Asociación France-Cuba - Cubainformación.- Hace sesenta años, el 1 de enero era un jueves. ¿Quién podría pensar entonces que este día cambiaría la faz del mundo para millones de hombres y mujeres, que aún no lo sabían? Casi nadie. Sólo unos pocos hombres para quienes el alba que nace marcará sus vidas. Esta noche, mañana, vencerá. O morirán.


¿En qué están pensando, en este  momento preciso cuando la noche todavia no deja paso al día, cuando el tiempo parece estar suspendido, como en un hilo? Todo es posible aùn. Todo aùn puede bascular, de un lado o del otro. Como si la historia detuviera el aliento. Pero la calma que reina ya está llena del estrépito de los fusiles y del fragor de los cañones que pronto van a retumbar.

¿En qué estará pensando Fidel, mirando a Santiago, dormida después de celebrar la llegada del Año Nuevo? Tal vez piense en todos sus compañeros que la muerte cogió por el camino, en Frank País, en Abel Santamaría y en otros tantos... Tal vez piense en la casita del barrio de Tivoli, en Santiago, donde vivió de niño... Tal vez no piense en otra cosa que en disfrutar  esos últimos momentos de paz antes de la batalla....

En el otro extremo de la isla, ¿en qué estará pensando Eloy Gutiérrez Menoyo  que, en la cabeza del Segundo Frente Nacional de l'Escambray, se prepara para cernirse sobre La Habana?

A más de 200 km de la capital, ¿en qué estarán pensando el Che y Camilo que, a pesar del cansancio de la batalla de Santa Clara y de la toma del tren blindado encargado de defender la ciudad, no habràn descansado mucho? Mañana, la tropa partirá hacia La Habana. Camilo se apoderará del Campo Columbia, el Che ocupará la Cabaña. ¿Quizás no durmieron nada... Tal vez pasaron la noche arreglando las mil y una cosas que hay que asumir después de la victoria... Tal vez hablaron del futuro que le van a ofrecer a Cuba, cuando la isla  haya sido librada de la sangrienta dictadura de Fulgencio Batista... Tal vez se contentaron con esperar el amanecer al lado uno de otro, intercambiando unas pocas palabras o unas pocas miradas. ¡Tan bien se conocen!

Y ya está, amaneció. Una luz rosa subraya el horizonte, dibujando la silueta de las palmeras que parecen montar guardia. Un gallo canta. Es la hora.

Imaginamos a Eloy Gutiérrez Menoyo que sacude el esqueleto y se levanta. Sus tenientes lo rodean.

Imaginamos al Che, con un tabaco en el pico a pesar de la crisis de asma que lo sacudió durante buena parte de la noche -como cada vez que la tensión está en su punto máximo- que propone "un cafecito, compay! "a Camilo, que le agradece con su gran sonrisa.

Imaginamos a Fidel, con la mano en el hombro de Raúl, un Raúl que aún tiene cara de muchacho , Fidel que le dice : "¡Vamos, hermanito! ».

No, no habrán dormido mucho, aquellos que a los ojos de la historia se van a convertir en héroes.

En el oeste, allá donde la noche todavía reina, un avión se lleva a Fulgencio Batista que huye de su patria que no volverá más a ver. Ya sabe que a él, la historia lo ha juzgado y condenado.

El alba del 1 de enero de 1959 acababa de levantarse sobre Cuba. La "Revolución" de los Barbudos iba a triunfar.

Era hace sesenta años. Eso fue ayer.

¡Viva la Revolución! ¡Viva Cuba!

Asociación France-Cuba, 1 de enero de 2019

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