Prensa Latina.- Las autoridades agrícolas de Cuba trabajan en el diseño de un programa de desarrollo hasta 2030 que prevé la multiplicación de los rubros exportables y una considerable reducción de las importaciones en este ámbito, reveló hoy una fuente gubernamental.
De acuerdo con Armando Miralles, jefe de la dirección de organización del Ministerio de la Agricultura, con este plan se busca igualmente la eliminación de las tierras ociosas, actualmente estimadas en 800 mil hectáreas.
A propósito de su participación en la jornada científica anual del Instituto Nacional de Investigaciones Económicas (INIE), celebrada en el capitalino Hotel Meliá Cohíba desde la víspera y hasta hoy, el funcionario consideró que el objetivo fundamental del programa estriba en alcanzar la soberanía y seguridad alimentarias.
Con ayuda de la inversión extranjera directa, reveló, los niveles productivos agrícolas deberán reducir la erogación de más de mil 700 millones de dólares destinados a la fecha a la compra de alimentos.
El plan, contentivo de cuatro líneas fundamentales, se divide en 28 programas para potenciar las producciones agrícolas, pecuarias, forestales y tabacaleras, proteger el medio ambiente y los recursos naturales, impulsar la ciencia y la innovación así como la producción cooperativa y familiar.
Durante la celebración del panel dedicado a la seguridad alimentaria en Cuba, se afirmó igualmente que el mayor reto de la nación estriba en aumentar la producción de alimentos en un escenario de recrudecimiento del bloqueo económico de Estados Unidos y del aumento de restricciones financieras.
A juicio del jefe investigador del INIE, Angel Bu, si bien el país garantiza como actividad prioritaria la compra de productos alimentarios, la dependencia de las importaciones es una vulnerabilidad desde el punto de vista de la seguridad alimentaria.
Según los cálculos realizados, afirmó, el índice de seguridad alimentaria en Cuba muestra una tendencia ascendente pero eso no quiere decir que estén exentos de problemas.
A diferencia de otros países donde el hambre es un azote, la realidad de la mayor de las Antillas es otra, refirió.
Las investigaciones revelan, no obstante, que existen algunos problemas nutricionales asociados a déficits de micronutrientes que, de una forma focalizada, se halla en cierto segmento de la población, consideró el investigador.
Asimismo, como una de las fortalezas cubanas para lograr la seguridad alimentaria, Bu destacó la voluntad gubernamental para recapitalizar el sector, mejorar los suelos, introducir nuevas variedades de cultivos, aplicar adelantos de la ciencia y la técnica y mitigar los efectos del cambio climático.
La jornada científica anual del INIE se celebró con la participación de 150 participantes pertenecientes en su mayoría al ámbito académico.
