Laura V. Mor, Resumen Latinoamericano corresponsalía Cuba - Fotos: Danilo Jesús de la Rosa.- Ocho de la noche y las estrofas del Himno Nacional cubano dejan atrás la salsa que sonaba por los altoparlantes. Comienza la Asamblea de nominación de candidatos a la Asamblea Municipal del Poder Popular de la circunscripción 22 en el municipio Cerro.

Las palabras del Wilfredo Rodríguez Rodríguez, Presidente de la Comisión Electoral de la circunscripción, dan inicio a un proceso muy particular. Banderas cubanas y fotos de Fidel y Raúl visten puertas y balcones de las casas. El Pueblo tiene la palabra y se hace oír.

Para cualquier persona proveniente de sistemas con democracia burguesa, donde la participación ciudadana en el proceso eleccionario se circunscribe al propio acto de cumplir con el derecho (y la obligación en muchos países) de concurrir a votar, presenciar una elección en un sistema con democracia socialista se transforma en un hecho único, digno de ser contado.

En Cuba no hay campañas electorales millonarias ni spots publicitarios promocionando candidatos; ellos surgen desde las bases, a propuesta de sus propios vecinos del barrio. No hace falta invertir sumas de dinero extravagantes ni deberle favores a ninguna empresa que avale tu candidatura. La campaña electoral cubana no es más, como dijera Fidel, que “la propia vida del hombre nominado por el pueblo; su campaña electoral es su propia biografía, su conducta a lo largo de su vida, y su página de servicios a la Patria” (1).

Quienes transcurrimos una vida inmersos en un sinfín de volantes e intervenciones en los medios de comunicación y hasta disputas por un afiche de un partido que en la pegatina nocturna tapó la propaganda electoral de otro partido, ver que la propaganda se limita a una hoja expuesta en los lugares de masiva concurrencia con la foto y el currículo del candidato, no hace menos que sorprendernos.

Esta característica peculiar de la democracia cubana no sólo permite hacer realidad el aquella garantía expresada en la Constitución Nacional, en donde todo cubano mayor de 16 años y con cinco años de residencia en el país en el período anterior a realizadas las elecciones tiene derecho a ser electo; sino que brinda iguales posibilidades de acceso a las candidaturas todos los cubanos previstos dentro de los requisitos que marca la legalidad del país(2).

“Esta Asamblea que tiene como objetivo nominar a partir de propuestas de ustedes”, explica Dulce María Pulido, Secretaria de la Comisión Electoral; y aunque nos parezca imposible, la realidad nos demuestra que no lo es.

El sistema político cubano a diferencia de otros países con sistema de partido único, cuenta con la particularidad del voto popular ejercido desde las bases, donde cada elector tiene derecho a postular un candidato a la Asamblea Municipal por su circunscripción. Es decir, que quienes resulten candidatos devienen de la postulación popular, no de la decisión de un partido político de incluirlos en las listas que se someten a votación.

El sistema electoral cubano nace en la circunscripción, ya que es allí donde se inicia el proceso de conformación de los órganos estatales de representación por medio de la elección directa de los ciudadanos. Son los propios vecinos quienes expresanlas razones que fundamentan la propuesta de un candidato, basándose en la capacidad y méritos acumulados en su vocación de servicio al pueblo y por supuesto, la disposición de esa persona de asumir la responsabilidad para la cual se la propone.

Cada elector que lo desee ejerce su derecho a palabra durante la Asamblea de nominación y con ella la posibilidad de nominar a un precandidato. Hay casos en donde sólo se propone un precandidato. Hay otros casos(como ocurrió en la Asamblea de la circunscripción 54 del municipio Plaza de la Revolución) donde los propuestos son dos o más.

Sea el caso de uno o varios precandidatos, una vez concluidas las nominaciones se procede a votar por el o los precandidatos, de forma pública y a mano alzada, teniendo cada elector derecho a un voto.Resulta candidato por esa circunscripción quien alcance la mayor cantidad de votos de los electores presentes; que a su vez, serán sometidos a votación el 26 de noviembre próximo (3); donde el voto es secreto, aunque igualmente no obligatorio.

Como representante electo a un órgano de poder dentro del Estado cubano tiene funciones con contenidos comunes al ámbito provincial y nacional; pero al ser el más cercano al barrio, se transforma en un eslabón fundamental para el funcionamiento del sistema político cubano.

Un delegado municipal no sólo convive a diario con sus electores (que son sus vecinos), sino que tiene la obligación de recibirlos asiduamente en sus despachos para atender sus demandas e inquietudes. A su vez, también debe rendir cuentas directamente a sus electores, sometiendo a consideración su labor; convirtiéndose en un acto de gobierno colectivo.

“En la República de Cuba la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado. Ese poder es ejercido directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del estado que de ellas se derivan, en la forma y según las normas fijadas por la constitución y las leyes” (4). El poder, a diferencia de otros países, en Cuba radica en el pueblo.

No es solo la soberanía la que es popular como en la mayoría de los sistemas políticos con democracia representativa capitalista, sino que el poder y la decisión última radican en la ciudadanía a través de estos delegados que el propio pueblo ha postulado como candidatos. Cada uno de ellosno será una vez electo tan sólo un representante del pueblo como en los sistemas capitalistas donde la soberanía popular se ejerce por medio de los representantes; sino un ejecutor de un mandato popular que se le ha otorgado.

Como explicaba Isabel Grey, candidata reelecta a la Asamblea Municipal del Poder Popular por la circunscripción 41, Consejo Nº 6, Santa Felicia, de calle 80 entre 43 y 45 del municipiohabanero de Marianao, la tarea de los representantes electos esconocer las necesidades,atender y resolver las demandas de la población que los ha elegido; lo cual representa un gran desafío, pero a la vez un inconmensurable orgullo y una enorme responsabilidad social.

Así, con Asambleas públicas en plena calle, comenzó el pasado 4 de septiembre, en una armonía y respeto pocas veces vista en otros países,una fiesta cívicaque vale la pena ver, al menos una vez en la vida.

Notas

(1)  Palabras pronunciadas por Fidel Castro Ruz en el acto central por el XXI Aniversario del asalto a los CuartelesMoncada y Céspedes, Matanzas, 26 de julio de 1974.

(2)  Se considera incapacitados para ejercer el derecho al voto -y por tanto a ser elegidos- a los incapacitados mentales, los sancionados a privación de libertad (aún cuando posean libertad condicional o licencia extrapenal) y los que hayan sido sancionados a privación de sus derechos políticos por un Tribunal competente.

(3)  La fecha original era el 22 de octubre, pero se decidió una nueva fecha debido a que tras el paso del huracán Irma y sus devastadoras consecuencias, las Asambleas no podían realizarse con normalidad en municipios afectados.

(4)  Artículo 3 de la Constitución de la República de Cuba. Disponible en: http://www.cubadebate.cu/cuba/constitucion-republica-cuba/.