de donde sale un polluelo inicialmente del color de los padres, pero se torna pálido más tarde hasta que la alimentación los torna carmesíes. La hembra y el macho incuban el huevo por un período de 28 a 32 días hasta el nacimiento de los pichones. Resulta interesante que los recién nacidos se agrupan en grandes “guarderías”, donde son cuidados colectivamente, y aunque nos parezcan iguales, las madres nunca se equivocan en la identificación de su criatura. También es singular el hecho de que los flamencos parecen imitar a los aviones, ya que suelen dar una carrera rápida de despegue antes de levantar el vuelo, siempre en bandadas, Ambos padres cuiden de la cría hasta su maduración sexual, que puede tardar 6 años. La longevidad esperada del flamenco es de 40 años o más en libertad, una de las más largas dentro de las aves y es el de mayor tamaño del continente, aunque en la Europa mediterránea la especie Phoenicopterus roseus es de mayor envergadura, pero de colores menos vivos.

Una curiosidad llamativa de esta singular ave es que suele dormir o descansar sobre una sola pata y la otra colocada bajo las alas, donde también ocultan su cabeza. En Cuba, actualmente, existen también colonias en Cayo Coco y en la ciénaga litoral al sur de la playa Santa Lucía, en Camagüey.

Realmente causa placer observar las agrupaciones de miles de estos animales de color espectacular y son una verdadera atracción para los turistas, que pueden ponderar el buen cuidado de su hábitat en Cuba.

La mayor parte de los registros recogidos por los ornitólogos muestran un movimiento periódico entre Yucatán (donde hay grandes colonias) y Cuba, lo cual es una prueba de que su comportamiento los lleva a moverse regularmente entre países de la región, pues su existencia está reconocida en países de Centroamérica (sobre todo en la península de Yucatán), el Caribe y el norte de América del Sur (Antillas Holandesas, Venezuela, Colombia y Bahamas) y los anillos que llevan han permitido demostrar que pueden fácilmente regresar al país de origen o reproducirse en otras áreas.

Esto corrobora también la necesidad de un esfuerzo coordinado a nivel regional caribeño para conservar las poblaciones de esta carismática especie.

Para Cuba, hay buen hábitat del Refugio de Fauna Río Máximo, donde se localizan las mayores poblaciones.

El método de conteo utilizado demostró que la dinámica de la población de la especie se caracterizó por presentar valores menores durante la etapa no reproductiva, que se cuadriplican al arribar el periodo de celo y unión de la pareja.

Río Máximo

El humedal del Río Máximo es un área pantanosa que está localizada en la Provincia de Camagüey, en la zona centro-oriental. La desembocadura de este río, que forma un delta arenoso, es un importante refugio de fauna y ha sido declarado sitio Ramsar (Humedal de Importancia Internacional), por la Unesco.

Es un ecosistema marino-costero extremadamente frágil en curso de salinización. Este humedal está situado realmente en la desembocadura de los ríos Máximo —el mayor— y Camagüey, y comprende varios cayos de las aguas someras de los alrededores.

El lugar es el mayor sitio de anidación de flamencos (Phoenicopterus ruber) de todo el mar Caribe y las Antillas y, además, refugio de otras aves migratorias de América del Norte, Central y del Sur.

Hay también colonias en las ciénagas de Lanier (Isla de la Juventud) y en la de Birama, en la desembocadura del río Cauto, en la región oriental de Cuba.

Los tipos de vegetación que predominan en la zona son los bosques de manglares monopredominantes y mixtos, los bosques perennes pantanosos, las arboledas de Conocarpus erectrus y otras especies. Esta zona de Camagüey tiene las condiciones ideales para la multiplicación de los flamencos. Las tres amenazas fundamentales a que se enfrentan en el mundo —la industria salinera, el turismo y los aeropuertos—, no aparecen en este punto de la costa norte.

El río Máximo estuvo un tiempo atrás bastante contaminado, pero las labores de saneamiento limpiaron sus aguas e incluso el trecho de 350 metros conocido como Los Cangilones, una perfecta piscina natural, y, al mejorar las condiciones del entorno en los lugares de asentamiento del Phoenicopterus, se multiplicó la población, al punto que en 2007 había reportadas 55 000 parejas, número bastante disminuido a algunos miles debido a la prolongada sequía que hizo disminuir el agua dulce del cauce de la corriente, que las aves necesitan para beber, de acuerdo con lo informado a Granma Internacional por Dafnet Sánchez, de la empresa de Flora y Fauna de Camagüey..

El área protegida está cerca del pueblecito de Mola, cuya comunidad se dedica por entero a la protección de la especie, reflejo de sólidos resultados de la educación ambiental realizada por las dependencias del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente mediante la participación masiva de la comunidad en la conservación de la naturaleza.

 

Cuba
Redacción Digital de Tribuna de La Habana En declaraciones a Canal Habana, la ingeniera Rosaura Socarras Ordaz, subdirectora de operaciones de la empresa Aguas de La Habana, explicó que “las principales afectaciones se concentran...
La Habana, 24 jul (Prensa Latina) La empresa importadora Mesol de la cadena hotelera española Meliá facilitará las operaciones de los hoteles de dicha firma en este país, señaló hoy un comunicado oficial. Ind...
Lo último
La Columna
Cuba y Venezuela
Gerardo Moyá Noguera*.- Cuba y Venezuela, como otros países del cono sur, están y estarán siempre en el punto de mira del imperio/EEUU y sus lacayos europeos. No consienten que el socialismo avance como el agua en  es...
La Revista