Teresa Melo – La Pupila insomne.- Suelo poner mensajes de concordia, en mi ánimo de poeta que cree en el “mejoramiento humano”. Sí, hay un lugar llamado humanidad, como escribió en hermoso texto Delfín Pratts.
Mi abuela lo decía de otro modo: para que haya mundo tiene que haber de todo. ACLARO: quien desee mal a CUBA me lo está deseando a mí en lo personal; si respeto al que eligió otro país para vivir, espero respeten que yo elegí el mío. He leído comentarios de cubanólogos de orilla que intentan:
1. Una competencia infantil comparando a Cuba con el lugar en que viven (lo único que demuestran es temor a haberse equivocado);
2. Mensajes de odio muy mal escritos (lo único que demuestran es haber desaprovechado las oportunidades de aprender ortografía en la escuela, en los programas de Universidad para Todos, en las Ferias del Libro, y un etcétera infinito);
3. Un criterio sobre la democracia muy raro (lo único que demuestran es que esa democracia no incluye al que piensa distinto);
4. Mensajes de creyentes deseando el mal, y que evidentemente le profesan a un extraño Dios que no es compasivo ni misericordioso (lo único que demuestran es que no son cristianos ni entrarán a ningún reino).
En fin, no me interesan las fotos de un refrigerador lleno de quien tiene el alma vacía; no necesitamos ayuda de quien le pone precio a su “halluda”. Un huracán hace cinco años me dejó sin mucho de nada. Hoy tengo una casa que contiene mucho amor de los demás. Comparto todo lo que tengo, pero en mi casa y en este muro solo entra la gente de corazón limpio. AMO A CUBA. Con hechos y no solo con palabras. RESPÉTALO.