Cubainformación - Video y fotos: Esther Jávega, Pau Romero.- Pedro de la Hoz es el actual vicepresidente de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba) y fue durante años redactor jefe de Cultura del diario Granma, donde sigue publicando artículos sobre música cubana y política cultural.
Pedro de la Hoz, vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC): “Los medios cubanos deben cambiar con los tiempos, pero no nos interesa ni Fox ni «El País»”
Entrevista: José MANZANEDA / Transcripción: Leonardo Antonio MESA / Cubainformación.
Pedro de la Hoz es vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), y fue durante muchos años redactor jefe de la sección de Cultura del diario «Granma», donde sigue escribiendo sus columnas sobre política cultural y música cubana. Formó parte de la delegación de Cuba al coloquio “Cultura contra el fascismo: una visión desde Cuba y desde la solidaridad”, organizado por la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba “José Martí”.
¿Cuál es la aportación de Cuba a este coloquio?
Saludos en primer lugar para Cubainformación, que es un canal imprescindible para conocer verdades y reflexionar sobre ellas.
Hemos tratado de informar, pensar y poner de relieve los aportes de los cubanos al II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura del año 1937, en plena Guerra Civil española, que comenzó en Valencia, continuó en Madrid y Barcelona y concluyó en Paris. Asistieron cinco cubanos, todos con una ética extraordinaria: Nicolás Guillén, Félix Pita Rodríguez, Alejo Carpentier, Juan Marinello y Leonardo Fernández Sánchez.
Aquellos aportes no pueden quedar en el pasado. Ese ejemplo tiene que iluminarnos para las tareas de hoy, para los desafíos que enfrentamos. Tenemos que reflexionar, como lo hemos hecho en esta conmemoración antifascista, sobre las cuestiones de hoy, sobre cuál es el compromiso intelectual y el vínculo entre intelectuales y pueblos.
Pedro, ¿cuál es el principal desafío, hoy, de la cultura cubana?
La cultura cubana hoy está abocada a varias definiciones. La principal, cómo podemos seguir renovando el discurso en medio de una crisis universal, que lógicamente afecta a Cuba, cómo seguir siendo cubanos y cubanas, cómo tener un proyecto independiente, emancipador, cuando el mercado es tan avasallador, cuando el individualismo se impone, por encima de los intereses colectivos, y cuando hay tantas seducciones que, aunque pasajeras, pueden mermar los proyectos soñadores. Resumiendo, creo que el gran desafío de la cultura cubana es seguir alimentando los sueños, sin concesiones, y al mismo tiempo actualizándolos a los tiempos.
Participas de dos campos donde se dan debates muy interesantes en Cuba: el de la cultura y el de los medios de comunicación. Existe una matriz mediática internacional que nos habla, sin embargo, de falta de libertad creativa y de falta de libertad de prensa, ¿qué dirías sobre esto?
La falta de libertad creativa es una vieja matriz que no tiene prácticamente ningún asidero, porque a diferencia de otros procesos de orientación socialista, como fueron los de Europa del Este, si algo ha habido en Cuba es una amplia libertad de creación. La libertad estética se ha garantizado como en ningún otro proceso.
En lo referente a la prensa, tiene que ver con la democracia participativa que tratamos de construir en Cuba, que debe tener reflejo en una prensa más participativa.
Y aquí hay dos problemas, hablando con toda honestidad. Todavía el modelo de democracia participativa cubana –que me parece muy superior a la democracia representativa– no es un modelo acabado, concluido, es un modelo con muchas aristas por definir y con muchos cabos sueltos. Tendremos que ir ajustando, porque, no olvidemos, que es una experiencia inédita en el mundo. Tenemos que corresponder este modelo, en la medida que vaya cuajando, con un tipo de prensa mucho más participativa, mucho más abierta, donde haya y se defienda más la diversidad, la pluralidad, donde haya una mayor participación consciente.
Nos dicen que con Internet seleccionas la información que tú quieres. No, es mentira: las matrices son tan fuertes que terminamos por “seleccionar” lo mismo. Se nos da una idea de libertad ficticia. El menú parece variado, pero al final son uno o dos platos nada más, con algunos aderezos. Al final vas a pensar lo mismo y vas a comer lo mismo.
Ahora, lo que se trata de construir -que eso es lo más complicado, pero posible, y necesita de inteligencia colectiva y de debate- es un conjunto de medios de comunicación mucho más interactivos y lúcidos en contenidos y formas. Todo eso, en el plano teórico es muy fácil, pero en la práctica es bastante complicado. Ese es uno de los debates que tiene la prensa cubana actual. Este año, el 2018, tendremos el congreso de la Unión de Periodistas de Cuba.
La relación entre tecnología, participación, autonomía y autogestión de los medios está en el tapete. Se está discutiendo sobre modelos de gestión, sobre contenidos y formas, y sobre la participación. Se están dando pasos alentadores, porque son serios, no es una reflexión banal, no se trata solo de tirar piedras contra el tejado. Son cosas que se están pensando porque necesariamente los medios de comunicación en Cuba tienen que cambiar de acuerdo con los tiempos, pero acordes con nuestros plazos y con nuestros objetivos.
Cuando nos señalan supuestas carencias de libertad de prensa en Cuba, se están refiriendo a manquedades y lagunas desde el punto de vista de otro modelo de prensa que no es el nuestro. Y que no es el que nos interesa. En una palabra, no nos interesa ni Fox ni «El País».
En la anterior administración de EEUU, la de Obama, se implementaron mecanismos más sutiles de penetración ideológica y cultural contra la Revolución cubana. Pareciera que Donald Trump vuelva a la política del garrote. ¿Realmente están abandonando esos otros métodos?
¡El garrote y la zanahoria¡ Garrote sin zanahoria, parece que es lo que nos propone Trump. Un reflejo del pensamiento fundamentalista, fascista, que impera en las élites de esa sociedad. Pero no, no creo que abandonen los otros.
Obama fue honesto, dijo que había que buscar otros métodos para acabar con nuestro proceso. Fue muy claro. Se dio cuenta de que los viejos métodos estaban gastados, que eran obsoletos; que por la fuerza, con la brutalidad, no iba a lograr nada con Cuba.
La distensión es interesante porque pone a prueba nuestras capacidades ideológicas y divulgativas, nos pone de frente a otro tipo de confrontación, más inteligente, mucho más difícil. Cuando tú tienes un adversario que se mueve con inteligencia y con paciencia, el ajedrez es más fino. Ahora este hombre… yo creo que a Trump ni le interesa Cuba, a quien le interesa Cuba es a Marco Rubio, a la mafia anticubana de Miami. Esa es la verdad.
Hay empresarios norteamericanos a quienes interesa hacer negocios con Cuba, no porque nos quieran, sino porque tienen sus intereses. La administración Trump está buscado pretextos para romper las relaciones con Cuba. Y ha aparecido esta cosa, absurda, irreal, de mala ciencia-ficción, que son los ataques sónicos. Han retirado personal de la embajada, nos han aplicado otras medidas y eso no los va a conducir a ninguna parte. Al contrario. Eso va a robustecer más el sentido antiimperialista. A la política de Trump no le auguro mucho futuro.
Cuba ha sido muy paciente. La gente ve con estupefacción todo esto. Ahora resulta que Trump es el primer enemigo de los cubanos que están en EEUU, incluso de quienes no están con la Revolución pero quieren tener una relación normal, natural, con su familia. Los pasos de este hombre son insostenibles a la larga.
Sigues escribiendo en el diario «Granma» sobre cultura, concretamente sobre música cubana y política cultural. Hay algunos géneros musicales –como cierto reggaeton– que despiertan preocupación por representar una regresión en algunos de los valores que se suponía estaban implantados en la sociedad cubana. ¿Qué opinas?
Tienes toda la razón. En primer lugar, diferencio el reggaeton del hip-hop. El hip-hop tiene zonas muy interesantes de creación; el reggaeton es banal no sólo por lo que dice sino porque musicalmente es muy primario. Tiene un nivel de elaboración muy bajo y un nivel de soluciones musicales muy previsible.
Pero la música no es la culpable, la música es reflejo de valores que han ido regresando a nuestra sociedad, producto de ciertos desgastes, de influencias foráneas, del desespero o la insatisfacción de determinados sectores de la juventud cubana, de ver que no se resuelven los problemas que piensan debían resolverse de inmediato, de la precariedad material con que hemos vivido en las últimas dos o tres décadas, después de la caída del campo socialista y del recrudecimiento del bloqueo, más la necesaria introducción de bolsones de economía de mercado. Todo eso ha hecho que afloren muchos desvalores.
Desvalores que se refleja en el reggaeton y en otros productos de la música popular cubana. No hay que olvidar que una parte de la salsa de los noventa era tan execrable en su contenido como es el reggaeton, aunque tenía cierta elaboración musical. El reggaeton lamentablemente ni eso tiene. E insisto, el reggaeton no tiene nada que ver con el hip-hop, porque hay cultores de hip-hop –como en Puerto Rico Calle 13– que son un paradigma de qué puede hacerse, de qué cosa puede ser la música urbana y el hip-hop. El reggaeton, la mayoría, refleja esa crisis de valores. Es el dinero fácil, el racismo, el sexismo, la visión horrible de la mujer, el facilismo total.
Afortunadamente, no es una corriente predominante, aunque lo parezca. Es más mediática, eso sí. Pero en Cuba hay un movimiento jazzístico tremendo, el movimiento de la música de concierto es extraordinario, la salsa se está reinventando a partir de otros valores: Alexander Abreu, el propio Isaac Delgado ha regresado a vivir a Cuba... Hay una diversidad que tal vez no se advierte tanto. Y no digo fuera de Cuba, digo también dentro.
Tenemos que diversificar las opciones y al mismo tiempo hacer una crítica justa a estos fenómenos. Pero prohibir no es la solución. La solución está en criticar las cosas negativas y dar valor a las positivas.
Por ejemplo, la trova sigue teniendo un movimiento interesantísimo en Cuba. El problema está en cómo visibilizarlo. Es un reto que nos corresponde: cómo hacer visibles otras opciones, cómo hacerlas interesantes. No obstante, la batalla fundamental pasa por la escuela, por la educación estética, por la capacidad de inculcar patrones estéticos. No es imponer gustos sino dar herramientas para la valoración crítica de la realidad cultural a niñas, niños, adolescentes. Eso es un reto, una preocupación permanente que la UNEAC, la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, tiene en el número uno de su agenda: contribuir a la educación estética y a la educación critica de la sociedad desde el punto de vista cultural.
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(Todos los materiales: Video, Fotos, Entrevistas) Coloquio `Cultura vs Fascismo: una visión desde Cuba y la Solidaridad´: Valencia, 17-19 de noviembre de 2017
En el Coloquio "Cultura contra el Fascismo: una visión desde Cuba y la Solidaridad", celebrado en Valencia del 17 al 19 de noviembre, Pedro de la Hoz intervino en la mesa “Intelectualidad y Cultura frente al Fascismo”, junto al actor Willy Toledo; Carlo Frabetti, escritor y miembro Alianza Antiimperialista; Lucía Socam, cantautora; y Miguel Barnet Lanza, Presidente de la UNEAC, poeta, narrador.
El Coloquio conmemoró el 80 aniversario del II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura y por la República de 1937, en el que tomaron parte intelectuales cubanos como Nicolás Guillén y Alejo Carpentier.
Cultura contra el fascismo: memorias en Valencia: un relato de Pedro de la Hoz
A 80 años de su comienzo en Valencia peninsular, la reivindicación del Segundo Congreso de Intelectuales en Defensa de la Cultura fue más allá de ser un justo ejercicio conmemorativo para convertirse en una plataforma de reflexión y lucha para los tiempos actuales
Pedro de la Hoz - Granma
Valencia, España.– A 80 años de su comienzo en esta ciudad peninsular, la reivindicación del Segundo Congreso de Intelectuales en Defensa de la Cultura fue más allá de ser un justo ejercicio conmemorativo para convertirse en una plataforma de reflexión y lucha para los tiempos actuales.
Organizadas de conjunto por la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí y la Fundación Nicolás Guillén, las jornadas Cultura contra el fascismo dieron continuidad a las sesiones efectuadas en La Habana en julio pasado en ocasión del aniversario 115 del nacimiento del autor de El son entero.
Ahora en la sede de la Sociedad Coral El Micalet, intelectuales, activistas y luchadores sociales de España y Cuba –esta última con una delegación encabezada por Miguel Barnet, presidente de la Uneac, y Nicolás Hernández Guillén, presidente de la Fundación– compartieron ante nutridos auditorios a lo largo de dos intensos días memorias, análisis, preocupaciones y esperanzas, a partir de evocar el significado de la solidaridad de los intelectuales llegados de diversas partes del mundo que en el verano de 1937 vinieron a una Valencia bombardeada a denunciar la barbarie fascista contra la República Española.
En el Congreso de 1937 estuvieron presentes cinco escritores cubanos: Nicolás Guillén, Juan Marinello, Alejo Carpentier, Félix Pita Rodríguez y Leonardo Fernández Sánchez. Semblanzas de sus vidas y la vinculación con la causa republicana fueron aportadas por la doctora Denia García Ronda, coordinadora académica de la Fundación Nicolás Guillén; Caridad Massón, investigadora del Instituto Juan Marinello; la poetisa Ángela de Melo; y el profesor español David Becerra, catedrático de la Universidad de Lovaina, en Bélgica.
De Guillén resultó revelador para no pocos de los presentes cómo antes de viajar a la península escribió España, poema en cuatro angustias y una esperanza, texto que abre un libro puesto a circular aquí, publicado por la editorial Sensemaya para reunir la obra lírica y las crónicas guillenianas sobre su experiencia republicana.
También generó emoción, por su palpitante actualidad, escuchar una grabación de los años 60 con la voz de Félix Pita Rodríguez en la que el poeta denunciaba el parentesco de los fascistas que atacaron a la República con los agresores norteamericanos contra Vietnam y los represores que enlutecieron a América Latina en esa época.
La participación de alrededor de 1 000 cubanos en la gesta española y la caída en combate de más de un centenar de aquellos voluntarios patentizó la vocación internacionalista de los hijos de la isla antillana. El caso de Pablo de la Torriente Brau mereció atención particular en el coloquio.
Tras la imposición del régimen franquista, coauspiciado por el nazismo hitleriano y el fascismo mussoliniano, muchos intelectuales españoles se vieron forzados a emprender el camino del exilio. Cuba acogió a varios de ellos, quienes, como recordó el investigador Jorge Domingo Quadriello, contribuyeron notablemente a la vida cultural en la Isla.
Menos conocida es la historia de los niños y jóvenes que hallaron refugio en la Unión Soviética, estudiaron en academias militares y participaron en la Gran Guerra Patria, y al triunfo de la Revolución Cubana se integraron a esta como asesores de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Sobre estos internacionalistas dio testimonio Pérsida Chibas, quien integró las filas del Ejército Rebelde y luego de las FAR.
A la mujer se dedicó una sesión muy especial en el coloquio. Mientras la laureada dramaturga catalana Carmen Domingo ponía en primer plano la proyección política e intelectual de María Teresa León y Denia García Ronda hacía lo propio con Mirta Aguirre, y luego de que Ester Jovani trazara las coordenadas de las luchas feministas actuales en España, la joven profesora de la Universidad de Valencia, Melanie Ibáñez adelantaba su investigación sobre una de las páginas más horrendas de la represión franquista: las torturas y vejaciones sufridas por madres, esposas, familiares o simples simpatizantes de los republicanos.
Los participantes en el evento coincidieron en que el fascismo se ramifica hoy y manifiesta con diversos ropajes. El eurodiputado Javier Couso y el periodista José Manzaneda desmontaron la manipulación mediática que intenta ocultar la agresión contra la Venezuela bolivariana y la pretensión de desmembrar a Siria, así como la prolongada y fallida demonización de la Cuba socialista. En el fondo se trata, como argumentó el analista Pascual Serrano, de una concepción comunicacional que responde a la hegemonía del capital.
Como en la Valencia de 1937, la capacidad de los artistas e intelectuales para servir a la emancipación de los pueblos se halla intacta, aunque requiere de renovadas estrategias de concertación y visibilidad de esos aportes, tal como expusieron el actor Willy Toledo, el escritor Carlo Frabetti y la cantautora Lucía Sócam.
Al abordar el tema, Miguel Barnet hizo un llamado a erradicar la victimización y el pesimismo, poner de relieve la crisis de la democracia representativa y alentar modelos de democracia participativa, y demostrar cada día en obras y actos que se puede construir un mundo mejor.
El coloquio se despidió en dos compases. En el primero, intervinieron el embajador de Cuba en Madrid, Gustavo Machín, quien subrayó cómo esa otra España defendida por los cubanos hace 80 años es la solidaria de hoy contra el recrudecimiento del bloqueo de Estados Unidos contra la Isla; el coordinador del evento, David Rodríguez, que valoro la altura y el contenido propositivo de las contribuciones: y Nicolás Hernández Guillén, quien dio voz a una de las más estremecedoras páginas de su abuelo, cuando al eternizar a García Lorca dijo: «Sonaba Federico en nardo y cera/y aceituna y clavel y una fría./Federico, Granada y primavera…».
El último fue un recital de trova y poesía compartido por Lucía Sócam y Miguel Barnet. Ella cantó a las mujeres de la Generación del 27, tan importantes y necesarias como Lorca y Machado, Alberti y Buñuel; él, a la patria y el amor, a la ansiedad y la búsqueda, y finalmente al Che, pues «no es que quiera darte pluma por pistola/pero el poeta eres tú».