Recordando esta fecha, Ana María Erra, viuda de Ernesto Guevara Lynch, nos propone acercarnos a su humanidad, a través de los escritos de su padre; como una forma de conocer más en profundidad al mítico guerrillero heroico.
En la sala Martínez Villena de la Unión de Escritores y Aristas de Cuba – UNEAC- fue presentado “Recuerdos de Misiones, los primeros pasos del Che”. Una obra única e indispensable al decir de Ana Erra, donde los recuerdos de Ernesto Guevara Lynch -Don Ernesto como lo llaman cariñosamente en Cuba-, se convierten en imágenes y relatos que van revelando la esencia de un hombre excepcional que ha marcado la vida de varias generaciones.
Vecinos, amigos de la infancia e historias de familia transmitidas en el tiempo, como ese intento por descubrir no sólo los primeros pasos del Ernestito de Argentina, sino aquellas motivaciones que, sin pensarlo, lo transformaron años más tarde en el Che del mundo.
Tres años después de que su hijo fuese asesinado en La Higuera, Don Ernesto comenzó la ardua tarea de recuperar la memoria de un revolucionario. Celia, la madre, ya había fallecido y sus hermanos eran menores que el Che, por tanto no tendrían la historia de vida completa. Quedaba en él la inmensa responsabilidad de contrarrestar aquellas fuerzas que “comenzaron a trabajar por destruir el poder de su imagen y la trascendencia de su legado” (1), inventando, calumniando y manipulando lo que fue la vida y obra de un hombre inmenso.
Ernesto Guevara Lynch -quien había participado en los Comités de Ayuda a la República Española durante la Guerra Civil- no fue ajeno al pensamiento del Che; por el contrario, se dedicó a la difusión de las ideas del Movimiento 26 de Julio, cuando Ernesto desembarcó junto a Fidel en Las Coloradas.
Un padre no podía permitir que manchasen la memoria de un hijo. Fue así que Don Ernesto inició un largo camino, aquel que le llevara una década, el camino del rescate de la memoria del Che, que además de símbolo de la lucha revolucionaria de los pueblos del mundo, era su primogénito.
Ese rescate se transformó en dos libros: “Mi hijo el Che” (1981) y “Aquí va un soldado de América” (1985). “Recuerdos de Misiones…” (3) fue escrito entre 1972 y 1975, con documentación que no pudo ser incluida -por su extensión- en los otros dos libros, y relata en cuentos cortos los primeros años de la vida de Ernesto en Puerto Caraguatay, hoy provincia de Misiones, donde la familia se trasladara al comenzar la vida conyugal.
Los 24 relatos que reúne esta obra nos permiten como lectores, imaginar escenas y situaciones, revivir como si estuviésemos allí la vida de una familia que supo tener en su seno a un hombre que sería en el futuro la guía de cientos de millones.
La muerte de Don Ernesto en abril de 1987 –en Cuba, donde vivió sus últimos años tras la llegada al poder de María Estela Martínez de Perón que lo obligó a salir de Argentina- truncó la publicación del libro.
El libro fue presentado por la periodista y escritora Ana María Radaelli (4). “Nadie mejor que su padre podría evocar en la etapa de formación del joven Ernesto, nadie como él podría brindar tanta información”, expresó.
Hoy, 42 años después, vuelve a salir a la luz esta obra, que “nos permite acceder a una época distante y turbulenta, en aquella tierra que presagiaba la huella de su paso por otras selvas, otros caminos, en su búsqueda de la formación del Hombre Nuevo” (2), en memoria del 50 aniversario de la caída del Che, como un necesario homenaje al hijo y también, a esos inicios de la mano de quienes, sin importar las distancias, marcan la vida de todos: los padres.
Notas:
(1-2) Prólogo de Dra. María Victoria Guevara Erra.
(3) Guevara Lynch, Ernesto (2016). Recuerdos de Misiones: los primeros pasos del Che. Habana: Colección Sur Editores, 2016.
(4) Ana María Radaelli, periodista y escritora argentina radicada en Cuba, autora de los libros: Destino Cuba, Las Puertas vacías, A veces el viento, entre otros.
