Por Marta Olga Carreras Rivery*/Fb.- No estoy en Cuba en estos momentos. Los más cercanos saben que estoy en misión. Por eso no puedo escribir mi experiencia personal sobre lo que está aconteciendo en la zona del desastre que dejó el tornado de la noche del 27 de enero en La Habana. Pero ayer hablé con mi hijo Juany, quien no había respondido a mis llamadas. Él estaba junto con los muchachos de su facultad, con Alejandro Palmarola en el terreno, entre escombros, ayudando a los necesitados. Quiero compartir con ustedes lo que me contó porque creo que ayuda a tener una noción de la realidad sobre el terreno y no de la otra que lamentablemente es la que más se está divulgando en la red.


Juany está tan afectado por lo que ha visto que me dijo que no puede ni tiene deseos de escribir nada. Que él no tuvo corazón para retratar tanta desgracia, simplemente se empleó con todas sus fuerzas para ayudar. Me dijo que las cosas son difíciles, que hubo al inicio confusión por parte de las autoridades policiales a la hora de manejarse sobre el terreno, debido tal vez a experiencias anteriores como ocurrió cuando el accidente de aviación; que los muchachos tuvieron que imponerse llamándolos a la realidad y avanzando con determinación, y que después de demostrar las verdaderas intenciones de ayudar que los asiste, han sido importantísimos aliados en el terreno; que si no hay orden, las ayudas no pueden funcionar correctamente, porque en todos los lugares y situaciones, siempre hay buenos seres humanos, pero también egoístas y oportunistas. Que él ha visto en el terreno a gente que no está yendo precisamente a ayudar y que las cosas NO SON de la manera en que están siendo proyectadas en la red, sobre todo, por quienes no están ni siquiera en Cuba o que estando en Cuba y hasta en La Habana, todavía no se han ensuciado las suelas de los zapatos para ir hasta allá. Y me dijo:

1) Las personas más necesitadas (viejitos, mujeres con niños pequeños o cuidando a personas con limitaciones físicas...) no son las que están corriendo detrás de la gente que trae ropa o reparte comida y agua. Están tan jodidos que no pueden casi ni moverse de los lugares. Una de las labores que han hecho los muchachos de su grupo liderados por Palma, es ir casa por casa con una libreta identificando a esas personas, anotándolas e ir directamente a entregarles las bolsas con las ayudas en ropas, comidas, agua, etc., ayudas que provinieron al inicio de nuestras casas y a las que se han ido sumando personas de diversas partes, centros de trabajo, artistas, cuentapropistas, incluso turistas y, por supuesto del Estado, que se está apoyando en ellos para hacer esa tarea.

2) Que él vio -y se siente asqueado- a unas gentes que fueron hasta la zona de Jesús del Monte en una camionetica en marcha repartiendo peyis y cositas de esas ricas a quienes se les acercaban (no yendo de verdad a donde estaba lo duro) provocando a su alrededor tumulto (por supuesto, no de los más jodidos), creando premisas de accidentes y violencia para que la policía interviniera y había uno desde arriba de la camioneta filmando evidentemente para después subir en la red que la policía obstaculiza la ayuda, cuando lo que la policía estaba haciendo era tratando de preservar el orden y me ratificó: "Mami, sí están ayudando y si no lo hacen más, es porque están siendo blanco de quienes van al lugar no para ayudar, sino para crear divisiones y problemas".

3) Que tuvieron que enfrentarse a situaciones muy feas y me contó el caso de una señora que se metió donde ellos tenían las cosas que la gente donaba, a quien le pidieron que por favor, esperara, que los dejara preparar las cosas. La mujer era muy selectiva y les llamó la atención. Uno del grupo la siguió: la casa de esa mujer estaba entera, no le había pasado nada, ya tenía electricidad y el marido muy sentado en la sala frente al televisor. Desde entonces, ante cada solicitud, ellos van al lugar, verifican, anotan, preparan la bolsa con las ayudas y las entregan personalmente.

4) Gentuza revendiendo en la profundidad del lugar del desastre, la comida que se está vendiendo en las carpas a bajo precio (por ejemplo, la caja de pollo con congrí y viandas de 5 la revenden a 25 pesos) y otros particulares con propaganda de sus lugares, tratando también de hacer "su pan" a costa de ese momento. Que entiende que con el tema de los impuestos y las escaseces y carestía para conseguir los alimentos, los particulares que se dedican a elaborar comidas, no puedan regalar las cosas ante la situación, como seguramente muchos desean hacerlo; pero que todo tiene una ética. Que quien no pueda sacrificarse, que tengan al menos el pudor de estar lejos y si van a donar algo, que lo hagan con altura humana, como otros trabajadores privados sí lo han hecho con tremenda humanidad, sin mercadotecnia.

5) Mucha gente yendo a filmar la desgracia, haciéndose selfi como que están ayudando, cuando en realidad no es así o no tan así y también para hacer hijaeputadas, como a una mujer que estaba posando de desamparada, hablando horrores del gobierno mientras otro la filmaba y después estaba riéndose, muy campante. "Ésa, si es del lugar -me dijo-, evidentemente no tuvo problemas, porque los que de verdad han tenido problemas, no tienen ni ánimos para hablar. Hay mucha tristeza y llanto, y también agradecimiento de los más necesitados". Y me insistió: "LOS QUE DE VERDAD ESTÁN EN LA CONCRETA NO TIENEN NI TIEMPO NI CORAZÓN PARA FILMAR TANTA DESGRACIA, SINO MANOS PARA AYUDAR A LEVANTAR TODO ESO".

Las historias anteriores me las hizo para advertirme sobre la verdad, o al menos, la parte de la verdad que él está viendo y viviendo y me cuenta: "Mami, no creas todo lo que dicen en la red. La situación es muy dura. NADIE HA SALIDO ILESO DE ERRORES. Nosotros teníamos el instinto de ayudar, pero no sabíamos cómo hacerlo; hemos ido identificando la forma, estamos aprendiendo, ESTAMOS CREANDO. Ha sido una sorpresa, algo nuevo nunca antes visto y lo nuevo, requiere de respuestas nuevas". Y entonces me dijo lo más esperanzador:

"Pero a pesar de todo eso, lo que prima es el humanismo, la solidaridad, la gente ayudando desinteresadamente, sin buscar ningún protagonismo. Al principio, sólo teníamos lo que cada uno había traído de sus casas y no sabíamos cómo repartirlo ni a quién priorizar: si a una mujer con un niño pequeño en brazos o a tres ancianos solitos en una casa derrumbada. Ahora son montañas de ropas y cosas para repartir; lo que más se necesita es agua y comida, comida no perecedera, enlatados, empacados al vacío, que puedan tener para el momento y para después. Hay que sacar de las casas los escombros, HACEN FALTA BRAZOS, PALAS, sacos para recoger escombros y sacarlos de las casas; que las familias o amistades de esas gentes que tengan condiciones, los amparen y les den una mano mientras las cosas se vayan solucionando. La situación va a ser larga, porque el destrozo es inmenso".

Y también me dijo: "Que no coman tanta mierda los que se prestan al llamado a aislar al Estado en esto. Sin la participación del Estado nada será posible recomponer. Lo que hace falta en este minuto es HUMANISMO, PATRIOTISMO, UNIDAD ENTRE TODOS LOS CUBANOS, buscar todo aquello que nos une y dejar a un lado lo que separa".

Amigos, comparto todo esto porque además de lo que escribí al inicio sobre la lejanía, siendo periodista de profesión, arrastrada emocionalmente por la circunstancia, también he caído en manos de manipuladores al no estar allá, al ver imágenes y hasta declaraciones de gente que para mí son muy respetadas por su obra; pero la realidad es mucho más compleja que todo eso. El momento es de unidad, no de egos heridos; de saltar por encima de los errores en función de lo más importante: ayudar a los necesitados, levantar nuestra moral y con ella, nuestra ciudad.

Les transcribo la conversación personal con mi hijo Juany porque es un muchacho muy centrado, con una mente científica, de impresionante pragmatismo, tanto que como madre, desde que empezó su etapa de adolescente pensante, me ha costado muchísimo esfuerzo lograr que asista a actividades en las que él no identifica sustancia para soluciones reales a los problemas del entorno y de la gente; con él no logro un aplauso que no esté respaldado por un convencimiento; pero a quien no tuve que decirle que fuera a socorrer a personas en desgracia. Cuando lo llamé para alertarlo del momento y de su papel como cubano, lo estaba haciendo espontáneamente, solo, por mandato de su corazón cubano, sin decirle a sus abuelos y tíos que viven cerca, sin decirme ni consultarme NADA. Y eso, por sí mismo, habla del orgullo y la esperanza que veo para Cuba en cada joven que ha ido como él a ayudar de verdad al necesitado y son muchos, y con la recompensa espiritual que mi hijo me escribió en un mensaje por WhatsApp después de nuestra conversación:

"Si con el ejercicio desarrollas el músculo y con el conocimiento la mente, creo que con esto desarrollamos el alma. Gracias, mami por hacer de mí conciencia"

Un abrazo a todos,

La Carreras

*Marta Olga Carreras Rivery, periodista, editora y diplomática cubana.

Martianos-Hermes-Cubainformación

Estos textos pueden ser reproducidos libremente siempre que sea con fines no comerciales y cite la fuente.

Cuba
La Habana, 24 jul (Prensa Latina) La Institución Religiosa cubana Quisicuaba entregó hoy insumos médicos y material gastable a hospitales de la occidental provincia de Artemisa. De acuerdo con el presidente del también pro...
Canal Caribe.- Cuba compartió sus experiencias en el desarrollo biotecnológico y farmacéutico ante el auditorio reunido en la sede del proyecto "Yo soy Cuba en Tremblay" ubicada en la localidad francesa homónima....
Niñas y niños protagonizaron el ejercicio de urbanismo ciudadano que organizó la Red Placemaking-Cuba en el barrio El Fanguito. Foto: Cortesía de Claudio Aguilera....
Lo último
La Columna
La Revista