Cubadebate.- Inspirado en un contundente poema del héroe nacional de Cuba, José Martí, el joven cineasta serbio Kosta Ristic realizó el filme Dos Patrias, presentado a un grupo de cinéfilos e interesados en la actualidad de la pequeña nación antillana.

La obra corresponde al ejercicio final del taller al que asistió el autor en la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, impartido por el reconocido director, productor, guionista, actor y montador cinematográfico Werner Herzog, uno de los pilares del llamado Nuevo cine alemán.

Un nuevo espacio en la Casa Cultural Estudiantil de Serbia, en el corazón de esta ciudad fue el sitio escogido para la muestra, bajo la organización de la intelectual Ivana Kuzmanovic.

Con unos cinco minutos de duración, el autor atrapó en imágenes, música y movimiento- con el protagonismo preponderante de los niños- lo que le impactó de esa obra martiana y su primer verso, ‘Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche’.

En tan breve espacio, apenas un pestañazo en la vida humana, condensó, en apretadísima síntesis, su visión del país que parece haber hurgado intensamente, en las apenas dos semanas de curso.

Tuvo como materia prima los poblados de San Antonio de los Baños, Bauta y Baracoa, así como incursiones en la luminosa y sombría Habana, como en el poema que le impresionó a través de una traducción libre en inglés.

Esta obra de arte en miniatura, fue altamente calificada por Herzog, tuvo una recepción magnífica entre sus condiscípulos de todos los rincones del mundo reunidos en la EICTV y se incluyó entre el grupo de trabajos escogidos por Black Factory Cinema, organizador del taller habanero, para distribuir en certámenes internacionales.

Con ella pudo viajar Ristic al 70 Festival de Cannes, del 17 al 24 de mayo, y palpar el sentir del público con su proyección en ese evento de notoria fama mundial.

La proyección estuvo acompañada de muchas imágenes sobre Cuba, un video filmado con un celular en un rincón de la Habana Vieja y una disertación del joven director sobre su viaje y sus experiencias, tanto académicas como personales.

También incursionó en valoraciones sociopolíticas sobre lo que vio, escuchó y asimiló, así como contestó numerosas preguntas.

Toda esa charla, a modo de reporte, se extendió por más o menos una hora que, como en su minifilme, Ristic consiguió comprimir en unas pocas ideas:

‘Cuba es el más humano, más prometedor, en cierto sentido, el más feliz país del mundo. ¡Y ella lo sabe!’

(Con información de Prensa Latina)