Irene Pérez, Amanda González Romero, Darío André Extremera Peregrín - Cubadebate.- La Plaza de la Revolución, espacio simbólico, testigo de grandes concentraciones populares, cuenta con un nuevo sistema de alumbrado, más moderno y eficiente, desde hace poco más de un mes.


Especialistas de la Unión Eléctrica (UNE) explicaron a Cubadebate detalles del proyecto de su rehabilitación, y de áreas aledañas, iniciado a mediados de octubre del año pasado y que terminó días antes de la celebración del Primero de Mayo.

Eleazar Moreno Ricardo, director de Redes de la UNE y uno de los principales encargados de la obra, explicó el impacto del proyecto, que abarcó no solo el área del polígono de la plaza, la renovación más visible debido al nuevo alumbrado, sino también las zonas aledañas.

Las recién instaladas luminarias del área del polígono se componen de ocho torres, cuatro de 35 metros —cercanas a la avenida Paseo— y el resto de 38 metros, ubicadas en el lado de la calle Aranguren debido al desnivel existente en la zona.

Tres niveles de iluminación, de 30, 200 y 750 lux —unidad de medida de la  luminosidad— pueden ser programados en las torres. La utilización de los niveles depende de la actividad que se realice, el primer nivel se enciende de manera automática, todos los días al oscurecer, y los niveles restantes son utilizados para actos especiales.

Las luminarias emplazadas son de tecnología LED, con luz blanca, y fueron montadas sobre coronas que tienen la particularidad de ser movibles, o sea, suben y bajan para garantizar el mantenimiento planificado y la prevención de daños ante cualquier fenómeno atmosférico, aclaró Eleazar Moreno.

Cada una de las torres instaladas en la plaza cuenta con entre 22 a 24 luminarias de quinientos hasta ochocientos watts. El director de Redes de la UNE comentó que el sistema anterior de alumbrado también era LED, con 64 luminarias de seiscientos watts distribuidos en 16 postes, y que las actuales son más eficientes y ahorrativas porque garantizan un nivel de iluminación diario y permiten utilizar los otros niveles de forma automática y planificada.

“Los nuevos elementos tratan de jugar con el entorno, o sea, están dispuestos de manera tal que, tanto la disposición de las torres como la iluminación que ellas proyectan, no interfieran sobre el alumbrado antiguo de la plaza, por ejemplo, en el sistema empleado en las efigies de Camilo y del Che”, afirmó.

Otra de las diferencias, que señalaron los especialistas, entre el alumbrado anterior y el nuevo es que los postes ya no se encuentran ubicados dentro del sitio, sino en sus alrededores, y que de dieciséis se pasó a la mitad.

Cada una de las torres instaladas en la plaza cuenta con entre 22 a 24 luminarias de quinientos hasta ochocientos watts. Foto: Irene Pérez/ Cubadebate.

El material empleado para las torres es hierro galvanizado —proceso electroquímico que consiste en cubrir un metal con otro— para evitar la corrosión y ampliar su vida útil. Fueron construidas en cooperación con la compañía italiana C.R. Technology Systems, con atención a las particularidades del clima cubano.

Se prevé que las luminarias reciban mantenimiento una vez al año, momento en el cual la UNE también debe certificarlas, aunque estas tienen una durabilidad de más de diez años, aseveró Moreno.

Uno de los cambios más notables es el soterrado de las instalaciones eléctricas, de comunicaciones y la fibra óptica en toda la plaza y las zonas cercanas, un cambio necesario por cuestiones de seguridad, como planteó Moreno, pues las líneas antiguas quedaban expuestas y no eran convenientes en un lugar de grandes concentraciones de personas, además de la visibilidad que gana este sitio, declarado Monumento Nacional en 2010.

El alumbrado de las avenidas contiguas —“Carlos Manuel de Céspedes” y Boyeros— fue renovado en los tramos desde Tulipán hasta Carlos III y Zapata, se arreglaron las áreas verdes, se repararon las aceras, el parqueo, el polígono y se dio mantenimiento al puente debajo de Paseo, donde se instalaron nuevas tuberías para prevenir la acumulación de desechos en los drenajes.

La Unión Eléctrica de Cuba (UNE) dirigió el proyecto de rehabilitación, en especial la división de La Habana, y participaron otras empresas asociadas como la Empresa de Construcciones de la Industria Eléctrica (ECIE), Empresa de Grupos Electrógenos y Servicios Eléctricos (Geysel), Empresa de Ingeniería y Proyectos para la Electricidad (INEL), quienes elaboraron el proyecto, también el Micons, con su empresa Tecnologías Industriales para la Construcción (TICONS), la empresa CUBIZA, el Minint y el Minfar.

Dentro del proyecto de rehabilitación también se incluyó la restauración de las cinco torres de los gorros frigios —símbolos de libertad desde las revoluciones del siglo XVIII—, el asta de la bandera, y la renovación del alumbrado —en un segundo momento de la obra— del Memorial “José Martí”.

Jorge Estany Ramírez, administrador del Memorial, comentó que la preocupación por las torres de los gorros frigios existió durante muchos años, y que no se habían podido encontrar soluciones debido a la complejidad, por la altura y los materiales empleados.

Los operarios trabajaron a una altura de 35 metros con todas las medidas de seguridad y aseguramiento, siempre contaron con ambulancia, personal de Rescate y Salvamento, y con la Policía, que acompañó los traslados de las piezas.

Estany Ramírez recuerda que los trabajos en las alturas debían realizarse antes de la una de la tarde, pues a partir de ese momento del día los vientos son muy fuertes en el lugar.

Los gorros frigios fueron desmontados y pintados, las coronas fueron remplazadas por nuevas, que conservan el diseño original y fueron hechas en Cuba mediante ingeniería inversa.

A pesar de los riesgos en el trabajo de restauración y rehabilitación no hubo ningún accidente en el proceso, y tanto el Memorial como la Plaza nunca cerraron al público, aclararon los especialistas entrevistados.

Las torres, así como el nuevo sistema soterrado, facilitan una imagen más actual, visible y acorde con nuestros tiempos de un lugar sumamente importante para los cubanos, que ha visto momentos de rebeldía, de lucha, música y religión, y también a los líderes más importantes de nuestro proyecto social.

Algunos ya consideran estas obras como de las más importantes realizadas por el aniversario 500 de la ciudad. Parte de una gran tradición histórica, la Plaza de la Revolución cuenta ahora con un alumbrado dinámico, actual, y una imagen renovada también, gracias a un proyecto constructivo que fue más allá del reemplazo de las luminarias.

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