Orfilio Peláez (Foto: Julio Martínez Molina) - Granma.- El único segmento poblacional en aumentar su presencia fue el de 60 años y más, que hoy alcanza el 20,4 % del total de habitantes a nivel nacional. Las proyecciones para el 2030 sitúan al sector de 60 años y más en el 29,3 % de la población.


Las bajas tasas de fecundidad y mortalidad infantil, y la alta esperanza de vida que tiene Cuba, son similares a las de muchas naciones industrializadas, y obedecen en gran medida a los notables avances logrados en los sectores de la educación y la salud.

Pero a la vez, la prevalencia en el tiempo de esos indicadores condujo a la existencia de una situación demográfica compleja, relacionada sobre todo con el progresivo envejecimiento de la población y la tendencia a la disminución de esta.

Una mirada a lo ocurrido en 2018 permite corroborar que por segundo año consecutivo, el país registró un decrecimiento en términos absolutos del número de habitantes: una población de 11 209 628 personas, 11 432 menos que en 2017.

Según precisó a Granma el Máster en Ciencias Juan Carlos Alfonso Fraga, vicejefe de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI), tal comportamiento se relaciona con una discreta cifra de nacidos vivos (116 333), la cuarta más baja en los últimos 60 años, unido al registro de 106 201 defunciones, segunda ocasión en que se sobrepasa la cantidad mencionada, y la prevalencia de un saldo migratorio externo negativo, ascendente a 21 564 personas.

Como resaltó el reconocido experto, el único segmento poblacional en aumentar su presencia fue el de 60 años y más, que ya hoy alcanza el 20,4 % del total de habitantes a nivel nacional (2 286 948). Ello representa un incremento de 0,3 % en comparación con 2017, lo cual ratifica la continuidad del envejecimiento poblacional en la Mayor de las Antillas.

Nueve de las 15 provincias tienen también 20 o más porcentaje de personas dentro del rango de edad mencionado; Villa Clara la más envejecida (23,7 %), seguida por La Habana y Sancti Spíritus, con el 21,6 y el 21,4, respectivamente. En cuanto a los municipios, Plaza de la Revolución se reafirma a la cabeza de este indicador, pues un notable 28 % de su población tiene 60 o más años. A continuación aparece Placetas, con el 25, 2 %.

Para que se tenga una visión más clara del cambio experimentado en la dinámica demográfica del país en las últimas cinco décadas, baste señalar que en 1970 el 36,9 % de los cubanos tenía de 0 a 14 años, proporción que en 2018 disminuyó al 16,0.

Igualmente, la edad media pasó de 27 años en 1970, a 40,5 en el presente. Desde 1977 no ha vuelto a alcanzarse el adecuado nivel de reemplazo de 2,1 hijos por madre, incluso hace 40 años que las mujeres cubanas dejan como promedio menos de una hija al concluir su etapa reproductiva.

De acuerdo con lo expresado por Alfonso Fraga, durante el pasado año 11 provincias y el Municipio Especial de Isla de la Juventud experimentaron un decrecimiento poblacional, mientras Artemisa, La Habana, Mayabeque y Matanzas registraron ligeros aumentos, condicionados en gran medida por ser las principales receptoras de las migraciones internas provenientes básicamente del oriente del país.

Resulta de interés resaltar que el 50,3 % de la población cubana actual está compuesta por mujeres y el 43,7 son hombres. El 77 % de los habitantes reside en zonas urbanas, y en comparación con 2017, el número de personas en edad laboral disminuyó en 26 169.

Para el avezado investigador, lo sucedido en 2018 permite afirmar que Cuba sigue presentando una dinámica demográfica compleja para su recuperación en términos poblacionales, debido entre otros aspectos, a lo inercial de estos comportamientos, incluyendo el poder revertirlo en corto plazo.

«Si bien el número de nacimientos (116 333) fue superior en 1 362 a los reportados en el año precedente, y el saldo migratorio externo resultó menor también, esto no significa una mejora en la situación, pues los indicadores demográficos suelen mostrar ligeras variaciones de un año a otro, tanto en sentido favorable como negativo, y solo marcan una tendencia definitiva a plazos más largos», aseguró.

«Las proyecciones hasta 2030 indican que para esa fecha la población cubana estará en el entorno de los

11 179 628 habitantes, es decir, no crecerá con respecto a la actual, no llegaremos a los 12 millones y la edad promedio ascenderá a 44 años».

El grupo de 60 años y más representará el 29, 3 % de ese total, con una apreciable reducción de la población económicamente activa, lo cual tendrá un notable impacto en diversos sectores de la vida económica y social de la nación, manifestó.

Visto de forma más específica se prevé un aumento en la demanda de servicios de geriatría y gerontología, además de los vinculados con la seguridad y la asistencia social. De modo inverso, descenderán las necesidades de atención pediátrica y la de círculos infantiles, junto con una disminución en el número de alumnos en los diferentes niveles de enseñanza y en la disponibilidad de fuerza de trabajo.

Tal escenario, acotó Alfonso Fraga, sitúa a Cuba próxima al umbral de lo que se ha dado en denominar una nueva Era Demográfica, caracterizada, entre otros aspectos, por una economía envejecida en la cual los recursos económicos consumidos por las personas mayores sobrepasan los gastados por niños y jóvenes.

En contexto

Como parte de los chequeos que se realizan a más de una veintena de programas prioritarios, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, encabeza un sistemático análisis sobre la atención a la dinámica demográfica en Cuba.

Recientemente se han sumado medidas como el análisis de la utilización de los recursos previstos en el Plan de la Economía para la atención a este tema por cada territorio; y la asignación de 50 millones de pesos destinados a financiar la construcción o remodelación de viviendas para familias con tres o más hijos, en 32 municipios rurales donde ya decrece de forma natural la población.

Para este año la industria nacional ha planificado la producción de 21 200 sillas de ruedas.

El plan de 2019, básicamente de importación, prevé crecimiento de la oferta de toallas húmedas, jabones, coches y culeros desechables, tanto para bebés como para ancianos.

Se trabaja en lograr la estabilidad de las consultas a la pareja infértil y en la presencia en ellas de los médicos, lo que supondrá un salto significativo durante el presente año. A la par, se prepara la inversión de dos nuevos centros de alta tecnología en Camagüey y Santiago de Cuba.

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