Juventud Rebelde.- Como una obra de gran valía para nuestra historia calificó Homero Acosta Álvarez, secretario del Consejo de Estado de la República de Cuba, al texto El libro de las Constituciones que, en la tarde de este martes, fue presentado en el Salón Baraguá del Capitolio habanero, sede de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
En vísperas de conmemorarse el aniversario 150 de la Constitución de Guáimaro (nacida el 10 de abril de 1869), y a solo horas de la proclamación de nuestra nueva Carta Magna que, como reflexionaba Acosta Álvarez es «fruto de una labor constituyente de un pueblo», ha salido a la luz la obra editorial que contiene todas las Constituciones, estatutos y leyes constitucionales que rigieron en la Isla entre 1812 y 2002.
Resultado de más de 20 años de intensa labor de los intelectuales cubanos Eduardo Torres-Cuevas y Reinaldo Suárez Suárez, la edición reproduce documentos originales de forma facsimilar, los que van acompañados de textos elaborados por los autores en aras de lograr en quienes lean una mayor comprensión de las circunstancias históricas en las cuales surgieron los diferentes textos.
No se había asumido antes reto de tal envergadura investigativa, expresó el Secretario del Consejo de Estado en un encuentro que contó, además, con la presencia de los miembros del Buró Político Salvador Valdés Mesa, Primer Vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, y Esteban Lazo Hernández, Presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, así como otros dirigentes, representantes de distintos sectores de la sociedad y miembros de la Comisión Redactora de la nueva Ley de leyes que le ha nacido a Cuba en estos tiempos.
«Estamos ante un libro histórico; siempre digo que la historia de los pueblos se puede ver también a través de sus Constituciones», valoró Acosta Álvarez. Y añadió que esos textos sintetizan «los ideales por los que hoy estamos aquí (…): los ideales de una mayor conquista social, de una mayor democracia, de pensar en el Hombre, de una justicia cada vez más inclusiva, de un socialismo más participativo y más democrático».
Por su parte, el prestigioso historiador Eduardo Torres-Cuevas, al hablar a nombre suyo y del colega Reinaldo Suárez Suárez, comentó que la motivación del trabajo investigativo que dio origen al libro consistió en estudiar el pensamiento jurídico como algo inseparable del pensamiento político, y del social, con los que se fue formando la nación. Lo que más nos interesaba, argumentó, era podernos conocer a nosotros mismos, los cubanos.
«Trabajábamos intensamente, enfatizó, porque creíamos que este pueblo tiene una extraordinaria historia de pensamiento, una extraordinaria historia revolucionaria. No por gusto un siglo XIX dio un José Martí, y un siglo XX dio un Fidel Castro». Por eso Torres-Cuevas habló de nosotros como un pueblo privilegiado, y no pasó por alto que ambos luchadores excepcionales fueron abogados: «Es decir, que el pensamiento político estuvo muy vinculado al Derecho, al pensamiento jurídico».
Los dos primeros tomos de El libro de las Constituciones conforman, según explicó el autor, la parte histórica; y el tercero sería el cierre, versaría sobre esta última etapa que nos ha tocado vivir, de creación de la nueva Carta Magna.
El prestigioso historiador destacó que la obra tuvo en el General de Ejército, Raúl Castro Ruz un especial inspirador, quien desde los primeros momentos apoyó la obra editorial. «Cumplir con él, con nuestro Partido y Gobierno, y con nuestro pueblo, colocar una obra al alcance de todos los estudiosos para que puedan tener la riqueza de nuestra tradición constitucional, ha sido para nosotros un deber, una obligación», afirmó Torres-Cuevas, quien además dijo: «Hemos tratado de hacer algo que sea digno de nuestro país». (Alina Perera Robbio)
